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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Los girasoles - por guiomar de zahara

Mamá, papá, Elsa, Patricia y yo, vivíamos en una casa muy bonita que tenía un gran jardín donde jugábamos mucho. Yo soy la mayor de las tres y mi cumpleaños es mañana: voy a cumplir seis años.
Íbamos a un colegio de monjas que estaba muy cerca. Pero llevábamos varios días sin ir. Yo no entendía el motivo, pero oía a mis padres hablar de guerra y que había que andar con mucho cuidado.
Yo me preocupé que Elsa –era la pequeña– no se cayera al suelo, pues eso debía de ser muy malo.
Después de cenar me fui a la cama sin protestar, aunque estaba muy nerviosa.
Cuando todos estábamos dormidos, llamaron a la puerta dando golpes. Nos despertamos y fuimos para la entrada, mamá nos obligó a entrar en el cuarto de baño y cerrar la puerta hasta que ella nos llamara.
Así lo hicimos. Oía voces pero no entendía nada. Luego vino el silencio.
– Niñas ya podéis salir.
– ¿Qué ha pasado?
– Han venido unos hombres para que papá les llevara a un sitio que él sabía. Pero no os preocupéis, mañana vuelve.
Pero no volvió.
Mamá lloraba todo el rato y hablaba mucho por teléfono. Nos dejaba a veces solas y no podíamos hablar alto y tampoco salir de nuestra habitación.
A los pocos días en una pequeña maleta, con nuestras mochilas llenas de comida, un jersey, unos calcetines y una bufanda, y mamá con una pesada maleta, nos fuimos de nuestra casa andando hacia el pueblo de los abuelos.
Yo pregunté:
– ¿Por qué no nos vamos en el coche?
– Están pinchadas dos ruedas y además no tiene gasolina.
Caminábamos de noche por unos sitios donde solo había casas hundidas y algunas personas mayores, que a veces nos daban un poco de agua y alguna fruta que tenían en un árbol. Atravesamos pueblos que ya no vivía nadie y no había casas con tejados, ni ovejas, ni tan siquiera gallinas –que siempre andaban de un lado para otro. Íbamos en silencio y de pronto mamá decía:
– Niñas quedaros quietas.
– Y veíamos pasar a hombres y algunas mujeres con cuchillos y fusiles.
Por el día nos escondíamos y descansábamos. Nos parábamos en alguna casa donde solo había piedras, a veces colchones para tumbarnos y cortinas que nos servían para taparnos si teníamos frío. No podíamos jugar a correr. Solo contar cuentos y cosas así.
Allí escondida vi como pasaban hombres y mujeres, con cuchillos y escopetas. Yo aprendí a distinguir pistolas, fusiles, navajas y ametralladoras.
Yo era la que preguntaba a mamá que qué pasaba.
– Es la guerra –lloraba y nos abrazaba.
En nuestro coche se llegaba enseguida a Valle Hondo un pueblo muy bonito, que era donde vivían los abuelos en una casa muy grande donde había caballos, cerdos, conejos y muchas gallinas: pero andando estaba muy lejos.
Nos dolían los pies, y mamá todas las mañanas, nos daba una crema y nos los vendaba, para descansar mejor.
Un día vimos un campo de girasoles grandes y bonitos cerca de una casa. Era ya casi de día y nos acercamos con mucho cuidado. A mamá le pareció que no había nadie. Cogimos uno de aquellos frutos y nos comimos entre todas las pipas ¡Qué ricas estaban! Después nos tumbamos muy encogidas –para que se nos viera menos– y nos quedamos dormidas enseguida.
Nos despertamos al oír la voz de un hombre que decía algo así:
– Vaya mujer tan bonita, ven que te voy hacer un favor y dejó el fusil en el suelo.
Mamá con los ojos en blanco al ver acercarse aquel hombre nos gritó:
– Correr y no paréis hasta que estéis muy lejos.
Yo entonces cogí le fusil y le disparé apuntando a la cabeza. El hombre se cayó en el suelo en un charco de sangre.
Yo no sé porqué las palabras no salen de mi boca. Llevo mucho tiempo sin hablar y en mi cabeza solo veo al hombre caído en la tierra y su cabeza rota como la de un muñeco.

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16 comentarios

  1. 1. Vespasiano dice:

    Hola Guiomar:

    Espeluznante relato narrado con el lenguaje propio de una niña, que lejos de la ficción, muestra la brutalidad de las guerras civiles (todas las guerras son malas), pero esta de la que tan sutilmente hablas (sin mencionarla), refleja lo peor de la especie humana. Y las consecuencias de los efectos colaterales que puede producir la crueldad.

