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Los girasoles - por Carmen Ramarama
La tierra yerma. Cuarteado el suelo sin vestigios de vida. A lo lejos aparecía la imagen moviéndose con dificultad, en el espejismo caliente y ondulante. Tal vez medio muerto de sed, con su caballo, el niño conducía en aquel infierno al aire libre. Sólo protegida su cabeza por un sombrero amarillo de fibra. Castigado por el sol de la siesta, iba en busca de la manada. Ni rastros de ella. Siguió andando por la cañada, que otrora transitara el río. Nada le hacía presagiar el final de la travesía. Sonrió al ver que varios de sus terneros estaban regresando. Los conocía muy bien, hasta tenían nombre cada uno de ellos.
Algunos nubarrones comenzaron a poblar el cielo hasta ahora diáfano, inmaculado. Juan bendijo las nubes porque le aliviarían el camino de regreso. Siguió hasta llegar al último de los animales y emprendió el arreo hacia el frente de tormenta, pues hacia allí quedaba la casa. Comenzó la bendita lluvia para regocijo del ganado que apuró el paso. Juan quedó apenas retrasado, observando feliz el disfrute de sus reses bajo el agua que las refrescaba. Él también prestaba su cara hacia arriba para sentir el alivio al calor.
El chaparrón cesó de pronto. Un rayo rezagado alcanzó al niño mientras subía por la suave loma. Allí quedaron Juan y su caballo calcinados. El ganado continuó la marcha sin reparar en la pérdida de su arriero. Entonces, allí, comenzaron a brotar girasoles en aquella tierra hasta entonces estéril. Saludaban al sol que había regresado para iluminar el arco iris. Eran blancos sus pétalos como el alma de Juan y el centro amarillo, como su sombrero de fibra.
Hola Carmen.
Has creado una bella leyenda.
Tienes dos veces la palabra allì muy junta, que salta, màs en un relato tan breve. Tal vez puedes reemplazarla una de esas veces.
Por lo demàs,muy bien escrito.
Mis saludos.
La verdad es que impacta ese giro al final. Te deja noqueado.
Bien escrito. Me ha gustado.
Estoy en el 49 por si te apetece pasarte
Ibas muy bien, no me ha gustado que eliminaras al rapaz. Aunque sea de mentirijillas.
No sé si te falta revisión, pero veo algunas frases muy poco naturales en español. Además, abusas del participio. En algunas frases la concordancia entre sujeto y verbo es incorrecta (hasta tenían nombre cada uno de ellos -> el verbo debería ser tenía)
Mi consejo es que no te compliques en demasía, a veces menos es más.
Un saludo
Buenas, Carmen.
Me ha gustado el relato, aunque para llamarse “Los girasoles” creo que estos tienen demasiada poca presencia.
No sé si será tu estilo de escritura, pero algunas frases me han parecido un poco raras, no sabría decir qué, si es porque son demasiado cortas o la gramática que tienen.
Un saludo.
Hola, me encantaron las imágenes que has creado con tus palabras, muy creativo, me gustoo. Solo un pequeño detalle quería apuntar, y es que a veces se hacia un poco forzoso leerlo, y no porque no sea interesante, sino porque le faltaba un poco de fluidez, fuera de eso me pareció genial. Mi relato es el 158, me gustaría tu opinión ya que soy muy nueva 🙂
Hola Carmen,
La historia me ha resultado un poco pausada, quizás debido a tanta puntualización o porqué alguna frase no entendí bien. Pero sí me ha gustado el giro final que le das tan inesperado.
Felicidades y sigue escribiendo.
Un saludo.
Hola Carmen,
Al igual que a Rosanna la historia me ha parecido muy pausada. Además, me faltó algo más de desarrollo en la parte en la que el rayo alcanza al hombre.
El argumento me parece bueno, enhorabuena, pero la forma en la que transmites el mensaje no tanto.
Mi texto es el número 27 por si te quieres pasar 🙂
Carmen:
Hermoso y contundente relato.
Creo que el nombre del niño (Juan) debería aparecer antes para que el lector se identifique mejor con él.
Dudo que los girasoles crecieran tan pronto luego del rayo mortal. Debería haber una indicación del paso del tiempo
Estoy en el 157 por si quieres leerlo y comentar
Saludos
Amadeo, Argentina
Hola Carmen, muy tierna tu historia y al final le das un toque de realismo mágico con esos girasoles que nacen tras el sacrificio de Juan.
Nos seguimos leyendo.
Saludos.
Galia
Hola Carmen:
Me gustó el relato.
Si bien anticipas al comienzo que algo va a pasar: “Nada le hacía presagiar el final de la travesía”, hubiese preferido que no fuera el niño el que se muriera.
Hay varios adjetivos en el texto.
Me gustó participar por primera vez con ustedes. Saludos desde el 102
Hola Carmen!
Tu historia me resultó atrapante.
Me introdujo en esos campos desérticos y solitarios.
Un niño pequeño a merced de las inclemencias climáticas.
Parece que la naturaleza le jugó una mala pasada,por un lado lo alivió con la esperada lluvia y por el otro un rayo fulminante que acaba con su vida.
Inesperado final.
Me gusta como pasas de un escenario a otro de forma inmediata.
Muy buenas imágenes creadas con palabras.
Nos seguimos leyendo.
Hasta pronto!
Gracias a todos por leer mi texto, por sus observaciones y sugerencias. Son muy valiosas para mí y las tendré en cuenta para las próximas intervenciones. Saludos.
Hola Carmen!
Me gustó mucho tu historia. Sentí la aridez de esos paisajes, la lucha de ese niño en su labor y me sorprendiste con el final. Muy agradable leerte.
Saludos