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Los girasoles - por Florencia M

El día que Margaret Thatcher ordenó hundir al buque General Belgrano que navegaba fuera de la zona de guerra, el conscripto Juan Pereyra cumplía su turno en la cocina. Fue el domingo 2 de mayo de 1982, el día de su decimonoveno cumpleaños. Mientras organizaba los víveres, el conscripto tomó una botella de aceite que tenía dibujados unos girasoles en su etiqueta. La imagen lo transportó de inmediato a su pueblo en medio de la Pampa húmeda, donde los campos de girasol formaban parte de su vida. Se acordó de sus juegos de niño, escondido entre los grandes tallos. Desde allí espiaba a su abuela Blanca que lo buscaba por todas partes y luego cortaba alguna flor para regalarle. Le gustaba el dorado que emanaban en las tardes de sol, ver cómo giraban, crecían y se marchitaban.

Todo eso pensaba Juan Pereyra cuando, a las 16h02, el buque se sacudió violentamente. Minutos antes el capitán Chris Wreford Brown, comandante del submarino nuclear Conqueror, había recibido la orden de hundir el buque y disparó contra éste tres torpedos MK-813. El primero destruyó por completo el sector de máquinas, cortó la electricidad y arrasó con más de doscientas vidas. Tras el cimbronazo, Juan Pereyra quedó tumbado en la oscuridad, aturdido. Se reincorporó con esfuerzo y salió cuanto antes a la cubierta principal entre la muchedumbre agitada. El segundo torpedo no tardó en llegar e impactó de lleno en la proa de la nave que se partió. La embarcación comenzó a inclinarse. El tercer torpedo tuvo la gentileza de fallar al objetivo.

En la cubierta principal, Juan Pereyra observó cómo la desesperación crecía en esa gélida tarde de los mares del sur. Desde megáfonos de mano llegaba la orden de zafarrancho que se retransmitía gritando. Distinguió a un soldado que traía al hombro a un compañero herido. Corrió a ayudarlo aún confuso y con los oídos que le zumbaban. Lo sentaron junto a otro grupo de heridos que comenzaban a ser asistidos; algunos estaban cubiertos de petróleo y otros con fuertes quemaduras. Al mismo tiempo, las balsas salvavidas se bajaban en una fuerte marejada, y una vez listas, a las 16h23, el comandante dio la orden de abandonar la nave. Juan Pereyra tiritaba de frío. Alguien le dio una manta de lana que cubrían las camas y se la envolvió como un poncho. Se dirigió a una de las estaciones de abandono asignada cargando al herido que había sido atendido. El mar estaba encrespado a causa de los fuertes vientos y el cielo tapado con negros nubarrones. A las 17h en punto, el océano Atlántico, como un animal hambriento, devoró al enorme crucero. Juan Pereyra lo vio hundirse y gritó con fuerzas ¡Viva el Belgrano, carajo! Cuando los inundó la soledad, alguien entonó el himno nacional que se expandió como un mantra. Las balsas quedaron a la deriva bajo un frío atroz y una gran desolación, hasta ser rescatadas cuarenta horas mas tarde por el destructor Bouchard.

Veinte años después, en tierra firme, aún dolía ese frío y aún dolían esos muertos. A nadie parecía importarle. Juan Pereyra se adentró en el campo de girasoles, y allí, se quitó el calvario.

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7 comentarios

  1. 1. Altair Midnight dice:

    Hola Florencia M,

    Me ha gustado mucho tu relato. Despierta en el lector cierto sentimiento de nostalgia. Me recuerda un poco al mío, en el que el protagonista también es un soldado a bordo de una nave (solo que la mía es aérea :P)

    Te comento un par de cosas de forma:

    “Le gustaba el dorado que emanaban en las tardes de sol” Aquí falla la concordancia sujeto – verbo.

    “Desde allí espiaba a su abuela Blanca que lo buscaba por todas partes y luego cortaba alguna flor para regalarle” Aquí estás usando un relativo explicativo, por lo que debería ir entre comas (… su abuela Blanca, que lo buscaba por todas partes…) http://e-ducativa.catedu.es/44700165/aula/archivos/repositorio/4000/4101/html/5_subordinadas_adjetivas_especificativas_y_explicativas.html

    Un saludo!

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 12:21
  2. 2. Vespasiano dice:

    Hola Florencia:

    Me parece que es la primera vez que te leo. Ahora trataré de comentar tu relato de la mejor manera que sé, y siempre con la intención de ayudar dentro de mis conocimientos.

    Tu relato minuciosamente documentado, con proliferación de datos, fechas y horarios; más parece una crónica de la guerra de Las Malvinas.

