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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Los Girasoles - por Patricia

Marta estaba nerviosa desde la noche anterior, notaba que los adultos estaban alterados por algo, aunque no hubieran contestado a sus insistentes preguntas sobre qué había sucedido, contestándole simplemente que iban a ver a los abuelos.
Ahora se encontraba en el asiento trasero del coche de sus padres, sentada junto a su primo Miguel, que era un pelmazo. Tenía 16 años y todo lo que Marta hacía o decía le parecía demasiado infantil, aunque Marta era muy madura para su edad, 8 años. Todo el mundo lo decía siempre.
Habían madrugado para ir a buscar a Miguel y salir lo antes posible hacia el pueblo. A Marta siempre le había gustado visitar a sus abuelos porque ambos eran muy divertidos. La abuela le hacía pan frito con azúcar y canela para desayunar y el abuelo se la llevaba de paseo por las tardes a la muralla que rodeaba su pueblo, desde donde le contaba un montón de historias de cuando era joven. Allí le contó lo contentos que se pusieron cuando había nacido su madre, Almudena, la hija mayor. Y también cuando después nacieron su tío Félix y su tío Fernando. Cuando Marta le preguntó si no le había dado pena que no fueran también chicas porque los chicos son un rollo, su abuelo soltó una de sus risotadas características y le dijo que había que aceptar lo que Dios nos enviaba. Marta no comprendió muy bien a qué se refería, pero se rió ella también, porque le gustaba mucho que su abuelo le contara historias y no quería que dejara de hacerlo.
El verano anterior le había contado su historia favorita hasta el momento. Cuando Marta le pidió que le explicara cómo conseguían los girasoles doblarse como lo hacían, su abuelo le contestó: "Los girasoles necesitan el sol para alimentarse y crecer, están enamorados de él. Es lo mismo que me pasa a mí con tu abuela, que si está lejos, tengo que buscarla hasta que la encuentro porque no puedo vivir sin ella".
– ¿A qué hora empieza la ceremonia, tía Almudena? —preguntó Miguel.
– Es a las 12h, vamos con tiempo, no te preocupes —contestó Almudena, girándose para dirigir una sonrisa a Miguel y a Marta.
– ¿Qué ceremonia? —preguntó Marta, intentando que alguien le explicara por qué iban al pueblo de los abuelos si no era verano ni navidades.
– ¿Crees que me dejarán grabarlo, tía? —continuó hablando Miguel, como si Marta no hubiera intervenido en la conversación—, quiero utilizarlo para un trabajo de Historia que tengo que hacer sobre la guerra civil y seguro que se quedan todos impresionados con el abuelo.
– ¡Claro que sí! Verás qué contento se va a poner cuando vea lo interesado que estás en todo este tema… Antes no le gustaba hablar de la guerra, pero parece que con la condecoración se ha ilusionado un poco.
– ¿Qué condecoración, de qué estáis hablando? —insistió Marta.
– Es un premio que le dan a tu abuelo por los actos heróicos que hizo durante la guerra, Marta —intervino su padre—, salvó a muchas personas y por eso le van a dar una medalla.
– ¡Qué bien! ¿Crees que me dejará ponerme la medalla después?
-Claro que no, ¿no ves que eres una mocosa? —murmuró Miguel, haciéndola rabiar.
Marta le sacó la lengua con rabia y se dedicó a mirar por la ventana para no seguir escuchando a su primo hablar de cosas aburridísimas de una guerra de la que ella no sabía nada.
– ¿Cuánto queda para llegar? —preguntó Marta, aburrida de mirar un paisaje monótono que no le daba ninguna pista.
– Quedan unos quince minutos para llegar a los girasoles, ¡yo te aviso! —le contestó su padre dedicándole una sonrisa cómplice, ya que Marta le había contado la historia que le relatara previamente su abuelo y lo bonito que le había parecido el relato del amor de sus abuelos.
Cuando su padre le avisó de que iban a comenzar a atravesar los campos de girasoles, Marta pegó la cara al cristal como hacía siempre para no perderse el espectáculo de hilera tras hilera de girasoles mirando en la misma dirección, vigilando al ser que más querían, el sol.
Esas flores tan majestuosas le recordarían siempre a su abuelo.

