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Segunda Oportunidad - por Alohomora

Segunda Oportunidad

Lo sabía. Sabía que el experimento había salido mal. Otra vez. Profirió un grito de rabia desde el sótano, aunque pensó que nadie lo escucharía, porque nadie sabía que estaba ahí. No fue así.
Desde una estrecha ventana del sótano le vió. Inmediatamente subió las escaleras, y salió al porche de la casa. Quería ver quién le estaba espiando a las tres de la mañana.
Desde las escaleras no veía a nadie. Decidió bajar los cinco escalones y acercarse hasta la acera.
Distinguió a lo lejos una figura. No estaba seguro, estaba muy oscuro. Caminó hasta la ventana, que fuera, en la calle, casi daba a ras de suelo, en el lateral de la casa. Se arrodilló y se dió cuenta de que su improvisado laboratorio se veía perfectamente a traves de esa pequeña ventana. No quiso pensarlo demasiado y volvió dentro de la casa. A lo mejor no había visto a nadie. Quizás fuese un gato, no estaba seguro. Eran las tres y diez de la madrugada y estaba tan cansado que podría haber visto un cocodrilo a través de esa ventana. Decidió dejarlo para mañana y subió a su cuarto a dormir.
Directamente se tumbó en la cama sin quitarse la ropa siquiera. Se quedó dormido antes que inmediatamente.
Nueve horas después abrió los ojos. Se desperezó y se incorporó de la cama. Se sentía raro. Quizás porque había dormido todo el tiempo de la misma postura. Quizás porque tenía el estómago vacío. Quizás porque el experimento no había fallado en realidad.
Mirarse al espejo fué la experiencia más extraña que había tenido en su vida. Casi no se reconoció. El color de los ojos le había cambiado, ahora eran mucho más claros. Su nariz torcida, ahora era tan recta como la de cualquier estatua griega. Tenía los dientes más rectos y más blancos que había visto jamás, por no hablar del pelo, abundante, liso y negro que le caía por la frente. Profirió un grito de felicidad. ¡Lo había conseguido! El experimento no había fallado. Bajó corriendo al sótano, y escribió la fórmula final en un papel limpio. Tenía la fórmula y casi no podía creérselo. Guardó las otras dos pastillas rosas en un tubo transparente y se las metió en el bolsillo. Al hacer eso se dió cuenta de que llevaba la misma ropa que el día anterior. Salió del sótano, cerró con llave y subió a darse una ducha.
Al quitarse la ropa vió los evidentes cambios en su cuerpo. No sólo le había cambiado la cara, también el resto. Todo el resto.
Se dedicó un momento para escoger su ropa. Algo que nunca había hecho. Siempre se ponía lo primero que cogía del armario. Total, su trabajo en los laboratorios Saucer, no exigía etiqueta. Y siempre iba con la bata blanca.
Cogió una camisa blanca del armario y unos vaqueros negros. Aunque la morfología de su cuerpo había cambiado, le seguía valiendo su propia ropa, aunque ahora le quedaba mejor. Por suerte no había crecido. Ya era bastante alto, y ahora encima, propocionado.
No sabía cuánto durarían los efectos de su experimento, pero pensó que no lo iba a averiguar metido en casa. Se puso unos deportivos y cogió su chaqueta y salió a la calle.
Anduvo unas tres manzanas hasta llegar a la cafetería donde desayunaba a diario. Al entrar por la puerta, sonó esa alegre campanilla y la camarera, de manera instintiva, lo miró.
Se sentó en la barra.
-Buenos días señor, ¿qué le apetece tomar?
Angel estaba alucinado. No le había reconocido. Sarah, la camarera que le atendía diariamente durante más de tres años, no le había reconocido.
-Tomaré un café solo y una tostada. Gracias.
-¿Lo tomará aquí o va a sentarse en una mesa?
-Siempre lo tomo aquí, Sarah…
-Disculpe, ¿le conozco? Su cara me es familiar, pero no caigo.
-Es posible, vivo por la zona. Quizás nos hayamos cruzado alguna vez…
-Si, debe ser eso -dijo Sarah ruborizándose un poco. La verdad es que ese hombre era muy guapo. Seguro que si se hubieran cruzado anteriormente, no lo habría olvidado.
Angel miró alrededor en la cafetería, desde su taburete, nadie le saludaba, nadie le reconocía. Pensó que se había fabricado una segunda oportunidad con Sarah. Ese experimento le iba a permitir ser exactamente como ella quería. Ya era guapo, ahora faltaba lo demás…y eso no había experimento que lo ayudase.

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6 comentarios

  1. 1. R.E. Cova dice:

    Estuvo muy interesante y entretenida la lectura, me dejó con ganas de leer un poco más. Como crítica constructiva, podría indicarte que la parte donde nuestro protagonista cree ver a alguien, es tan corta que se pierde en la lectura. Quizá si fuese mas largo el texto podría llevar a algo. A pesar de que me interesó al comienzo, mientras leía me olvidé por completo de que esa escena sucedió, en mi humilde opinión, está de más. Pero todo lo demás está excelente, sigue así.

    Escrito el 17 noviembre 2018 a las 18:00
  2. 2. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Alohomora. Bonito relato, me gustó, me llamó la atención y lo leí con ganas, Pienso que sin la acotación de las 750 palabras, dejándote fluir, los consejos que te ha dado R.E. Cova no hubieran sido necesarios, a mí me ha pasado alguna vez.
    Saludos nos leemos, soy el 74

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 10:21
  3. 3. Medi Ávila dice:

    Hola Alohomora. Un relato entretenido, se me hizo muy fácil de leer. La fascinación del cuerpo perfecto del ser humano… Como reflexión mía Tal vez su error fue ese. Cambiar el exterior, no el interior.
    A seguir escribiendo. Un saludo, te invito a leerme, soy el 75

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 01:26
  4. 4. Susana dice:

    Interesante, Alohomora. Consigues que queramos saber más.

    Sobran los acentos de “fué” y “dió” y sin embargo le faltan a “Angel”. Cuando se tumbó en la cama se repiten muy seguido los adverbios “directamente” e “inmediatamente”.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 15:10
  5. 5. Josè maría dice:

    Hola Alohomora. buen relato solo me queda una duda ;en la frase”se quedo dormido antes que inmediatamente” ¿es correcta? pues inmediatamente es igual que al instante. Felices fiestas nos leemos en enero .Mi relato es el 65.

    Escrito el 28 noviembre 2018 a las 19:24
  6. 6. Laura dice:

    Hola Alhomora.
    Tu relato està muy bueno. La cuestiòn de que posiblemente alguien haya espiado por ahora puede quedar en el aire para retomarse màs tarde si deseas continuar el relato.
    Mis saludos.
    Que tengas un buen año nuevo.

    Escrito el 30 noviembre 2018 a las 10:34

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