    Desde el punto de vista formal, veo que has repetido (puede ser que a conciencia, al tratarse de una narración infantil, o porque aquellas armas le impactaran causándole terror), los siguientes párrafos:
    – Y veíamos pasar a hombres y algunas mujeres con cuchillos y fusiles.
    Allí escondida vi como pasaban hombres y mujeres, con cuchillos y escopetas.

    También he detectado lo siguiente: “Yo no sé porqué las palabras…”. Debería escribirse separado: “Yo no sé por qué las palabras…”.

    También a través del pueblo citado Valle Hondo, he podido situar el escenario de la historia en la provincia de Ávila.

    Felicidades.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 18:50
  2. 2. JUANA MEDINA dice:

    Hola Guiomar,
    Tremenda historia que refleja tantas otras similares. Me desconcertó un cambio de tiempo verbal, cuyo motivo no entendí:
    “Mamá, papá, mis hermanas y yo vivíamos.. . con un patio qeu tenía… y de golpe saltamos a Soy la mayor…. mañana voy a cumplir seis años. Creo que ahí hay algo que no va, o acaso falte agregar alguna cosa del estilo de “hasta ayer”…Tu lo verás, pero me quedó descolocado.
    Por lo demás, muy buen relato.
    Saludos

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 21:58
  3. 3. guiomar de zahara dice:

    Vespasiano ¡¡gracias!!
    La guerra, la crueldad… me produce un rechazo incontrolable.
    me ha costado mucho escribir estas líneas, máxime -y esto es una cuestión personal que no sé si es a modo de disculpa- he estado ingresada en un hospital y no precisamente por la gripe. Mañana vuelvo. espero poder escribir en octubre.
    Tomo buena cuenta y tienes razón en todo. Lo corrijo de inmediato. repito las gracias.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 07:48
  4. 4. guiomar de zahara dice:

    Juana: ya me he acostumbrado a tus comentarios siempre acertados. este mes ha sido complicado para mí – aunque no es excusa – o se escribe bien o no. Y esta vez ha sido una redacción de principiante. Te agradezco de corazón tus suaves palabras, tenían que haber sido más fuertes.
    Un abrazo y hasta la próxima.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 07:54
  5. 5. ortzaize dice:

    huffff impresionante, relatas muy bien ,con algunos errores que te dicen los compañeros, pero sera la edad ….con casi seis años..
    no se puede hacer mejor.
    me parece que no se olvidan los recuerdos de la guerra.
    Como los mayores ocultaban a los pequeños para que no sufririan
    .. bueno y el final de poner los pelos de punta.
    saludos.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 14:52
  6. 6. Everett_Russo dice:

    Hola Guiomar,

    Me ha gustado tu relato. Creo que has hecho una buena elección con la voz del narrador, esta niña inocente que aprende a defenderse en un mundo loco. Supongo que las repeticiones léxicas han sido a conciencia y no sé si algunos otros errores que ya me han chirriado más, como el imperativo de segunda persona del plural de correr. Hay alguna que otra expresión que, en mi opinión, desentona con el habla de la niña: “luego vino el silencio”, “ni tan siquiera gallinas”…

    También me ha parecido que el final, el último párrafo, era un poco demasiado macabro con respecto al estilo del resto del relato, que, como ya he dicho, me ha parecido una gran elección.

    Pero, a pesar de estas pequeñas críticas, no quiero quitarle mérito a lo que has conseguido: una historia que atrapa y consigue que nos identifiquemos con la protagonista. Enhorabuena!

    Nos leemos!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 21:18
  7. 7. María Jesús dice:

    Hola Guiomar: Tu relato me ha gustado mucho, al ser la narradora una niña tiene un toque infantil que contrasta con la historia cruda que relata. El final me ha parecido sorprendente y muy lógico el shock que experimenta la niña.
    Un saludo.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 16:44
  8. 8. Violeta dice:

    Hola Guiomar!
    Atrapante tu relato.
    La imagen de los entretelones de la guerra son crueles para una niña, dejan marcas imborrables en su psique.
    Esa situación la describes con tanta precisión que se siente la crudeza y la vulnerabilidad a la que se somete a personas inocentes, por eso la reacción final tan intempestiva.
    Menos mal que es sólo un cuento, ojalá no se tenga que crónicar nunca jamás el dramático episodio que conlleva la guerra.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 21:26
  9. Vaya ese final no me lo esperaba y lo peor es que me dejo en incognita de como continua :S