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15 comentarios

  1. 1. María Jesús dice:

    Hola Patricia: Tu relato me ha parecido muy tierno y bien narrado. Le he leído un par de veces y no le encuentro fallos significativos. Las frases están bien construidas y resulta ameno y se lee de un tirón. Yo opino que has hecho un buen trabajo.
    Un saludo.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 17:07
  2. 2. Berundgaar dice:

    Qué bonito y qué tierno. Y qué bien retratados los sentimientos de Marta. O bien no hace mucho que dejaste de ser niña el o la que todos llevamos dentro no ha desaparecido. Me lo he pasado bien con tu relato. No dejes de escribir. Nos leemos.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 21:19
  3. 3. Fuciños dice:

    Hola Patricia
    Bonita historia con un ritmo adecuado. Llegué a pensar que iban al funeral del abuelo por la pequeña intriga que generaste en la niña. Mi relato el 59

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 01:20
  4. 4. Doralú dice:

    !Hola Patricia!

    Un hermoso relato lleno de ternura e inocencia. Es de fácil lectura y muy ameno. Sabes administrar el misterio del motivo del viaje. Me gustó que la relación de la niña y su primo es tal cual como pudiera ser en la vida real.
    En cuanto a la forma, hay unos pequeños detalles en relación a los guiones de dialogo, nada de importancia ya que no alteran el relato.

    Un abrazo

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 03:36
  5. 5. Patricia dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios, la verdad es que es la primera vez que publico un relato en esta página y me ha gustado mucho la experiencia. Creo, además, que lo habéis leído con ojos generosos.
    Tengo que admitir que no es un texto que haya trabajado demasiado, Marta es uno de esos personajes que se meten en tu cabeza en el momento justo y me ayudó a hablar de un tema que tan complicado me resulta.
    Voy a seguir leyendo relatos, gracias de nuevo por leerme.
    Un saludo,
    Patricia.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 09:39
  6. 6. Laura dice:

    Hola Patricia.
    Tu relato es hermoso, dulce y fresco,muy bien logrado.
    Me encantó lo del amor del abuelo por la abuela como los girasoles con el sol.
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 20:58
  7. 7. Galia dice:

    Buenas tardes Patricia: me gustó tu relato y algo que me conmueve cuando leo textos de vosostros es la presencia de la Guerra Civil como marca indeleble y eterna. Desde estas latitudes, Argentina, nos suena algo ajena pero nos contextualiza una sociedad marcada por la misma.
    Sigue escribiendo y te seguiremos leyendo. Estoy en el 152.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 23:23
  8. 8. Don Kendall dice:

    Hola Patricia,
    Gracias por este texto. Los elementos y la trama están bien dispuestos y el lector no se siente forzado. De cualquier manera quizá merezca la pena ver como suprimir tanta familia aportando personajes. La relación de los abuelos (bien planteada como está), la relación de los niños (como está) y la relación de esos dos universos con el contexto lejano y a la vez presente de la guerra civil.
    Quede claro que es tu relato ¿eh?, y es un comentario tan despreciable como el de cualquiera.
    Gracias

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 23:15
  9. 9. Jaime dice:

    Hola, Patricia:

    Me ha gustado mucho leer tu relato. Parece personal y auténtico, como una historia contada en familia. Se lee muy bien y despierta interés también en lo que no se cuenta, especialmente la historia del abuelo en la Guerra Civil.

    Sí es verdad que en algunos momentos me resultó un poco esquemático o confuso; por ejemplo: dices que a Marta le gusta visitar a sus abuelos porque son muy divertidos, pero la descripción posterior de lo que hace con ellos creo que va más allá del adjetivo “divertidos” (aunque entiendo que estás imitando la voz infantil de Marta). Igualmente cuando dices que los abuelos se alegraron mucho cuando nació la hija mayor; como lector, inmediatamente pienso que hay una historia relacionada con su nacimiento, que se alegraron por alguna causa concreta más allá de la simple alegría que pueden traer los niños.

    No sé si lo que te comento tiene sentido, pero fue lo que experimenté mientras lo leía: que ahí había cosas que se podían desarrollar o pulir en cuanto a lenguaje.

    En cualquier caso, tal como está resulta fresco y natural, lo que ya en sí es una virtud.

    Nos leemos, ¡un saludo!

