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Los girasoles - por Aqua

Hace algunos años que ya no vivo entre aviones y bombardeos, pero aún me tiemblan las piernas cada vez que escucho una sirena. El corazón me palpita tan fuerte que creo que estallará en mi pecho y necesito aferrarme a la cordura de un mundo en paz para evitar volverme loca.

El único problema es que mi mundo no está en paz. En el lugar donde vivo ya no hay disparos ni muertos por bandos enemigos, pero la batalla sigue librándose. Es una guerra más profunda, más compleja. Es una guerra contra nosotros mismos, contra nuestros demonios.

Abro los ojos de golpe. Jadeo y estoy bañada en sudor, como de costumbre. La luz de la luna penetra tímida por el enorme ventanal de mi cuarto y dibuja macabras sombras en la blanca pared.

He soñado de nuevo con Seb. Paseábamos por la orilla del mar, cogidos de la mano. Las olas lamían nuestros pies descalzos mientras nuestras manos se entrelazaban. El anillo de compromiso brillaba en el dedo anular de mi mano izquierda. Apenas un arito con un diminuto brillante que a mí me parecía la joya más preciosa jamás forjada.

Ya no consigo recordar si solo es un sueño o si alguna vez ocurrió. He olvidado lo que se siente al estar con la persona que amas.

Me levanto desesperada al no poder conciliar el sueño. Me siento en la terraza y observo el bosque. El silencio de la noche me reconforta. La calma, los sonidos de la naturaleza. Trato de disfrutarlo y de nuevo me asaltan pensamientos fúnebres que aterrorizan mi alma. Ojalá estuvieras aquí.

El amanecer trae consigo el movimiento. Trabajo un poco en el huerto, doy de comer a los animales, me doy un baño…La repetición de la rutina que evita que me deje caer por alguno de los numerosos barrancos que me rodean.

A mediodía paseo hasta el cementerio. Camino entre las lápidas y me arrodillo frente a la de Seb. Acaricio la fría piedra y dejo que las yemas de mis arrugados dedos se recreen en el contacto. Es lo más cerca que puedo estar de él.

La tarde se pasa despacio, con parsimonia. Leo, trabajo un poco más en el huerto, tomó un café, después otro…Y, por fin, cae la noche. Estoy deseando quedarme dormida para volver a verle. Pero no puedo dormir. Demasiado café, o demasiado pensar.

Paseo por las habitaciones vacías. Me detengo frente al enorme cuadro de Los Girasoles. Era el favorito de mi esposo. Me fascina. En el fondo no tiene nada de especial, pero me reconforta mirarlo. Recuerdo que Seb decía que las pinturas más sencillas son las que más alimentan el espíritu.

A medianoche, cansada de dar vueltas por la casa, me dejo caer en el sofá del salón. Suspiro. Estoy agotada. El cansancio asoma por cada poro de mi piel. Mi hermano dice que contagio tristeza. Por eso ya no viene a visitarme. Hace meses que no hablamos. Creo que es mejor así. No quiero ser una carga para nadie.

De nuevo se hace de día y veo el amanecer. Hace frío. El rocío de la mañana empaña los cristales. Salgo sin ponerme la chaqueta. Necesito que el viento arañe mis mejillas y me despeje. Noto el castañeteo de mis dientes y cómo se entumecen los dedos de mis pies descalzos. Entonces, las lágrimas afloran y resbalan hasta mis labios. El sabor salado me hace pensar de nuevo en el mar; y en Seb.

De repente, echo a correr. Corro hasta el bosque. Me adentro más y más sin hacer caso del ardor de mis pulmones ni del dolor de mis ancianas rodillas. Sigo corriendo hasta que, agotada, me dejo caer junto a un enorme árbol centenario. Allí cierro los ojos.

En el sueño estoy andando sola por el andén de una estación de tren. Un joven camina hacia mí. Lleva una camisa amarilla estampada. Tiene el pelo del color del trigo, peinado hacia atrás. Sonríe. Cuando estamos el uno frente al otro me acaricia la cara y el pelo y deposita un suave beso en mis labios que me sabe a verano. Me abraza y me dejo envolver por los girasoles. Ya nunca volveré a tener miedo de las sirenas.

