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Los girasoles - por Mikal Neshamá
Me desperté a la orilla de un río. No recordaba cómo llegué allí, todo giraba en mi cabeza. Cuando el cielo por fin se detuvo, me incorporé. Aunque seguía un poco perdido. Como pude, lave mi rostro en el río, y tratando de apaciguar mi sed, me di cuenta que no podía tomarla.
Así es, inmediatamente quise observar mi rostro en el reflejo de rió, y fue inútil. Aterrorizado caí en un matorral. ¿Qué me pasó?… ¿Qué soy? o mejor dicho ¿quién era? Desesperado me alejé del cauce, con la amarga esperanza de conseguir alguna, respuestas. Una idea invadió mis pensamientos y me descalabró por completo, era un fantasma.
Con esta penumbrosa imagen, me dirigí hacia un campo, al principio no podía percatarme bien sobre qué había en ese lugar. Sin embargo, proseguí y di con la escena más delirante y aterradora que había visto hasta ahora ¿había ocurrido una batalla? Un olor de metal oxidado, penetraba mi nariz. Si es que todavía tenía una. Seguí avanzando, y mis sospechas se volvieron realidad, los cuerpos de los soldados estaban tirados uno al lado del otro, este cruel suceso me transportó a los campos de girasoles, del sur de Francia.
Como si fueren solemnes girasoles, los cuerpos de los soldados yacían uno al lado del otro, el amarillo característico de esta planta mágica se había perdido en ellos. En su lugar, los cubría un amarrillo ocre. El mismo color que cubría a estas peculiares plantas cuando dejaban de mirar el sol, e indicaban al cultivador, que era tiempo de su recolección, pues les había llegado su hora.
Claro está, estos hombres les había llegado su hora tempranamente. Lo que me trajo un vago recuerdo. El día anterior, estaba en una formación militar, estábamos recibiendo unas instrucciones, me vuelve dar vueltas la cabeza, si pudiera vomitar lo haría. Esos soldados, eran mis hermanos de armas, y seguro reposaré en algún lugar de aquí.
En un intento por reconocer quien de esos marchitos girasoles era yo, casi tropiezo con una artillería y unas alambradas, pero no me hacían ningún daño, me faltaba mi cuerpo. Ante la decepción y el desespero, me percaté de un hombre arrodillado, me coloque junto a él, de todas formas no vería, soy un fantasma.
Observé el cuerpo que el miraba, por si reconocía algo en él. El hombre cabizbajo me miró… ¡vio a través de mí! ─Cómo puedes verme ─grité. ─Si yo soy un fantasma.
─No es así compañero, no eres un fantasma─ respondió con un gesto inexpresivo.
─Entonces… ¿qué soy? ─exigí ahogadamente.
─Eres una sombra, y te encuentras perdida.─ volteo a ver el cuerpo que tenía al frente.
─¿Cómo así que perdida? ─le dije.
─Algo te impactó tanto que dejaste a tu cuerpo… mira ─me señaló un terreno─ estamos, en campo de batalla, en el río Sha-ho en Manchuria.
─¿Y dónde queda eso? ─interrumpí
─En China. Es decir… estamos en medio de una guerra ─sus ojos palidecieron ─nuestros pueblos están enfrentados, tu eres de bando contrario, de los rusos, y yo era del ejército japonés.
─¿Cómo que eras, si estoy hablando contigo?─ en ese momento lo comprendí todo, puede ver la artillería tenía fecha 1904. Recordé mi nombre, Boris.
─Fallecí luego de tanto luchar. En el albor de la guerra, la ira recorría cada centímetro cúbico de mi ser, se apoderó de mí… estaba cegado, hasta que llegó un punto en que no podía infligir más daño, no me veían. Y me quede cerca de mi cuerpo. Estaré aquí hasta que me den sepultura.
─Y si soy una sombra… ¿qué pasará conmigo?
Sonrió amablemente y dijo ─deja que tus pasos te guíen a tu cuerpo, seguramente, estás herido de gravedad, porque empiezas a desvanecerte, y si no lo encuentras, a tu cuerpo… él no podrá morir en paz.
Así comenzó mi búsqueda. La penumbra de la guerra, hacía pesado mi camino. No era un fantasma era una sombra. Una pérdida, a la que no le quedaba mucho tiempo. La pena me embargaba al ver tantos girasoles cortados antes de tiempo. Intentaba fervientemente conseguir mi cuerpo herido, pero era inútil, había miles de panochas esparcidas en el campo. El grisáceo panorama, hizo que me abandonaran todas mis fuerzas. No me quedaban pasos. Un cuerpo moribundo se quejaba, reconocí aquel rostro, me uní a él ¡por fin los encontré!. Y como un digno girasol, yací junto a mis compañeros.
