“Doble vida” de Clara Amiens - por ROBERTA

«Todo el mundo era feliz hasta que se supo la verdad. A partir de ese momento, la vida de la familia Quiroga se transformaría radicalmente.
Los hijos fueron los primeros afectados por la noticia. Al principio no entendían bien como era la situación. Habían oído al pasar, en una sobremesa familiar, que su padre tenía otra mujer y otro hijo.
¿Qué significaba eso? Inmediatamente interpelaron a…»

Clara estaba sentada en el escenario y escuchaba como Norma Sánchez leía el texto con su aterciopelada voz. El sonido de cada palabra se volvía cada vez más distante, como un eco que se iba haciendo cada vez más lejano e incomprensible.
La lectura se detuvo por un instante y el público aplaudió con fervor.
Clara volvió a la realidad. Se acababa de publicar su primera novela y la editorial había convocado a una lectura y firma de ejemplares.

«A pesar de que la mujer negó conocer la verdad, todos creían que ella lo sabía. No podía haber pasado tanto tiempo sin que ella percibiera, aunque sea esporádicamente, algún indicio de esa doble vida: aquella ausencia inexplicable, esa diferencia de dinero, aquel llamado sospechoso, ese perfume desconocido…»

Norma Sánchez, la conocida actriz, continuaba con la lectura de las partes más salientes de la novela, pero Clara no lograba conectarse con el presente y con lo que estaba ocurriendo. Sentía que flotaba en una nube. Todo había sido tan mágico, tan irreal.

«La otra, como la llamaban despectivamente, era joven y muy bonita. Ella sí sabía de la existencia de la otra familia, pero había decidido aceptar la situación. Ella amaba a Iván, él no les dejaba faltar nada y era un excelente padre.
Tenía la ilusión de que cuando los otros hijos crecieran, tal vez dejaría a la otra mujer por ella. Nada hacía pensar que…»

Cuando escribió la novela sabía que publicarla iba a ser muy difícil, por eso se había anotado en el concurso de escritores jóvenes de novelas inéditas. Lo que nunca hubiese imaginado es que iba a ganar. Tampoco imaginó que el día de la publicación alguna vez llegaría.
Y ahí estaba ella, viviendo un sueño. Sentía como si no fuese ella la que estaba sentada en el escenario, como si el libro que se estaba leyendo no fuese el suyo, como si ella estuviese viendo la escena desde un ángulo del salón.
Sabía que en algún momento tendría que hablar. Tenía las manos empapadas y le parecía que sus piernas no la sostendrían al ponerse de pie.
Norma Sánchez cerró el libro y bajó del escenario.
La ovación fue espectacular.
El gerente de la Editorial, con el rostro radiante de felicidad la presentó.
Clara se puso de pie. Sintió que se iba a desmayar. Veía borroso.
Y lo último que escuchó fue el atronador sonido de los aplausos.