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Los girasoles - por Daniel Escobar Celis
Web: https://multiverso-historias.blogspot.com/
La luz de la mañana se cuela entre los agujeros de láminas corroídas. Tras sonidos metálicos y secos un par de niños ingresan por una abertura. El olor a recinto viejo y húmedo impregna el lugar polvoriento. La niña y el niño se desplazan entre el laberinto de vasijas, botellas y objetos rotos. Un pequeño frasco llama su atención, y al leer la inscripción se preguntan. ¿Qué son los girasoles?
***
Las risas risueñas de pequeñuelos recorren el campo de girasoles. Los juegos se ven interrumpidos por un estruendo surcando los aires. De la nada se escucha un sonido sordo que hace que la tierra se estremezca a la vez que una luz ciega todo a su paso. Luego. Oscuridad.
Reinar se despierta al escuchar el despertador. Jadea por algunos segundos antes de levantarse. —Solo ha sido una pesadilla— se repite a sí mismo. Con su único brazo se limpia las lagañas, se desviste y toma un baño. Los años de práctica han logrado que pueda realizar con relativa facilidad la mayoría de tareas. Sin embargo, algunas de ellas como enjabonarse su brazo requieren el uso de su boca y un poco de gimnasia. Reinar camina entre los objetos y la ropa desparramada por el suelo hasta dar con algo en su mochila que ponerse. En su cuerpo se pueden ver las marcas de quemaduras, recuerdos indelebles de su bélico pasado.
Reinar encuentra destrucción en cualquier dirección que observa. Montañas de escombros, casas, edificios y estructuras derrumbadas. Autos y autobuses calcinados. Vehículos blindados desmantelados y restos de municiones. Mientras más observa, más irreconocible se hace su ciudad natal.
En la última década se había dedicado a recorrer el mundo colaborando con organismos internacionales en contra de la guerra. Aquella que le había quitado todo lo que tenía cuando pequeño. No importaba cuantas penas, desgracias y devastación hubiese visto en todo ese tiempo. Nada podía prepararlo para el golpe de ver la desolación en su propia tierra.
Se encuentra con su grupo a las afueras de la ciudad. De inmediato comienza su trabajo de fotografía mientras varios de sus compañeros reparten medicinas y alimentos. Personas de todas las edades con ropas desgastadas hacen filas para recibir su parte. Entre los escombros multitudes de niños juegan como si fuesen objetos de un parque. Reinar sonríe al verlos, y al poco tiempo un grupo de ellos llama su atención. Al acercarse ve a un niño acuclillado, su corazón retumba de emoción al ver debajo suyo lo que reconoce como pequeños brotes de girasoles.
Los niños lo guían hasta una montaña de restos debajo de la cual dicen haber encontrado las semillas. Su corazón se encoje y le cuesta armarse de valor para entrar por el agujero. Se le dificulta maniobrar por el estrecho lugar pero logra llegar hasta lo que parece un salón. Al ver lo que queda de una mesa y sus sillas le vienen imágenes a su mente. “Una sonrisa de ternura maternal tras servir el desayuno, unas más grandes y firmes manos para el trabajo y una familia unida”. Algunas lágrimas resbalan por sus mejillas y las limpia rápidamente. Los niños en su emoción por llevarlo hasta el lugar en donde encontraron los frascos no lo notan. Finalmente tras varias cajas destrozadas logran dar con algunos frascos aun intactos de semillas de girasoles.
Años después aquel hombre regresaría cámara en mano y una sonrisa risueña para hacer un reportaje en el lugar, al tiempo que contemplaba a pequeñuelos recorrer un campo de girasoles.
Hola Daniel, admiro tu capacidad de estructurar el relato. Bastante limpio y directo. Me gusta el aire distopico que propones. El inicio me gusta, todo el desarrollo también. Siento un poco flojo el final, pero también está estupendamente narrado. Como el personaje principal regresa a su hogar y encuentra las semillas. Muy bien. Felicidades! Por favor pasa por el mio y dime que te parece. Saludos! #21
Hola Daniel Escobar Celis
Me gustò bastante tu relato! Se me hizo muy tierno. Y concuerdo con Arameo, la forma en la que estructuras tu relato es impecable. Felicidades 🙂
Estoy en el 111, por si gustas leerlo y comentarlo. Bonito día!
!Hola Daniel Escobar Celis!
Un buen relato. Me ha gustado mucho las descripciones del ambiente, son precisas, abundantes y dan una imagen completa del lugar. Me agradó que a pesar de los estragos causados por la guerra en su cuerpo, Reinar conserva su capacidad de amar.
Un abrazo
Buenas, Daniel Escobar Celis.
Me ha gustado tu relato, me ha parecido que está bien escrito y llevado.
Aunque he encontrado alguna frase que me ha sonado rara:
-“Sin embargo, algunas de ellas como enjabonarse su brazo requieren el uso de su boca y un poco de gimnasia.”. Hay dos su demasiado cerca y uno de ellos es fácilmente sustituible por un el o la.
– “Aquella que le había quitado todo lo que tenía cuando pequeño.”. Diría que falta un “era”.
