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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Los girasoles - por Carlos Jaime Noreña

Web: http://ocurr-cj.blogspot.com

El barrio La Mónica, de clase media, limita con la comuna occidental, donde con frecuencia se dan intensos combates entre las bandas que disputan su control territorial. Cierto sábado, les toca en el barrio pasar el día encerrados en sus casas por temor a las balas perdidas de los irregulares que ocasionalmente bajan hasta allí persiguiéndose a los disparos. Fernando le propone a Natalia escaparse el domingo temprano en la moto, todo el día, bien lejos, para tener un respiro de esa guerra. Ellos están enamorados, pero el padre de ella se opone insistentemente; no le gusta el muchacho, y ya.

Ella acepta de inmediato y no avisa en casa. Se van por la carretera hacia oriente y se les antoja entrarse por las vías de penetración, rodeadas de amplios cultivos de girasoles. Se extasían contemplando aquel mar amarillo; resuelven dejar la moto y caminar por entre las flores; mientras caminan, el le cuenta de la guerra de precios, originada en que dos años atrás los girasoles fueron muy bien cotizados en EEUU, todos los floricultores se dieron a sembrar esta planta y ahora hay sobreproducción.

Enterado de la fuga, el “suegro” manda a Migdonio, su ayudante de confianza, a buscarlos, también en moto. “Tienen que estar por el oriente. Allá es donde le gusta ir a Fernando”. Sale pues el emisario a toda velocidad y va guiándose por el camino con las preguntas muy acertadas que sabe hacer a la gente. Parece todo un buen detective.

Está Fernando explicándole a su cariñito muy seriamente, con todo detalle, lo del problema comercial de los floricultores, cuando ella se pone a hacerle caricias en el pecho. El tiene que ceder, ella baja hacia la cintura y sigue mas abajo.

–¿A donde vas?
–Estoy bajando como los precios de las flores, pero si tengo éxito se va a producir un alza.

El muchacho, nervioso, le pide dejar ese ‘jueguito’ para más tarde y la compensa con un beso; se la lleva, de la mano, hacia adelante, le sigue explicando su tema y le propone llegar hasta una casita que se ve a lo lejos sobre una pequeña colina.

Migdonio tiene la corazonada de que los muchachos se perdieron por entre los cultivos, así que toma también una vía de penetración, mas se le acaba súbitamente, tras una curva, frente a un depósito, y tiene que dar marcha atrás, contrariado; ha perdido tiempo precioso, se le van a escapar.

Siguen su caminata nuestros enamorados, pero la chica, ansiosa, insiste de nuevo en sus caricias, en el mismo punto donde iba cuando fue interrumpida. Por fin penetra hasta el lugar deseado y sigue acariciando; el pierde el control y reproduce sobre ella las caricias recibidas, en forma suave pero apasionada. Cuando se acerca el éxtasis, se recuestan sobre el blando piso acogedor, se aligeran de lo que estorba y dejan que vayan pasando los minutos y las convulsiones.

Siguen tendidos un largo rato entre besos amorosos; va cayendo la tarde, el cielo, ya un tanto azul oscuro, está salpicado de nubecillas doradas, ocres y encarnadas; Natalia dice que los girasoles están fascinados con su amor porque se han inclinado a contemplarlos; el, sonriente, le responde, acariciándole suavemente los cabellos:

–Eso indica que es tarde; ya tenemos que emprender el regreso.

Se incorpora la chica con pereza (quisiera quedarse allí toda la noche), componiéndose el peinado y el ropaje y le suelta estas palabras: “Ya sé por qué mi papá te hace la guerra”. Sin responder, se levanta el muchacho con prontitud, componiéndose con descuido y revisando por dónde deben caminar hacia la moto.

Volviendo hacia allá, escuchan el rugir de motores de una potente motocicleta. “Parece la de Migdonio”. No alcanza Fernando a arrancar la suya, cuando llega aquel a su encuentro.

–¡Hola! Qué difícil encontrarlos a ustedes. ¿Qué hacían por aquí?
–No es de tu incumbencia, responde Natalia agriamente y se arregla mechones de pelo que todavía le caían a la cara.
–¿Tenemos que pedirte permiso para salir a dar una vuelta? Dice Fernando y en ese momento cae en cuenta de que tiene ‘cojos’ los botones de la camisa y los reacomoda turbado.
–¡Ahhh! ¿No se han acabado de arreglar? Creo que llegué en mal momento, pero deben de haberla pasado muy bien. Naty, voy a decir a tu papá que no los encontré. Valió la pena la fuga. Chao. ¡Disfruten del resto del día!

