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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Los girasoles - por Ana Roda

El tío Félix no era como otros adultos. Nunca adoptaba ese aire de superioridad que suelen exhibir los mayores cuando juegan con los niños.
Nico lo esperaba ansioso cada tarde y, en cuanto oía el motor del tractor, salía corriendo a su encuentro, desoyendo los estériles gritos de su abuela que le conminaba a permanecer en su silla para acabar las tareas de la escuela.
Le encantaba escuchar, de boca de su tío, la fascinante historia de la infancia de los girasoles.
En los primeros días de aquel caluroso verano de 1936, Nico se levantaba cada día, sin pereza ninguna, para poder observar el ritual del ordenado ejército de plantas verdes y amarillas que, como un océano vegetal, reducía la casa a una pequeña península que solo se comunicaba con el continente por el polvoriento camino que partía de la entrada.
Al despertarse, buscaba rápidamente el sol y, a lo largo del día, se iba fijando en su posición. El tío Félix le había explicado que los girasoles, cuando son jóvenes, siguen el recorrido del sol de este a oeste, como las agujas de un reloj. Y que, cuando llega la noche, vuelven a girar en sentido contrario hasta colocarse en posición de salida para el siguiente amanecer.
Al final del día, él también agachaba su cabecita y se metía cansado entre las sábanas. Normalmente, no había nada que lograra sacarlo de su sueño en toda la noche. Sin embargo, en los últimos días, se había despertado varias veces, sobresaltado por un ruido desagradable y chirriante que, en un primer momento, no identificaba. Una de esas noches se levantó y se aproximó hasta el pasillo. Tras aguzar pacientemente el oído, constató que el sonido provenía del aparato de radio que había en la cocina y permaneció quieto y silencioso para poder escuchar la conversación que mantenían su abuela y su tío.
La abuela parecía muy preocupada y se refería, con insistencia, a las noticias que estaban dando en la radio. Nico no se atrevía a acercarse más, para no ser descubierto, por lo que solo le llegaban palabras sueltas, pero lo que sí percibía muy bien era el tono sombrío de las mismas. Su tío trataba de aparentar tranquilidad, pero no parecía transmitirla porque la abuela insistía con firmeza y con un tono cada vez más fuerte, audible desde el pasillo: “Tienes que irte. Van a venir a buscarte, igual que hicieron con tu hermano Luis”.
Unos días más tarde, cuando los girasoles empezaban su declinar diario y el niño esperaba, como de costumbre, el sonido familiar del motor del tractor, se interpuso el ruido inusual y asfixiante de una camioneta. Del vehículo descendieron unos individuos con actitud hosca y amenazante. La abuela intentó inútilmente que no vieran a Nico para que este pudiera ir a prevenir a su tío. Por desgracia, no hubo tiempo para avisos y lo único que consiguió Nico fue lastimarse el cuello al girarlo de forma brusca para ver a su amado tío, al que aquellos hombres se llevaban a empellones y culatazos.
Después de aquel día, Nico se quedó con la cabeza inclinada hacia un lado y la nuca rígida, sin que los médicos encontraran una explicación razonable. A nadie se le ocurrió relacionar esta extraña reacción con la de los girasoles que, al alcanzar la madurez, ya no vuelven a girar y se quedan mirando indefinidamente hacia el este.

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23 comentarios

  1. 1. MARIA RENE DONGO dice:

    Querida Ana, me encanto tu relato y me quedé con una pregunta: Porque mencionas el año 1936 ? es un año especial en tu vida. Es solo curiosidad.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 19:51
  2. 2. Ana Roda dice:

    Hola Maria Rene.
    Gracias por tu comentario.
    El año 1936 es cuando se inició la guerra civil española.
    Me planteé si dar más pistas para los lectores no españoles, pero al final preferí dejarlo solo sugerido.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 20:26
  3. 3. isan dice:

    Hola Ana:

    Me ha parecido un acierto tomar el movimiento de los girasoles y el cuello de Nico con el fuerte simbolismo que tiene. Por desgracia cualquier cosa que se cuente de este periodo no es suficiente para mostrar el horror de miles de madres, de hijos y aun hoy seguimos sin saber dónde están todos los Félix que “desaparecieron”.

    Buen relato. Sabes reflejar bien la angustia. Lo único que yo haría es hacer algún párrafo para facilitar la lectura ya que presentas todo el relato en un bloque.

    Ha sido un placer.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 22:03
  4. 4. Ana Roda dice:

    Gracias, Isan.
    Llevas toda la razón con lo de los párrafos.
    Originalmente los separé, pero a la hora de trasladarlo no sé qué hice que lo puse todo en un bloque.
    Encantada de leerte y de tus comentarios.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 08:56
  5. 5. JGulbert dice:

    Hola Ana,

    Fantástico relato. Me ha gustado mucho.

    Está muy bien escrito y he disfrutado con la lectura.

