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Maldita Memoria - por Alma

Web: https://escribirconalmayconcalma.wordpress.com/2018/10/03/maldita-memoria/

El olor a humedad era más intenso hoy, afuera no paraba de llover. Don Prudencio va a paso ligero levantando sus faldones, había colocado la última nube y nos pide que le ayudemos con las sillas.
Las alineamos en hileras de ocho, dejando un pasillo en medio. Pero a veces, dejamos un hueco y ponemos un cuenco o un cubo por las goteras que caen del techo. El gran cobertizo está lleno de agujeros por donde entra el agua y corre el aire. Hoy, a pesar de ser primeros de septiembre, hace frío en el cobertizo.
Oímos una algarabía tremenda que viene del cuarto de los trastos, cuarto que hoy hace las veces de camerino comunitario. Cuando llegamos a él, vemos que se han caído la mitad de las cajas que estaban apiladas en la pared. Por lo visto, el animal de Juan se ha subido allí y como las cajas estaban de aquella manera… se vinieron abajo. Eso es lo que explico Don Prudencio a sus padres. «Poco le ha pasado al bribón» —dijo también Don Prudencio, señalando el raspón que tenía Juan en la rodilla.
Todos estamos muy nerviosos. Yo, aún no me he vestido y queda tan solo media hora para empezar.
Don Prudencio es el párroco de nuestro pueblo, y también nuestro maestro en la escuela. Habíamos ensayado una obra de teatro durante todo el verano, y hoy, es el día del estreno, porque hoy, es el patrón de nuestro pueblo.
El cobertizo se utiliza para todo: como salón de baile en las fiestas, sala de reunión vecinal, meriendas comunitarias, eventos, o cualquier actividad que requiera un sitio donde entren todos los vecinos.
Mi corazón empieza a acelerarse, me tiemblan las manos y le pido ayuda a mi amiga para ponerme el disfraz, estoy tan nerviosa que no consigo ajustarlo. No entiendo que me pasa, se me hace un nudo en el estómago que sube como un torbellino hasta mi boca, produciéndome las náuseas. No me atrevo a decirle a Don Prudencio que no voy a poder salir, que me encuentro enferma.
Salía la última a escena. Era la estrella fugaz que concedió el deseo a su protagonista.
Los más pequeños hacen también de estrellas, pero ellos no hablaban, solo giran sus cuerpos para encenderse y apagarse. Yo, como tengo once años, tengo un papel más importante, en el escenario, tengo que decir con voz muy clara y alta un par de párrafos.
Han abierto las puertas y la gente va entrando, nos turnamos para mirar a través de la puerta. Cuando me toca a mí, veo que mis padres están en la segunda fila con mi hermano Andrés. Mi hermana Rocío de siete años, hace de rayo en la obra.
Las piernas me empiezan a temblar al ver el cobertizo lleno de gente, creo que nunca había sentido tanto pánico y entonces… empiezo a llorar desconsoladamente. Don Prudencio, impotente ya, después de todos los intentos para tranquilizarme, llama a mi madre. La pobre, se pierde el principio de la obra, donde mi hermana hace su aparición. Me está animando y convenciendo para salir, me da un beso cariñosamente porque mis sollozos han cesado y se va para sentarse en su silla.
No me tranquilicé, de eso nada, pero mis síntomas se fueron apaciguando según observaba la reacción de la gente que disfrutaba de la obra. Sus caras se iluminaban y en todas había dibujado una sonrisa de emoción y cierto gesto de orgullo.
Allí, todo el mundo era feliz hasta que me tocó salir a mí.
—Abuela, ¿Qué te ocurre? —la niña me mira con ojos dulces y pone su mano encima de la mía —.¿No te habrás olvidado otra vez de mí? Soy Andrea ¿Recuerdas?
—Andrea… sí –contesto intentando entender y entonces… empiezo a sentirme indefensa.
Estaba sentada en un sillón, dentro de una sala que no conocía, con una niña que se llama Andrea. Miro alrededor… y mi madre no está. El pánico se instala de nuevo en mí, y la pequeña vuelve a preguntarme:
—¿Por qué lloras abuela?
—Porque no pude salir, el miedo me paralizó y cuando decidí echarle coraje, oí los aplausos.

