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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Siete días - por Carlos Alma

Web: https://www.keithkhanassociates.com/blog

Mi madre había sido buscadora de perlas, lo mismo que mi abuela, probablemente mi bisabuela también lo fue. No tuve elección al elegir mi camino pero tampoco lo lamenté. Crecí a la orilla del océano, rodeada de mujeres fuertes que me cuidaban y me entrenaban. Poco a poco mi cuerpo se fue fortaleciendo y mis pulmones expandiendo. Me convertí en una de las mejores buscadoras de perlas. Conseguía sumergirme por largos períodos de tiempo sin tener que volver a la superficie a respirar. Me acostumbré al silencio marino, al dolor en los huesos y a la soledad. Allí en las profundidades el único sonido que permanece es la cadencia sosegada del corazón al palpitar.

Nos adentrábamos desnudas sin más aperos que una cesta y una daga a la cintura. Nos ofrecíamos al océano y este nos permitía explorar sus profundidades en busca de moluscos y frutos de mar. Me seducía su indocilidad y vehemencia y, como una amante celosa, lo quería solamente para mí.

“Todo el mundo era feliz hasta que el deseo se convirtió en posesión”, decían las viejas mientras nos secábamos junto a la hoguera. “Recuerda esto mi niña: el deseo hace que todo florezca; la posesión hace que todo se desvanezca”.

Contaban historias de buceadoras de gran experiencia y fortaleza que habían sido engullidas por las olas para ser devueltas sin vida siete días después. Varadas en la playa, sus carnes violetas y sus rostros hinchados nos recordaban que nadábamos en el océano porque esa era su voluntad. Un amante exigente pero generoso que solo compartía su riqueza con mujeres de excepcional talento y habilidad.

Me volví arrogante y posesiva, incluso llegué a creer que era su preferida; que sus corrientes siempre me llevaban hacía los mejores bancos de ostras y que sus aguas me mecían con mayor dulzura que a las demás.

Ya no esperaba por las otras para sumergirme cada mañana, ya no pedía consejo a las ancianas ni compartía mis conocimientos con las jóvenes. Sentía celos cuando veía sus pechos desnudos con pezones blanqueados por su sal. No quería que mi cuerpo fuera salpicado por las mismas olas que rompían entre sus muslos al llevar las cestas cargadas hacia la orilla. Yo era, me creía, su elegida.

Aquel amanecer el océano estaba bravo y yo nadé con más arrojo y decisión: me acerqué temeraria a las rocas y acantilados donde se encontraban los mejores moluscos, esquivé corrientes de agua helada y buceé entre coloridos bancos de coral. Dejé que los peces me acariciaran con sus colas cuando, agarrada a una roca, me senté en el fondo arenoso a descansar. A mi alrededor dos pulpos levantaban nubes de arena bailando con sus tentáculos y cambiando de color. El más pequeño de ellos jugueteó escurriéndose entre los dedos de mis manos mientras que el grande parecía preferir los dedos mis pies. Evitaba, divertida, sonreír y dejar escapar el aire que necesitaba para proseguir. Me sentía feliz y dejé que los pulpos me enredaran y besaran todo el cuerpo con sus húmedas ventosas. Sus tentáculos se enrollaron en mis piernas, resbalaron entre mis pechos y maniobraron hábilmente para introducirse entre mis piernas. Pero mis amantes oceánicos no eran fáciles de satisfacer y querían mucho más. Cada vez invadían mi cuerpo con mayor violencia y probaron a insertar sus ágiles tentáculos en todos los orificios que encontraron durante su exploración. El forcejeo provocaba mi sonrisa, la cual debía evitar, pero cuanto más sonreía más parecía divertirse el pequeño y más insistía en penetrar. Con el incansable ímpetu de un amante joven, utilizó todos sus apéndices para separar mis labios y, sin poder evitarlo, dejé escapar todo el aire de mis pulmones. De mi boca abierta salió una ráfaga de burbujas solamente interrumpida por el grueso tentáculo que se deslizó en lo profundo de mi garganta. La falta de oxígeno aumentó mi placer al desvanecerme y sentí que el océano, al fin, se había enamorado de mí. Aquella mañana morí ahogada con mi deseo satisfecho, mi cuerpo poseído y la esperanza de mecerme entre sus aguas por mucho más tiempo que las que me habían precedido.