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8 comentarios

  1. 1. Otilia dice:

    Hola Aqua,
    Me ha gustado tu relato lleno de tristeza melancólica.
    Reflejas bien la soledad y los recuerdos que invaden la vejez.
    Las frases tan cortas le dan por una parte agilidad al texto y por otra, puede en momentos pecar de esquemático.
    ¡Buen trabajo!
    Saludos.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 17:40
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Aqua
    Me corresponde comentar el texto que presentas. Mi enhorabuena por dedicar tiempo a esta afición que nos engancha y mi agradecimiento por exponerla para que podamos aprender de ella.
    En lo forma (ortografía y demás) me parece que está correcta aunque seguro que me quedo corto y aparecerán colegas que te podrén aportar más que yo.
    En cuanto a la estructura narrativa, me parece llamativa la utilización de la primera persona en presente, con la única referencia al pasado con el pretérito perfecto compuesto (he soñado). Es un acierto que recalca la relación temporal próxima (psicológica) de la protagonista con Seb.
    En otro sentido (EMDO-En Mi Despreciable Opinión)la utilización persistente del presente en escenas futuras (el tiempo y los escenarios también) se corre el riesgo de espantar al lector, que no acaba de entrar en el escenario emocional-psicológico del narrador, al sentirse fuera de la historia.
    En resumen, un buen trabajo para aprovechar y que seguramente recibirá nuevas y sabrosas aportaciones del resto de colegas. Gracias

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 17:43
  3. 3. IreneR dice:

    Buenas, Aqua.

    Me ha gustado mucho tu relato, es sencillo de leer y está lleno imágenes que podemos apreciar con facilidad en nuestras cabezas. Creo que consigues transmitir muy bien esa triste y melancolía del personaje.

    Solo un pero, y es que para que el título sea “Los girasoles”, me parece que estos tienen muy poco protagonismo.

    Buen trabajo. Nos leemos.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 12:40
  4. 4. Conrad Crad dice:

    Hola Aqua.
    Me gustó tu relato. Creo que se lee muy bien. Me gusta mucho esa tristeza, el sentimiento de pérdida, de ausencia que transmite la protagonista.Coincido con IreneR en que los girasoles se quedan en una mera anecdota. Mi relato es el 139.
    Nos leemos

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 10:21
  5. 5. Guillermo Forgerón dice:

    Hola Aqua:

    Entrando en el análisis de la forma, he apreciado que en tu relato haces un uso bastante elevado de frases cortas. Personalmente me parece un recurso muy bien utilizado para otorgar agilidad al texto, sin embargo, y considerando que lo que tratas de reflejar es el vacío que deja la soledad al perder a un ser querido, y la nostalgia del tiempo pasado a su lado, en mi opinión, en estos momentos se podría hacer un uso de frases más largas para ralentizar y acentuar una lentitud de la acción.

    En cuanto al contenido, realizas un muy buen ejercicio en cuanto a la caracterización del personaje, plasmando perfectamente los sentimientos de tristeza, melancolía y soledad del mismo.

    Para terminar, no me queda más que felicitarte por tu trabajo. Enhorabuena.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 12:15
  6. 6. Aqua dice:

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Tomaré nota de las sugerencias que me hacéis para mejorar en los próximos relatos.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 16:03
  7. 7. Charola dice:

    Hola, Aqua.
    Me gustó la forma en que expresas la tristeza y melancolía de pérdida.
    Más, conforme iba leyendo esperaba que ocurra algo inesperado, algo que cambiara la actitud de pena y desaliento, algo más que echar a correr hacia un árbol centenario. Creo que allí pierde un poquitín de encanto tu texto.
    Sin embargo, escribes muy bien. A seguir en la brega.
    Felicitaciones.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 20:51
  8. 8. Amadeo dice:

    Aqua:
    Me gustó mucho el relato de un amor perdido.
    Buenas las frases cortas, dan agilidad. En lo formal, comento: encontré varias repeticiones muy cercanas: guerra, nosotros, nuestro, contra, etc.
    Felicitaciones

    Estoy en el 157 por si quieres leerlo y comentar
    Saludos
    Amadeo, Argentina

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 13:26

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