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Distopía futbolera - por Distopía futbolera
Web: https://letraxmundanas.blogspot.com/
Todo el mundo era feliz hasta que Antonio IV, rey absoluto de la península de Iberia, decidió prohibir el fútbol. No se vieron más partidos en la tele, ni se escucharon más radio polémicas, se acabaron las ligas locales y los torneos internacionales, no hubo más cánticos, ni camisetas, y las hordas de fanáticos se quedaron sin causas por las que luchar.
Con el paso del tiempo, los estadios —otrora templos sagrados los fines de semana— se convirtieron en ruinas, albergue de indigentes, cucarachas y roedores; las marcas tuvieron que buscar nuevos líderes para promocionar sus productos en deportes menos populares como el balonmano, el basquet y el tenis de mesa; los jugadores emigraron a los pocos países donde aún era legal practicar este deporte impío.
Durante muchos años el fútbol fue la única religión que no tuvo ateos, pero ahora sin Cristianos y Mesis que adorar, los hinchas terminaron sucumbiendo al camino ingrato del ateísmo. Las graderías fueron invadidas por el polvo y las telarañas, las cabinas de transmisión se inundaron de silencios ensordecedores, los parlantes por ecos que nacían ahogados y el césped nunca paró de crecer…
Hubo una época en que los arcos del Santiago Bernabéu fueron testigos de grandes proezas realizadas en partidos repletos de estrellas rutilantes que atrajeron millones de euros. Ahora, la pintura oxidada de tres postes desnudos que sorprendentemente aún se sostienen en pie evocan la nostalgia cruel de lo que fue pero nunca más volverá a ser.
El sol metálico de un verano que asfixió las últimas primaveras reflejando sobre la gramilla las siluetas de dos conocidos personajes mientras conversan.
—¡Ostias! ¡Y pensar que tantas Orejonas que compramos para el Real iban a terminar en la basura!— dijo Florentino a su compañero mientras ambos miraban con melancolía la montaña de trofeos y medallas oxidadas sobre las huellas desfiguradas de la circunferencia que alguna vez delimitó la mitad de la cancha.
—No es hora de llorar sobre la leche derramada, míster. Siempre supimos que esta mentira no iba a durar para siempre. Bien lo decía el sabio Lincoln: Se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. La función terminó. Perdidos en medio del mar de silencio de un estadio construido para 80 mil personas, solamente se escucharon un par de aplausos.
@Tecnorot
Entretenido. Ya que no soy español ni seguidor del Real (me agradaba hasta que se fue CR7), diré sin apasionamientos ni sorna, que me gustó. En las descripciones del Bernabéu y sus instalaciones, das muestra de calidad narrativa, aunque me parece un poco forzada la referencia del ateísmo y el cristianismo. La imagen Final de Florentino y su compañero, me hicieron sonreir.
Hola Distopía.
El universo que planteas me interesa, así como la apertura que haces de la narración. Amo el fútbol y tampoco creo en la inocencia de Florentino, pero tu historia no tiene un desarrollo que sorprenda. Más parece una denuncia disfrazada.
Mi texto es el #83
Hola Distopía.
Una historia muy original e interesante, esa del mundo sin futbol,aunque me parece que queda algo coja. ¿Por qué el fútbol se vuelve un deporte impío en la mayoría de los países? Creo que la prohibición del fútbol hubiera provocado la Tercera Guerra Mundial.
Personalmente, hubiera acabado el relato en la función terminó.En cualquier caso creo que la siguiente frase debe ir en otro párrafo.
Ha sido un verdadero placer leer un texto tan original.
Saludos
Saludos, Distopía
Debido a que tu relato se encuentra entre mis tres lecturas de rigor, las cuales se deben revisar conforme a los pedidos del taller, en su forma, contenido y opinión personal.
*Lo primero que me llamó la atención fue que tu seudónimo es el mismo nombre del relato. Creo que hubo un desliz y no colocaste tu nombre. Si es así, me gustaría saber con cual nombre te presentas usualmente al taller.
*Frases/oraciones (Revisión y ortografía)
> más radio polémicas -> más radios polémicas (o en singular).
> basquet -> básquet. Debo decir que es una adaptación del idioma inglés del juego basquetball. Sin embargo si nuestro español o castellano tiene una palabra que le corresponda, esa debería ser usada: baloncesto. Cuando usemos términos que corresponden a otro idioma, deberíamos colocarlos en cursiva. El formato no lo permite, en su lugar la palabra deberá ir entre comillas.
> sin Cristianos y Mesis -> sin los Cristiano y los Mesi. Este corresponde a un apellido, y éstos no pueden transformarse en plural. El idioma no lo permite. (Gomeces, Ramíreces, Contis, etc). En este caso, al considerarse a “varios” se debe marcar el artículo en plural, más no el apellido. Se comprende que has jugado con el nombre del jugador y la religión, aunque se agradecería que se diferenciara para que no piense que “cristianos” debería en minúscula.
