Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Los girasoles - por SrCualquiera

Habían pasado diez años desde que no se conocían. ¿Cómo que no se conocían? Porque no se conocían. Llevando diez años hablando, danzando, queriendo, deseando, dejándolo, volviendo, muriendo, resucitando, como dos girasoles que habían dado mil vueltas pero nunca se habían encontrado, como dos ninjas empeñados en esconderse.

Diez años ya desde que no se conocían, en aquel foro que tenía un búho encima de la puerta. Ella rubísima con una pompa de chicle a punto de reventarle la belleza del avatar. Él escondido baja la máscara de un monstruo. Ella más intuitiva de las formas, él más sesudo de los contenidos. Entre las historias ocultas del mil pensar acabaron concluyendo que vivían los dos en el mismo mundo.

Luego más allá del propio espacio, hablando para ellos, convertidos en personas, abriendo las promesas como cosquillas, follando, si es que se puede follar con la mente, si es que se puede eyacular de verdad en la boca del teléfono.

Fue ella la que dio el primer traspiés, como se vuelven los demonios contra aquello que deseas, retorciendo en el cerebro las sospechas el corazón; perdida, incierta, desconfiada, loca, acabó ingresada en una clínica al borde de lo surreal, y allí se separaron sus caminos, cuando ella tuvo que pisar pie.

Él doblemente viudo, sin ella y sin trabajo, se dejó morir o se vio acosado, lo arrastró el mal que ya lo perseguía como a un moro judío, e igual que se envuelve un cadáver dentro de un plástico fue desapareciendo de su persona.

Ella volcándose en su profesión recuperó su vida, ponía las calles por la mañana y así los demás transeúntes también podían circular por ellas, se entregó a aquello que la salvaba y en pocos años su carrera de abogada del estado ya había llegado justo a un paso de su cima.

Fue entonces, tras dos años de silencio, cuando ella volvió a aparecer diciéndole hola:

—Me he acordado de ti pensando en otra cosa.

—Pues yo también me acuerdo de ti, ahora que lo dices.

Y empezaron otra vez a hablar por wasap, ya que había traído la tecnología unos dedos más cercanos. Y también volvieron a escribir juntos. Desde la vida de los personajes a los que prestaban sus sentimientos, los sentimientos se remendaban, se acomodaron otra vez el uno al otro como dos queridos extraños, aunque ninguno sabía del otro cuál era en sí más extraño.

Porque su problema lo consumió y él acabó contra su voluntad encerrado en un psiquiátrico, aturdido, desorientado, sin glucosa, clínicamente muerto, pero aun pensando por su propio pie, luchando contra los médicos que le decían que iba a pasar allí una larga temporada.

Ella amortiguó su caída con una gasa de seda, creyendo que si sufría, si él también tenía dolor en su alma, no tenía sentido la desconfianza, no tenía sentido dudar, sólo abrazarle, quererle, llamarle todos los días mientras estuviera encerrado. Esperar a que saliera para poder encontrarse por fin los dos con sus cuerpos, vivir esa nueva esperanza.

Pero él salió del hospital de tal Don Quijote que no pesaba ni medio hombre, ni tenía deseo ni palabras, ni ganas de encontrar más caricia que la de la cotidiana decepción. Una decepción que seguía acompañándolos.

Ella, de forma silenciosa, azotada por el cansancio, por las muertes, por los cuervos de la pesadilla y de la medicación, acabó herida de urgencias a la espera de un trasplante, un trasplante que no sirvió de nada porque al fin murió entre dolores analgésicos, como lo hacen los ángeles en el día de reyes, como un maldito regalo de reyes, así murió.

Él la quiso olvidar por morirse y la apretó como un puño que no se abriera, como un recuerdo que no quería, extraño por quererla, estúpido por desearla, incrédulo porque ya no estaba.
Pero dos meses después, en una noche de insomnio, volvió a aparecer ella en la virtualidad en la que ambos se conocieron

—Se ha conectado Algo Azul—

Él frotándose los ojos por si estaba viendo fantasmas, le mandó un mensaje al buzón en lo que tardó en dispararse el dedo:

—Oye, ¿tú no se suponía que estabas muerta?

Se lo devolvió en el acto:

—Sí, pero he resucitado, no me tengas miedo.

Y aún siguen rodando como dos girasoles, como dos arpegios que nunca terminan de resolverse, pero empeñados en sobrevivir, en seguir girando, salvándose por los pelos, queriéndose sin más, haciendo girar la rueda de los girasoles ciegos.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Berto dice:

    Escribes de cine SrCualquiera, me sorprende tu fluidez linguistica. El relato me parece exquisito, profundo, melancolico y muy duro.

    La historia a mi transmite el camino de no retorno que esta tomando la sociedad actual. El individualismo, el afan de aparentar lo que no eres, la cada vez más escasez de interaciónes sociales, de relaciones humanas, aferrandose a una ilusión en un mundo virtual de los que muchos no podrán salir. Todo esto hay que sumarlo a los problemas naturales que podamos tener como seres humanos.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 12:42
  2. 2. JUANA MEDINA dice:

    Es pura poesía, y es puro dolor. También es el empeño del amor por vivirse más allá de lo que sea.
    ¡De lo mejor, sr-Cualquiera!

