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Los girasoles - por Ofelia Gómez

Carlos transcurría sus días en medio de pilas de libros que atestaban las amplias bibliotecas y llenaban los rincones. Le gustaba escribir historias y más de una vez le había parecido que sus relatos cobraban vida y daba vueltas a su alrededor.

Ese día, luego de ducharse y afeitarse, se vistió cuidadosamente y salió hacia el estudio de su abogado. Al pasar por el gran espejo de la sala se vio reflejado y pensó que todavía tenía buen aspecto y que el paso del tiempo, por alguna misteriosa razón, no se había ensañado con él.

A poco de andar notó que se levantaba un viento fresco y unas nubes grises comenzaban a cubrir el cielo, de pronto lo rodearon pequeños remolinos. Intuyó una señal misteriosa en el ambiente, algo extraño se avecinaba, sacudió la cabeza e indiferente se rio de sí mismo y de sus absurdos pensamientos. Pero el viento seguía dispuesto a cortarle el paso, quedó envuelto en un torbellino de tierra y como pudo buscó refugio en un bar, se sacudió el polvo y miró a su alrededor, era un ambiente extraño lleno de humo de cigarros y apenas iluminado por la luz diurna que atravesaba un par de ventanales sucios. Se le ocurrió que parecía un lugar perdido en el tiempo, nadie se fijó en él y el único mozo del lugar pareció ignorarlo. Molesto salió nuevamente a la calle dispuesto a reanudar su camino, pero seguía sin comprender qué estaba pasando, pensó que su entendimiento le jugaba una broma pesada, que tal vez estaba un poco loco.

La calle estaba desolada, caminó unos pasos y quedó paralizado al ver lo que bien sabía que era una ilusión imposible, que aquella señorial mansión rodeada de jardines era hoy solo un recuerdo de su niñez. La casona había sido demolida años atrás y ahora había allí un altísimo edificio, uno más de los tantos. Trató de sacudir sus pensamientos, tenía que estar en el estudio del abogado en media hora, no tenía tiempo para tonterías, debía cumplir con algunos trámites relacionados con una herencia importante que le legara una tía paterna. Era una señora muy anciana que había fallecido en una pequeña aldea, así que ahora sería dueño de una antigua mansión y un inmenso campo de girasoles… pero, aunque parezca inaudito decidió olvidarse de su cita y salir a caminar por la ciudad.

Se vio envuelto en un torbellino de recuerdos. Fue nuevamente el adolescente feliz y distraído que regresaba de la clase de inglés con el corazón entregado a los ojos verdes de su linda profesora, enseguida se sintió el niño inquieto que volvía a casa después de jugar a la pelota en el baldío de la esquina y que aún debía terminar los deberes de la escuela. Lo esperaba el reto de mamá y cuando papá llegara del trabajo se sentaría en su sillón de la salita y lo reconvendría seriamente, para después darle una palmadita cómplice en la espalda.

Casi sin darse cuenta llegó a la casa que fuera el hogar de su niñez, se quedó parado ante la puerta sin atreverse a entrar, no lograba entender si estaba en el pasado o en el presente, si vería allí a papá y mamá o encontraría gente extraña, sintió que el corazón se le estrujaba y que no soportaría una desilusión, tuvo miedo y huyó de allí casi corriendo, ya en la esquina cruzó y se sentó en un banco de la plaza tratando de ordenar sus pensamientos, se dijo que había llegado el momento de recuperar la cordura así que se levantó y ya más tranquilo notó que todo había vuelto a la realidad.

Llegó bastante tarde a su cita con el abogado. Leyó y firmó algunos papeles, conversó de cualquier cosa y salió por fin nuevamente a la calle. Don Carlos nunca comprendió que aquella vieja mansión y aquel campo de girasoles habían sido parte de la misteriosa señal… volvió a sus libros, a sus escritos…

El tiempo es algo extraño y maravilloso que no logramos descifrar, con frecuencia pasado y presente se unen en una singular paradoja ante la que se interpone el destino y así es como seguimos una y otra vez la ruta equivocada. Acaso lo más triste de esta historia es que en aquella casa llena de recuerdos y que fuera el hogar de su niñez, verdaderamente lo esperaba su infancia, allí lo aguardaban sus padres… y Carlos nunca lo sabrá.

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8 comentarios

  1. 1. Antaviana dice:

    Hola Ofelia,

    Tu relato envuelve de nostalgia al que lo lee, pero me ha costado seguirlo un poco. Cositas concretas que he visto:

    -” Carlos transcurría sus días” me suena muy extraño. Son los días los que transcurren, no Carlos

    – Yo revisaría los signos de puntuación, quizá abusas un poquito de las comas y algunas se podrían obviar o sustituir por puntos.

    La parte final me gusta mucho, aunque no se bien porqué ya que creo que el tema de que los padres le estaban realmente esperando no tiene mucha lógica, a no ser que pasado y presente confluyan…lo que me parece una muy interesante idea.

    Nos seguimos leyendo

    Saludos!

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 18:22
  2. 2. Ofelia Gómez dice:

    Hola Antaviana. Tienes razón, exagero con el tema de las comas, es algo que tendré que solucionar. Te confieso que releo mis escritos y cambio puntos por comas y comas por puntos con demasiada frecuencia.
    El final del cuento es un juego, tal vez fantástico, tal vez nostálgico.
    Te agradezco muchísimo tu amable crítica, la tendré muy en cuenta.
    Recién en este momento (en Argentina son casí las 7 de la tarde) he podido abrir literauta, a veces el tiempo no alcanza. Leeré tu escrito y te lo haré saber.
    Gracias y un abrazo.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 22:44
  3. 3. Simón Martín dice:

    Hola Ofelia.

