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Los girasoles - por Sugar

El autor/a de este texto es menor de edad

Los girasoles

El día de hoy no era como cualquier otro. La luz que emanaba el sol parecía más tenue de lo normal en estos días de verano. Las nubes parecían haberse enfadado entre ellas adoptando tonalidades negruzcas. El día de hoy podría describirse como el triste destino de cualquier persona, como el melancólico recuerdo de la niñez extinta, como el funesto desenlace de la vida humana.

La desolación que estaba por llegar se podía presentir con tan solo mirar a tu alrededor. Se palpaba una tranquilidad incomoda, como si algo malo estuviera por llegar, algo que cambiaría la vida de la gente, algo de carácter duradero, algo que provocaría cambios totalmente irreversibles, por lo menos, en un tiempo.

El ruido de los aviones sobrevolando el lugar no tardó en hacerse presente, pero tampoco el estruendo provocado por las grandes bombas al toparse con el duro suelo y explotar en el acto. No hubo demasiado tiempo para escapar, bueno decir eso es una eternidad comparado con los escasos segundos que tuvieron los habitantes de esta diminuta aldea en medio de la nada para poder huir. En unos instantes todas las esperanzas, todos los sueños e ilusiones estaban sumergidos en un limbo errático del que no volverían a salir, del que no volverían a emerger, del que no volverían a ser nombrados; habían sido destruidos, al igual que cualquier edificación. Todo se había reducido a polvo, a un puzle de escombros y cascotes que no podrían recobrar su forma original. Nada quedaba ya en pie. Tan solo un pequeño atisbo de esperanza al ver los dorados campos de girasoles que se propagaban por los alrededores de la aldea. Brillaban con un destello especial, con el anhelo de volver a ver la pequeña población irradiando la vida de la que ahora carecía, con la ilusión por que todo siguiera igual que antes, con la esperanza de que todo fuera un mal sueño.

Lo único que los girasoles no sabían es que la realidad es cruel y aterradora, que la realidad no entiende de deseos, sino de deseos frustrados por esta última, que la verdad cuesta asimilarla y que a veces nada sale como queremos. La verdad y la realidad casi siempre van de la mano haciéndonos entrar en razón por mucho que cueste digerirlas. Lo único que los girasoles no sabían es que serían los próximos en ser destruidos.

Sugar.

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3 comentarios

  1. 1. Gaia dice:

    Sugar: muy triste tu cuento.
    A la vez da qué pensar.
    Cumpliste con el reto!
    Estoy en el 89.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 18:25
  2. 2. Labajos. dice:

    Hola Sugar:
    Te ha salido un relato triste pero realista. Al final del mismo, parece que vas a dar una oportunidad al futuro, pero el último párrafo es demoledor. Es tu opción, nos recuerda que la bomba mas inteligente es aquella que no se fabrica.

    En cuanto al estilo, me parece dinámico, te mete rápido en situación y se lee muy bien. Te felicito. Unicamente creo que debes tener un poco de cuidado con las repeticiones (el día de hoy), si esa repetición se produce intencionadamente, para recalcar un hecho, debería estar mas clara esta intención, por ejemplo poniendo la repetición todavía mas cerca una de otra: El día de hoy no era como cualquier otro. El día de hoy… En todo caso, las repeticiones son una opción arriesgada.
    En otra frase: “El ruido de los aviones sobrevolando el lugar no tardó en hacerse presente, pero tampoco el estruendo”. El pero sencillamente lo quitaría.
    Un saludo, espero poder leerte con temas menos sombríos.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 18:01
  3. 3. De vuelto dice:

    Hola. El ambiente está bien planteado, para todos es claro el tono triste. Lo que no me cierra es el desarrollo porque se centra en la descripción y pasa muy poco. Creo que puedes darle fuerza a personajes con las acciones.

    Mi relato es el #52

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 15:19

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