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!... lo aspiré! - por Doralú

Les voy a relatar una de las cosas más extrañas que ha sucedido en mi vida. Hace diez años nos encontramos por primera vez, en esa oportunidad perdí la batalla y estuve hospitalizada por cinco tediosos días. Varias semanas me sorprendió su llegada, sentí cuando lo aspiré. Mi primera reacción fue decir: “¡Nooo, por Dios! ¿Otra vez? ¡Aghggg!”

Desde eses momento nos estamos peleando él ¿O ella? Cuerpo a cuerpo. Por ahora, en esta guerra a muerte cuento a mi favor: no tengo malestar, no hay fiebre y continúo comiendo; a su favor tiene que sus logros más notorios han sido una baja importante en mis actividades físicas y que las ganas de escribir languidecen como un gato ante los rayos del sol al amanecer

Todo comenzó cuando necesité realizar unos exámenes de laboratorio, así que fui a una clínica que me habían recomendado. La sala de espera era minúscula y parecía un mercado municipal en un fin de quincena. El ambiente estaba cargado de olores; había una mezcla de químicos y transpiraciones, algunos sudores estaban aliñaditos con perejil, ¡Ji, ji, ji! todo bien concentrado por falta de aire acondicionado y como guinda de torta: esa sala era bulliciosa como nunca imaginé que pudiera ser un laboratorio clínico. ¡Una locura!

Ante esa situación, estaba renuente a entrar en la sala, sin embargo, no tuve más remedio que aceptar la realidad: o entraba o jamás me enteraría cuando me llamaran para la toma de la muestra. En mi interior pensaba: “¿Qué carajo hago aquí? No sé porqué le hice caso a Francisco cuando dijo que este era un buen lugar para realizar los exámenes de laboratorio”

Resignada, pasé con sumo cuidado entre la gente y me ubiqué en un rinconcito y… ¡Oh casualidad! estaba cerca una conocida y nos pusimos a conversar amenamente y de pronto… ¡Lo aspiré! Sí, créanme así fue; lo aspiré, no es metafórico. Sentí como recorrió rápidamente mis vías respiratorias, irritándome, quemándome… hasta que llegó a los pulmones y allí se incrustó. ¡No lo podía creer! Bueno, en realidad sí… ya había pasado por eso.

Se me había olvidado decirles que en esa sala, todo el mundo era feliz hasta que mi organismo empezó a reaccionar ante ese ser extraño que lo había invadido y… tosí y tosí y volví a toser, no había manera de detener esa tos. La cara de asco de la gente cada vez que tosía era indescriptible. ¡Ja, ja, ja! ¡Me dio la impresión que si tosía un minuto más me linchaban! ¡Tuve que salir huyendo! ¡No puedo parar de reír tan solo de recordar sus rostros! Hoy me río, pero realmente fue muy desagradable y penoso.

Para completar el cuadro, la muy solidaria disnea llegó inmediatamente a acompañar a la tos. De allí en adelante, surgió una asociación que llamé “El Trío del Mal Vivir” que hizo que mi vida se volviera una pesadilla, es decir: Respiraba-tosía-meahogaba, hablaba-tosía-meahogaba, callaba-tosía-meahogaba. ¡Ay Dios, ese trío era como una piña bajo el brazo, no me daba un minuto de descanso! En ese instante supe que no era una tontería lo que pasaba y me dije: “Doralú, tienes un problema respiratorio severo en tu futuro inmediato” Así que sin demora inicié tratamiento: nebulizaciones, jarabes, reposo respiratorio y miles de toneladas de agua. De tanto agua casi que pierdo mi sabor ¡Ja, ja, ja!

Esa experiencia tan extraña, alteró mi vida por completo, hasta mis escasos sueños se convirtieron en pesadillas. En ellas veía el momento en que aspiraba un bichito extraterrestre, que en ocasiones era una basurita y en otros momentos era una lombricita de ojos saltones ¡Puaj! ¡Puaj! ¡Qué asco!

