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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LOS GIRASOLES - por JUANA MEDINA

Web: http://www.juanamedinaficcion.blogspot.com

Hace miles y miles de años, cuando dioses y seres humanos conversaban entre sí tan directamente como tú y yo, vivían sobre ambas orillas del río Paraná, dos pueblos hermanos. Sus caciques Pirayú y Mandi’ó eran buenos amigos y velaban por el bienestar y la armonía entre los suyos.

Pirayú tenía dos hijas, Yvoy´ju y Carandaí.

Yvoy´ju amaba Kuhanky, el dios sol. Todas las mañanas al alba salía en su piragua para recibirlo sobre el río. Le dedicaba sus plegarias y leía los mensajes de Kuhanky en los colores del cielo. Al atardecer, se inclinaba hacia el poniente para recibir el último rojo apasionado del sol hasta el día siguiente.

Carandaí observaba a su hermana con no pocos celos porque nunca era invitada a esos paseos de los extremos del día, y porque veía asimismo a Mandi’ó contemplando a Yvoy’yu desde la otra orilla. Se preguntaba por qué todos miraban a su hermana, y ninguno a ella.

En verdad, “todos y ninguno” se referían exclusivamente a Mandi’ó de quien Carandaí estaba enamorada.

Un día, oyó decir a Yvoy´ju: «Padre Sol, gran Kuhanky, sabes que te amo. Prometo esperarte hasta que vengas a nosotros por el arcoíris.»

Carandaí, escandalizada, corrió a contarle a su padre lo que había oído. ¿Cómo Yvoy’ju osaba esperar que el gran Kuhanky descendiera a la tierra? ¿Qué sería de los hombres si el dios sol abandonaba su lugar en el cielo?

Pero Pirayú se enojó de tal manera con Carandaí por andar espiando a su hermana que le impuso un duro castigo. Hizo cavar un pozo no muy hondo y dijo a su pueblo: «Cada vez que alguien vea a Carandaí espiando a su hermana, la llevará al pozo y la dejará allí hasta que pida perdón.»

Muchos compadecían a Carandaí, pero ella no quería aprender.

Debía estar atenta a Mandi’ó, y si éste llegaba a acercarse a su hermana, lo mataría con sus propias manos.

Un día, Mandi’ó fue a pedir la mano de Yvoy’yu a su amigo Pirayú.

Jamás esperó esa respuesta. Pirayú serio, conmovido le dijo:

–Mandi’ó, amigo, yo querría complacerte, pero no puedo. Hace ya mucho tiempo que Yvoy’yu es la novia del gran Kuhanky. Nadie, salvo él, podrá acercarse a ella. Si quieres a una de mis hijas, Carandaí sería una buena esposa.

Mandi’ó no pudo responder. Una mezcla de sentimientos desde la pena y la desilusión al odio y la furia ciega endureció su pecho. Corrió hacia el río y un grito tremendo que silenció hasta las aguas, fue el primer sapukai del que tienen memoria los guaraníes.

Tampoco Mandi’ó quiso aprender. O se casaba con Yvoy’yu, o el pueblo entero del cacique Pirayú debía desaparecer.

Empezó la guerra.

Por las mañanas, las piraguas solían salir a pescar. Pero las lanzas no iban hacia los peces, sino en busca del pecho rival que lo enfrentaba desde otra barca.

Apenas era una caída al agua. El Paraná se manchaba con sangre, mientras con una velocidad que aturdía, los yacarés se lanzaban al río a devorar sus presas.

En la selva, al atardecer los animales se silenciaban de terror. Los hombres imitaban sus sonidos para alertar al compañero, pero ningún animal respondía.

Estaban los silbidos de las flechas y de vez en cuando el golpe suave de un cuerpo contra la hojarasca.

Mandi´ó alimentaba su pena con furia; y la furia con los cuerpos de sus muertos, pero no estaba dispuesto a ceder.

Carandaí en cambio, ahora vigilaba a Yvoy’yu para protegerla. El miedo y el dolor le habían enseñado.

Después de mucho tiempo de lucha, Mandi’ó decidió atacar a Piryú en su toldería.

Sus mejores hombres con flechas incendiarias quemarían las chozas de Pirayú.

Yvoy’yu, al saludar a Kuhanky alcanzó a ver los primeros fuegos, y corrió gritando a su amado: «¡Padre Sol, gran Kuhanky, no permitas que mi pueblo y yo desaparezcamos de esta tierra!»

Carandaí la vió desesperada, se tiró al pozo de sus castigos y trató de sujetarla por los tobillos. Pero Mandi’ó ordenó que lanzaran estacas alrededor de Yvoy’yu formando una jaula.

Kuhanky, ante los gritos de Yvoy’yu, envió un remolino de rayos que en pocos segundos quemó viejas formas y encendió nuevas.

