Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
Noche de estreno - por Darth Jover
Todo el mundo era feliz hasta que les comuniqué mi firme e irrevocable decisión.
Casi toda la familia al completo acudió a la cena que mis padres habían organizado para celebrar mi flamante licenciatura en Medicina. Toda una dinastía de médicos en la rama paterna. Mi abuelo, que fue uno de los primeros catedráticos de Oncología en España. Mi padre, brillante cardiólogo, pero paradójicamente tan distante y frío con sus hijos. Mi hermano mayor, que había hecho el esfuerzo de regresar antes de lo previsto de un congreso europeo de enfermedades gastrointestinales en Bruselas para compartir conmigo esa noche inolvidable.
En la familia de mi madre no existían antecedentes de profesionales sanitarios hasta ella misma, enfermera, la única de las hermanas que estudió en lugar de ponerse a trabajar en el negocio de telas de los abuelos. Conoció a mi padre en Barcelona, en el hospital donde él había conseguido su primer contrato como especialista y ella había obtenido plaza en una oposición. Por lo que me han contado, fue un enamoramiento a primera vista, cosa que me extraña en lo que a mi padre respecta. En cualquier caso, creo que hace ya mucho que no queda nada de ese amor y que comparten una convivencia cordial, parecida a la mía con mi compañera de piso pero con más historia y menos divertida, sin sexo ambas.
Asistieron también al evento tíos y tías, primos y primas, todos con sus respectivos cónyuges excepto los que se habían separado o estaban tramitando el divorcio. Todos menos los muertos, claro. Mi abuela paterna, aniquilada por un cáncer devastador hace cuatro años. Otra paradoja, tengo la impresión de que mi abuelo sigue sintiéndose culpable de no haber podido salvarla. Faltaban también el primo Luis y su viuda. Lo encontraron tirado al pie de un puente y nunca supimos exactamente lo que había sucedido. La oveja negra de una familia intachable.
Mi madre desplegó en la enorme mesa del salón las mejores vajillas y cuberterías de la casa, aunque resultaban un tanto anacrónicas en contraste con el menú, encargado a una modernísima empresa de catering porque ella decía que ya no se encontraba con fuerzas para cocinar para tanta gente. Yo iba intentando escabullirme, sin éxito, de la multitud de invitados que me felicitaba, achuchaba y besuqueaba sin darme respiro. Que si ahora a no perder el tiempo y que me apuntara cuanto antes a una academia para preparar el examen de médico residente. Que si tenía que sacar muy buena nota para poder elegir la especialidad que quisiera. Que a ver si sentaba la cabeza y me echaba novia formal de una vez.
Mi plan era anunciar la noticia a la hora de los licores, para que la cena no se les atragantara.
Pensé que, llegados a ese punto de la velada, el efecto del generoso consumo de alcohol que suele darse en estas ocasiones serviría para amortiguar el impacto. Accedí primero a las masivas peticiones a voz en grito para que diera el consabido discurso. Agradecí todo lo agradecible a todo el mundo, a los presentes y a los ausentes, intentando ser lo menos cursi y trillado posible. Conté mis mejores anécdotas de estudiante. Me aplaudieron a rabiar.
Y, finalmente, les dije que llevaba desde el segundo curso participando en un grupo de teatro de la universidad. Que no se lo había contado a nadie de la familia hasta ahora porque pensaba que no les gustaría la idea, que me dirían que iba a interferir en mi rendimiento académico y que me dejara de tonterías. Que qué era eso de ser artista, por Dios. Y les manifesté mis intenciones de estudiar interpretación. Sentía defraudarlos, pero quería ser actor y no médico.
No sabía lo que me deparaba el futuro, cuál sería el balance de éxitos y fracasos en mi incipiente nueva carrera. Desconocía si mis fantaseadas actuaciones futuras obtendrían o no el beneplácito del público. O quienes de entre mis parientes conseguirían perdonarme con el tiempo, tal vez mi madre lo haría. Pero aquella noche, en ese momento, se congelaron los aplausos.
Una historia que ha ocurrido en muchas familias, rama de médicos, fiscales o abogados de siempre etc. y un hijo que no quiere seguir la tradición familiar para hacerse artista y nadie lo entiende, un clásico, buen relato.
Excelente relato; muy buena escritura. Muy dinámico el evento y sus retrospectivas.El desenlace es un canto a la libertad de elección.
Hola Darth.
Una historia realista, muy bien desarrollada. El título me ha parecido todo un acierto, así como la última frase.
En la frase que empieza Agradecí…repites todo muy seguido. Y en el último párrafo creo que debía ser depararía en vez de deparaba. Pero te aconsejo que consultes con alguien que sepa, porque yo de experta, nada.
Ha sido un verdadero placer leer tu relato.
Saludos
Gracias por vuestros estimulantes comentario s!
Es verdad, Blue, que es un tema clásico, de hecho tuve mis dudas al escribirlo por si resultaba demasiado tópico.
Me alegro de que te guste el desenlace, beba, también dudé respecto a que fuera más o menos optimista.
Y creo que al final cambié depararia por deparaba, ML, no estaba seguro.
Voy a buscar los vuestros!
Edu,
Hola Darth Jover,
Yo creo que al final, todo, de una manera u otra, ya está escrito. Así que lo que importa es como lo escribimos “nosotros”.
A mí me ha parecido que tu relato tiene muchas virtudes. Ya anuncias desde el primer momento que algo va a cambiar y, efectivamente, lo hace, al final del relato. Con eso creas la intriga del lector que se ve impulsado a seguir leyendo. Entre medio vas dibujando, poco a poco, el entorno de la familia que justificará la afirmación de la primera frase cuando llegué el desenlace. Me parece una estructura muy bien cuidada, un relato muy bien escrito.
Por apuntarte algunas cosas, opiniones sólo , recuerda:
Me parece que algunas frases son demasiado largas. Puedes hacer el ejercicio de leerlas en voz alta, como suelen recomendar por el foro, para tratar de medir la capacidad de sostener la frase. Por poner sólo algún ejemplo: “Mi hermano mayor, que había hecho el esfuerzo de regresar antes de lo previsto de un congreso europeo de enfermedades gastrointestinales en Bruselas para compartir conmigo esa noche inolvidable.” No digo que no funcionen, a mi me ha gustado mucho como está escrito, no me chirría nada, pero algunas frases las veo en exceso largas. A ver que opinas.
Luego, donde dices: “fue un enamoramiento a primera vista”, tal vez lo cambiaría por “fue amor a primera vista” o por “se enamoraron a primera vista”. Me suena algo mejor, pero vaya, cuestión de gustos.
Otra cosa que te quería decir, más como observación, no como propuesta de mejora en ningún caso, es que en la ambientación del relato, en la definición del entorno, me dio la sensación, sobre todo en la primera lectura, que el padre toma una posición predominante respecto al resto de la familia, por encima de todos los demás con diferencia. Asume bastante protagonismo.
Y ya está,
Te felicito.
Muchas gracias, Edu!
Es verdad que tengo una tendencia a redactar frases un tanto largas!
No tenía la impresión de que el padre tuviera mas protagonismo que la madre, interesante observación…
Hola Darth.
A estas alturas mis comentarios suenan repetidos: buen título, desarrollo y resolución, tema típico pero sigue vigente.
Lo que quizás no han mencionado es que la decisión de exponer su inclinación frente a toda la familia justo en ese momento es algo muy histriónico. Muy coherente con el interés del protagonista.
Mi texto es el #83.
Gracias, de vuelto!
Interesante tu observación acerca del gesto histriónico del personaje. Es como una actuación en la que el público es su familia, si.