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La fórmula - por Medi Ávila
Giró la llave abriendo la puerta. Al entrar le dio la sensación de que la casa estaba vacía. Colgó la chaqueta. Encima de la mesilla había unas llaves. Ella estaba en casa.
— ¿Eres tú?.
—Sí, ya estoy de vuelta— Le dijo mientras pasaba al salón.
— Ahora prepararé la cena.
— No te molestes, hoy no tengo mucha hambre, después pico algo.
— Como quieras, entonces me iré pronto a descansar, mamaña tendré que madrugar.— Él se hizo el desinteresado, mientras ella apagaba su móvil, y subía arriba.
— Yo me quedaré un rato más todavía. —La mujer subió los peldaños sin responder ni mirar atrás. Se quedó plantado en mitad del salón viendo como su sombra desaparecía al final de la escalera.
"¡Que rabia!. Si al menos consiguiera hacer algún adelanto en mi investigación. Tengo una mujer preciosa, y nos casamos muy enamorados…todo era tan distinto entonces… ¿En qué estoy fallando? ¿ Qué se me escapa?".Los pensamientos del científico le corroían por dentro.
En la habitación de arriba la lluvia de la alcachofa caía por una larga melena pelirroja, chorreando sobre el bello rostro de su esposa. El agua salpicaba pequeñas gotitas hacia la mampara. Quieta y pensativa mientras se relajaba con la ducha caliente se decía: "Siempre está igual, no me aprecia para nada. Ni siquiera me da un beso de bienvenida. No se que se trae entre manos, ni me importa. Él se empeña en pasarme a un segundo plano y yo no tengo nada que hacer. ¡Si al menos pudiera abrirle los ojos! Pero ¿cómo? Si ya no está interesado en mí". Una lágrima salada se mezcló con el agua que se deslizaban por su cuerpo desnudo.
Alex bajó al sótano y se acomodó en su silla.
"¡Solo! . Estoy solo. Todo se basa en las emociones. ¿Cómo crear amor?. Estoy seguro que puedo conseguirlo con la fórmula de sensaciones exacta. No puede ser que nazca y muera sin motivo, poco a poco, o de repente, sin razón. Descubriré el elixir de emociones para que no se acabe nunca la mejor sensación del mundo. El "Amor", la única necesaria para lograr la verdadera felicidad. No me daré por vencido." Estuvo trabajando hasta tarde.
Después del baño Susana se quedo más relajada. Había podido echar algún estrés fuera de su ser. Ahora solo tenía que meterse entre las sábanas y con un buen libro, el sueño pronto vendría a visitarla.
Pasaban los días. Llegaba al trabajo y registraba las muestras de laboratorio. Su compañero soltaba cuatro chascarrillos y él le seguía la corriente. En realidad no le importaba nada lo que le pudiera contar.
Por el cristal de la entrada la secretaria le hacía señas. Quitándose los guantes se dirigió a su encuentro. Ella le susurró con voz dubitativa unas palabras que explotaron en su cabeza, causándole un dolor profundo en el alma que no podía soportar. Instantáneamente le preguntó la dirección, y sin quitarse la bata blanca salió lo más rápido posible hacia ese lugar.
—¡Soy su marido! ¿Cómo se encuentra?—
—Su mujer a sufrido un grave accidente. Un camión arroyó su coche y ha tenido mucha suerte de sobrevivir. De todas maneras hay que esperar como responde en las siguientes 24 h. Ahora está inconsciente.— Le comentó el cirujano.
Tres días después Alex estaba en su habitación. Tenía su fría mano cogida. "A veces me da la impresión que va a despertar" pensó.
"Esta sensación de estar y no estar. Es como un devaneo entre la vida y la muerte, que me asusta. Entre mis idas y venidas recuerdo el accidente, la sangre y el amasijo de hierros. No puedo mover mi cuerpo, oigo lo que pasa a mi alrededor, pero no consigo abrir mis ojos. Tampoco puedo articular palabra. Sin embargo me noto protegida."