Pasó, y en la jaula de Yvoy’yu brotó una flor de centro oscuro, cuyos pétalos amarillos giraban al paso del sol, y en el tallo, casi tocando la tierra había dos hojas largas y finas como las manos de Carandaí.

Así nacieron los girasoles al borde del Paraná.

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25 comentarios

  1. 1. John Doe dice:

    Hola Juana, buen día. Gran relato, lleno de toda la riqueza de la narración oral de un pueblo, me gustó mucho el tono y el ritmo del relato, fueron los adecuados para mantener la atención de los lectores.

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 19:43
  2. 2. JUANA MEDINA dice:

    Gracias John por tu visita y tu comentario. En un rato empezaré a leer y serás el primero.
    Un saludo

    Escrito el 17 septiembre 2018 a las 20:14
  3. 3. Fuciños dice:

    Hola Juana
    Muy bien por tu creatividad. Debiste generar una historia en tu mente con detalles que luego pudieras escribir en este relato ágil. Creo que varios párrafos cortos podían ser fundidos en uno que aumentará la tensión de la batalla. Es claro que escribes bien y tienes creatividad. Mi relato es el 59.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 00:12
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola Juana.
    Maravilloso relato de la sabiduría ancestral, de cuando éramos humanos que no ciudadanos. De cuando adorábamos a dioses visibles y presentes. De cuando la relación con la naturaleza era la más grande muestra de sabiduría.
    Me ha encantado el ritmo y la cadencia propias del folklore de un pueblo que aún nos regala con sus sones y aromas envidiables.
    Te felicito.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 01:23
  5. 5. guiomar de zahara dice:

    Buenos días Juana: primero gracias por tus acertados comentarios, de los cuales he tomado nota.
    Tu leyenda está llena de armonía y se lee de principio a fin – casi – sin respirar esperando el final.
    Como siempre interesante lo que cuentas y como lo haces.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 08:23
  6. 6. Feli Eguizábal Fernández dice:

    Buenos días, Juana, me sumo a los comentarios que has tenía tenido sobre tu relato. Una historia muy emocionante, me ha encantado. Nos leemos

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 09:56
  7. 7. Otilia dice:

    Hola Juana Medina,
    Me ha encantado la leyenda de como nacieron los girasoles. Felicidades.
    Por poner una pega, solo es mi opinión, la repetición de los nombres resta fluidez al texto.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 10:12
  8. 8. Osvaldo Vela dice:

    Hola Juana un relato el tuyo de alcances apocalípticos. Nada menos que una historia de amor nacida del Olimpo de tus letras.

    El premio otorgado a un amor tan bien descrito es darle vida a una planta que ha sido conocida y venerada desde todos los tiempos y por todas las civilizaciones.

    Que gran trabajo. Enhorabuena.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 11:17
  9. 9. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola amiga Juana: Encantado de poder volver a leerte, como ya te han dicho (sigues en tu linea) muy buen relato, ameno, de facil lectura y que al mismo tiempo entretiene.
    Nos leemos – Saludos

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 12:02
  10. 10. Luciano Sívori dice:

    Ciertamente es muy original y “autóctono”, como toda buena leyenda. ¡Felicitaciones por la creatividad!
    Buen trabajo.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 17:21
  11. 11. Edu, S. C. dice:

    Hola Juana, me encantan este tipo de historias y la tuya deja muy buen sabor de boca. Quizás me ha gustado más el inicio que el final, que he encontrado algo apresurado, pero en todo caso me parece u gran trabajo. Felicidades,

    Edu,

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 19:11
  12. 12. Diego Alba dice:

    Hola Juana
    Estoy impresionado por la belleza de tu relato. Cuanta imaginación. Si no la hubieras escrito vos, creería que era real. Cierratodo, los personajes, el escenario.
    No entendí esto:
    En la selva, al atardecer los animales se silenciaban de terror. Los hombres imitaban sus sonidos para alertar al compañero, pero ningún animal respondía.
    Ya sabés, y lo hubiera escrito más corto, jeje.
    Te felicito, es de lo mejor que leí en Literautas.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 03:55
  13. 13. Yoli L. dice:

    Hola Juana

    Gracias por haberte pasado por mi relato y comentarlo.

    Del tuyo admiro tu imaginación, sobre todo al inventar esos nombres 🙂 Un cuento muy bonito como leyenda de como nacieron los girasoles.

    En cuanto a mejorables te diría que repites en un relato tan corto:
    Kuhanky 11 veces
    Mandi’ó 10 veces
    Yvoy’yu 9 veces
    Carandaí 11 veces
    Pirayú 7 veces … por mencionar algunos repetidos.

