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Relato de los viejos tiempos - por Piquillín

En una aldea del sur, una nieta y una abuela enlazan frases y construyen ideas:
—Dale Abu, contame algo más de los tiempos de antes.
—Bueno Sofi. Vení, vení, sentate aquí—dijo la mujer, señalando un almohadón en el piso.
—Te escucho Abu.
—En los viejos tiempos todo el mundo era feliz hasta que vino el odio a instalarse en nuestras vidas y nos dividió. Este sentimiento, querida Sofi, es un monstruo grande, oscuro y escurridizo que se llevó lo mejor de nosotros. Entró a nuestras casas a través de las palabras que el viento acercaba. Vino para quedarse y aún no se fue—aclaró con voz afectada, la abuela—. Éramos felices porque teníamos lo necesario para vivir dignamente. Teníamos sueños, proyectos y ganas de crecer.
— ¿Todos Abu? ¿Los vagos también?
—No digas eso, querida niña, justamente esos fueron los dichos que trajeron la hostilidad. Las palabras tienen poder, él que nombra crea. A través de esas frases se instaló la idea de que éramos diferentes.
—Bueno, pero… hay gente mala, sucia, ignorante y vaga.
—Te voy a decir un secreto—dijo la abuela, bajando su dulce voz—.Todas las personas, aunque seamos diversas, somos igual de importantes para el universo. Todos merecemos vivir bien. Tarde, me di cuenta que todo había sido un engaño; que las palabras alguien las había arrojado al viento para que alguna brisa las acerqué a nuestras casas. A esas frases alguien las inventó, las construyeron los hombres que nos dominan ahora; para eso necesitaron dividirnos.
Muchos fueron los artilugios usados para alimentar oscuros sentimientos en los habitantes de nuestro pueblo y hacer a ese monstruo cada vez más grande.
Las frases lanzadas al aire eran mágicas y poderosas, ingresaban por nuestros oídos, se alojaban en el cerebro y luego las repetíamos una y otra vez dándole cada vez más entidad al ogro. Así se construyó la idea de que había en el pueblo personas que vivían de dádivas y que no querían trabajar; entre muchos otros pensamientos.
— ¿Y…El monstruo tenía poderes? —preguntó la niña, ya más interesada.
—Sí, por supuesto, la hipnosis. Si lo mirabas a los ojos, el ogro te convencía de que eras diferente y cuanto te mirabas al espejo, te veías rubio de ojos celestes, bien vestido, creías que tenías poder y dinero. Pero era como te decía antes, Sofi, cuando el ente ya fue incontrolable y nos volvimos a mirar en el espejo, nos vimos exactamente igual que nuestros vecinos.
— ¿Y a todos hipnotizó el monstruo?
—No, por supuesto que no. Hay personas que no se dejaron atrapar por el odio, que supieron advertir a tiempo el engaño y desconfiaron de las hostiles frases que acercaba la brisa. Esas personas creen que el amor nos va a salvar. Ellos están ocultos, cuidándose, juntando fuerzas.
El día que se atrevan a enfrentar al ogro podremos volver a abrazarnos. Si aún estoy en la tierra, correré a prestarles mi ayuda y brindarles mi aplauso.

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11 comentarios

  1. 1. El apuntador mudo dice:

    Un cuento con una bonita moraleja, bien hilvanado, con personajes convincentes. En la ortografía de algunas palabras veo la intención de localizar social y geográficamente a los protagonistas, más que el error ortográfico. Salvo quizás “él que nombra crea” que creo que se entiende mejor “el que nombra crea”. En el diálogo, quizás hubiera puesto algún signo de admiración como en “—¡Dale Abu, contame algo más de los tiempos de antes!”, o también en “—Bueno Sofi. ¡Vení, vení, sentate aquí!—”, pero no es mi fuerte, quizás otra compañera o compañero de Literautas pueda ser más preciso al respecto. Todo lo anterior sólo es una opinión muy personal, y la impresión que me ha causado es muy grata, me ha gustado.

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 18:45
  2. 2. Lucy J.S dice:

    Piquillín, muy interesante tu relato!! La forma en que se relata el poder del odio está muy bien construido y el remate del final de las personas que se negaron a él es un buen reflejo de nuestra sociedad actual. Me gustó mucho la relación de la abuela con su nieta, te puedes identificar fácilmente con ella. Sigue así, saludos!!

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 20:32
  3. 3. De vuelto dice:

    Hola Piquillín.
    El diálogo que soporta la narración está bien estructurado. Pero tiene un corte educativo que hace que pierda mi interés. Creo que podría mejorar para mi gusto si tuviera un giro inesperado.

    Mi texto es el #83.

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 12:53
  4. 4. Fran F dice:

    Hola Piquillín,

    ¡Bonito relato! Al leerlo te conduce a reflexionar acerca de nuestra propia situación, de como estamos viviendo influenciados por un discurso de odio impuesto por otras personas.