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 22:36
  3. 3. De vuelto dice:

    A pesar de que me gusta la forma en la que está escrito, creo que hay que trabajar muy detalladamente en la forma para poder entregar el mensaje por completo. Hay que revisar la puntuación como en esta frase: “Ella más intuitiva de las formas, él más sesudo de los contenidos.”

    En cuanto al final, pienso que el que debía creer que estaba muerta era Él, no nosotros. ¿Se entiende?

    Mi relato es el #52

    Escrito el 21 septiembre 2018 a las 11:12
  4. 4. Diego Alba dice:

    Oh, ahora entiendo tu valoración de mi microrrelato.
    Es que escribes de una forma maravillosa y aunque trato de encontrar aportarte en algo, no me alcanza para ver nada que sepa o pueda mejorar.
    Tal vez en el próximo reto tu calidad literaria se tome un respiro y me deje meter bocadillo.
    Gracias por la magia SrCualquiera.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 03:48
  5. 5. Florencia M dice:

    Hola SrCualquiera,

    Encuentro en tu relato una prosa que fluye, imágenes muy bonitas pero en cuanto a la historia, la encuentro muy confusa.

    Primero ella es ingresada en una clínica al borde de lo surreal, luego él en un psiquiátrico. Ella muere y después resucita: acá entramos en el plano de lo fantástico cuando no hay ningún otro elemento de este tipo en el relato.

    También hay expresiones que no entiendo, capaz que son un regionalismo que no es el mío: “pisar pie”, “pensar por su propio pie”.

    Esta oración para mí carece de sentido: “ponía las calles por la mañana y así los demás transeúntes también podían circular por ellas”. Me imagino que no hay que leerla literal, pero ni un sentido figurado se me viene en mente.

    Creo también que hay un exceso de enumeración, pero eso es una cuestión de estilo.

    Como verás me costó la lectura de tu texto. Seguiré leyéndote para familiarizarme con tu forma de escritura.

    Hasta la próxima!

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 13:37
  6. 6. SrCualquiera dice:

    Muchas gracias compañeros por vuestros comentarios. Elevan el ánimo.

    El tuyo Florencia me ha hecho sonreír simpáticamente.

    Has dado en el clavo cuando dices que era un relato fantástico, no pretendía ser otra cosa.

    Verás, yo es que escribo un poco a lo loco. Aunque también intento infundir algún sentido. La frase que no entiendes viene precedida en el texto de esta:

    Porque su problema lo consumió y él acabó contra su voluntad encerrado en un psiquiátrico, aturdido, desorientado, sin glucosa, clínicamente muerto, pero aun pensando por su propio pie.

    No sé si así se puede comprender mejor, dentro de su célula de sentido. Pensar por su propio pie es una metáfora que denota que a pesar de la situación en la que se hallaba, aún hablaba y disertaba con toda su razón.

    Después lo de poner las calles por las mañanas porque eres el primer madrugar es una expresión que me gusta mucho. No sólo denota una gran vocación de servicio cívico a los demás, sino que al poner las calles tú haces un acto mágico sobre ellas, las conviertes en madrugadoras como tú. Las pones a tu servicio para que ellas sirvan a los demás. Un detalle de la historia es que ella era abogada. También en esa capacidad mágica para poner las calles quería insinuar a hurtadillas que ella tenía un papel importante en su trabajo, en su actividad diaria.

    Gracias.

    Escrito el 22 septiembre 2018 a las 21:15
  7. Hola SrCualquiera

    A mi también me ha costado un poco entender el relato pero en una segunda lectura he logrado entrar en el mundo que nos quieres describir.
    Se te da bien este estilo. Es difícil, yo no sabría ni por donde empezar y por este motivo no puedo aportar nada que ayude a mejorarlo.

    Seguiré leyéndote

    Saludos

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 13:33
  8. 8. Labajos dice:

    Ja, ja, ja, recuerdo en casa, de toda la vida la expresión “ni siquiera estaban puestas las calles”, cuando madrugabas mucho.
    Me ha encantado tu texto delirante, me he enredado en algún renglón… Pero, ¿es siempre necesario entenderlo todo? Dejemos espacio a lo inexplicable.
    Felicidades

    Escrito el 29 septiembre 2018 a las 16:47
  9. 9. Otilia dice:

    Hola SrCualquiera:
    Ante todo, gracias por tu comentario tan agradable.
    He leído tu relato y me ha enganchado hasta el final. Felicidades.
    Podría, aunque no soy una experta, decirte que tanto gerundio empobrece el texto, que hay repeticiones y alguna cosa más en cuanto a la forma, pero todo esto no me importa porque la historia comunica sentimiento.
    Lo he leído sin buscar lógica y he encontrado esa literatura del absurdo que denuncia situaciones sociales y reflexiona sobre la vida.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 30 septiembre 2018 a las 09:00

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.