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14 comentarios

  1. 1. Jaime dice:

    Hola, Carlos Jaime Noreña:

    He leído con mucho interés tu relato. Me parece muy bien escrito y planteado. Quizá me distrae un poco que el tiempo verbal esté en presente, pero puede que sea algo puramente personal. Realmente no sabía qué iba a pasar al final, y por ello lo leí de un tirón. Sin embargo, no estoy seguro de que el final me satisfaga completamente: esperaba algo un poco más “espectacular”, relacionado con el planteamiento inicial de enfrentamiento entre bandos, el padre que se opone, etc. Creo que tu final lo deja abierto a continuación, a más desarrollo, y por eso no me quedo completamente satisfecho. Pero imagino que eso es también una buena señal 🙂

    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 12:02
  2. 2. ortzaize dice:

    hola lo leo de tiron y quizas me resulta largo , asi como el final como dice mi compañero, le tenias que hacer con un poco mas de imaginacion, y que el papa diga que no alguna cosa que termine no tan suave.
    bueno dentro de la guerra de cuadrillas, esta muy bien , saluditos.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 14:59
  3. 3. De vuelto dice:

    Sospecho que se te han acabado las palabras porque pintaste un gran escenario y construiste los personajes de manera consistente, para un final tan abrupto e intrascendente. Hay que revisar un poco la ortografía pero en realidad me interesó. Creo que lo puedes mejorar.

    Mi relato es el #52

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 11:22
  4. 4. Mikal Neshamá dice:

    Hola Carlos, coincido con los comentarios, el final fue como un ¿Ya? ¿Eso es todo?, pero también me gustó que era una guerra económica y no territorial. Felicitaciones.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 17:56
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Hola Carlos.
    Has planteado una historia muy interesante pero a mí me parece incompleta.
    Describes detalladamente el ambiente y, sin embargo, no desarrollas lo que dice Naty:”ya sé por qué…”,que me parece lo más importante del relato.
    “Estoy bajando como los precios de las flores, pero si tengo éxito se va a producir un alza.” me ha parecido una frase brillante.
    Me ha gustado leerte.
    Saludos

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 18:12
  6. Muchas gracias a Jaime, ortzaize, De vuelto y M. L. Plaza por sus estimulantes comentarios.

    Si se me permite, doy unas aclaraciones…

    Acepto lo de la ortografía si a la ausencia de algunas tildes se refiere. Es que soy del bando de los rebeldes contra esos estorbitos. Y me valgo de la libertad que dio la RAE para prescindir de algunas de ellas. No perdono las que van en las esdrújulas o en las graves de tales casos y agudas de tales otros, por todos muy bien conocidos; también acepto las que sirven para resolver ambigüedades; pero no hay necesidad de tildar “¿A donde vas?” si del contexto queda claro que se está preguntando por el lugar a donde alguien se dirige.

    Me gustan los finales abruptos, los que no nos resuelven todo y nos dejan tema para seguir pensando. Tengo varios cuentos así. En el cine hay mucho de eso, y esas son las películas valiosas.

    Y este relato mío que parece sin concluir, mirándolo más, se ve concluido: los muchachos se salieron con la suya y el padre no tuvo éxito en su oposición.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 02:11
  7. 7. Diego Alba dice:

    Hola Noreña, valiente relato el tuyo.
    Tengo que decir que estoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Sentí el final como “de compromiso” como cuando se acaba el presupuesto de una telenovela.
    Sí, es sorpresivo, pero lo detallado del resto exige un final más acorde.
    Lo de Migdonio, vaya empleado de confianza.
    “se aligeran de lo que estorba y dejan que vayan pasando los minutos y las” ¿convulsiones?
    Bueno suficiente crítica para un texto que merece mucho la pena. La historia es muy buena. Felicitaciones.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 05:46
  8. Muchas gracias, Diego.
    Reflexionaré sobre lo de los finales, porque muchos me hacen énfasis en eso.
    Saludos.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 16:49
  9. 9. Vespasiano dice:

    Hola Carlos:

    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

    El tuyo me ha gustado y como los otros compañeros eaperaba algo más contundente o más sádico del final. Quizá una violación del tal Migdonio después de cargarse al chico.
    Las consecuencias de la violación y la paternidad del futuro bebé sería sin duda atribuible al chico que había abusado de la muchacha. El tal Migdonio, sin embargo, se habría quitado el “mochuelo” de encima y solo habría cumplido con su deber.

    Por otro lado desconozco esa libertad que dices ha concedido la RAE para que omitamos las tildes que nos parezcan innecesarias. Creo que lo importante es aprender a utilizarlas bien.

    Recuerdo a otro compañero del taller que no ponía ni una, además de jactarse de ello. Coclusión, su relato había que leerlo tres veces cada párrafo, porque no se sabía, por mostrar apenas un botón, si decía “esta” o “está”.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 21:43
  10. Las tildes necesarias hay que marcarlas, no podemos degenerar el idioma. Pero “esta le reclamó por no saludarla” resulta tan claro como “ésta le reclamó por no saludarla”; ahí sobra la cargosa tilde.
    Saludos a todos.

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 00:45
  11. 11. Patricia Redondo dice:

    Hola Carlos!

    gracias por pasarte por mi relato a comentar , hago lo propio con el tuyo.

    Coincido con los que opinan que el final es apurado. Falta tensión , dramatismo, en una historia que comienza con guerras de banda , sigue con una persecución y acaba con un “¿la pasaron bien? pues entonces nada , chau…”. No sé esperaba otra cosa…

    Otra cosa que no me ha gustado mucho es que el tono es demasiado enunciativo , no sé como explicarlo. Parece más una crónica periodística.