> 80 mil -> ochenta mil/ 80,000
No se puede combinar cifras y palabras en los numerales. O usas uno o el otro. Aunque se recomienda que para los numerales se utilicen las palabras. Las excepciones a la regla son: las direcciones (221 Baker Street), las coordenadas (180° N), las fechas (20/10/2018), los números muy difíciles de escribir (187.458,217.42), listados (12 huevos) y los imposibles de cambiar (101 Dalmatas)
> las marcas tuvieron -> las marcas comerciales tuvieron
>
Puntuación que necesita revisión
A lo largo del relato, existe la omisión de comas en frases u oraciones, excesivamente largas. Se debe cuidar la puntuación, haciendo uso de los puntos correspondientes. Debes recordar que una frase larga, es no solo difícil de leer, sino de asimilar el contenido.
> la pintura oxidada de tres postes desnudos que sorprendentemente aún se sostienen en pie evocan la nostalgia cruel de lo que fue pero nunca más volverá a ser. -> la pintura oxidada de tres postes desnudos, que sorprendentemente aún se sostienen en pie, evoca la nostalgia cruel de lo que fue, pero nunca más volverá a ser.
Debes recordar que las frases no deben exceder de las veinte palabras. En este caso, esta cuenta con veintiocho sin puntuación. Recuerda que los incisos explicativos irán entre comas. A su vez, se sugiere colocar una coma previo a “pero”.
> La segunda frase/párrafo, que inicia con: Con el paso del tiempo…
Este párrafo cuenta con cincuenta y siete palabras. Se sugiere una revisión, intercalar comas en los sitios especiales y seguir con punto y coma. Esto para que el lector no se sienta fatigado.
> Hubo una época en que… y oraciones subsiguientes.
Se aconseja a revisar la puntuación, hacer uso de las comas en los incisos explicativos. También cortar las frases con puntos y seguidos. La lectura en voz alta ayuda a detectar esas frases u oraciones largas. Pero en la lectura de voz alta, a veces nosotros pausamos naturalmente un texto por lo que no notamos el error. Aconsejo el uso de lectores electrónicos.
> Bien lo decía el sabio Lincoln: Se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. -> Bien lo decía el sabio Lincoln: «Se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.»
Las frases textuales deben usar comillas, ya sean las flechas españolas o las inglesas, nuestro idioma prefiere las primeras.
*Contenido
No soy fan del deporte, pero la historia resulta creíble, aún sin los detalles que pudieron extenderse para comprender mejor la trama. Hiciste un relato con menos palabras del máximo permitido. Algunas veces un detalle, o revelar un misterio, es algo que el lector agradece. Interesante relato, y más para los admiradores del deporte; para ellos sería definitivamente un mundo caótico y distópico.
Mi opinión personal, es que el texto contiene la facilidad de leerlo sin grandes prisas pese a la carencia de puntuación. (Esto es porque mentalmente sí hacemos esas pausas). La idea es interesante. Aun sin seguir este deporte, el relato fue grato de leer.
Espero que revises tu historia, toma las sugerencias y comentarios para pulirlo y con el mismo respeto que te es entregado.
¡Nos leemos!
Muy buenas,tengo sentimientos encontrados con tu relato. Por una parte me parece que tienes mucha calidad y que evocas imágenes con mucha fuerza que se pierden al hablar algo como es el fútbol (mi opinióin). Me ha gustado mucho por que es algo diferente y creo que necesario.
Soy el número 50, por si te apatece pasarte. Un saludo y espero volver a leer cosas tuyas.
Estimado, soy nuevo por aquí y, por lo mismo, inexperto, así que vale la advertencia para darle el peso a los comentarios.
Tiene un ritmo pausado, como el caminar de un conejo sin prisas
Interesante la referencia al ateísmo.
Me gustaron frases como:”se inundaron de silencios ensordecedores”, “El sol metálico de un verano que asfixió las últimas primaveras” ésta última me lleva a esas otras distopías, las climáticas.
Me produce algún ruido el que los trofeos estén a mitad de la cancha ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Y la sala de trofeos? Igual son un recuerdo maravilloso para cualquiera. Encuentro que esa imagen es una situación improbable si uno compra la idea de aquella prohibición -que si que es improbable: pan y circo.
Lo mismo para la conversión en ruinas de los estadios, da una imagen que se contrapone un poco con otras, quizá “estadios abandonados”. Florentino no podría existir si el Bernabeu estuviese en ruinas, habría muerto hace mucho.
El último párrafo tiene algun problema. Leo, a partir de “Perdidos…” al narrador, creo que falta la puntuación para hacer la distinción.
Me parece que “la compra de orejonas” es el punto sobre el cual se arma todo y, si fuese aquel, creo que es muy grueso, la faltaría sutileza y alguna forma de ironía.
Eso por ahora, veré si puedo hacer, después, más comentarios.
Francisco E.