    Un placer leerte!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 20:34
  6. 6. Antaviana dice:

    Hola Ana,

    Me ha encantado tu relato, de verdad.
    No tengo ni un pero a nivel formal, y me ha atrapado para seguir leyéndolo hasta el final.
    Escribes muy bien!
    Te felicito

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 17:56
  7. 7. Ana Roda dice:

    Hola Antaviana.
    Muchas gracias por tu comentario tan generoso.
    Anima a seguir escribiendo y espero que mejorando.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 20:28
  8. 8. Obdulia MolinaJara dice:

    Me agradó mucho tu narración, es coherente y fluida, escrita en un lenguaje sencillo y ameno. tiene un inicio y un cierre interesante, creo que cumple con las intenciones del ejercicio.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 01:08
  9. 9. Ana Roda dice:

    Muchas gracias, Obdulia.
    Por visitarme y por dejar tu comentario.
    Nos seguiremos leyendo en próximas convocatorias.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 08:17
  10. 10. Conrad Crad dice:

    Hola Ana.
    Una historia sencilla con un final sorprendente y magnífico. Muy buen relato.
    Me gusta mucho como has encajado el tema de los girasoles en el relato. Muchas gracias por tus comentarios del mío.
    Te sigo leyendo. Saludos

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 10:27
  11. 11. Sower dice:

    Hola Ana.
    Tu relato es bastante emotivo, me emocioné leyéndolo hasta el final.
    La redacción es muy buena, se podría decir que impecable.
    Espero que continúes mejorando cada día

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 23:42
  12. 12. Ana Roda dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios, Conrad Crad y Sower.
    Seguimos leyéndonos en próximas ediciones.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 08:15
  13. 13. Don Kendall dice:

    Hola Ana,
    Me gusta este texto. Hay algunas sugerencias hechas en comentarios anteriores que suscribo.
    En cuanto a la anécdota y la trama cumple perfectamente con lo propuesto.
    No obstante, hay una historia potente que tal vez mereciese la pena aprovechar y profundizar. La secuela fisiológica en el niño como grito y mantenimiento de una memoria “hegemónica” silenciada por la memoria “dominante”. Es tu relato, pero creo que merece la pena experimentar la estructura de la voz narrativa desde el punto de vista del niño por ejemplo o de alguien próximo. No sé, sabrás disculparme este metomentodo que te largo. Técnicamente es correcto el narrador en tercera persona que utilizas, con omnisciencia controlada. Pero,es un tipo de relato con una fuerza bajo la superficie que tal vez merezca un par de vueltas, como digo.
    En resumen, es tu relato y como te dije, me gusta. Enhorabuena y gracias por el aporte

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 10:17
  14. 14. Ana Roda dice:

    Muchas gracias, Don Kendall.

    Me encanta tu comentario a mi relato. Me ayuda muchísimo para intentar mejorar.

    No he escrito mucho hasta ahora y creo que estos foros vienen muy bien para tener una visión externa de los textos.

    Así que agradezco infinito todas las sugerencias.

    Nos vemos en el próximo relato.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 12:40
  15. 15. M. S. dice:

    Hola Ana,
    Gracias por comentar mi relato.
    El tuyo me ha emocionado. Has sabido unir los dos temas e hilado la historia con magestuosidad.
    Gran trabajo.
    Nos leemos.
    Un saludo,
    M.S.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 12:52
  16. 16. Rufino Manzaneque Ramos dice:

    PROYMAN dice:
    Estimada Ana en primer lugar comentar tu relato bien estructurado en el tiempo describiendo lo que por desgracia sucedió en muchas casas, la radio era algo prohibido y no disponible en un nación empobrecida.
    Final sorprendente como debe ser en un relato.
    En segundo lugar darte las gracias por leerme y por tus comentarios.
    Saludos y espero seguir leyéndonos.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 18:19
  17. 17. Laura dice:

    Hola Ana.
    Me ha gustado tu relato. Imaginé que era de la época de la guerra civil española.
    Creo que te sobra un le, para cambiar por lo, y agregar una n a conminaba ya que eran los gritos, a mi entender quienes lo conminaban. Si fuese la abuela, hubiera puesto: desoyendo a la abuela que lo conminaba a permanecer en su silla: “…desoyendo los estériles gritos de su abuela que lo conminaban a permanecer en su silla para acabar las tareas de la escuela…” Ojo.No soy experta en escritura ni nada que se le parezca, tengo lagunas del tamaño de ocèanos, por lo que puedes buscar otras opiniones al respecto.
    Si te preocupaba en ese pàrraflo la presencia de dos lo, ya que tienes uno inicial, puedes modificarlo de modo eliminar el primero:
    Nico esperaba ansioso cada tarde. En cuanto oía el motor del tractor, salía corriendo a su encuentro, desoyendo los estériles gritos de su abuela que lo conminaban a permanecer en su silla para acabar las tareas de la escuela.
    Con el máximo respeto hacia tu trabajo,mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 22:46
  18. Hola Ana. He disfrutado leyendo tu relato, especialmente el giro brusco del cuello del niño y su paralelismo con los girasoles.
    Más que cumplido el reto de “girasoles y guerra”. El clima de temor conseguido… esa radio “Pirenaica seguramente” con el volumen mínimo y las cabezas de los oyentes pegada a las noticias.