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15 comentarios

  1. 1. Ulises dice:

    Hola Alma,

    ¡Guau! ¡Vaya giro que da la historia al final! Sin duda un magnífico argumento que te deja un gran sabor de boca al terminar de leer. Creo que fuiste capaz de describir muy bien el nerviosismo de la niña antes de salir al escenario, así como de escribir los guiones. Un gran trabajo. Enhorabuena.

    Por otra parte, hay algunas palabras que repites al principio del texto, como aquí con la palabra cobertizo: ¨El gran cobertizo está lleno de agujeros por donde entra el agua y corre el aire. Hoy, a pesar de ser primeros de septiembre, hace frío en el cobertizo.¨ Aunque, sin duda alguna, no le quitan calidad al texto.

    Muchas gracias por tú comentario. Espero que nos volvamos a leer 🙂

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 22:49
  2. 2. JGulbert dice:

    Hola Alma,

    Bonito relato con un final inesperado y triste. Me ha gustado la redacción y solo me ha sorprendido a veces la utilización de algunos tiempos verbales, la mezcla de presentes y pasados en el mismo párrafo, aunque viendo el desenlace, bien podrían estar justificados.

    He disfrutado leyéndolo. Nos vemos en el próximo. Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 06:38
  3. 3. IreneR dice:

    Buenas, Alma.

    Un relato con un final inesperado, al verdad que no lo esperaba.

    Como te han dicho los compañeros, hay algunas palabras que se repiten mucho, y los tiempos verbales cambian mucho de pasado a presente.

    También tendrías que mirar las normas de puntuaciones en los diálogos y “—Abuela, ¿Qué te ocurre?”, si pones una coma el qué sería en minúscula.

    Un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 08:09
  4. 4. joanis dice:

    Alma, solo decirte…,que quiero más! Me ha encantado. Lo único que en la narración hasta que descubres que quien narra es una niña de 11 años, parecía que se trataba de una adulta por el vocabulario que utilizas.
    Pero lo dicho, me ha gustado mucho.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 15:29
  5. 5. Osvaldo Vela dice:

    Hola Alma, primero quiero agradecer tu visita a mi texto.

    En cuanto al tuyo quiero decirte que me encantó. El poder transmitir los sentires de una niña ante un escenario es único.

    El pánico escénico solo lo puede entender alguien que lo padeció y yo levantó la mano.

    Yo, un poco mayor que tu personaje, trece años, me privé totalmente. Lo bueno fue que yo era el muerto al que pasearon por todo el escenario.

    Un personaje fuera de su actuación pues estaba colorado de miedo y de verguuenza, en lugar de palido.

    Gracias por los recuerdos.

    Te felicito y adelante.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 18:17
  6. 6. Janna Bolriv dice:

    Alma:

    Tu relato tiene una buena estructura, y un giro sorpresivo y toca un tema muy sensible, y algo que siempre se agradece en narrativa.

    A mi me a chocado el tiempo narrativo empleado, no me parece el más adecuado y no le saca provecho al personaje protagonista. Por otro lado el inicio del relato creo que tiene mucho relleno y que si cortas ciertas líneas no se echarían en falta. En este subgénero no narrativo a veces menos es más.

    Saludos 🙂

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 20:47
  7. 7. Rosa dice:

    Hola, de los textos que leí este fue mi favorito.
    El final me aguo los ojos, y leyendo la historia sentí el trajín y el desespero. Me encantó.

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 01:48
  8. 8. miguel_madriles dice:

    Hola Alma. Me ha parecido un relato muy bonito, con un final inesperado, asombroso. Es tierno y triste, también realista. Lo único, que los tiempos verbales me han desconcertado un poco, haciendo más dificultosa su lectura. Pero me ha gustado bastante, enhorabuena.
    Gracias por comentar mi texto.
    Nos seguimos leyendo, un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 05:51
  9. 9. Alma dice:

    Muy buenas.
    Quiero agradecer a todos vuestro paseo por mi texto, en especial aquellos que habéis puntualizado algún fallo, error, etc.
    Tomaré buena nota de ello y pasito a pasito espero mejorar.
    Por otro lado, decirlos que ha sido un placer leeros y me gustaría pasearme por más textos, lo haré, pero estoy un poco limitada de tiempo.
    Saludos y hasta pronto.