    Esta claro que al ser varios nombres tan difíciles de retener o cambiar por un pronombre, porque son muchos personajes,, nos perderíamos en la lectura, sin embargo algo podría hacerse para evitar tanta repetición, que de ser un relato más extenso, cuantas veces más estarían nombrados 🙂

    ¡Buen trabajo!
    ¡Nos seguimos leyendo!

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 18:50
  14. 14. Patricia Redondo dice:

    Que bonita leyenda Juana! Y que bien contada! Talentazo.

    Felicidades

    Saludos!

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 20:55
  15. 15. isan dice:

    Hola Juana:

    Vaya leyenda más interesante y bella nos has traído. Me he imaginado contándolo una maestra a los niños alrededor y estos mirando con ojos como platos para no perder detalle.

    Te comento algunas cosas que yo cambiaría. Luego tú decides.

    La repetición de los nombres, tal vez, necesaria, ya te la han comentado. He tenido problemas de retención de nombres y he tenido que volver atrás para ver quién era quién.

    “…, vivían sobre ambas orillas del río Paraná, dos pueblos hermanos.” Sobraría la coma para no separar el verbo (vivían) del sujeto (pueblos). Estaría bien si previamente se hubiera citado que había dos pueblos.

    “…hasta que pida perdón.»” El punto va después de las comillas.

    “…y si éste llegaba a acercarse…” ESTE, no lleva tilde en ningún caso.

    “Carandaí la vió desesperada,…” VIO lleva tilde en ningún caso

    “Apenas era una caída al agua.” “en pocos segundos quemó viejas formas y encendió nuevas.” Son dos frases que no entiendo su significado.

    Como siempre, ha sido un placer leer tu relato. Una gozada.

    Salud.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 22:22
  16. 16. Norelkis dice:

    ¡Hola, Juana!

    Me ha encantado tu relato sobre aborígenes, ha sido mi décimo favorito.
    Recomiendo más el uso de las comas, para darle algo de pausa a tan increíble relato.

    Por lo demás, me quedé sin palabras. Una pregunta, estos indios que describes en tu historia, ¿De qué país son originarios?

    Un beso y te espero en el 133 ;D

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 22:38
  17. 17. JUANA MEDINA dice:

    Hola compañeros:
    Debo agradecimientos, respuestas y aclaraciones a varios. En principio, aún no he completado mi lista de lectura y debo la retribución de la visita a varios.
    Además, FELI no puedo encontrarte por ninguna parte. Te agradezco tu comentario pero estoy deseando volver a leerte.
    Diego: los indios de la selva imitan con gran precisión los sonidos de los animales. Los animales muchas veces responden confundiéndolos con alguno de su especie. Intenté demostrar que el miedo era tal, que ni confundidos los animales respondían.
    Isan; Apenas una caída al agua, quiere reforzar la atención y la velocidad con las que los yacarés se lanzan sobre heridos y muertos. En poco segundos… se refiere a todo lo que destruye ese remolino de rayos, después de lo cual aparecen, por ejemplo, los girasoles.
    Bienvenidas las correcciones, siempre se agradece todo lo que pueda mejorar un texto.
    Norelkis: Los guaraníes son originarios de la cuenca del río Paraná. Hoy Podríamos hablar de la República de Paraguay y de las Provincias del noreste argentino; Formosa, Misiones, Chaco, Corrientes, especialmente.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 01:21
  18. 18. Menta dice:

    Hola Juana Medina: Me ha encantado tu relato de la leyenda de la creación de los girasoles. Como siempre el amor es protagonista de las leyendas, pero también los celos y el odio. Genial.

    Ahora dos comentarios de “forma”. Valoras si los quieres corregir:

    Me parece que le falta una “a” delante del rey sol Kuhanky. Dices: Yvoy´ju amaba Kuhanky, el dios sol. Yo pondría “Yvoy´ju amaba (a) Kuhanky, el dios sol.

    En esta frase: “porque veía asimismo a Mandi’ó contemplando a Yvoy’yu desde la otra orilla” el nombre está con “y” en lugar de “j”.

    Juana, me gustaría que me dijeras lo que significa sapukai, le he buscado y no lo he encontrado.

    Enhorabuena. Un saludo, Menta

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 13:57
  19. 19. JUANA MEDINA dice:

    Menta. Gracias por tus comentarios y tus observaciones.
    Sí falta la a delante del rey sol, y es posible que haya equivocado alguna letra en los nombres. Son nombres guaraníes, de un idioma sin escritura hasta la llegada de los españoles, por tanto su ortografía es errática aún hoy, especialmente en los sonidos guturales.
    El sapukai es un grito que sale de lo más profundo de las entrañas, generalmente gritado por los hombres en casos de extremo dolor o de extrema alegría.
    Personalmente oí un extraordinario sapukai de parte de un abuelo en el casamiento de su nieta mayor. También conozco la historia de un padre que en medio del velorio de su hijo tuvo que salir al campo para poder lanzar el sapukai que tenía en el alma.

