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Los girasoles - por Carlos Alma

Web: https://www.keithkhanassociates.com/blog

“El terreno está cubierto con trozos del árbol con en el que ha impactado. Lo que yo puedo ver del objeto no tiene ningún parecido con un meteorito. Más bien se parece a un enorme cilindro. Bueno, nunca he visto nada parecido en toda mi vida…”
Zumbidos y sonidos estáticos interrumpen la voz que sale del transistor de mi vieja furgoneta.

Una vez al mes hago este recorrido. Tengo el tiempo calculado para llegar a medio día, ir a la taberna a comer y dejarme ver entre los del pueblo. Que no piensen que soy un viejo huraño recluido en su cabaña de la colina. Aunque en realidad lo soy. Pero también necesito comer, beber y piezas de recambio. Sobre todo eso, beber. Hace tiempo que vivo en la colina. Hace tiempo que bebo. Desde que mi mujer murió de hecho, hace de eso cuatro años. Antes las cosas eran diferentes. Yo también era diferente. Mi esposa era una mujer querida y respetada en el pueblo y todavía la recuerdan con cariño. La gente es amable conmigo también, siempre guardando las distancias claro, pero creo que se alegran de ver que todavía estoy vivo. Apenas. Después del almuerzo paso por las tiendas y almacenes para comprar las provisiones que necesito y no tener que volver hasta el mes siguiente.

Un viejo tango suena en la radio pero la débil señal distorsiona la melodía y me indica que todavía estoy muy lejos. El largo camino mal asfaltado que lleva hasta al pueblo cruza vastos campos de girasoles que en verano tiñen de amarillo hectáreas de esta interminable llanura. Nunca nos lo perdíamos, era un espectáculo que le encantaba, le hacía sentirse romántica y también, digamos, muy carnal. No fueron ni uno ni dos los revolcones que nos metimos entre los campos en flor. Recuerdos felices que me entristecen. Un agudo pitido proveniente de la radio me devuelve a la realidad y ella se esfuma de entre mis brazos.

“El capitán y dos policías avanzan ahora llevando algo entre sus manos. Puedo ver que se trata de un pañuelo blanco atado a un palo muy largo, una bandera de la paz… Confiemos en que esos seres sepan lo que esto significa! ¡Esperen! ¡Algo ocurre!”

El mismo silbido estridente y otra vez se pierde la señal entre sonidos ululantes. Me quedaré sin saber que ha ocurrido. Quizás ha llegado el juicio final; y yo sin confesarme, pienso con sarcasmo y amargura. El horizonte ya comienza a teñirse de amarillo. Por impulso, piso el acelerador y mi corazón se dispara. «Como te gustaría, amor…»

Una suave música de piano pone banda sonora a mis pensamientos hasta que una voz suena grave y solemne entre las interferencias.

“He recibido indicaciones del gobernador para aplicar la ley marcial en toda la zona. Nadie podrá entrar dentro de los límites de este área sin una autorización expedida por las fuerzas militares”.

Es un alto rango del ejército el que habla ahora, General creo que ha dicho. Parece que se está librando una batalla en algún lugar. Dudo que sea más violenta que la batalla que se libra en mi interior.

Varias millas recorridas y los girasoles se extienden a ambos lados de la carretera en hileras perfectas e interminables. Un mar de color amarillo que una vez más surco en mi furgoneta. Pero algo ha cambiado. Esta vez el espectáculo es diferente: los girasoles han dejado de seguir al sol. Aparecen revueltos, perdidos, cada uno girado en una dirección aleatoria diferente al siguiente o al anterior.

«Vaya, ¿esto si que no lo habíamos visto nunca, verdad cariño?» pregunto mientras avanzo a pie entre las flores. Nada de lo que pase ya me importa demasiado. Me hundo entre los girasoles y tumbado en la tierra pienso en ella. Quizás esta vez no prosiga mi camino, quizás quiera perder la batalla y yacer aquí derrotado. Así todo volverá a ser igual que antes: ella se tumbará junto a mi y todos los girasoles mirarán hacia el mismo lado. En la distancia todavía se escucha el transistor de mi vieja furgoneta. La señal es mejor ahora.

“La batalla que ha tenido lugar ha ocasionado una de las más desastrosas derrotas, jamás sufridas por un ejército en tiempos modernos. Siete mil hombre armados con rifles y ametralladoras combatieron contra una única máquina de guerra de los invasores marcianos. Solamente ciento veinte hombres se han podido salvar”.

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10 comentarios

  1. 1. Carlos Alma dice:

    Esta narración contiene fragmentos de la adaptación radiofónica de La Guerra de Los Mundos de H.G. Wells realizada por Mercury Theatre y Orson Welles en 1938 y en cuya retransmisión está inspirada.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 20:44
  2. Me gustó mucho tu relato no tanto por los marcianos que también es interesante, sino por la añoranza del protagonists y la personal relación que el tiene con los girasoles, creo que lograste ese efecto y el ataque pasa a segundo plano. Buena historia y buena caracterización del protagonista.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 14:02
  3. 3. Carlos Alma dice:

    Muchas gracias Nidama.