    Escrito el 22 octubre 2018 a las 09:45
  10. 10. F dice:

    Hola Alma! Primero, gracias por pasar por mi relato. Y segundo y mas importante, me ha encantado. Creo que hay que echarle una revisada a algunos signos de puntuación que se te podrían haber pasado pero me encantó el giro final de la historia, totalmente inesperado, me he quedado sorprendida. Fue triste y tierno. Felicitaciones

    Escrito el 25 octubre 2018 a las 21:33
  11. 11. Vespasiano dice:

    Hola Alma:

    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
    He leido en voz alta tu relato a mi mujer y ambos concordamos que has hecho um excelemte trabajo literario.
    La historia com ese final sorpresivo es enternecedora.
    Refleja el penoso final
    del camino de la vida de muchas personas y el cariño que le profesan los que la quieren.

    Felicidades. Seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 26 octubre 2018 a las 07:30
  12. 12. Fortunata dice:

    Hola,

    Muy emocionante. El giro de niña a abuela con alguna enfermedad que le impide recordar lo más inmediato pero vive intensamente los recuerdos del pasado -muchos conocemos casos así en nuestro entorno- está logrado. Reflejas muy bien la indefensión de la abuela, que creo que asimila el pánico escénico con el pánico que le produce la enfermedad y el no saber quienes son los que la rodean, y también el cariño de su nieta.

    Enhorabuena desde el número 84

    Saludos!

    Escrito el 26 octubre 2018 a las 13:31
  13. 13. María Jesús dice:

    Hola Alma: Tu relato me ha parecido muy bueno, la verdad es que ya en sí la niña que tiene pánico escénico es bastante creíble y está muy bien narrada, se hace amena y está bien descrita. El final no me lo esperaba, es un cambio brusco que te deja un poco descolocado, pero ¿quien sabe lo que pasa por la cabeza de una persona con Alzheimer?
    Un saludo desde el 67.

    Escrito el 26 octubre 2018 a las 19:29
  14. 14. Laura dice:

    Hola Alma.
    Tu relato es bello, con toda la sencillez de una comunidad rural donde todos se ayudan entre sí.
    Me han confundido bastante los distintos tiempos verbales, creo que podrías reorganizar los párrafos para que haya una mejor secuencia temporal. Es tan sólo un aporte, tú eliges lo que más se ajusta a tu texto.
    Mis saludos.

    Escrito el 28 octubre 2018 a las 15:55
  15. 15. K. Marce dice:

    Saludos, Alma

    Aunque este es un ejercicio de meses pasado, tuve en mente venir a comentar a quienes me comentaron mi relato en su momento. Azares del destino, que cosas trágicas, inoportunas, te suceden y te quedas varado, perdido. Pero, siempre trato de cumplir las promesas y prometí comentar en cuanto el tiempo fuera más favorable. Ahora lo es.

    Aunque me propuse no extenderme en mis comentarios, me es imposible en muchos casos. El tuyo merece un poco de ese tiempo.

    Tal como han mencionado los compañeros, es una historia muy dulce en el contexto de los recuerdos que vive una mujer anciana que olvida en dónde está. Males que muchos ancianos viven, y por parte de sus seres queridos, no toca sino comprenderlos y amarlos pese a todas sus lagunas.
    Esto hace que el relato sea conmovedor, que tome al lector de imprevisto y el giro argumental lo saque de lo que cree una realidad a la verdadera.

