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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Los girasoles - por Carolina Phillips

Carla caminaba por una calle de adoquines bajo el sol de agosto, aún sin acostumbrarse al verano desplazado del hemisferio norte, pero recorrer la ciudad le hacía pensar en su abuelo y sus bisabuelos, cómo caminarían ellos por diciembres lluviosos.
Antes de empezar el libro, nunca se había preguntado por el clima durante la guerra, la única noción que tenía era la de que nadie le ganaba a los hielos rusos, pero nunca pensó en los ingleses. Sabía que sus bisabuelos se conocieron en los salones de baile discretos de la clase trabajadora, sabía que huyeron de Europa con apenas nada y que su abuelo era un niño confundido que no entendía la súbita pobreza.
Carla nació al fin del mundo, nunca pasó hambre ni tuvo lujo, su padre quitaba importancia a su origen, diciendo que migraciones ha habido siempre. Carla sospechaba resentimientos, sus abuelos pasaban el tiempo añorando su país, y cuando murieron, su padre los añoraba a ellos, Carla pensaba que él había decidido mirar hacia adelante porque el pasado no lo incluía, entonces era el más patriota en todo Chile, hacía siempre el espectáculo costumbrista, pero no se involucraba en nada político, le gustaba el país de la postal, no el de la gente.
A Carla no le gustaba Chile, porque lo amaba, veía las grietas y se entristecía, conocer el recorrido de su familia para llegar a un país donde habría que volver a vivir la tiranía le parecía una tragedia griega, donde el héroe no puede escapar de su destino.
Cuando era pequeña su abuelo le contaba historias que decía recordar, hablaba de cómo eran las cosas cuando él tenía dos años, de su padre sumergido en el periódico de la tarde, de su madre tarareando canciones inventadas por ella, del jardín en que un solo tipo de flor aguantaba el clima del norte inglés y de la lucha de una mujer contra los elementos.
El abuelo le decía que nada ponía más triste a su madre que el jardín que tuvo en Chile, ella decía que no entendía por qué nada florecía en su tierra, por qué había tenido que venir tan lejos para que la vida tuviera una posibilidad. Ella no lloraba nunca, pero Carla sabía que era una mujer silenciosa y apagada, con un hijo pegado a las faldas oyendo su tristeza y su rabia.
Cuando su bisabuela se enfermó por última vez llevaba ocho años viuda, apenas comía y la infección la dejó postrada y ausente, el hijo, ya viejo, le hablaba de calles de adoquines, de lluvias y lloviznas, de frío y burocracia, le hablaba de una casa llena de flores amarillas donde la guerra nunca podría entrar.
Carla sólo conoció a su abuelo ya huérfano, sabe que antes era diferente, pero ella lo amaba así, siempre vivaz, siempre superficial, ocasionalmente rumiando un pasado de fantasía donde su madre podía ser feliz. Cuando él murió, producto de lo que un médico llamó “una combinación siniestra de genética, hábitos y mala suerte”, Carla empezó a sentir un tipo diferente de tristeza al que se siente ante una pérdida de alguien amado, empezó a sentir una suerte de desesperación, nadie más que ella conocía las historias, los lugares, la mujer triste, el hombre devoto, las flores. Escribió anécdotas tan bien como supo recordarlas, un árbol genealógico, descripciones de gente y de lugares. La casa. El impulso fue más fuerte que cualquier otro que hubiera sentido antes, tenía que ir.
Ahora pensaba en el clima mientras se le aceleraba el pulso, porque veía de lejos parte de su historia, sentía como si ella estuviera inmóvil mientras la casa se acercaba. Se preguntaba cuántas veces su familia caminó por la misma calle, sintiendo el alivio del hogar. Pensaba entonces quién viviría allí, si la dejarían entrar, si la dejarían plantar frente la ventana este alguna de las semillas que traía, a ver si germinaban también para ella, a ver si seguían siendo sobrevivientes.

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12 comentarios

  1. 1. Susana dice:

    Hola Carolina Phillips

    Tu relato esta bien. Personalmente, me cansò tanto detalle. No entendí cuál fue el punto de tu relato. Entiendo que regresa a su hogar, pero me niego a creer que eso sea todo… creo que perdí el interés. Considero que le hizo falta algo a tu relato para hacerlo màs cautivador.

    Un consejo: cuidado con las muletillas. Mencionaste varias veces el nombre de Carla, y dos veces seguidas el “a ver”.

    Espero no ofenderte, no es mi intención. Estamos aquí para aprender de los comentarios constructivos.

    Si gustas leer y comentar el mìo, estoy en el 111. Bonito dìa 🙂

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 19:43
  2. 2. cristina dice:

    Opino parecido a susana. Yo me quedaría en uno de tantos detalles y de historias. Y desde allí desarrollaría una de ellas para darle un inicio, nudo y desenlace. Describes bien pero tantos no me dejan fijarme en uno que me interese más que otro. Gracias Carolina por ser la primera en comentarme el mío. Yo soy el N35

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 19:56
  3. 3. Doralú dice:

    Hola Carolina Phillips!

    Es una historia que al dejarla descansar y reanalizarla se puede convertir en una bella historia llena de nostalgia por la tierra de sus ancestros. Esta cargada de muchas explicaciones, aclaraciones que me perdí varias veces y tuve que releer con mucho detenimiento.
    El nombre de Carla hay párrafos donde aparece una línea sí y otra no. Eso puede mejorar con pequeños cambios de redacción.
    Este texto tiene mucho potencial.