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18 comentarios

  1. 1. guiomar de zahara dice:

    Carlos: tu relato lo has contado en primera persona. El final, desvirtúa un poco la historia ¿como una muerta cuenta como se murió?
    Si fuera una leyenda, el narrador omnisciente puede explicar todo: lo que se ve, lo que se siente…
    Por lo demás, alguna cosa sin importancia… que permanece (permanecía) por las otras ( a las otras o a nadie) en fin cositas sin importancia para el buen entendimiento de la historia.
    ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 14:18
  2. 2. Jisaen dice:

    Linda historia, muy original y bien contada, pues pude imaginar la aventura final de la arrogante protagonista.
    Se te pasaron un par de errores al corregir, nada importante.

    Nos leemos.

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 23:29
  3. Carlos, este es un relato que agarra. Esas sensuales descripciones y ese ritmo poético lo capturan a uno y al final, el suspenso que creas en esa última escena, cargada además de erotismo, nos encanta y nos deja con un buen sabor.
    En lo formal, “no tuve elección al elegir” es una flamante contradicción; la expresión “esperaba por” (igual “que pagar por”) es un anglicismo; en inglés existen muchas phrasal verbs cuyo equivalente en español no tiene preposición; yo espero las ostras, no por las ostras; yo pago la cuenta, no por la cuenta.
    A Guiomar le digo que, en literatura, los muertos pueden contarnos sus vidas, sus aventuras.
    Saludos.

    Escrito el 17 octubre 2018 a las 23:56
  4. 4. Carlos Alma dice:

    Gracias por dedicarle tiempo a leer y comentar mi relato, es de gran ayuda. Y sobre todo a Carlos Jaime porque me seguía rascando la cabeza con lo de “esperar por”!

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 09:46
  5. 5. De vuelto dice:

    Hola Carlos.
    Debajo del mar encontramos ésta interesante historia, con intriga y erotismo. No obstante, me pareció injustificado su título y algunos otros detalles que me parecen sueltos. Espero que la leas en voz alta y profundice un poco en la sorpresa del final.

    Mi texto es el #83

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 16:25
  6. 6. el chaval dice:

    Hola Carlos Alma. Una bonita historia, original y llena de de dicha al final.
    Una forma de morir que quizás buena parte quisiera, pero como sueño, te has de levantar hecho unos zorros.ja ja ja.
    el último párrafo un poco largo
    hasta la próxima idea.

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 17:04
  7. 7. Gina dice:

    Hola Carlos,
    Muy buena tu historia, me ha gustado mucho como la has desarrollado.
    Ya comentaron sobre el narrador en primera persona, así que no me queda nada más que felicitarte.
    A seguir escribiendo

    Escrito el 18 octubre 2018 a las 22:19
  8. 8. M.L.Plaza dice:

    Hola Carlos.
    Una historia estupenda, original, muy bien escrita y desarrollada.
    A mí me ha encantado el final. Has descrito una muerte maravillosa, aunque suene muy fuerte decirlo. Solo en la última frase sustituiría el por por durante.
    Ha sido un gustazo leer tu relato.
    Saludos

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 00:41
  9. 9. Laura dice:

    Hola Carlos.
    Tu historia es muy buena.
    Con relaciòn a la muerte de la muchacha, me quedò algo extraño que dijese: Aquella mañana morì ahogada…No sè por què pero me choca. No es por que la protagonista narre su propia muerte, sino por la forma en que està escrita. Tal vez Aquella mañana fue diferente a todas, siete días después mi cuerpo sin vida fue devuelto a la misma playa de la que habìa salido, o algo parecido.
    Insisto, no es el hecho de que haya muerto, sino la forma en que lo indicaste.
    Es tan sòlo una opiniòn, tù sabràs que hacer con ella.
    Mis saludos.

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 12:19
  10. 10. Alma dice:

    Hola Carlos
    Un buenísimo relato que te engancha. El deseo, la posesión, la sensualidad y el erotismo se plasman estupendamente.
    Esta frase del relato: “el deseo hace que todo florezca; la posesión hace que todo se desvanezca” para mi, es el espléndido resumen de tu relato.
    Felicidades y saludos.

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 12:26
  11. 11. Carlos Alma dice:

    Muchas gracias a todos y me alegro de que disfrutarais de la lectura de esta narración. Como siempre tomo en cuenta vuestros comentarios para pulirla un poco más.
    Alma me alegro de que la frase te haya llegado, es de Marcel Proust y debería haber añadido el crédito a pie de texto.
    Pues hasta el próximo taller!