    Muy buen relato fluido y atrappante, me ha gustado mucho la forma en que esta narrado :d

    Tremendo tema y relato.
    Saludos desde Venezuela
    Si puedes y deseas pasar mi relato es el 23.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 01:20
  10. 10. Don Kendall dice:

    Hola Guiomar,
    Gracias por el esfuerzo. Hay algo o alguien que merece la pena cuidar siempre en este oficio o afición. Es el lector. En este texto, encomiable en muchos aspectos , se presenta una situación inverosímil: una niña de seis años, apuntando con un fusil a la cabeza de un hombre, disparando y dejándolo fuera de combate. Es inverosímil porque el lector no tiene ninguna constancia de que pudiese tener esa preparación. La voz narrativa no prepara al lector, no le da ningún posible agarre, solo sabemos que iba a un colegio de monjas, y eso no es soporte suficiente para la acción que va a tener después.
    En resumen y EMDO , tal vez merezca la pena resituar el desenlace.
    Quede claro que es tu relato . Gracias por el aporte

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 22:43
  11. 11. Chus Galego dice:

    Hola, Guiomar. Me ha llamado la atención tu relato porque, como en el mío, la protagonista es una niña. Aunque le veo algunos errores gramaticales, como ya te han señalado. Es un cuento ameno de leer y bien resuelto al final. Aunque resulta inverosímil por la edad de la pequeña. Si fuera una adolescente resultaría más creíble. Pero muy bien. Me ha gustado.
    Un saludo.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 16:21
  12. 12. Noemi dice:

    Hola Guiomar, gracias por pasarte por casa.Tengo el placer de leer un cuento tuyo aunque sea uno muy cruel(¿ puede haber algo más espantoso que un niño que mata? Y sin embargo así sucede, no solo es verosímil, es real).Como podrás ver lo que escribes me llega muy hondo y resulta muy difícil de comentar porque lo subjetivo predomina y la reacción solo puede ser emocional, con lo que te estoy diciendo que el relato es buenísimo tal como yo lo veo.Para cumplir con los deberes:
    “preocupé que” es:preocupé de que.¿no es espantoso preocuparse por semejante menudencia? en fin. hay que mantener la cara. Nos volvemos a leer en octubre, un abrazo muy fuerte.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 00:08
  13. 13. Charola dice:

    Hola, Guiomar.

    Me sorprendió el final, me chocó. Nada hacía prever que acabaría así. No sé si una niña de seis años pueda manipular un rifle. (Una vez me invitaron a un club de tiro y me consta que el rifle es pesado y cuando gatilla salta). Quizás una pistola sea más sencilla, aunque también es pesada.

    Bueno, dejando los tecnicismos, tu relato me gustó, está bien estructurado, incluso el final, pero habría que preparar al lector para evitar el “Deus ex machina”.

    Felicitaciones.Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 06:03
  14. 14. De Vuelto dice:

    Tal cual lo han expresado antes, el relato pierde verosimilitud con la edad de la niña. Entiendo que quieras expresar inocencia, pero existen personas inocentes de todas las edades. La idea de la acción final de la niña es buena, pero necesita más soporte.

    Mi relato es el #52

    Escrito el 25 septiembre 2018 a las 11:47
  15. 15. marazul dice:

    Hola Guiomar: siempre me gusta leer tus relatos que, en algunos aspectos, me recuerdan a los míos. Me refiero a contar historias que aparentemente parecen ingenuas pero con un contenido duro. Encuentro a una Guiomar en su estado puro: todo es de color de rosa hasta que zas…nos topamos con la realidad más cruda. El final de la narración suma puntos a la historia. Y no porque sea bonito, sino porque es real y tremendo. Ese contraste me gusta.
    Es verdad, y creo que ya te lo han apuntado, que la niña es pequeña para atribuirle ciertos pensamientos. Y además dices que es una niña de seis años que habla en pasado, con lo cual los hechos o fueron muy recientes o era más pequeña aún. Creo que este punto podría tener fácil solución; o bien le subes la edad a la niña o deja dicho que los hechos ocurrieron cuando la protagonista tenía seis años.
    Un relato muy de tu estilo que se lee con facilidad.
    Un abrazo, Guiomar

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 17:11
  16. 16. marazul dice:

    Guiomar, amiga, espero que ya estés repuesta de ese lapsus de salud.
    Cuídate mucho y quedamos otra vez en octubre.
    Un beso

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 17:15

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