    Quiero comenzar por unos pequeños problemas de puntuación, a los que muy bien hizo referencia Antaviana. En la frase “pero, aunque parezca inaudito decidió”, debe ir coma después de inaudito, pues es un inciso explicativo.

    En la frase “…entregado a los ojos verdes de su linda profesora, enseguida se sintió…”, debe ir punto seguido después de profesora, pues comienza otra idea.

    En general, hay que revisar el tema de los puntos seguidos y las comas. A manera de ejemplo, copio el siguiente párrafo. “Casi sin darse cuenta llegó a la casa que fuera el hogar de su niñez, se quedó parado ante la puerta sin atreverse a entrar, no lograba entender si estaba en el pasado o en el presente, si vería allí a papá y mamá o encontraría gente extraña, sintió que el corazón se le estrujaba y que no soportaría una desilusión, tuvo miedo y huyó de allí casi corriendo, ya en la esquina cruzó y se sentó en un banco de la plaza tratando de ordenar sus pensamientos, se dijo que había llegado el momento de recuperar la cordura así que se levantó y ya más tranquilo notó que todo había vuelto a la realidad”.

    Después de “Casi sin darse cuenta” debe ir coma. Después de niñez, punto. Después de entrar, punto. Después de extraña, punto. Después de desilusión, punto, Después de corriendo, punto. Después de esquina, coma. Después de pensamientos, punto. Después de cordura, coma. Si lo ves detenidamente, por lo general, después de los puntos que yo te sugiero (y son solo una sugerencia), viene un sujeto tácito (el protagonista). Identificar el sujeto te puede ayudar a la puntuación; al menos a mí me ayuda mucho.

    Otros dos párrafos tienen problemas más o menos similares. Posiblemente pienses que tanto punto seguido dificulta que fluya la lectura. Eso es verdad. A ese estilo de escritura se le conoce como estilo cortante. Pero la redacción exige esa puntuación. Si quieres que no se corten tanto las oraciones, debes escribirlo de otra manera. Recuerda que la puntuación es la respiración de la frase. Y donde yo te sugiero que pongas puntos, el texto te pide una pasa mayor que la de la coma.

    En todo caso, estos no son más que gajes del oficio, que se los puede superar con facilidad. Así que, tranquila. La mejor manera, obviamente, es leyendo mucho, lo cual sé que tú lo haces (por eso escribes).

    Debo decir, por otro lado, que me gusto mucho esa imagen que dice “Pero el viento seguía dispuesto a cortarle el paso”.

    En cuanto al contenido, coincido también con Antaviana sobre el final. Como que queda algo en el aire. Pero tu explicación de que es un juego entre lo fantástico y lo nostálgico ayuda a entender mucho mejor tu propuesta.

    ¡Sigue adelante y nos seguimos leyendo!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 18:11
  4. 4. Ofelia Gómez dice:

    Hola Simón Martín
    Agradezco mucho tus comentarios.
    Sí, aunque algunas veces las comas un tanto abundantes pueden darle agilidad al texto, reconozco que verdaderamente tengo problemas con la puntuación. Espero superarlos poco a poco.
    En cuanto al contenido: Carlos pasa por situaciones imposibles, quizás vea visiones o esté un poco loco, o tal vez existan otras realidades. Resulta un planteamiento irreal, pero después de todo le da misterio a la historia.
    Te doy gracias nuevamente y tendré muy en cuenta tus comentarios.
    Te leo desde Argentina. Un saludo.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 01:23
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola Ofelia: Tu relato me ha gustado, sobre todo por el empleo de las frases, muy bien construidas.La mezcla de las ensoñaciones y la realidad del protagonista le convierte en un texto muy singular, donde prima la nostalgia. Yo personalmente habría dado mas protagonismo a los girasoles, que tu mencionas de pasada, ya que es el tema principal del asunto del mes, pero por lo demás creo que has hecho un buen trabajo,
    Saludos desde el 9.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 08:26
  6. 6. Ofelia Gómez dice:

    Hola María Jesús
    Gracias por leerme. Tienes razón en cuanto a los girasoles. Debí darles un mayor protagonismo, pero necesité suprimir un párrafo porque era muy largo y ahí se fueron algunos girasoles.
    Un abrazo

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 15:02
  7. 7. Manuel Jover dice:

    Saludos, Ofelia!
    Te felicito por tu emotivo relato. Esa evocación de la infancia me ha llegado al corazón.
    Coincido con los comentarios que te hacen. Solo añadiría que, en mi opinión, el último parrafo explicativo, en el que pareces querer dejarlo todo claro al lector por si no lo ha entendido, es innecesario (sobre todo la primera parte) y le resta fuerza y magia a la historia.
    Lo que quiero decir es que esa unión del pasado y del presente y los misterios del tiempo ya está presente en el relato (de hecho es lo más hermoso del mismo), y no veo la necesidad de explicitarlo.
    Confía en tu poderosa capacidad narrativa, en definitiva! Un abrazote!

    Escrito el 25 septiembre 2018 a las 09:54
  8. 8. Ofelia Gómez dice:

    Hola Manuel Jover
    Muchas gracias por tu apoyo. Estoy feliz de haber encontrado Literautas.
    Cada uno de los comentarios me ayuda a darme cuenta de muchas cosas que puedo mejorar.
    Además es importante el buen trato que ofrecen los organizadores del blog y también los escritores.
    ¡Un saludo!

    Escrito el 25 septiembre 2018 a las 17:19

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