    Escrito el 20 septiembre 2018 a las 16:55
  20. 20. Karian V dice:

    Saludos Juana:
    Todavía me estoy preguntando cómo pudiste contar una historia tan compleja y completa con menos de 750 palabras! Me diste tremenda lección, además de quedar encantada con la narración. Felicitaciones y mucho éxito.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 01:38
  21. 21. Laura dice:

    Hola Juana!!!
    Gracias por pasar por mi relato.
    Con el tuyo, has logrado una real leyenda con todos sus ingredientes.
    Me encantò lo del sapukai, y la expliciòn que das en tu comentario. Mis felicitaciones.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 10:13
  22. 22. SrCualquiera dice:

    Hola Juana, buenas

    Lo que me parece claro en esta historia es que Carandaí es la más puteada, porque no sólo todos miran más a Yvoy´ju, sino que cada cosa que hace parece que está mal. Menos mal que al final lo arregla.

    Bueno, a la historia. Es una bonita leyenda, con poesía, sencillez, dioses, hombres, fenómenos atmosféricos, animales, celos, guerra. Muy bonito el conducto que va llevando desde la placidez inicial de las dos aldeas, hasta la resolución mágica del conflicto, con la aparición postbélica del girasol.

    Una historia para leer a pequeños y no tan pequeños. Creo que el recurso de los nombres y la terminología es un buen argumento estético, pero coincido con los compañeros que lo han apuntado en que dificulta un poco de lectura fluida. La aparición de demasiados personajes en historias cortas dificulta la comprensión, porque uno tiene que estar acordándose de quién es quién, y en el caso que nos ocupa, son nombres que pertenecen al acervo autóctono, que si bien suenan estupendamente, resultan algo más esquivos a la retentiva. Y ese creo que es mi único pero.

    Hasta la próxima 🙂

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 17:32
  23. 23. Vespasian dice:

    Hola Juana:

    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo tan…..

    En cuanto al tuyo me ha parecido un derroche de imaginación para recrear a mi corto entender, además de la leyenda del origen del girasol, el nacimiento de los pueblos tupi y guaraní que se establecieron a lo largo del rio Paraná.

    Tu relato me ha traído a la mente recuerdos imborrables de mis vivencias en Brasil. Por ello, con tu permiso, me permito en tu espacio comentarlas:

    Me he visto nuevamente, leyendo tu historia, atravesando el rio Paraná caminando por encima de una larga pasarela hasta llegar a la Garganta del Diablo donde el rio se desploma sobre otro más modesto, creando esa maravilla de la naturaleza que es la FOZ DE IGUAÇÚ.

    Hoy en día represando las aguas caudalosas de ese fantástico rio, entre Brasil y Paraguay se yergue majestuosa la segunda central hidroeléctrica más grande del mundo, Itaipú.

    Presa que tuve el placer de visitar allá por el año dos mil y ocho, y en cuyas instalaciones hay montadas nueve turbinas fabricadas por la empresa “Voith”, en la cual tuve la oportunidad de trabajar.

    Nombres, no tan aborígenes como los que nombras, como yacaré, tupi, guaraní o carandaí, me son familiares.

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 21:07
  24. 24. yolareina dice:

    Hola Juana, te devuelvo la visita y te agradezco los comentarios a mi relato, con las opiniones de los demás compañeros no tengo mucho que agregar pero si que agradecerte el haberme hecho recordar un libro muy querido de mi niñez que contenía leyendas de todos los continentes y una trataba sobre como surgieron el paraná y las cataratas del iguazú. Gracias otra vez

    seguimos leyéndonos

    Escrito el 25 septiembre 2018 a las 18:15
  25. 25. Leosinprisa dice:

    Hola Juana, sé que llego muy tarde y a destiempo para leer tu relato. Te pido disculpas por mi tardanza, pero diversas circunstancias se han aliado para impedir que pudiera leer los textos de quienes comentaron el mio.

    Ahora sobre tu relato he de decirte que me encantan esas historias mitológicas. Todos los pueblos las tienen, mezcla del temor a la naturaleza y a cuantos misterios atesora. La has sabido plasmar muy bien y se lee la historia con un gran interés hasta su conclusión. Me ha gustado mucho y es de una lectura fácil y agradecida.

    Has hecho un uso muy grande de tu imaginación, aunque no sé si este relato esta inspirado en alguna antigua tradición de la cual has tomado dicha ida. Aún así no importa, lo he disfrutado de principio a fin.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 15 octubre 2018 a las 07:51

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