Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Los girasoles - por Randolfo

LOS GIRASOLES
El amanecer era esplendoroso, como nunca lo había visto la región. Apenas el sol se levantaba por encima de las montañas del oriente e iluminaba con sus rayos las montañas que al occidente limitaban la represa. El cielo lucía azul, con escasas nubes como ovejas, blancas y tranquilas. Abajo, las aguas de la represa, aún sin la luminosidad del sol, apenas mostraban su verde esmeralda. Extrañaba el sonido del violoncelo de Ralph. Me pareció verlo, sentado con su violonchelo en el pequeño muelle que servía de atracadero a las lanchas que atravesaban la represa, llevando los campesinos de uno y otro lado; a su lado su fiel Mac, un viejo sabueso que había llegado con Ralph y Hillary a vivir al lugar. Eran un par de pensionados americanos. Él, ingeniero, había estado como asesor de los constructores de la represa por allá en los años 90 y Hillary, antropóloga de la Universidad de Nueva York lo había acompañado en su viaje. Fue amor a primera vista del lugar y prometieron regresar. Lo hicieron años después. El día de su arribo fue festejo para los habitantes de la vereda. Hillary era una mujer rubia, delgada y a pesar de sus años mostraba lozanía en la piel de su rostro. Se bajó de la lancha con elegancia, portando en su mano derecha una pequeña sombrilla para protegerse del sol y sonriendo como siempre la vi, incluso durante su enfermedad pasados algunos años de su llegada.
Pocas semanas después de la muerte de Hillary, Ralph preparó un pequeño lote para sembrar girasoles. Al verlo atareado en su labor fui a visitarlo. “La extraño”, me dijo. “Ahora debe estar mirando el resplandor del Creador, como lo hacen los girasoles jóvenes, girando hacía donde está el sol”. Pensé que el nombre de girasol le recordaba a Hillary por la pronunciación y en su regular español se confundía. Cuidaba de los girasoles como si fueran un pequeño crio y pronto crecieron, brotando sus enormes flores.” Sabías que estas plantas se originaron hace más de 2000 años antes de Cristo”, me comentó un día. “Han visto mucha de la historia de la humanidad”, reflexionó. “En la guerra Civil en mi país, dicen que un joven pudo salvarse de los que le perseguían para matarlo, al esconderse entre un enorme sembrado de girasoles”. Abría sus enormes ojos azules para expresar su admiración. Yo solo reía al verlo porque no podía creer su historia. “Además”, continuó, “los granjeros la utilizaban como alimento, tostando las semillas”. Acariciaba las hojas. “Son suaves, como la piel de Hillary” y mientras lo hacía, el brillo que tenían sus ojos se apagaba. “Algún día estaré con ella, mirando el resplandor también”. Se dio vuelta y levanto su mano en señal de despedida. Entendí que quería estar solo. Al poco rato oí su violonchelo. Interpretaba las sonatas de Bach para violonchelo, sus favoritas, siempre sentado en el muelle, frente a las verdes aguas.
Una mañana, Mac llegó a mi casa con esa mirada taciturna de perro viejo. Ladró, se dio la vuelta y me miró nuevamente. Lo seguí pues presentí que algo había sucedido. Allí, entre los girasoles yacía el cuerpo inerme de Ralph, con su rostro al sol y una sonrisa dibujada. Como los girasoles.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. 1. Arameo dice:

    Hola Randolfo, me gusta la historia. Creo que el inicio es un poco lento, tarda en iniciarse la acción. Podrías iniciar de lleno con el violonchelo de Ralph, o mejor aún, la muerte de su esposa. Creo que el desarrollo es muy bueno, muy entendible y disparatado, con las historias de Ralph. Creo que el final es bueno, pero yo dejaría fuera la ultima parte: “como los girasoles” es sobre explicar. Creo que con la frase anterior es suficiente, yo la pondría como: “Entre los girasoles yacía el cuerpo de Ralph, sus ojos, al igual que ellos, parecían apuntar hacía el sol”.

    Espero te sirvan un poco mis comentarios, es solo mi humilde opinión. Por favor pasa por mi texto, no21. Saludos!

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 15:16
  2. 2. Galia dice:

    Buenas tardes Randolfo, muy tierno tu relato y le das a los girasole la relevancia que amerita el título. Si quieres pasar por el mío, estoy en el 152.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 23:15
  3. 3. JGulbert dice:

    Hola Randolfo,

    Me ha gustado el relato. En este caso, cuestión de gustos, me ha enganchado la tranquilidad con la que comienza el cuento.

    Yo quizás hubiese distribuido el texto en párrafos, para facilitar la lectura. Visualmente (cosas mías) también queda mejor.

    Lo dicho, buen relato y bien escrito.

    Un saludo

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 19:22
  4. Muy bonito y nostalgico relato coincido con Arameo. Tu inicio me recuerda a muchos escritos mios. Solo que en este caso al ser tan corto y por la tematica no me cuadra tanto. Por otra parte recomiendo al menos en este escrito separarlo en parrafos mas cortos.

    Saludos desde Venezuela
    si puedes y gustas mi relato es el 23.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 01:06
  5. 5. Amadeo dice:

    Randolfo:

    Muy lindo el relato. Romántico y bien escrito.
    Lo que marco es la repetición de palabras: principalmente “sol” y “Violonchelo”.

    Estoy en el 157 por si quieres leerlo y comentar
    Amadeo Argentina

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 01:58
  6. 6. Ceyla dice:

    Hola Randolfo. Primero tengo que decir que es una bella historia y a pesar de ser nostálgica, tiene un final feliz. La sonrisa del Ralph al morir me deja la impresión de que por fin se encontró con su amada Hillary.
    Coincido con lo que te han dicho antes. Las descripciones del inicio retardan la acción, te recomendaría que primero nos hablaras de Ralph y su esposa y luego nos describieras el hermoso lugar donde vivían, esto para que el lector se enganche con la historia.
    También creo que este texto debería ir dentro de signos de interrogación: “¿Sabías que estas plantas se originaron hace más de 2000 años antes de Cristo?”. En el relato no los lleva y parece una afirmación, no una pregunta.
    De resto todo perfecto. Te felicito.

    Escrito el 25 septiembre 2018 a las 00:38

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.