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el BAR nuestro de cada día - por Pepe

—Todo es una pantomima—continúa diciendo Josef detrás de la barra a sus fieles parroquianos—. Todo lo que hacemos está subyugado a ese guión preestablecido que, aunque ejecutado en nuestros mismos morros, no somos capaces de ver ya que formamos parte de él.
Los discursitos de Josef siempre divagaban por derroteros posapocalípticos hasta llegar al mismo punto.
—Creemos ser dueños de nuestro sino, nos lo venimos labrando desde que tenemos memoria, pensamos que somos el motor de su causalidad, y si por accidente nos viéramos despojados de él, mágicamente, se nos presenta la posibilidad de reencontrarlo…
Llegados a este punto nadie se atreve a dudar de su palabra. Sus oyentes, como feligreses apopléticos sin otra cosa en mente que la ceguez de una fe, ni se mueven mientras, absortos, se dejan empapar por sus palabras.
—… y es que ese elaborado guión dirige nuestras vidas procurando que no desfallezcan por el camino que deben seguir.
Hace mucho tiempo los dos, Josef y yo, abrimos este bar. Al principio fue duro. Trabajamos muchísimo. Nos obsesionamos con ver siempre la estancia a rebosar, pero el supuesto dinero ganado nos llenaba de desesperación. Nos dimos cuenta de que no valía la pena obstinarse con un trabajo cuya finalidad era el propio trabajo. Poco a poco fuimos dejándonos de lindezas y buenas caras. Perdimos muchos clientes a favor de conservar otras cosas.
—Habréis oído hablar del burro que persigue la zanahoria, ¿no?
El burro que persigue la zanahoria… ya estamos de nuevo. De tanto oírlo me aburre. Pero los pocos clientes que quedan, esas escasas cosas que hemos conservado, nunca se cansan. Cada día escuchan con mayor concentración, como mimetizados con el lúgubre ambiente que inunda un bar antes rebosante de jolgorio y gente feliz. En aquel entonces, todo el mundo era feliz…
—Efectivamente. Todo el mundo era feliz hasta que olvidó qué es ser feliz. Ahora sólo tenemos una sombra de esa felicidad escondida en móviles, coches y cosas tan banales como estos bebistrajos servidos por conocidos de barra.
Me parece que la cosa va desvariando un poco. Puede ser que hayamos bebido más de la cuenta, pero ese es otro tema: desde que tenemos la misma escasa clientela bebemos junto a ella. Lo hacemos tan a menudo que Josef y yo incluso usamos el mismo vaso, ¿para qué usar más? Nuestra complicidad es absoluta, somos como la misma persona.
—Por favor, miraros—les dice.
Los parroquianos ni siquiera lo hacen, ya saben a qué se refiere. Asienten, sin hacerlo, ante la perpetua penumbra que se ha adueñado del bar; hace tiempo que no encendemos las luces, Josef dice que para qué, y aunque al principio discrepamos, tiene razón.
—Cuando abrí este antro también me creía feliz—Josef ataca de nuevo ante la inacción del resto—, tuve que encontrarme cara a cara con esa felicidad para entender su acartonado significado.
Un mosca sobrevuela su frente, pero ni se inmuta, saca un cigarrillo de nuestro paquete, le da dos caladas y me lo pasa. Debe de ser tarde. Aunque siempre se nos hace tarde. El cartel de “cerrado” descansa estampado en la entrada. De hecho hace meses que descansa así. Afuera, la noche cae sobre un mundo solitario, sólo algunas aciagas luces se atreven a atravesar los sucios cristales derramando sobre nosotros unas sombras que me provocan un tenso relax.
Los oyentes permanecen sin moverse, ni espiran. Siguen expectantes sobre unos taburetes vacíos, convertidos en reminiscencias de algo que fue pero que ya no es. Josef vuelve a darle una profunda calada al cigarrillo mientras permanece en silencio sin hacer caso de quién, o qué, le pueda rodear. Sólo observa el fondo de un traslucido bar que nunca verá días mejores. Observarlo así me trae recuerdos… No sé cuándo comenzó el declive, pero sí que intenté reavivar su espíritu. Después de todo yo era su sentido común, así que intenté reencauzar sus desesperos en pos de un “camino” digno y beneficioso, pero su praxis me devoró y me defecó transformado en su locura, llegando incluso hasta el punto de desdoblarme de su persona para convertirme en su eterno compañero.
—Todo es una pantomima…—Le digo de nuevo a unos taburetes sin dueños largamente abandonados por unos clientes que se hartaron de mi desidia. No me importa, sigo regentando, junto a mi locura, mi bar por el "sendero" que yo quiera. «Recuerda: La vida es una pantomima». En efecto, la vida en sí es la pantomima más cruda y salvaje jamás inventada… pero sin telón. Sin público.
Sin aplausos…