– ” su corazón retumba de emoción al ver debajo suyo lo que reconoce…”. Debajo suyo diría que no es gramaticalmente correcto, debajo de él sería lo correcto.
Nos leemos.
Un saludo.
Hola Daniel: Me ha gustado mucho tu texto, relatado de una manera que te emociona. Se hace muy ameno y resulta muy comprensible. Es de los que te dejan buen sabor de boca aunque el tema sea la guerra.
Un saludo.
Buenas tardes Daniel Escobar Celis: Lo primero que quiero es pedirte disculpas porque no te pude devolver tu visita a mi relato. Estaba de vacaciones y disponía de muy poco tiempo.
Este mes he querido leer tu relato y comentarlo.
Me ha gustado mucho la imagen del personaje sobreviviente manco.
Físicamente lisiado y ¿emocionalmente? También.
Has introducido los girasoles en medio de la destrucción y esto nos ha dado esperanzas que se han cumplido. La naturaleza ha empujado con fuerza el desarrollo de unos brotes de girasoles y años más tarde se han convertido en una plantación.
Enhorabuena. Un saludo, Menta
Saludos Daniel:
Una buena descripción de un escenario bélico donde los niños son las víctimas de la irresponsabilidad bélica que se ha apoderado de la humanidad.
Una triste realidad que la palpamos a diario.
Saludos
Hola Daniel. Me gustó mucho tu cuento, la historia tan tierna en medio de la desolación y la destrucción. Me resultó muy directo el último párrafo. Nos leemos. Si quieres pasar por el mío estoy en el 101.
Hola Daniel,
Lo primero que tengo que decirte es que he estado a punto de continuar la lectura después de esto: “… a su paso. Luego. Oscuridad.” Reconozco que las oraciones cortas me suelen producir más tirria que otra cosa, pero, sinceramente, no veo la necesidad de lo que has hecho ahí. El simple hecho de omitir el verbo ya hace que “oscuridad” sea más prominente; una simple coma habría bastado para dar un poco más de enfásis y pausa a la frase.
¿Hay alguna razón para la elección del nombre de tu protagonista? ¿Tenía que ser un infinitivo? ¿Hacía falta repetirlo tanto?
No encuentro el posesivo necesario una vez has usado el reflexivo en “enjabonarse su brazo”. Puede ser que tenga que ver con tu variedad del español/castellano, pero, de cualquier forma, no creo que haga falta.
¿Por qué “retumba” el corazón (palabra que repites dos veces muy seguidas) del protagonista? No nos queda claro -a mí por lo menos-.
La estructura me parece confusa en extremo. Hay demasiados saltos en la historia como para que seguir el hilo resulte sencillo. Del segundo al tercer párrafo cambias completamente de escenario, del tercero al cuarto, también. Por si fuera poco, todo está narrado en presente, excepto el quinto párrafo en pluscuamperfecto, contribuyendo a una mayor confusión.
Para acabar con una nota positiva, y en parte para disculparme por haber sido tan duro con el texto, creo que tienes potencial para hacerlo mucho mejor.
Un saludo.
Hola, Daniel.
Disculpa la tardanza y muchas gracias por leer y comentar mi relato.
El tuyo, me gustó el inicio lo veo muy potente, pero lo que sigue me resultó algo confuso. Has recreado a Reimar y el trabajo de este con fines antibélicos. El mensaje es claro en esta parte, por que te felicito.
En cuanto a lo formal ya te han dicho, no voy a repetir.
Me encantó leerte. Sigue escribiendo que eres fijo en mis lecturas.
Saludos.
Seguimos
Hola Daniel. Tu relato está lleno de buenas descripciones que fácilmente ubican al lector en los lugares en los que se desarrolla la historia que, en mi opinión, está muy bien contada.
Sólo tengo una sugerencia: cambiaría “Luego. Oscuridad.” por “Luego, oscuridad.” Creo que un a coma es lo ideal en este caso.
Te felicito.
Muchas gracias por sus comentarios. Ya he tomado nota de las sugerencias por lo que he cambiado un par de cosas.
En lo personal solo tengo dos acotaciones. No entiendo porque a algunos no les gusta la narración en tiempo presente. Tal vez sea que este no haya sido el relato mas apropiado para ello. Sin embargo es algo que me gusta hacer de cuando en cuando. Por otra parte estoy procurando que mis relatos no sean siempre lineales, quizás choque un poco al ser tan cortos pero me parece una buena manera de practicar para escritos mas extensos.
Hola Daniel,
Gracias por leer y comentar mi relato.
El tuyo me pareció un buen muy trabajo: planteas, por un lado, una visión realista y cruda de la guerra, niños inocentes, destrucción, protagonista inválido…, y, por otro, la nota positiva de esperanza en las personas, por la humanidad que muestra el protagonista, que sufrió las consecuencias de la guerra, con su dedicación y ayuda a los supervivientes.
Me gustaron la descripciones para mostrar una buena ambientación. Y en cuanto a mejoras ya te han sugerido unas cuantas y yo coincido bastante con las indicadas por los tres últimos compañeros que dejaron los comentarios en 9, 10 y 11.
un abrazo.