    Sin embargo, también te han mencionado, los tiempos verbales que saltan entre uno y otro tiempo. Creo que no fue intencional, por lo que debes tomar mucho ojo a esto.
    En mi caso, pienso que el POV (punto de vista) que en este caso es el de la niña/abuela es acorde, más hay un poco de desliz en la voz narrativa de primera persona. Debido a que conozco a una anciana que sufre de Alzheimer, (que también pasa a ser niña), ella deja de ser adulta, y se trasforma en la persona que en su mente es. Por lo que la narrativa no corresponde a una niña de once años.
    Adicional, el narrador en primera persona, no permite los “saltos” del POV. Al inicio nos relatas, tal como si fuera un narrador omnisciente, poniéndonos en el foco a Don Prudencio, y el ambiente. Si es primera persona, todo debe ser desde la perspectiva de la niña. Esto es muy fácil de corregir, si prestas atención, colocando “solo lo que ella ve, siente y percibe”. Te ejemplifico el primer párrafo:« No paraba de llover, el olor a humedad me era más intenso. Vi a Don Prudencio que a paso ligero levantó sus faldones, había colocado la última nube y nos pidió que le ayudaramos con las sillas.
    Hicimos hileras de ocho con un pasillo en medio. Pero, como el cobertizo está lleno de agujeros, dejamos un hueco para un cuenco para las goteras que caen del techo. Hoy, a pesar de ser primeros de septiembre, hace frío en el cobertizo, porque por los agujeros entra el agua y corre el aire.
    Oímos un tremendo ruido que vino del cuarto de los trastos, que hoy sirve también como camerino comunitario. Cuando llegamos a él, la mitad de unas cajas estaban sobre el animal de Juan, quien nos contó que se ha subido sobre ellas, viniéndose todas abajo. Don Prudencio contó lo mismo a sus padres que también llegaron. «Poco le ha pasado al bribón», dijo señalando el raspón que tenía Juan en la rodilla.»
    Recuerda que cuando se narra en primera persona, es importante mantener la secuencia de los hechos, no sobrepasar la línea de la omnisciencia que no es propia de ese narrador. Recuerda que el formato del diálogo no es el mismo al usar las flechas españolas (muy bien empleados por ser “un texto literal de algo que fue dicho”, pero no necesita la raya para la acotación narrativa, las comas funcionan como tal.

    Te recomiendo que siempre leas en voz alta tus textos, hay repetición de palabras, cacofonías, énfasis en una idea, que obstaculizan la fluidez del texto. He leído y he usado un lector electrónico para analizar los textos que estoy leyendo, y noté más de lo que mis ojos leían. Como tenemos la tendencia a puntualizar como corresponde cuando leemos, aunque no esté escrito de esa manera, el uso del lector electrónico no engaña, ya que lee tal cual es.

    Como mencionó Janna, el texto abarca muchos detalles, algunos de los cuales podrían haberse evitado, sin afectar el ambiente de ese escenario de teatro infantil. Y enfocar más en el aspecto sensorial de la protagonista. Siempre se nos aconseja no contar, sino mostrar. Aunque no soy fan incondicional del consejo, (a veces necesitamos cortar a secas), al ser un narrador en primera persona, sí necesitaba un poco más de esos sentidos explotados, aunque siempre el mostrar requiera de muchas más palabras. Te marco un ejemplo:
    «Mi corazón empieza a acelerarse, me tiemblan las manos y le pido ayuda a mi amiga para ponerme el disfraz, estoy tan nerviosa que no consigo ajustarlo.» (contar)
    «Me sentí extraña, el corazón parecía un tambor en desfile. Tampoco podía controlar los dedos, tan torpes que eran incapaces de atar un simple nudo. Pedí ayuda, mi amiga ajustó el disfraz sobre mi cuerpo sudado y frío.» (mostrar)
    Recuerda, que *Contaremos* lo que ocurre, los acontecimientos cotidianos, lo obvio y las emociones o acciones que pueden escribirse de manera simple, porque no tienen profundidad o relevancia en la historia o los personajes. Y *Mostraremos* los sentimientos, los acontecimientos extraordinarios, aquello relevante como una emoción inesperada o sorpresiva. Si evitas aquello que no sea el enfoque del POV de la protagonista, te ahorras palabras que el ejercicio pide, y puedes explotar más las emociones (mostrar).

    Me he tomado la libertad de ahondar en tu relato, porque creo que la historia es muy hermosa; y me merece ser contada de la mejor manera. Sé que cuando escribiste este relato, eras bastante nueva en el taller; pero es muy seguro que aprenderás mucho de todos los consejos para mejoras. Recuerda que nadie, sin excepción, escribe perfecto. Todos tendremos nuestros deslices y erratas; pero es un deber tratar de aprender lo más que podamos para desarrollar este lindo arte de la escritura.

    Te invito a que leas las entradas del taller de escritura de Literautas, hay muy buenos consejos. También puedes visitar mi blog en donde también ahondo sobre algunos temas de interés en este campo. Solo debes darle clic sobre mi nick para tener acceso.

    Realmente ha sido un placer leerte, me ha gustado esa fragilidad y ternura de esa mente que se ha quedado varada en un recuerdo que quizá le marcó la vida.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 9 enero 2019 a las 02:54

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