    P.D. He visto algunos paralelismos entre tu historia y la mía. También un abuelo y sus memorias sobre la Guerra Civil, así como un campo de girasoles avistado desde la ventanilla del coche por un niño/a que le recuerda al abuelo. Curioso 🙂

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 14:36
  10. 10. Rufino Manzaneque Ramos dice:

    PROYMAN dice:
    En primer lugar gracias por leerme, en segundo lugar a veces aunque releas se pasa algo, comento tu relato y me gustado especialmente la visibilidad descrita en la visita a los abuelos destacas la guerra aun quedando en segundo plano y la emoción de la niña al enterarse de lo de la medalla queriendo colgársela ella misma.
    Otro saludo para ti y nos leeremos de aquí en adelante.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 17:57
  11. 11. jesus dice:

    Buenas noches Patricia.
    Bonita historia,contada de una forma sencilla y tierna, haces que el lector comprenda tanto el carácter de Marta como el de su primo Miguel, tan contrapuestos. Me gustan las metáforas de la naturaleza que empleas y además se lee muy bien sin obligar a una relectura, lo cual es de agradecer… las cosas sencillas son las mas valiosas.
    Un saludo

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 04:16
  12. Hola Patricia.

    A mi me ha gustado, sobre todo, la forma tan natural de hablar de la Marta (y la de pensar), y no hay saltos bruscos entre los pensamientos y los diálogos. La naturalidad es un plus en este relato.

    Has sido una niña mientras escribías Patricia, (y me has hecho sentir a la niña), no ha habido intromisiones de las voces adultas, siempre focalizando el relato desde el punto de vista de Marta, en este sentido es perfecto.

    Un gustazo leerte Patricia.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 13:14
  13. 13. Patricia dice:

    Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, es un auténtico lujo recibir comentarios tan positivos. Me encanta el ambiente que se ha creado en esta página de colaboración y apoyo mutuo entre todos.

    Haré caso a vuestras recomendaciones para el siguiente reto.

    Un saludo,

    Patricia.

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 11:58
  14. 14. Charola dice:

    Hola, Patricia. Me encantó tu texto.
    Destila ternura. El narrador es omnisciente, pero has escogido a Marta como la protagonista para contar la historia a través de ella. Has sabido llevarnos hasta el final guardando sutilmente el secreto de que el abuelo ha participado en la guerra y que va a ser condecorado. Tu texto se lee de un tirón y deja el sabor dulce al terminarlo.
    Algunos mejorables:
    -dieciséis años y ocho años, en letras.
    -doce del mediodía también en letras.
    -«Los girasoles necesitan el sol para alimentarse y crecer, están enamorados de él. Es lo mismo que me pasa a mí con tu abuela, que si está lejos, tengo que buscarla hasta que la encuentro porque no puedo vivir sin ella». Es mejor utilizar estas comillas.
    -Después de la raya de diálogo de inicio no dejes espacio (me parece que has utilizado la raya más corta que la otra raya de diálogo. Usa la misma).
    -seguro que se quedaRÁn…
    -heroicos (sin tilde)
    -“rabiar y rabia” están muy cerca. Te sugiero utilizar un sinónimo en alguno.
    -“aburridísimas y aburrida”, también están muy cerca.
    Me parece que es tu primer relato en Literautas. Te felicito.
    Aquí aprenderás mucho. Un saludo y un beso. Bienvenida.

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 01:57
  15. 15. María Esther dice:

    Hola Patricia, un gusto leer tu trabajo. Las historias donde los personajes son niños y abuelos, siempre son tiernas. Me gustó mucho la tuya, además porque ve la guerra desde lejos, con ojos de niña, premiando al abuelo por las vidas que salvó.
    Nosotros en Uruguay, conocemos las terribles historias de la guerra por nuestros padres, que a su vez las oyeron de nuestros abuelos, o de los libros.Son de las guerras cuerpo a cuerpo y de a caballo.
    Después desgraciadamente tuvimos la dictadura militar que dejó muertos y desaparecidos, que aún no sabemos que destino llevaron.
    La verdad, que no participé en el reto porque no supe como hacerlo.
    Sigue escribiendo.Saludos, estoy en el 150

    Escrito el 27 septiembre 2018 a las 21:20

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