    Te señalo Ana un par de repeticiones terminadas en “ente y ante” muy cercanas. “…asfixi -ante de una camioneta. Del vehículo descendieron unos individuos con actitud hosca y amenaz – ante. La abuela intentó inútilm –ente

    Por lo demás, te felicito por tu trabajo compañera. Me ha gustado mucho.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 12:04
  19. 19. Ana Roda dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios M. S., Rufino, Laura e Isabel.
    Es una suerte que alguien lea nuestros textos, fijándose con buen criterio en los fallos o temas mejorables.
    Los adverbios en ente me dieron problemas cuando escribí el relato y no había manera de quitarmelos de encima. Al final quedaron demasiados.
    También voy a revisar la frase de “le conminaba”
    Mil gracias a todos. Me encantan vuestros comentarios.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 19:03
  20. 20. Roger Nhicap dice:

    Hola Ana,
    Me ha gustado tu relato donde recuerdas un hecho típico en una guerra civil: las venganzas con final dramático por tener ideas distintas y, en muchas ocasiones, por enemistades, envidias, etc,… de tipo personal. Una guerra civil es un tremendo y horrible fracaso de convivencia democrática en cualquier Estado.
    El final con la equiparación del problema del cuello de Nico con los girasoles me parece un mensaje espléndido para cerrar el relato.
    Yo también opino que un tema tan familiar, relación tío/sobrino, tiene mayor impacto en el lector con un narrador en primera persona.
    Muy buena narración con pequeñas mejoras formales que ya te han señalado. Te felicito.
    Agradezco tu visita y comentarios a mi texto.
    Un abrazo.

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 16:42
  21. 21. Obdulia MolinaJara dice:

    Soy Obdulia Molina nro 115, no encuentro comentarios sobre mi relato, o no lo se buscar……

    Escrito el 27 septiembre 2018 a las 00:16
  22. 22. Ana Roda dice:

    Hola Obdulia.

    Los comentarios a tu relato están al final del mismo.
    Yo te mandé uno y creo que hay otros dos o tres más.

    Míralo y si no lo encuentras, coméntamelo y te lo transcribo aquí.

    Escrito el 28 septiembre 2018 a las 09:36
  23. 23. Vespasiano dice:

    Hola Ana:

    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

    Creo que es la primera vez que te leo y ahora intentaré comentar el tuyo lo mejor que pueda, tratando de no repetirme.

    Tu historia nos muestra una escena terrorífica que desgraciadamente se repetía con demasiada frecuencia tanto en un lado como en el otro de la contienda.
    No me asombra que esa violencia generara un trauma irrecuperable en el chico.

    Analizando el plano formal de la historia, con el debido respeto, te apunto lo siguiente:

    “Tienes que irte. Van a venir a buscarte, igual que hicieron con tu hermano Luis”. En esta oración creo que deberías haber puesto el guion de diálogo en vez de las comillas, ya que la abuela se está dirigiendo al tío: —Tienes que irte. Van a venir a buscarte, igual que hicieron con tu hermano Luis.

    Siendo yo un lector “más puñetero de la cuenta” y si ningún afán de desmerecer tu historia, pero con la intención de ser riguroso. (A mí me gusta documentarme, antes de escribir algún relato, acerca de la verosimilitud de los hechos y de los lugares cuando se trata de acontecimientos históricos), te diría que me ha sonado poco creíble que en el año 1936 hubiera muchos tractores en España. Yo soy bastante mayorcito y aunque no vivía en esa fecha (nací en 1941) ni moraba en un medio rural, si la memoria no me falla la primera vez que vi un tractor fue allá por el año 1958. Antes siempre había visto cuando iba al campo de excursión,e
    incluso en las películas en blanco y negro, el buey o el mulo tirando del arado y a los labriegos asalariados aventando el trigo en la era
    Esto no quita para que el señor Félix, fuera un agricultor adinerado dueño de una vasta finca y poseedor de uno de los poquísimos tractores existentes en la época en nuestro país

    De la revista “elEconomista.es” te transcribo lo siguiente:

    «Cien años desde la llegada del tractor a España»
    «Hoy día forman parte cotidiana del paisaje rural de nuestro país, pero hace poco más de sesenta años eran una rara avis en el campo español. El libro 100 años del tractor en España muestra el largo recorrido para la implantación de estos vehículos en nuestro país y su contribución a la mejora y evolución de la agricultura.
    En 1932 había 4.084 unidades censadas, una cifra que cayó en los años siguientes por la Guerra Civil y que no se recuperó en los primeros años de posguerra para evitar el desempleo rural».

    Bueno, como verás tu historia me ha interesado y es por ello que he ido a “buscarle los tres pies al gato” y aportarte algo de mi cosecha particular, que si te parece oportuno lo puedes tomar como un consejo o si te parece mejor échalo en saco roto.

    Felicidades y seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 28 septiembre 2018 a las 20:00

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