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9 comentarios

  1. 1. De vuelto dice:

    Hola Pepe.
    La ambientación, la caracterización y la situación son hermosas. Me gusta lo surreal y cíclico del planteamiento, pero lo hace estancarse un poco. En cuanto a la explicación, no sé si se queda corta o soy yo el que no la comprendió del todo.

    Mi texto es el #83.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 04:29
  2. 2. M.S. dice:

    Hola Pepe,
    Antes de nada agradecerte haber comentado mi mini-relato. Tomo nota de tu crítica. Sinceramente, lo tuve claro nada más leer el reto. De todas maneras, atendiendo a tus comentarios dejaré el minimalismo para más adelante, pues, como bien has podido leer entre líneas, soy principiante.
    En cuanto al tuyo, me ha sorprendido gratamente ya que has logrado trasmitirme la zozobra del protagonista. Además de que está impecablemente escrito y las descripciones ayudan a introducirse en ese bar, me ha parecido un relato original. Enhorabuena.
    Nos seguimos leyendo,
    Un saludo,
    M.S.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 17:23
  3. 3. Galia dice:

    Buenas tardes Pepe, gracias por leerme. Tu relato me dejó un perfume a hastío existencial a la que nos somete el consumismo, la carrera por el éxito, el vivir para trabajar. Reflejo de un mundo esquizoide, muy bien logrado en ese Josef desdoblado.Me gustó mucho.
    Nos seguiremos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 21:12
  4. 4. Doralú dice:

    Hola Pepe,

    Me parece genial tu relato. Esta contado de una manera extraña la vida de Josef.
    Revisa en Literautas el uso del guión de diàlogo.
    Disculpa lo corto del comentario, pero con internet intermitente y de vacaciones no logro unir dos neuronas, !ja, ja,ja!
    Un abrazo

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 02:36
  5. 5. Laura dice:

    Hola Pepe.
    Al igual que quienes me precede, te felicito.
    Tienes una coma que creo que va ubicada en otro lugar:
    —Cuando abrí este antro también me creía feliz, —Josef ataca de nuevo ante la inacción del resto—tuve que encontrarme cara a cara con esa felicidad para entender su acartonado significado.
    Puedes consultar en otros sitios si te parece, pero me quedò muy rara donde la habìas puesto.
    Mis saludos.

    Escrito el 22 octubre 2018 a las 12:13
  6. Hola Pepe, un buen relato con un lenguaje, creo no obstante, algo recargado. Has conseguido recrear muy bien la atmósfera del relato, pero el desenlace queda muy abierto. En cualquier caso un gran relato.

    Saludos

    Escrito el 22 octubre 2018 a las 16:18
  7. Magnífico trabajo. Me gusta. Está bien estructurado, con el lenguaje acorde al tipo de personaje y la trama bien engarzada para que el punto de vista de “uno” u “otro” Josef pueda desenvolver su pantomima, su vida.
    Me gusta, porque hay algún matiz en lo formal que se puede corregir. En el resto me parece muy bien trabajado.
    Gracias por ofrecerlo

    Escrito el 23 octubre 2018 a las 23:12
  8. 8. pepe dice:

    Hola a todos!!!
    Muchas gracias por pasarse por mi relato, por leerlo, comentarlo e incluso mejorarlo.
    Casi no me da tiempo a enviar el relato este mes, me alegro de haber podido y continuar compartiendo con vosotros parte de nuestras “pantomimas”.

    Hasta el próximo reto!!!

    Escrito el 26 octubre 2018 a las 23:02
  9. 9. olivia dice:

    Hola!

    Me ha gustado mucho tu relato. Por ponerle un “pero”, la única cosa es que, a mi parecer, utilizas un lenguaje un poco rebuscado que dificulta la comprensión. Sin embargo me sumo a las opiniones de los demás compañeros de que se trata de un gran relato. Me gusta el ritmo, así como la ambientación y los diálogos. Solo recuerda de usar los espacios correspondientes en ellos.
    Un saludo

    Escrito el 28 octubre 2018 a las 23:40

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