Una noche a ese bichito o lombricita, o cómo sea que se llame… maté ¿Por qué se asombran? lo hice… lo ahogué. Sí… como lo oyen, murió ahogado. Fue fácil hacerlo, me nebulicé con una fórmula que inventé para hidratar mis pulmones hasta que los inundé y así el bichito ese se ahogó y salió panza arriba… con un ramo de rosas en la mano, todo envueltico en secreciones. ¡Je, je, je! Fue un momento memorable, tanto que escribí un poema: Y canté y dancé y las rosas coloqué en el jarrón de papel. A ese bichito gané, ¡sí… le gané!

Sé que nadie va a creerme, pero así sucedió. No es producto de mi ignorante y loca imaginación. Es la historia de una victoria por la que no me felicitarán ni regalos darán, muchos aplausos bastarán, así que señores ¡anímense! Regálenme sus aplausos.

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12 comentarios

  1. 1. Galia dice:

    Buenas tardes Doralú: ingenioso tu relato, en ciertos aspectos coincidimos con la idea de la enfermedad. Me remite a la cara que ponemos todos cuando viajamos apretados en un medio de locomoción y alguien empieza a toser, pondremos las caras que describes. Cuántas batallas se celebrarán en hospitales y cuántas ganadas.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 19:44
  2. 2. M.S. dice:

    Hola Doralú,
    he de confesar que me costó entender tu mensaje y tuve que leer un par de veces el texto. En cualquier caso su lectura es ágil debido al tono utilizado, lo cual se agradece.
    Si quieres leer el mío, es el número #77.
    Nos leemos,
    Un saludo,
    M.S.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 17:29
  3. 3. Amadeo dice:

    Doralú:
    Esta vez no… no me gustó. No me atrajo el estilo en que fue escrito. Me molestaron un poco los je,je,je y los ja,ja,ja.
    Tampoco el final con rima

    Estoy en el 81 por si quieres leerlo y comentar
    Cordiales saludos
    Amadeo

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 19:06
  4. 4. pepe dice:

    Hola doralú

    Interesante relato, me gustó el estilo, y la utilización de la primera persona, pero sobre todo me encantó ese encanto surrealista.
    Empiezas con fuerza e intriga lo que hizo que me enganchara rápido, pero esa fuerza, novedad o surrealismo fue diluyéndose poco a poco.
    De todas maneras el resultado es bastante bueno, para mí, aunque, como te he dicho, me hubiera centrado más en el bichito y hubiera retorcido y surrealizado(existe ese bocablo x))un poco más la historia.

    Nos leemos

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 15:11
  5. 5. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Doralú. Tú relato me enganchó, cómo en otros meses. Pero este lo viví más de cerca, Yo acabo de pasar una enfermedad y me han operado. me he sintido identificado.
    Nos leemos. Saludos

    Escrito el 20 octubre 2018 a las 11:34
  6. 6. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Doralú.
    Agradezco mucho la visita que realizaste a mi texto, has sido muy amable.
    Tu historia enfoca un aspecto que pocas veces nos atrevemos a registrar y es el de la colonización de nuestro cuerpo cual universo inexplorado, para un microscópico invasor.
    Debo reconocer que leyendo tu historia me ha llegado la inspiración para otros posibles cuentos similares. Muy interesante tu ejercicio, ha sido un gran aporte.
    Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 04:15
  7. 7. Osvaldo Vela dice:

    Hola Doralú, Que buen texto el que presentas, Solo los que hemos sufrido los efectos de una enfermedad no común para otros puede comprender de lo que tratas de comunicar.

    Cuando siendo un niño, el medico le dijo a mi madre que nunca me permitiera el dejarme vencer por el dolor al hacer los ejercicios de mi pierna derecha, mi madre se tomó la orden muy en serio.

    Desde ese momento ella se convirtió en la mejor enfermera que doctor alguno quisiera desear. Hasta después de muerto el médico en l958, mi madre fue curandera post mortem de sus recomendaciones. Los efectos de la poliomielitis son apabullantes en los miembros afectados que no se ejercitan. por décadas he continuado ejercitando.
    Hace un par de años que tuve el accidente, la primera pregunta de mi madre a su ochenta y nueve fue; ¿sigues con los ejercicios?.

