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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LOS GIRASOLES - por Roger Nhicap

Con el entierro de mi abuelo, Elías, empecé 1972. Un triste comienzo de año.

Al día siguiente visité los campos que hoy constituyen el Santuario de Girasoles de Tabasco. Apenado, recordé las historias y leyendas que me contaba, en este mismo lugar, sobre la Revolución Mexicana. Al momento, me invadió una sensación de serenidad y relajación que tonificó mi memoria.

Vivíamos cerca de aquí y en verano lo acompañaba en sus paseos por estos cultivos de girasoles, donde nos deteníamos a contemplar el porte y colorido de las plantas, que se mecían suavemente cimbreadas por la acción del viento.

Al mediodía, sentados bajo unos árboles comíamos quesadillas, tamales y fríjoles refritos. Mientras, me narraba las hazañas de la División del Norte, al mando de Pancho Villa: la crónica sobre la toma, en 1914, de la ciudad de Torreón al ejército federal permaneció grabada en mi cerebro. Nunca la olvidé porque el abuelo, en aquella época, regentaba la cantina de su tío en Gómez Palacio, población vecina a Torreón. Y, además, conocí la historia de Adela Velarde.

En 1913, ella, una joven inquieta y risueña, tenía trece años y pertenecía a una familia acomodada de Ciudad Juárez. Desobedeciendo a su padre se hizo enfermera y se incorporó a un regimiento de la División norteña: abandonó la holgada vida familiar y se subió al tren revolucionario para atender a los heridos del contingente villista.

Era una rebelde, llevaba la valentía en la sangre, que sobresalía por su hermosura y por la generosidad con la que actuaba. Pronto se convirtió en una figura popular entre los revolucionarios. Se enamoró de un sargento que por las noches, acompañado de su guitarra, cantaba este corrido dedicado a ella:

“En lo alto de la abrupta serranía
acampado se encontraba un regimiento
y una moza que valiente los seguía
locamente enamorada del sargento”

Adelita era la consentida del regimiento y la canción fue adoptada por el ejército de Villa convirtiéndose en el mito de “Las Adelitas”, nombre que se dio a las mujeres que acompañaban en campaña a los revolucionarios.

Un atardecer, después de una cruel batalla cerca de Gómez Palacio, la tropa regresó al campamento tras dar sepultura a los compañeros fallecidos en combate, incluidos los restos del cuerpo del sargento que murió destrozado por una granada enemiga.

Esa misma noche, Adelita desolada por la muerte de su amado se refugió en la cantina. Allí encontró consuelo en el hombro de Elías que permaneció en vigilia durante cinco jornadas, pendiente de su restablecimiento emocional. Esa desinteresada atención evolucionó hasta una estrecha camaradería. Cada noche le cantaba:

“Popular entre la tropa era Adelita
la mujer que el sargento idolatraba
y además de ser valiente era bonita
que hasta el mismo Coronel la respetaba.”

Al principio supuse que aquella relación era algo urdido por la mente del abuelo. Pero, no fue así.

Él, que era un tipo audaz, bien parecido y enamoradizo, también suspiraba por Adelita. Primero le ofreció cobijo en la cantina, más adelante el matrimonio, pero ella continuó la lucha en la Revolución sin renunciar a la amistad que habían construido. Convivieron un año en armonía y, quizá, fueron amantes aunque el abuelo nunca me lo dijo; tampoco lo negó.

Sin embargo, sí afirmaba orgulloso que había compuesto la última estrofa del corrido, un homenaje al sargento:

“Y si acaso yo muero en la guerra,
y mi cadáver lo van a sepultar,
Adelita por Dios te lo ruego,
que por mí no vayas a llorar.”

Me costaba desmentir ese testimonio, porque el abuelo fue un hombre lúcido, honesto y de reconocida bonhomía.

Al terminar la Revolución, ambos tuvieron que rehacer sus vidas como muchos compatriotas. Él regresó a su Tabasco natal y Adelita se trasladó a Ciudad de México, donde, años después, se reencontró con el Coronel del corrido: se casaron y compartieron el resto de sus vidas. Adelita falleció en Texas en septiembre de 1971, tres meses antes que el abuelo quien nunca olvidó a la orgullosa joven mexicana, una adelantada a su tiempo.

Amigos, si algún día viajáis a Tabasco, caminad entre estos esplendorosos girasoles y haced como ellos: orientar la mirada en dirección al sol. A continuación, cerrad los ojos y evocar el relato que acabáis de leer, inspirado en hechos históricos mixturados con una pizca de leyenda y fantasía.