    Sí, la intención era que los marcianos sólo fueran un sub plot. Si así es como se lee, me doy por satisfecho en ese aspecto.

    Un saludo y muchas gracias por comentar.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 16:17
  4. 4. Fortunata dice:

    Hola,

    Me ha gustado, es muy entretenido. Destacaría la parte humana , ese hombre solitario y el amor por su mujer. Lo de los extraterrestres tiene su gracia también. Por poner una pega a veces me resulta un poco confusa la narración de la invasión alienígena, aunque el recurso a la primera persona y al tiempo presente creo que está muy bien. La atmósfera y las descripciones también logran su objetivo.

    Saludos!

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 13:20
  5. 5. Conrad Crad dice:

    Hola Carlos.
    Tu relato rezuma ternura y nostalgia.Me gusta como presentas al personaje, que se obliga a ir al pueblo una vez al mes para que no piense que es es un ermitaño y un asocial. En realidad el no necesita a nadie, tiene suficiente con sus recuerdos. Me gusta también la manera de introducir el tema de la guerra a través de Orson Wells y La Guerra de los mundos.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 15:10
  6. 6. isan dice:

    Hola Carlos:

    Con tu relato me quedo en lo bien que has expresado las añoranzas de un romántico. Me ha gustado cómo has narrado el viaje en su furgoneta, el diálogo que mantenía con su esposa y cómo has intercalado las noticias de la radio dando cuenta de la invasión. La invasión en sí no me ha parecido relevante.

    Te comento alguna cosilla que para mi gusto habría que corregir, luego tú decides.

    “Zumbidos y sonidos estáticos…” No alcanzo a comprender cómo pueden ser unos sonidos estáticos. Me parece un oxímoron.

    “Tengo el tiempo calculado para llegar a medio día,…” MEDIODÍA todo junto.

    “Pero también necesito comer, beber y piezas de recambio. Sobre todo eso, beber.” Mejor estaría en este orden: Pero también necesito piezas de recambio, comer y beber. Sobre todo eso, beber. Si se dice ESO, se refiere a lo más inmediato.

    “Hace tiempo que bebo. Desde que mi mujer murió de hecho,” Aquí también el orden es importante ya que, tal cual está redactada la frase, parece que la mujer murió solo de hecho y no de derecho. Sería: Hace tiempo que bebo. De hecho, desde que mi mujer murió, hace de eso cuatro años.

    “La gente es amable conmigo también…” Más de lo mismo: La gente también es amable conmigo.

    “…ella se tumbará junto a mi…” MÍ con tilde.

    “…Siete mil hombre armados…” Le falta la letra ese al hombre.

    Carlos, ha sido un placer leerte.

    Un saludo.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 19:27
  7. 7. Carlos Alma dice:

    Gracias a todos por leer mi narración y por comentar. En particular a Isan por el esfuerzo en ser tan detallado con sus comentarios, para mí es muy útil.
    Hasta el próximo taller!

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 09:27
  8. 8. Laura dice:

    Hola Carlos Alma.
    Me ha encantado tu historia. Muy bien narrada.
    Lo ùnico que me ha quitado seriedad al momento tan`íntimo…la palabra marcianos. Me ha traído a risa, sacándome de la profundidad a la que me habìas llevado. Tal vez porque la palabra marcianos en sì me lleva a mi infancia, a pelìculas con seres verdes con grandes cabezas y que pasados los once años te llevaban a risa, me quitan seriedad. ¿Cómo saben que vienen de Marte? …en fin, es algo totalmente personal.
    Está muy bien logrado lo de los girasoles desorientados por la invasiòn de… ¿extraterrestres?
    Mi aporte es con el màximo respeto hacia tu obra. Es la ùnica palabra que me saca de ambiente.
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 23 septiembre 2018 a las 12:30
  9. 9. Carlos Alma dice:

    Ja ja Laura, entiendo lo que me dices. Usé la traducccion de la Guerra de los Mundos para los segmentos de la radio y usan la palabra “Martians”. Pero sí, quizás nombres como “extraterrestres” o “alienígenas” son más creíbles y contemporáneos.

    Un saludo y gracias por leer y comentar.

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 10:01
  10. 10. M.L.Plaza dice:

    Hola Carlos.
    Tu relato me ha provocado sentimientos encontrados. Por un lado me parece una historia muy interesante, con un protagonista muy bien caracterizado.
    Por otro lado, el monólogo interior me parece muy artificial. Me parece demasiado ordenado y explicativo:mi mujer, mi esposa,largo camino,vastos campos,un agudo pitido me devuelve.Creo que uno habla consigo mismo de forma más espontánea y sin descripciones. Sabe de sobra que el camino es largo y está lleno de girasoles.
    Pese a todo, me ha parecido una historia muy original.
    Me ha gustado mucho leerla.
    Saludos

    Escrito el 24 septiembre 2018 a las 21:35

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