    La falta de movimiento de unos meses, me enseñaron que el doctor tenía razón.

    El no ejercitar a diario, dañó mi extremidad derecha de tal modo que ahora uso muletas. Por eso, si entiendo.

    Te felicito por hacer hincapié en padecimientos que requieren de tenacidad y deseos de mejorar.

    Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 21:39
  8. 8. Laura dice:

    Hola Doralù.
    Me han molestado un poquito los jaja,ji,ji, pero està en dar con el tono.
    Muy buena evoluciòn de la enfermedad hasta su muerte, imaginando al causante de la enfermedad.
    Bien escrito, nada que señalar por ahì.
    Me enganchò el prncipio, pero luego se fue deshilachando.
    De todos modos, te aplaudo por la imaginaciòn desplegada.( Puedo visualizar a tu bichito muerto con su ramito de flores).
    Mis saludos.

    Escrito el 23 octubre 2018 a las 11:16
  9. 9. Charola dice:

    Hola, Doralú.

    Me pareció muy ingenioso tu relato. A mi también me ha sucedido tantas veces en un ómnibus y con mucha afluencia de público. Me tocó toser y toser por la alergia que tengo, no me pasaba. La gente llegaba a incomodarse y uno se siente mal ser el centro de sus fastidios.
    Me gustó. Bien merecido los aplausos.

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 06:06
  10. 10. isan dice:

    Hola Doralú:

    Esto sí que es una aventura. Aventuraza como dice una amiga. No te has cortado un pelo en contárnosla con pelos y señales. Incluso algún pasaje lo has hecho con rima. Aquí se confunden narradora y escritora y por eso yo sí te creo que fue así.

    No estoy de acuerdo con lo que dices de tu imaginación. Puede ser loca, pero no ignorante. Este escrito demuestra que tienes a raudales. En cuanto literario, podríamos discutirlo, pero ha sido divertido y por eso te doy mi aplauso.

    Un saludo.

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 15:58
  11. 11. Doralú dice:

    Hola Galia, M.S, Amadeo, Pepe, Angel Climent! Leonardo Ossa, Osvaldo Vela, Laura, Charola, Isan,

    Muchas gracias por sus commentarios. Me disculpan si en esta oportunidad he comentado poco en los relatos, pero Estoy fuera de casa y tan solo con una table que me carga por la Calle de la amargura con el corrector automático.

    Me Falta mucho por aprender, y sus commentarios asi lo indican, gracias a Dios y a todos ustedes he mejorado.
    En esta oportunidad pretendí hacer un monologo para teatro, de alli creo que se producen ciertas incorrecciones literarias que notaron. Es mi primer monologo en dramaturgia que he escrito de manera empírica.
    Nuevamente, Muchas gracias por sus apostles a mi aprendisaje

    Un abrazo

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 19:57
  12. 12. Menta dice:

    Buenas tardes Doralú: Me ha encantado tu relato. Has sabido describir las sensaciones que yo también tuve un día y que se convirtieron en una neumonía:

    Noté el momento en que aspiraba el bichito, pero no me lo creí, me regañé a mí misma por tener tanta imaginación. Cuando horas más tarde me empezó a doler el esternón, justo en mitad del pecho, pensé que me había hecho daño aparcando el coche con el cinturón de seguridad. Cuando escupí “rosas rojas”, no se lo dije a nadie porque sería una tontería, una venilla de nada que se abría roto, además, ¿quién iba a dar importancia a estos sintomas? Han pasado diez años y todavía no comprendo por qué no relacioné los hechos y me fui al hospital. Estuve dos meses de baja. Desde aquella neumonía en la que no fallecí, siento que me regalan los días que vivo.

    Muchas gracias por este relato tan sensacional como la vida misma.

    Un saludo, Menta

    Escrito el 25 octubre 2018 a las 16:37

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