    El único detalle que me gustaría destacar es la forma que utilizaste para el verbo “ir” en esta oración “Vino para quedarse y aún no se fue”, en este caso el verbo debería ocuparse en presente, dado que es algo que aún no sucede “Vino para quedarse y aún no se ha ido”.

    Fuera de ese pequeño detalle felicidades por tu relato, es grato leer cosas que te hagan reflexionar un rato.

    Abrazos 🙂

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 13:59
  5. 5. Galia dice:

    Buenas tardes Piquillín, aludes a la famosa grieta que nos va desgastando y hace que nuestro país dé, cada día, un pasito más de retroceso. Denota tristeza, hastío pero en el fondo una tenue luz de esperanza.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 20 octubre 2018 a las 00:56
  6. 6. IreneR dice:

    Buenas, Piquillín.

    Me ha gustado tu relato. Una historia un poco en forma de cuento con una moraleja.
    Sobre el texto en sí, al principio parece que intentas mostrarnos con la forma de hablar de las personajes su lugar de procedencia, pero en un momento de la historia esto cambia y su forma de hablar se vuelve mucho más neutral, eso habría que mirarlo.

    Las rayas de diálogo no están del todo bien escritas.

    -“él que nombra crea”, ese el va sin tilde.

    – “A esas frases alguien las inventó”, la preposición “a” me suena rara. Yo diría alguien inventó esas frases.

    Buen trabajo.

    Un saludo.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 06:38
  7. 7. Menta dice:

    Buenos días Piquillín: Me ha gustado mucho tu relato sobre todo porque me has hecho reflexionar sobre el odio y la soberbia.

    Especialmente el párrafo en el que dices:

    “Si lo mirabas a los ojos, el ogro te convencía de que eras diferente y cuanto te mirabas al espejo, te veías rubio de ojos celestes, bien vestido, creías que tenías poder y dinero. Pero era como te decía antes, Sofi, cuando el ente ya fue incontrolable y nos volvimos a mirar en el espejo, nos vimos exactamente igual que nuestros vecinos”.

    Es genial.

    Creo que los anteriores compañeros te han hecho algunas observaciones muy atinadas para que cobre fuerza y perfección el texto, yo me uno a ellos.

    Muchas gracias por este relato tan bonito, tan triste y tan esperanzador. Quiero ser como tu abuela.

    Un saludo, Menta

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 12:40
  8. 8. Ana Roda dice:

    Hola Piquilín:
    Tu relato me ha parecido muy bien escrito, sobre todo la primera parte.
    Como indican otros compañeros en sus comentarios hay un cambio en la forma de narrar en la segunda parte y decae un poco.

    En cuanto a la relación de la abuela y la nieta es muy entrañable y está muy bien conseguida.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 19:03
  9. 9. Leosinprisa dice:

    Hola Piquilín, me ha gustado tu escrito, aunque como te han comentado la segunda parte pierde un poco la fuerza que habías conseguido al iniciar el relato, pero es entretenido y de una muy agradable lectura, desprende dulzura y cariño en la relación entre la abuela y su nieto.

    Además de los cambios que te han sugerido los compañeros, yo añadiría dos de cosecha propia:

    En la frase inicial “En una aldea del sur, una nieta y una abuela enlazan…”, yo pondría “En una aldea del sur, la nieta y su abuela enlazan…”, así evitarías repetir la palabra “una” tantas veces seguidas.

    En la frase “¿Y…El monstruo tenía poderes?”, yo pondría “Y ¿el monstruo tenía poderes?”. Me parece que le da más fuerza a la frase, pero estas dos correcciones que te hago son muy personales y como tales no debes hacerle mayor caso.

    Agradecerte el comentario en mi texto. Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 07:40
  10. 10. Arnool dice:

    Dice Galia que aludes a un problema de vuestro país. Yo veo una fábula que remite al mundo actual, a lo que vemos y vivimos de manera cotidiana, tan cotidiana que hace que muchos pierdan el interés y no vean la gravedad de lo que se nos avecina.

    Dejando aparte el contenido social, me parece un excelente relato con una buena estructura y posibles correcciones que ya te han sugerido.

    Te seguiré.

    Escrito el 24 octubre 2018 a las 16:19
  11. 11. Laura dice:

    Hola Piquillìn.
    Me ha agradado la historia, aunque me hizo un poco de ruido lo de la niña cuando dice: “Bueno, pero… hay gente mala, sucia, ignorante y vaga.”, pero tal vez por eso mismo es un buen momento para que la abuela converse con ella.
    Yo habrìa agregado una coma en esta frase: ¿Todos, Abu?
    Mis saludos.

    Escrito el 26 octubre 2018 a las 11:24

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