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Elazar - por Miriam Torres

Web: https://historiasdethaisite.wordpress.com/

Votre juega con su ábaco de madera. No hace mucho que se lo regalaron y, ni siquiera sabe que ese artilugio con el que tanto disfruta sirvió a los Antiguos para realizar operaciones de cálculo. Pero a él no le importa eso. Solo juega con sus cuentas de madera. Las mueve de arriba a abajo para escuchar el sonido que hacen al chocar entre sí. Las alinea, las descompensa. Las mira pensativo. No le convence. Necesita la ayuda de su amigo, ya que nunca se equivoca.

Golpea el suelo con el pie tres veces y Elazar, el gigante con los ojos vendados, se agacha para poder pasar por el arco de una de las puertas. Después, se sienta en el suelo junto al niño, que pone el ábaco sobre la mesa. El pesado puño del gigante cae a plomo sobre el suelo. La mesa tiembla por el impacto y el ábaco se tambalea sobre ella.

—Siete —le dice el pequeño.

—Bonito número —responde.

El gigante se levanta con lentitud y le tiende la mano. Elazar y Voltre caminan hacia el interior de una sala oscura. Allí les espera El Juez, cuya larga túnica negra le cubre desde el rostro hasta los pies, sentado en su trono de huesos.

—¿Cuántos serán hoy?

—Siete, Señor.

—¿Es eso correcto, mi joven aprendiz? —El Juez se dirige al pequeño tras la respuesta del gigante—. Ya sabes que la Justicia es severa, no debes equivocarte.

—No, Señor. El ábaco marcó siete y siete deben ser, como es justo.

—Que así sea, entonces. —Sentencia.

Voltre se sienta sobre las rodillas de El Juez y el gigante a la derecha del trono. De pronto, las luces se encienden y aparecen ante ellos siete individuos. Hombres y mujeres, niños y ancianos. Todo el mundo era feliz hasta que El Estado propició El Cambio y decidió encomendar sus decisiones en las manos de un elegido por La Luz Divina para impartir justicia.

A los pies de cada afortunado descansa un vaso de cristal que contiene un líquido amarillento. Tras la orden de El Juez, beben y, en cuestión de segundos, se desploman en el suelo. Qué mejor manera de acabar con el terrible mal de la superpoblación que otorgar a los habitantes igualdad ante la muerte.

Tras el sonido seco de los cuerpos al caer sobre las tablas del escenario, se apagan las luces y cae el telón. El público se pone en pie y despide a los actores entre aplausos.

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6 comentarios

  1. 1. Dante Tenet dice:

    Miriam.

    Me gueto el relato y mucho mas el mensaje.

    Nos estamos leyendo

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 18:25
  2. 2. Alma Rural dice:

    Hola Miriam:

    Me ha sorprendido muy gratamente tu relato.

    Fantasía, realidad… todo sobre un escenario que no se descubre hasta el final de la historia.
    Me parece genial cuando escribes la frase: “Qué mejor manera de acabar con el terrible mal de la superpoblación que otorgar a los habitantes igualdad ante la muerte.”

    Sí, señora, así se escribe.

    Un beso, compañera de letras.

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 21:54
  3. 3. Fran F dice:

    Hola Miriam,

    Debo concordar con los demás compañeros, el relato me ha dejado con un agradable sabor en la boca ¡Bien hecho!

    La única observación que podría agregar es que me parece que la primera coma, después de la “y”, no debería de estar ahí, me provocó un poco de confusión cuando lo leí por primera vez y tuve que releer la frase. Un pequeño detalle que realmente sólo procede de mi impresión personal, no sé si estará realmente malo o no.

    Solo queda decir ¡Buen trabajo!

    Abrazos 🙂

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 22:52
  4. 4. Alberto C. dice:

    Hola Miriam,
    Lo primero felicitarte por tu relato. Luego, coincido con el compañero Fran F: la coma que has puesto después de “y”, en el primer párrafo, hace que su lectura sea confusa.

    Lo que másme ha gustadi ha sido la redacción, cuidada, y el uso de frases simples y cortas. Da dinamismo al relato, y en los primeros párrafos se agradece porque engancha al lector.

    Tu relato tiene como dos giros: la sentencia y la función. En un relato tan corto resulta un tanto extraño, además, no sé si habrás leído ya algunos relatos de este mes, pero el giro de la función de teatro es una constante.
    Como opinión personal, considero que eliminar la parte de la función y hacer que la conclusión de la superpoblación sería más acertado.
    ¡Como opinión personal! ¿Eh? Por lo demás, todo es una maravilla. El protagonista me ha gustado mucho.

    Un saludo,
    Alberto C. #100

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 10:30
  5. 5. Ofelia Gómez dice:

    Hola Miriam Torres

    Impecable tu redacción. Trataré a aprender de ti en cuanto a los diálogos.

    Muy original la idea de tu relato, bien llevada. Es una historia extraña que estremece, que conmueve. Da para pensar que, ¿por qué no?, podría ser real.

    Aquello de “Qué mejor manera de acabar con el terrible mal de la superpoblación que otorgar a los habitantes igualdad ante la muerte”, es decididamente fuerte.

    “Tras el sonido seco de los cuerpos al caer sobre las tablas del escenario, se apagan las luces y cae el telón. El público se pone en pie y despide a los actores entre aplausos”.

    Aquello de que se apagan las luces y cae el telón… parecería que todo el lugar queda en la oscuridad. Me ha dado para pensar que tal vez el público despide a los actores de una realidad…

    Muy bueno.

    Saludos

    Escrito el 23 octubre 2018 a las 00:48
  6. 6. Clau Cruz dice:

    Hola Miriam:

    ¡Tu relato me ha gustado!
    Muy buena redacción, llevas al lector de la mano para encontrarse con un inesperado final.
    ¡Felicidades!
    Nos seguimos leyendo…

    Saludos.

    Clau Cruz #58

    Escrito el 27 octubre 2018 a las 18:24

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