—Mi amor… Estoy aquí a tu lado. Sabes que te quiero y que no podría vivir si ti. Por favor vuelve conmigo. ¡Ahora lo sé! No hay fórmula para la felicidad, sólo hay que disfrutar de lo que tenemos en este justo momento, apreciarlo y hacerlo saber a quien te acompaña. Sin exigencias ni mayores expectativas, tan solo dejar fluir. He perdido mucho tiempo buscando lo que tenía en mis propias manos. Tan sólo un instante hizo falta para darme cuenta cuando pensé que te perdía. Te amo—
Los ojos de Susana empezaron a parpadear, hasta que se dejó ver el color verde avellana de su iris. Una leve sonrisa se curvó en sus labios de fresa. Con un profundo suspiro él la besó.
No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, esa sería la frase hecha idónea para resumir este relato que por cierto está muy bien escrito.
Hola Medi Ávila:
Es la primera vez que leo algo escrito por ti. Ahora me toca comentarte y lo haré con mucho gusto tratando de ayudar en lo posible.
Desde el punto de vista formal te apunto lo siguiente:
“—Como quieras, entonces me iré pronto a descansar, mamaña tendré que madrugar.— Él se hizo el desinteresado, mientras ella apagaba su móvil, y subía arriba”.
Si no he seguido mal la secuencia de la conversación del matrimonio, aquí sobraría el guion de diálogo que has puesto después de madrugar.
Intentaré explicarme:
—¿Eres tú?. (Pregunta la mujer)
—Sí, ya estoy de vuelta (responde el marido) —Le dijo mientras pasaba al salón.
—Ahora prepararé la cena.(le propone la mujer)
—No te molestes, hoy no tengo mucha hambre, después pico algo.
—Como quieras, entonces me iré pronto a descansar, mamaña (MAÑANA) tendré que madrugar.
Él se hizo el desinteresado, mientras ella apagaba su móvil, y subía arriba.
A continuación ocurre otro tanto de lo mismo:
“—Yo me quedaré un rato más todavía. —La mujer subió los peldaños sin responder ni mirar atrás. Se quedó plantado en mitad del salón viendo como su sombra desaparecía al final de la escalera”.
Debería ser:
—Yo me quedaré un rato más todavía.
La mujer subió los peldaños sin responder ni mirar atrás. “Él” se quedó plantado en mitad del salón viendo como su sombra desaparecía al final de la escalera.
“Siempre está igual, no me aprecia para nada. Ni siquiera me da un beso de bienvenida. No se que se trae entre manos, ni me importa. Él se empeña en pasarme a un segundo plano y yo no tengo nada que hacer. ¡Si al menos pudiera abrirle los ojos! Pero ¿cómo? Si ya no está interesado en mí”.
Esa larga concatenación de pensamientos de la mujer deberían estar entrecomillados así: «Siempre está igual, no me aprecia para nada. Ni siquiera me da un beso de bienvenida. No sé qué (ACENTUADAS ambas palabras) se trae entre manos, ni me importa. Él se empeña en pasarme a un segundo plano y yo no tengo nada que hacer. ¡Si al menos pudiera abrirle los ojos! Pero ¿cómo? Si ya no está interesado en mí».
“¡Solo! . Estoy solo. Todo se basa en las emociones. ¿Cómo crear amor?. Estoy seguro que puedo conseguirlo con la fórmula de sensaciones exacta. No puede ser que nazca y muera sin motivo, poco a poco, o de repente, sin razón. Descubriré el elixir de emociones para que no se acabe nunca la mejor sensación del mundo. El “Amor”, la única necesaria para lograr la verdadera felicidad. No me daré por vencido.”
También en esta larguísima reflexión del marido, ocurre lo que en la anterior. Debería ir entrecomillada así:
«¡Solo! Estoy solo. Todo se basa…No me daré por vencido».
“…la mejor sensación del mundo. El “Amor”…”. Aquí creo
que deberías poner dos puntos después “del mundo”, en vez de punto y seguido. “…la mejor sensación del mundo: el “Amor”…”.