    Aunque la repites en un corto espacio; te doy las gracias porque he aprendido el significado de la palabra “conscripto”. Trata de emplear sinónimos para ““conscripto”, como: el marino; el militar; el soldado; el recluta.

    También repites muchas veces el nombre de Juan Pereyra.

    “…donde los campos de girasol…”. Aquí debe haber concordancia entre “campos” y “girasol”. Debe ser: “…donde los campos de girasoles…”.

    “…disparó contra éste tres torpedos…”. El pronombre “este”, no se acentúa.

    “Alguien le dio una manta de lana que cubrían las camas y…”. A mi entender debería ser: “Alguien le dio una “de las mantas de lana” que cubrían las camas y…”.

    “…cuarenta horas mas tarde…”. La palabra “más” lleva acento.

    Tu relato sin embargo describe muy bien la angustia vivida por el marino, enfrentándose a una situación terrorífica en un medio completamente hostil y peligroso. Al mismo tiempo que rindes homenaje a todos aquellos que lucharon en aquella guerra sin sentido, auspiciada por unos militares corruptos y genocidas.

    Felicidades y espero seguir leyéndote.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 22:22
  3. 3. Florencia M dice:

    Hola Altair y Vespasiano! muchas gracias por tan minuciosas lecturas.

    Altair, sobre la falla de concordancia sujeto-verbo, creo que en esa oración hay dos verbos y dos sujetos tácitos “(A él) Le gustaba el dorado que (los girasoles) emanaban en las tardes de sol”. Quizás esta doble omisión volvió confusa la oración y pueda mejorarse.

    En cuanto a las comas, estuve viendo la referencia sobre relativo explicativo y especificativo. ¿No piensas que pude utilizar la frase como especificativa?, ¿no cambiaría el sentido si le agrego comas? y en tal caso, ¿no es una elección del escritor darle un sentido u otro? Le estoy dando vueltas al asunto, me has hecho pensar.

    Vespasiano, muy útil lo que me aportas. Es la primera vez que me lees, recién empecé el mes pasado a participar y espero con gusto seguir teniendo tus lecturas. Te respondo:

    1- Lo de la repetición del nombre y apellido es a propósito, es un efecto. A lo mejor no gusta.
    2- Corrijo por “Campos de girasoles”, gracias.
    3- El tilde del pronombre “este” creí que era una recomendación no acentuarlo, no que era obligatorio. Me cuesta no acentuarla, por más que cambien las normas, jejeje.
    4- Corrijo también por “una de las mantas”, gracias.
    5- Agrego el acento al “más” que se me pasó.

    De nuevo, muchas gracias por tanto detalle. Por más que lo leí un montón de veces siempre se pasa algo. Y me alegro que les haya gustado.

    Ya les devuelvo la visita. Hasta la próxima.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 08:52
  4. 4. Yraida dice:

    Me encantó tu relato. Me atrapó desde el comienzo. Me adhiero a las observaciones que han realizado antes.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 16:24
  5. 5. Carolina Phillips dice:

    Hola, me encanta el momento histórico en que has instalado tu historia, yo soy de Chile y demasiado pasa que se olvida cómo las potencias mundiales han aprovechado su poder para tratar de pisotear a zonas del mundo que han estado en desventaja.
    No voy a repetir las precisiones gramaticales que ya te han señalado, a mí me gusta que repitas el nombre del protagonista, me devuelve siempre del horror de lo que ocurre a la vivencia personal de este casi niño.
    El formato en que escribes la hora no lo había visto antes, tiene origen en la historia, en la milicia o fue tu propia manera de hacerlo?

    El final me pareció precipitado, saltar de la guerra al futuro y resolverlo todo en dos líneas no logra para mí hacer honor al resto del cuento, no arruina mi experiencia como lectora, pero me deja un tanto insatisfecha.

    Muchas gracias por compartir tu cuento, el mío es el 113 por si quisieras pasar, saludos!

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 19:10
  6. 6. Laura dice:

    Hola Florencia.
    Has hecho un relato muy detallado con un final que me parece más que acertado.
    Lo ùnico en lo que no concuerdo contigo, porque ya he leìdo tus comentarios, es en que considero innecesaria la repeticiòn del nombre de Juan Pereyra. ¿Es por algùn simbolisto? No lo puedo encontrar.
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 11:45
  7. 7. Florencia M dice:

    Gracias Yraida, Carolina y Laura por leer y comentar.

    Carolina, me doy cuenta que he utilizado mal el formato de la hora. Debería haber puesto 16:23 o 16:23 h.

    Laura, lo de la repetición del nombre fue solo por gusto.

    Hasta la próxima!

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 16:09

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