    Luego sin embargo tiene detalles geniales y un humor picaro que me gusta mucho. Como la parte en la que la novia , harta de explicaciones comerciales, comienza a acariciarle:

    ella baja hacia la cintura y sigue mas abajo.

    –¿A donde vas?
    –Estoy bajando como los precios de las flores, pero si tengo éxito se va a producir un alza.

    o

    Siguen tendidos un largo rato entre besos amorosos; va cayendo la tarde, el cielo, ya un tanto azul oscuro, está salpicado de nubecillas doradas, ocres y encarnadas; Natalia dice que los girasoles están fascinados con su amor porque se han inclinado a contemplarlos

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 12:12
  12. 12. Vespasiano dice:

    Hola Carlos:

    Como veo que insistes en hacer valer algo que expresaste sin ningún fundamento, sin ánimo de polemizar, y con el máximo respeto, me permito intentar dejar claro la diferencia que hay entre “la libertad” que según tu criterio había concedido la RAE y “la normativa” emitida por la propia Academia, para el uso correcto de la puntuación de los pronombres demostrativos.

    Tú escribes: «Me valgo de ”la libertad que dio la RAE para prescindir de algunas de ellas».

    REFERENCIAS
    RAE (2017). Consultas lingüísticas > El adverbio solo y los pronombres demostrativos, sin tilde.
    Real Academia Española (2010). Ortografía de la lengua española. Páginas 721-728.

    Desaparece la tilde en los pronombres demostrativos
    La norma es, pues, no marcar la tilde en los pronombres este, ese, aquel, ni en sus femeninos, ni en sus plurales.
    Nunca se han marcado, ni debe hacerse ahora, en los neutros, esto, eso, aquello.
    No sobra aclarar que el sustantivo este, «Al este del Edén», no lleva tilde, y que sí la llevan inflexiones del verbo estar como esté, está y estás, «cuando él esté listo», «Juan está armado», «porque estás que te vas y te vas».

    ¿QUÉ QUIERE DECIR ESTO?
    Antes de esta «nueva regla de acentuación», se diferenciaba entre los pronombres demostrativos (ésta, ésas, aquéllas, …) y los adjetivos demostrativos (esta, esas, aquellas, …) colocando una tilde diacrítica a los primeros. Por ejemplo:
    •Esta enciclopedia es mejor que ésa. –> Ésa sustituye a «esa enciclopedia» y evita repetir el sustantivo.
    •Ésta es la mejor de esas enciclopedias. –> Ésta sustituye a «Esta enciclopedia» y evita la repetición del sustantivo.
    A partir de esta nueva norma de la RAE, las tildes de los pronombres demostrativos desaparecen.
    Los ejemplos anteriores se reescribirían ahora correctamente eliminando la tilde de: éste, ésta, éstas, éstos, ése, ésa, ésas, ésos, aquél, aquélla, aquéllas y aquéllos:
    •Esta enciclopedia es mejor que esa. –> Esa sustituye a «esa enciclopedia».
    •Esta es la mejor de esas enciclopedias. –> Esta sustituye a «Esta enciclopedia».

    ¿POR QUÉ SE HA DECIDIDO ELIMINAR LA TILDE?
    Esta decisión se llevó a cabo con el objetivo de homogeneizar los principios de acentuación de la lengua española y según estos:
    Las palabras agudas acabadas en consonante distintas de «n» o «s» NO SE ACENTÚAN.
    Las palabras llanas terminadas en vocal, «n» o «s» NO SE ACENTÚAN.

    Por lo tanto los ejemplos que citas: «esta le reclamó por no saludarla»” resulta tan claro como «ésta le reclamó por no saludarla»; están debidamente recogidos dentro de la norma y no al capricho de cada uno de nosotros, que es lo que te quiero decir. Estamos hablando de lo mismo sin ponernos de acuerdo.

    Espero haberte ayudado. Si no es así, lo siento. No lo hacemos bien o mal según nuestro criterio, sino porque nos hemos saltado la norma.

    Bueno, seguiremos escribiendo que es, intuyo, lo que más nos gusta.

    Felicidades.

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 13:09
  13. Nos vamos poniendo de acuerdo, Vespaciano. A mi me había llegado la noticia como que la Academia había dado la libertad; no fue esto, sino una norma. Esta es aun mejor, pues quita de un tajo el estorbo.
    También se me había dicho que la tilde diacrítica permanecía solo para los casos críticos y revisando veo que no es así; que es obligatoria siempre; pero en este caso sigo siendo rebelde, pues el contexto resuelve la duda, como en “A mi me había llegado la noticia…”. Ahí nadie va a confundir ese “mi” con un posesivo. Para terminar, aclaro que sigo siendo religioso, como lo dije antes, con las reglas de acentuación (excepto la que acabo de mencionar).

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 21:25
  14. Ahora caigo en cuenta de que cometí un error de ortografía en tu nombre, Vespasiano. Me disculpas.

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 23:18

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