“A veces me da la impresión que va a despertar” pensó. El mismo caso que los anteriores. Las comillas deben ser así: «A veces me da la impresión que va a despertar», pensó.
“Esta sensación de estar y no estar. Es como un devaneo entre la vida y la muerte, que me asusta. Entre mis idas y venidas recuerdo el accidente, la sangre y el amasijo de hierros. No puedo mover mi cuerpo, oigo lo que pasa a mi alrededor, pero no consigo abrir mis ojos. Tampoco puedo articular palabra. Sin embargo me noto protegida.”
Aquí ocurre lo mismo:
«Esta sensación de estar y no estar. …Sin embargo me noto protegida».
“…Tan sólo un instante hizo falta para darme cuenta cuando pensé que te perdía. Te amo—“. Al final de esta oración, sobra el guion de diálogo: “…Tan sólo un instante hizo falta para darme cuenta cuando pensé que te perdía. Te amo”.
En cuanto al contenido, me ha gustado la reflexión final del marido. Creo que en el amor no deben hacerse experimentos. Hay o no hay amor, respeto y cariño. No valen pócimas ni ungüentos que te hagan sentir amor por una persona. Esto que yo aporto de mi cosecha, no tiene nada de crítica hacia tu historia que es tal como tú la has contado de bien. Que a mí me ha parecido interesante y me ha gustado.
Espero seguir leyéndonos en próximos retos.
Aprovecho para desearte una Feliz Navidad.
Muy buen relato. El más largo de los que he leído hasta ahora y el que más me ha gustado. Enhorabuena! Nos leemos.
Hola Medi Avila, Buen relato me ha gustado, muy bonita historia, que te atrapa.
Una cosa has caso al maestro Vespeciano, a mí sus comentarios me han ayudado mucho.
Nos leemos, soy el 74. Saludos
Muchas gracias por vuestros comentarios. En especial a Vespasiano, por su análisis tan completo. Si es verdad que no tengo muy claro lo de los guiones y signos de puntuación. Soy iniciada en este mundillo de la escritura. Por eso agradezco cualquier aclaración de mis posibles fallos para seguir aprendiendo.
Un abrazo y nos leemos.
“Su mujer Ha sufrido un grave accidente”, y los temas de la puntuación que ya te han indicado. La historia no está mal, el mensaje tampoco, con un poquito de esmero en la forma (nunca está todo aprendido…)irán mejorando tus textos 🙂
Hola Medi. ya te ha dado una clase Vespasiano ,por lo de mas buen relato .Felices fiestas y nos leemos en el próximo relato
Hola Medi Àvila.
Tu relato es muy bueno, tratado desde sus dos protagonistas.
Tal vez los diàlogos resultan algo artificiales para un matrimonio,quitaría algunas palabras:
-“Sí, ya estoy de vuelta” Es de esperar que si ha salido, haya vuelto.
-“Ahora prepararé la cena.” Es raro como suena, no es muy domèstico.
-“No te molestes, hoy no tengo mucha hambre, después pico algo.” Quitaría el hoy.
-“Como quieras, entonces me iré pronto a descansar, mamaña tendré que madrugar.” Pondrìa un punto.
Si cada uno quiere enamorarse del otro, como parece que es la idea tuya, por los diàlogos no parecen hacer mucho esfuerzo en ello, los pequeños detalles que hacen que la pareja pueda continuar.
Cuando él llega, ella puede darle un beso en un intento de recuperar la pasiòn olvidada no saben donde. Cuando ella le propone hacer la comida, no parece haber muchas ganas. Puede haber preparado la mesa para una cena especial, preparar/comprar un plato que traiga buenos recuerdos o que les guste especialmente a ambos.
El tampoco es muy expresivo a pesar de que busca el amor, siendo que es consciente de que está preocupado por la falta de él. No la sorprende, no la besa, no la abraza.
Me viene a la memoria una canciòn maravillosa, bastante viejita, pero si quieres creo que puedes escucharla. Creo que se llama “Me hace falta una flor”, o algo por el estilo, o ese es al menos el estribillo.
Mis saludos.
Que tengas un buen año.