    Escrito el 19 octubre 2018 a las 22:27
  12. 12. Conrad Crad dice:

    Hola Carlos Alma.
    Un relato original y poético con algunas frases realmente bellísimas. La voz en primera persona funciona bien hasta: « aquella mañana morí ahogada…» Aunque un autor se pueda tomar todas las licencias que quiera, incluso hacer hablar a los muertos como dice el compañero Carlos, creo que esta historia merece otro final que la engrandezca y a mí, me la ha desinflado como un globo. Yo intentaría contarlo quizás con otro narrado y pulirlo un poco poniendo especial atención en la puntuación. Pero es mi opinión, tú decides… Te sigo.
    .

    Escrito el 20 octubre 2018 a las 11:25
  13. 13. Carlos Alma dice:

    Mmmmm…. voy a defender un poco mi relato. “Aquella mañana morí ahogada” es una de las frases que no me cuestioné cuando la escribí, suena contundente e inusual. Obviamente no es una historia realista y tiene un tono poético. La historia la podía estar contando su espíritu desde otra dimensión, o como persona rencarnada hablando sobre sus vidas pasadas o desde su trono océanico ahora como consorte del océano.

    Escrito el 20 octubre 2018 a las 14:59
  14. 14. Paola Panzieri dice:

    Hola Carlos

    Lo primero decirte que me ha encantado el relato, que está escrito de forma elegante y te aseguro que atrapa.

    Atrapa de tal modo que al final, al saber que está muerta, el lector se lleva una desilusión.(Aunque veo que a muchos no les ocurre) Estoy totalmente de acuerdo con Guiomar. Cada cual puede hacer lo que quiera pero para escribir bien hay unas normas que solo te puedes saltar si sabes hacerlo. Nn muerto no puede contar una historia a menos que haya unos preámbulos claros y el lector sea consciente de ello desde el principio. De lo contrario se convierte en un engaño al lector, es lo que te dice Guiomar y yo confirmo, es una norma de BUEN escritor.

    Te lo remarco tanto porque el relato me ha parecido estupendo y sería una pena que no pensaras arreglar ese asunto.

    “Me convertí en una de las mejores buscadoras de perla” yo lo quitaría porque esa es la conclusión a la que ha de llegar el lector, tus imágenes nos llevan directos a ella.

    Enhorabuena, he disfrutado mucho la lectura

    Saludos

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 17:50
  15. Aquí se va a prender una discusión muy caliente, porque yo sigo defendiendo la licencia que tiene el escritor de poner a un difunto a narrar desde ultratumba. Y también es válido que no entere de ello al lector hasta el último momento; en lugar de defraudar al lector, ello le añade un toque emocionante al relato.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 18:07
  16. 16. Paola Panzieri dice:

    Hola Carlos

    Jeje

    No sé si va a ser caliente o no pero lo de “no serán los Dioses o la magia los que resuelvan un dilema; no harás hablar a un muerto a menos que lo justifiques y los sueños no sacan de un apuro a un escritor” son como mandamientos de la escritura. Si no eres creyente, no vayas a misa, si no quieres ser buen escritor…

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 18:48
  17. 17. Carlos Alma dice:

    Hola a tod@s.
    Lo primero estoy aquí, como vosotros, para aprender y practicar. Pero también me parece un espacio seguro donde experimentar y para ello hay que creer un poquito en lo que haces, después resulte estar bien o mal.
    Entiendo que hay reglas, pero no entiendo por qué sentirse engañado al final de esta historia ya que, al fin y al cabo, el hecho de que esté muerta no está dando solución a ninguna trama o enredo o siquiera afectando a la “realidad” del relato. Pero vuestros comentarios también me han hecho pensar en otras opciones para desarrollar esta narración y darle la forma requerida. Así que gracias.

    Escrito el 21 octubre 2018 a las 20:08
  18. 18. Vespasiano dice:

    Hola Carlos:

    Primeramente darte las gracias por pasarte por mi relato y dejar tu punto de vista.

    Llego bastante tarde a leerte por motivos que ya expuse en otras entradas y que no voy a repetir.

    El tuyo me ha parecido una historia bien narrada, original e imaginativa, con un toque de sensualidad.

    También me ha parecido bien ese cambio arriesgado de rol de la mujer, en una actividad desarrollada mayoritariamente por hombres. Quizá hayas querido, con tu historia, apoyar la igualdad entre hombres y mujeres tan reivindicada en estos tiempos.

    Felicidades. Seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 30 octubre 2018 a las 20:24

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