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El laboratorio - por José M. Fernández

Los primeros experimentos resultaron esperanzadores. Las pruebas eran positivas en ratones y simios, así que la posibilidad de de una cura para el nuevo virus comenzaba a ser factible. Mientras tanto, el número de víctimas alcanzaba cifras catastróficas; nadie, excepto comunidades muy aisladas, estaba a salvo. Por ello, los investigadores decidieron dispersarse en diversos equipos y buscaron laboratorios protegidos y aislados; era la única manera de evitar que el contagio de uno de ellos acabase con todos y con la esperanza de una cura.
El laboratorio donde trabajaba John, situado cerca de un pequeño pueblo en los montes Apalaches, era un recuerdo de los tiempos de la guerra fría y había sido concebido como un refugio de personalidades ante la eventualidad de un conflicto nuclear. Allí se hallaban protegidos y aislados. Él era el jefe del equipo, compuesto de un total de seis personas, cuatro hombre y dos mujeres. Trabajaban a buen ritmo, acuciados por la prisa, y eran optimistas. Hubiese sido más fácil si supiesen de dónde había salido un virus tan mortal; se pensaba que era una mutación del conocido virus de la gripe aviar y afectaba a todos los países, así que era poco probable que se tratase de un arma biológica diseñada por el hombre. Se trataría de una mera mutación natural.
–Es curioso –dijo Malena, una microbióloga–, cuando tenemos a nuestra disposición la mejor capacidad tecnológica y científica que haya existido, nos vemos amenazados por un simple virus mutante.
–En realidad, somos más débiles de lo que solemos suponer. Existen multitud de peligros que nos acechan –asteroides, desastres climáticos o ambientales, enfermedades nuevas,…– y contra los que poco o nada podemos hacer. No sólo eso sino que además contribuimos a acrecentar algunas de esas posibilidades –replicó John.
–Y lo malo es que no aprendemos del pasado –sentenció Anne, la más joven del equipo.
–Si todo va como ahora, mañana iniciaremos las pruebas finales. Me siento moderadamente feliz –dijo John.
Gerard le mostró su conformidad con una leve sonrisa. En cierta manera esos instantes eran un momento de esperanza, el único que habían tenido desde que comenzaron su investigación. Vigilaban todos los protocolos ya que, al trabajar contra reloj, era fácil que algo se pasase por alto, pero hasta ahora eso no había ocurrido.
Las pruebas del día siguiente salieron bien y la alegría cundió entre el equipo primero y las autoridades después, cuando el éxito se divulgó. Restaba el último paso, la prueba en humanos. Les llevaron al laboratorio, con las máximas precauciones, a una mujer enferma que voluntariamente que quiso presentar para que experimentasen con ella. Era su única posibilidad de sobrevivir. La expectación iba en aumento, medio mundo estaba pendiente de ellos.
Vestidos con un equipo de protección de máximo nivel acostaron a la mujer y le inyectaron la fórmula que habían diseñado. Salieron de la habitación y la dejaron dormir; era el primer paso del efecto de la vacuna. En las horas siguientes su mejoría fue evidente.
Todo el mundo era feliz hasta que vislumbraron ciertos cambios en la paciente. Su agresividad había aumentado, no hablaba, sólo farfullaba y mostraba una fuerza anormal. Sus constantes vitales estaban disparadas… Entonces Anne, la técnico de laboratorio, tuvo una idea y fue a ver a los ratones con los que habían comenzado la investigación, olvidados ya ante los indudables progresos. Los tres ratones estaban muertos con todos los síntomas de haberse matado entre sí. Su grito se produjo al mismo tiempo que la paciente rompía la puerta de la habitación y se dirigía con grandes zancadas hacia el laboratorio donde ellos estaban.

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9 comentarios

  1. 1. Vir-yiz dice:

    Hola, soy nueva aquí y es uno de los primeros que leo, me ha parecido de lo más interesante, solo encontré un par de descuidos: has escrito dos veces de en una frase y un que, que creo que no iba ahí. Me a encantando y la lectura ha sido fácil y entretenida. Un saludo!

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 07:45
  2. 2. De vuelto dice:

    Hola José.
    El escenario que planteas es interesante. Me gustan los mundos apocalípticos. Creo que describiendo la enfermedad y las víctimas, el relato ganaría profundidad y credibilidad.

    Mi texto es el #83.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 00:57
  3. 3. pepe dice:

    Hola José

    Un relato intrigante, me gustó mucho el giro final, parecia que todo iba hacia una cosa pero al final retorciste un poco la historia.
    Quizá la trama va un poco rápido, a la historia se le quedan cortas las 750 palabras, aunque ese el final me parece muy bueno.

    De todas manera felicidades, es un relato bastante bueno.

    Nos leemos.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 22:15
  4. 4. JGulbert dice:

    Hola José,

    Una historia muy entretenida. Me ha gustado el planteamiento y como está escrita. Está visto que entre las mutaciones naturales y las que nos inventamos…mal vamos.

    Un saludo

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 22:37
  5. 5. Laura dice:

    Hola José M. Fernàndez.
    me ha gustado tu relato con un giro màs que interesante.
    ¿Continuarà?
    Mis saludos.

    Escrito el 22 octubre 2018 a las 12:08
  6. Gracias por vuestras opiniones. Es cierto que la historia se podría alargar, quizás para otra ocasión

    Escrito el 22 octubre 2018 a las 16:08
  7. 7. Ofelia Gómez dice:

    Hola José M. Fernández

    Has elegido un tema muy actual con buen desarrollo. Me ha gustado lo creíble que es en cuanto a los detalles de las instalaciones y otros datos técnicos.

    Encuentro que el párrafo siguiente es un poco confuso:

    –En realidad, somos más débiles de lo que solemos suponer. Existen multitud de peligros que nos acechan –asteroides, desastres climáticos o ambientales, enfermedades nuevas,…– y contra los que poco o nada podemos hacer. No sólo eso sino que además contribuimos a acrecentar algunas de esas posibilidades –replicó John.

    Me parece que después de “acechan” debería ir una coma en lugar de un guion.
    Después de “enfermedades nuevas” corresponderían solo los tres puntos sin la coma, además de suprimir el guion y la “y”.
    Tal vez falte el punto después de “posibilidades”.

    Cuentas una historia interesante que pudo ser real. Y ese final… ¡Electrizante!

    Me ha encantado leerte.

    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 01:24
  8. Muchas gracias, Ofelia

    Escrito el 25 octubre 2018 a las 09:15
  9. 9. EstebanLR dice:

    Hola Jose. En general me gustó tu relato. Creo que los diálogos son un poco flojos, pero soy consciente que es de lo más complicado en narrativa. La historia es entretenida y el giro ha sido sorprendente. Enhorabuena. Saludos y a seguir escribiendo.

    Escrito el 29 octubre 2018 a las 17:13

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