Entonces, en vuestra mente se reproducirá el canto del abuelo, Elías:

“Y si Adelita quisiera ser mi novia
y si Adelita fuera mi mujer
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.”

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12 comentarios

  1. 1. Ana Roda dice:

    Hola Roger.
    Cómo me ha gustado esta historia de Adelita, cuya canción tantas veces he entonado.
    Se nota escrito desde el corazón y eso despierta los sentimientos de los lectores.
    Espero algún día viajar a Tabasco para evocar este relato.
    Muchas gracias
    Si me quieres leer, estoy en el 114

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 17:09
  2. 2. Otilia dice:

    Hola Roger Nhicap,
    Un placer volver a leer tus relatos.
    En esta escena has conseguido emocionarme. Siempre me han gustado las historias sobre los abuelos.
    Muy bien la canción de Adelita.
    Felicidades. Saludos.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 18:26
  3. Me ha gustado la historia y el relato. Se siente la nostalgia del narrador. Había escuchado nombrar algo de Las Adelitas pero no conocía alguna historia al respecto. En cuanto a la canción la desconozco pero supongo ha de ser popular en México.

    Saludos desde Venezuela.
    Si me quieres leer, estoy en el 23

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 04:29
  4. 4. Miranda dice:

    Hola Roger:

    Me lo he pasado genial, conociendo el origen de “mi canción”. Me llamo Adela “Adelita para los amigos”. Y siempre que alguien me conoce en ambiente de fiesta, me la cantan, cosa que de joven me molestaba pero ahora me divierte.

    Ya tengo algo más que ver en México, donde tengo una hermana y alguna vez iré de visita.

    En cuanto a correcciones hay una frase, que me parece que esta mal construida:

    “Era una rebelde, llevaba la valentía en la sangre, que sobresalía por su hermosura y por la generosidad con la que actuaba”

    Parece que la palabra sobresalía se refiere a la valentía en la sangre y no ha su hermosura y suena un poco raro.

    yo pondría:

    “Era una joven rebelde, que sobresalía por su hermosura y la generosidad con la que actuaba y que llevaba la valentía en la sangre”

    Pero es solo una sugerencia. No recordaba que fueras mejicano y quizá sea un localismo. Escribes tan español, castellano que creo que no te lo había notado nunca y mira que he leído un montón de relatos tuyos, o quizá se me ha olvidado. Tambien puede ser que al escribir en primera persona te hayas metido tanto en el papel que se confunde la realidad y la ficción. Si es así lo has hecho genial, te has documentado sobre el lugar y la época histórica mezclandolo con la fantasia y danto la sensación de una historia totalmente autentica.

    Felicitaciones, una vez más

    Me alegro de que volvamos a coincidir por aquí.

    Un saludo y un abrazo

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 16:53
  5. 5. Osvaldo Vela dice:

    Hola Roger, Mira que me has hecho llorar. acabo de escribir en el texto de Gina Loyola (74) otra copla de la Adelita Con la historia de la “Leva” conocida por mí a través de mi abuelo.

    Tu constancia y testimonio llevan a mi imaginación mas lejos y mas cerca de lo que fue esta gesta revolucionaria. La parte a la que me refiero es:

    Si Adelita se fuera con otro,
    La seguirla por tierra y por mar.
    Si por mar en un buque de guerra
    Si por tierra en un tren militar.
    Esto, solo par completar las coplas.

    Te agradezco de sobremanera tu aportación a nuestra historia. Solo queda una duda en mi mente:
    ¿Fueron las musas o fue tu abuelo la inspiración de este texto

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 22:22
  6. 6. Laura dice:

    Hola Roger.
    Gracias por pasar por mi relato y dejar tu comentario.
    Con respecto al tuyo, narras una buena historia basada en hechos verídicos. Yo conocìa la copla que te dejò Osvaldo Vela, no las anteriores. Pero bueno, no soy de Mèxico.
    Mis saludos por tu recuerdo a las adelitas, las que aquì en èpocas anteriores se llamaron las fortineras (mediados a fines de siglo xix).
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 11:43
  7. 7. Roger Nhicap dice:

    Hola compañeros,
    Me siento muy satisfecho por vuestros comentarios tan interesantes y agradables.
    *Ana Roda, gracias y te recomiendo que si viajas a Tabasco visita también el resto de estados de la península de Yucatán, es una tierra mágica. Pasaré pronto por tu relato.
    *Amiga Otilia, es bonito saber que te emocionaste al leer mi texto. Gracias y pronto paso por el tuyo.
    *Daniel, gracias desde un rincón de España. La canción de Adelita la conocen todos los mexicanos y en España los que superamos los 50 años, la gran mayoría. Te visitaré lo antes posible.
    *Miranda, por un impulso súbito te contesté en mi visita a tu texto(110). Ahora ya sabes que no soy mexicano, pero sí un enamorado y conocedor de ese maravilloso país. Gracias por tu sugerencia, es correcta.
    *Mi cuate Osvaldo, menuda sorpresa me has dado. Vaya coincidencia(he leído tu comentario al texto de Gina Loyola(74)). La estrofa que citas ya la conocía, es de las más famosas, pero encajaban mejor las otras en el contexto de la trama. Me documentaré más sobre la Leva.
    Que sepas que mis abuelos era españoles y no conocieron México. Todo fue producto de las musas, dosis de fantasí y el cariño hacia tu país. Gracias.
    Pronto te leo.
    *Laura, agradezco el comentario. Cuando de joven hice las Milicias Universitarias en Monte la Reina, Zamora/España, durante las largas marchas a que nos sometían los mandos, nuestras adelitas (veo que en Argentina se denominan fortineras) que nos seguían y nos vendían bebidas, bocadillos y tabaco, se conocían
    por las ”chiquiriteras”. Te asegura que su presencia nos alegraba los reconfortantes descansos.
    Gracias de nuevo y un abrazo a todos.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 19:51
  8. 8. Osvaldo Vela dice:

    Roger, debo de reconocer que la vida da muchas vueltas, yo acabo de descubrir una para la tuya.

    Hace años en una reunión entre amigos de alcances etéreos, se me preguntó si yo creía en la vida después de la vida

    Mi respuesta fue no tener los conocimientos suficientes para opinar sobre ello. Pero agregué que como escritor cada vez que le daba vida a un personaje yo vivía otra vida.

    Con el abuelo, al que le das vida en la historia, ya eres descendiente de un mexicano y por lo tanto tienes la ciudadanía que tus letras te regalan. Hola paisano.

    Saludos de nuevo.

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 21:47
  9. 9. Roger Nhicap dice:

    How!!, este elogio es un gran regalo para mí. Gracias Osvaldo por tu generosidad.
    Te espero en la escena de octubre.
    Un abrazo

    Escrito el 29 septiembre 2018 a las 08:59
  10. 10. Monica Galindo dice:

    Hola Roger.
    Tu relato realmente me pareció muy bueno. La primera vez lo leí y lo disfruté a pleno, después lo releí varias veces y no le encuentro fisuras. Se lo nota auténtico y muy creíble. Esta listo para el libro.
    En cuanto al desafío y ya en otro plano, los girasoles aparecen pegados con alfileres al principio y al final de un relato que no los necesita.
    Excelente pieza, te felicito.
    Moni.

    Escrito el 29 septiembre 2018 a las 18:38
  11. 11. marazul dice:

    Imposible no tararear la famosa canción mientras iba leyendo tu relato. Creo que a todos nos ha pasado, incluso Osvaldo sigue la estrofa…Has conseguido que cantemos todos los literaturas ja,ja,ja..
    Has tenido una gran idea al inspirarte en la valiente y bella Adelita. Consigues captar la curiosidad del lector y entretener. Por otro parte te comento que afortunadamente pertenecemos a esa generación que no ha vivido una guerra. Es por eso, Roger, lo importante de escuchar a nuestros abuelos, recoger historias vividas por ellos… de primera mano.
    Todo escrito en un lenguaje muy correcto y con ese toque de fantasía/ficción que convierte la historia en algo tuyo.
    Me ha gustado mucho.
    Saludos

    Escrito el 29 septiembre 2018 a las 18:50
  12. 12. Roger Nhicap dice:

    —Mónica, muchas gracias por tu agradable comentario. Tenía ganas de escribir sobre Adelita y me decidí hacerlo en esta escena con independencia de los requerimientos que exigiesen. Te espero en octubre. Un abrazo
    —marazul, muchas gracias. Me alegra que te gustase porque me importa mucho la opinión de mis escritores favoritos del taller.
    Pienso que es importante saber escuchar a cualquier persona, en especial a nuestros seres queridos que por razones de edad nos ganan en experiencia. Para mí, la experiencia y el sentido común son dos virtudes que valoro en una persona. Te seguiré leyendo. Un abrazo.

    Escrito el 30 septiembre 2018 a las 19:22

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