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Los Girasoles - por Alejandro Mendoza

Hermosos los campos llenos de estas flores, abundan en las llanuras, donde ahora Franz corre, él, todavía no se da cuenta, de que hay ciertos lugares donde los girasoles son más frondosos y tupidos, mientras corre, los recuerdos le llenan su cabeza, él, ahora porta su uniforme alemán, dentro de los cuarteles de la "SS", trae su maletín, su Lugger, y sus insignias, va caminando hacia una de esas salas de interrogación, abre la puerta, y allí se encuentra un prisionero, que seguramente tiene información valiosa. Los alemanes esperan obtener datos de posiciones, las posiciones de los aliados de los ingleses que amenazan el frente, el prisionero tiene la facha de piloto, con su chamarra café y casco con goggles, los guantes, de piel, y botas militares cafés también.
La puerta se cerró tras la entrada de Franz, él, se cuadra saludando a Hitler, y los 2 soldados alemanes que custodian al prisionero lo hacen también. Franz se voltea hacia la mesa donde tienen sentado al prisionero, Franz toma la silla del lado de enfrente al prisionero.
— Bien, bien, bien, (exclamó Franz mientras coloca su maletín sobre la mesa y lo abre), me dijeron que no quieres contarnos cosas (sonríe cínicamente).
— ¿Que clase de cosas? (Pregunta el prisionero)
Uno de los soldados se acerca con rapidez, y le golpea en las costillas con una macana.
— ¡¡¡Halt!!!, (Grita Franz con enojo), estúpido, primero se debe de interrogar después lo matas si quieres, no me importa.
El prisionero no entendió nada, Franz habló en alemán, pero el soldado se cuadró inmediatamente. Franz, ahora dirigiéndose al prisionero en su lenguaje, pero con rastros de acento alemán le dice:
— Bueno, comencemos, (Franz sacó del maletín un rollo de cuero, lo desarrolló, y en él aparecieron perfectamente colocados en hendiduras, todo un equipo profesional de tortura).
La cara del prisionero era de fatalidad, no pudo ocultar la sorpresa.
— Cómo ya te habrás dado cuenta yo soy el que aquí hará las preguntas… Mira, (Franz le enseñó un pedazo de papel con rayas verticales, y por paquetes cruzadas con otras líneas), cada línea representa una m, persona digamos así, como tú, con la que he hablado, lamentablemente, no creo que podamos hablar de nuevo con cada una de ellas (la sonrisa cínico macabra volvió a aparecer).
El interrogatorio duró unas 6 horas, mientras tanto, el prisionero iba perdiendo poco a poco, los dedos desde las uñas, luego fue asfixiado con agua, y finalmente cortado, el dolor infligido fue tan insoportable, que logró soltar algo de información, incompleta por fortuna, pero quizá suficiente para que la inteligencia nazi hiciera lo suyo.
— Bien creo que tenemos algo,… ¡¡¡soldados!!!, ( se cuadraron inmediatamente), es su turno, diviertanse, y luego lo llevan a donde ya saben para desaparecerlo.
Los soldados respondieron chocando sus talones en saludo; Franz salía del cuarto, tomando sus herramientas, y deslizando una mirada final a lo que quedaba del prisionero, la insignia de unas alas plateadas con el símbolo de la resistencia y el número 356, resplandecía en el hombro izquierdo de la ensangrentada chamarra. Franz salió, cerró la puerta y mientras platicaba tranquilamente con un colega en el pasillo, se escuchaban gritos, golpes y finalmente un disparo. En segundos la puerta se abrió, los soldados salían con el cuerpo del prisionero todavía caliente, hicieron una leve reverencia, y continuaron por el pasillo doblando a la derecha, nadie supo más del prisionero.
El zumbido de una bala regreso a Franz al campo de girasoles, donde corría disfrazado de campesino con un pantalón café obscuro de tirantes y una camisa sucia café claro.
Otro balazo le alcanzó el codo y finalmente un tercero a la columna, que lo tiró justo en uno de esos lugares donde los girasoles eran más que en otros, pero lo que le sorprendió, fue ver qué de la tierra junto a los girasoles, sobresalía una manga de chamarra con la insignia de la resistencia coronada con las alas, y el número 356, Franz cayó en la cuenta, justo cuando el disparo de gracia le daba su fin.
Es curioso lo que un campo de girasoles pueda esconder, los soldados de la resistencia encontraron en él, los cuerpos que Franz había interrogado, pero es más curioso, que por tratar de escapar al final de la guerra, Franz haya terminado en el mismo lugar donde sus víctimas llegaron.

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5 comentarios

  1. 1. Jesús López dice:

    Hola Alejandro. Un relato que es irónico ¿no? Al final resulta que Franz murió allí donde enviaba los cuerpos. Pese a que tiene una gran descripción sobre todo en temas militares y la imagen que quieres transmitir sea clara, me hubiera gustado que hubieras descrito la tortura o darle algo más de profundidad dramatica al relato. En cualquiera de los casos, es muy buen relato.

    Un saludo, soy el 91 por si te apetece visitarme

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 13:20
  2. 2. Osvaldo Vela dice:

    La trama es vívida y cruel, pero bien adaptada a los tiempos de guerra. Un verdugo Alemán que gozaba con el trabajo que desempeñaba.
    y que tenía un cementerio personal para desparecer a sus victimas: un campo de girasoles.

    La historia toma temple cuando la ironía hace su aparición. al verse forzado a huir utiliza el campo de girasoles y le toca como tumba a el.

    Una historia redonda bien contada y bien ambientada. sigue escribiendo.

    te felicito

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 21:47
  3. 3. Carmen Sánchez Gutiérrez dice:

    Hola Alejandro.
    Las descripciones son muy buenas, me parecía estar viendo una película por su realismo.
    En cuanto al final, sorprendente y con una clara moraleja.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 22:07
  4. 4. JGulbert dice:

    Hola Alejandro,

    Muy buena historia. Cruda la parte del interrogatorio, y eso que no te has extendido en más detalles. Para mí gusto tampoco hacía falta, es suficiente lo que cuentas.

    Quizás, por cuestión también de gustos, yo hubiera terminado el relato en “cuando el disparo de gracia le daba su fin.”, eliminando el último párrafo. Como lector, cuando llego a esa frase y veo el punto final, me llegará un chispazo y casaré la insignia y el número con el prisionero y tendré un momento eureka al darme cuenta de la ironía de lo sucedido. Me dejas el placer de descubrirlo.

    Como he dicho, es solo cuestión de gustos, no es una critica solo una idea compartida, el relato me ha parecido genial.

    Un saludo

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 10:46
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Hola Alejandro.
    Gracias por leer mi texto y tus amables palabras.
    Has escrito una historia muy interesante, llena de detalles y cruda, aunque has evitado muy bien que se convirtiera en algo macabro.
    Estoy de acuerdo con JGulbert en que sobra el párrafo final. Es una opinión personal, pero creo que la presencia del narrador autor es excesiva.
    Ha sido muy interesante leer tu relato,
    saludos

    Escrito el 30 septiembre 2018 a las 15:51

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