    Un abrazo

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 03:22
  4. 4. Manuel Jover dice:

    Saludos!
    Comparto los comentarios que te hacen. No obstante, a mi me ha resultado muy evocado, contiene pasajes muy hermosos y tu estilo para las descripciones me parece excelente.
    Creo que si lo pules un poco en la linea de lo que te señalan quedaría genial!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 08:39
  5. 5. Alétheia dice:

    Muchas gracias por dejarme tu comentario Carolina. Quería leer tu relato en respuesta y aquí estoy.

    Coincido con las señalizaciones que otros te han hecho en que desglosas el pasado de varios personajes (Carla, su abuelo y su bisabuela) y cuesta centrarse en el foco.

    Lo que más me ha gustado es la introducción “cómo caminarían ellos por diciembres lluviosos” porque el nudo del texto responde a eso mismo, a por qué le inquieta y qué emociones hay detrás de su recuerdo. Y otro buen punto es el cierre. El modo en que describes cómo se siente Carla al pasar por la misma calle me parece muy sugerente, creo que no habría expresado mejor la sensación a la que te refieres con “sentía como si ella estuviera inmóvil mientras la casa se acercaba”.
    El mero hecho de que un detalle como el clima nos haga entrar en la nostalgia del pasado es bonito.

    En cuanto a la estructura gramatical quería revisar en especial el tercer párrafo, donde pones muchas comas seguidas y la oración queda tan larga que puede confundir. Te sugeriría poner algún punto, como por ejemplo en “su padre los añoraba a ellos. Carla pensaba que él…”

    Un placer comentarnos. Buen comienzo para la nueva estación, y veremos si el otoño nos desvela nuevas sensaciones ^^

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 14:47
  6. 6. Taiga dice:

    Hola Carolina,
    Primero, gracias por tus comentarios.
    En cuanto a tu texto, concuerdo con algunos de los comentarios. Pero en realidad es sobre todo una pura cuestión de estilo. Hay muchos detalles y frases bastante largas, lo que en sí no es un problema, pero puede minimizar los efectos dramáticos y poéticos. Al contrario, da un tono más realista. Igualmente, a mí, personalmente, las repeticiones en general no me molestan si sirven un propósito. A mi parecer, la repetición de los nombres a lo largo de tu texto no lo hace pesado a la lectura, pero hubiera sido mejor que se use para dar un toquecito más dramático (insistiendo en algo en particular).
    Saludos

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 20:27
  7. 7. Norelkis dice:

    ¡Hola, Carolina!

    El relato sobre Carla ha sido muy humanizado, ella es tan sólo la “testigo” de la historia que pesaba sobre sus abuelos.
    Sin embargo, me hubiese gustado más sentimientos sobre el deseo de Carla, lo que quería Carla.
    No soy de Chile y estoy en una situación donde la inmigración me aleja de mis conocidos, pero no puedo evitar acunar a Chile entre mis brazos al saber el cariño que le profesa Carla.

    Me gusta la gente que ama a su país.

    ¡Bueno, espero me visites en el 133 :D!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 21:53
  8. 8. Antaviana dice:

    Hola Carolina,

    Coincido con muchas de cosas que ya te han comentado, sobretodo en las repeticiones, y en que tantas situaciones distintas, tanta descripción detallada creo que dispersa un poco.
    También decirte que la historia está bien, y hay algunas frases muy hermosas.

    Saludos!

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 17:47
  9. 9. Carolina Phillips dice:

    Gracias por sus comentarios, por celebrar lo bueno y dar una mirada crítica de los elementos a mejorar. Cuando envié el cuento creí que el mayor problema iba a ser el que traté de decir mucho sin enfocarme en algo en particular, creo que podría ampliarlo y quedaría mejor, pero lo que presenté acá es claramente insatisfactorio.
    Espero volver a leerles tanto como escritores como comentaristas!

    Alétheia, en mi rincón del mundo empieza la primavera, que tu diciembre lluvioso te trate bien 🙂

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 18:50
  10. 10. Noemi dice:

    Hola Carolina Phillips, gracias por tu visita, tu alentador comentario y por dejarme la feliz invitación que ahora aprovecho. Más que un cuento tu relato me dio la impresión de ser la síntesis de una novela circular donde cada hilo, y son múltiples, están enunciados para ser desarrollados en su momento. Me ilusiona esta idea porque veo mucho material y estilo en lo que escribes.Espero poder leerla si algún día te decides a escribirla.Te felicito.
    Sigamos leyéndonos.Un abrazo.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 00:24
  11. 11. María Esther dice:

    Hola Carolina, respondo a tu amable visita.
    Me gustó el relato con ese aire de nostalgia, y a la vez mostrando el deseo de de vivir, de ser feliz de sus protagonistas.
    Coincido con los que opinan, que hay algunos excesos de detalles, aunque reconozco la buena descripción en general, con trozos como el comienzo y el final que son muy plásticos.
    Saludos y gracias por disfrutar la lectura.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 14:06
  12. 12. Everett_Russo dice:

    Hola Carolina,

    Muchas gracias por tu comentario.

    Qué quieres que te diga, a mí me ha encantado tu relato. Me parece que está excelentemente escrito y las repeticiones forman parte del estilo que le has querido dar. Cuentas una historia y consigues que la sintamos -al menos así ha sido para mí-.

    El único pero, es que quizá haya demasiado poco desarrollo, me da la impresión de que casi todo es introducción y, luego, de repente, el final.

    No obstante, esto, obivamente, no ensombrece un gran trabajo. ¡Sigue así!

    Nos leemos!

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 21:21

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