Hola, Mikal Neshamá:
Tu relato me ha parecido muy interesante. Creo que describes bien la confusión del protagonista y creas con acierto un ambiente de misterio e intriga.
Sin embargo, creo que podrías cuidar un poco más la gramática y la concordancia, ya que he detectado algunos errores que se podrían solucionar fácilmente, lo que ayudaría al texto (en mi caso me distrajeron un poco). Algunos ejemplos:
“Como pude, lave mi rostro en el río, y tratando de apaciguar mi sed, me di cuenta que no podía tomarla.” En esta frase, cuando dices “tomarla”, entiendo que te refieres al agua del río, pero no mencionas en ningún momento la palabra “agua”, con lo que suena un poco raro. Podrías decir, por ejemplo: “”Como pude, lave mi rostro en el río, y tratando de apaciguar mi sed, me di cuenta que no podía tomar el agua”. Es solo una sugerencia.
En la frase “Como pude, lave mi rostro en el río”, “lave” debería llevar tilde (“lavé”), así como en “quise observar mi rostro en el reflejo de rió”, “rió” no lleva tilde.
La frase “con la amarga esperanza de conseguir alguna, respuestas”. Imagino que es un error de teclado, donde debería figurar “algunas respuestas”.
Hay algunos pequeños errores más en el texto, pero estos son solo algunos ejemplos.
Creo que tu relato denota talento, ideas y en general buen estilo literario, así que creo que solo te falta pulir un poco la escritura y la revisión para redondear tu trabajo.
¡Un saludo!
Mikal, excelente historia, a pesar de que al inicio dice ser un fantasma, no me esperaba que las cosas fueran como fueron, me gusta lo que hiciste con la fantasía.
Un problema que tuve leyendo fue el como esta escrito, aunque es fácil de leer en algunas partes la narración me saco de la trama, incluso hay un fragmento que me costo entender, porque no sabía si era un dialogo o parte de la narración es el siguiente:
─¿Cómo que eras, si estoy hablando contigo?─ en ese momento lo comprendí todo, puede ver la artillería tenía fecha 1904. Recordé mi nombre, Boris.
─Fallecí luego de tanto luchar. En el albor de la guerra, la ira recorría cada centímetro cúbico de mi ser, se apoderó de mí… estaba cegado, hasta que llegó un punto en que no podía infligir más daño, no me veían. Y me quede cerca de mi cuerpo. Estaré aquí hasta que me den sepultura.
─Y si soy una sombra… ¿qué pasará conmigo?
En cualquier caso es una lectura interesante, espero leer más de ti.
hola he leido con entusiasmo tu relato y el final es lo que me ha gustado mucho.
si hay algunas cosas que puedes mejorar como te dicen los compañeros,
hay algunas frases que no las comprendo bien. pero sera por que el castellano en cada region tiene sus maneras de expresarnos.
interesante relato, gracias y saludos.
Hola Mikal Neshamá:
Me conmovió tu relato. Me gustó mucho la comparación que haces en el párrafo 4 de los soldados con los girasoles. y me gustó que el protagonista encontrara su cuerpo, me alivió.
Coincido en las sugerencias que hicieron los compañeros.
Estoy en el 102. Saludos
Hola Mikal.
Has escrito una historia muy original y bonita. Me ha gustado que el relato comience siendo casi un cuento gótico y evolucione a historia bélica. El final está muy logrado.
Lo que sí me parece es que el relato necesita mucha corrección. Por ejemplo en los párrafos tercero y cuarto repites mucho girasoles, cuerpos tirados al lado de otro, amarillo.
Ya al final, cuando encuentra su cuerpo, hablas en plural y todo queda confuso, yo lo pondría en singular.
“No me quedaban pasos” me ha parecido una frase preciosa.
Ha sido una lectura muy interesante.
Saludos
Gracias a todos por leerme y por los comentarios, lo tomaré en cuenta para corregirlos. ¡Muchas Gracias!
Hola Mikal:Has escrito una historia muy original y llena de tristeza. Me ha gustado mucho tanto el ritmo que le has dado como la temática. Te felicito.
Saludos desde el 9.