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El Regreso - por Dante Tenet
¿Dónde empieza el camino?
Es una pregunta que se repite a sí mismo mientras aguarda en la puerta de embarque, para tomar el avión que lo llevará a Buenos Aires.
Quizás todo comenzó esa noche, cuando los gritos que provenían del sótano le indicaron que solo huyendo podría salvar su vida.
Luego todo se vuelve difuso, viajar por caminos secundarios para evitar los cordones militares, alojarse en hoteles en las afueras de las ciudades y nunca más de un día, no comunicarse con nadie, para no comprometer ni comprometerse, todo recaudo era poco.
Ahora mientras espera, aquello parece un mal sueño.
Finalmente, el cruce de la frontera a Uruguay le trajo un poco de tranquilidad, pero no podía descuidarse, solo estaría a salvo cuando subiera al avión que lo llevaría a Madrid.
Cuando por fin arribó, un choque de sensaciones lo sacudió, por un lado la de estar seguro después de tanto tiempo, por el otro la inmensa tristeza de haber dejado atrás toda su vida, su familia, sus amigos, su ciudad.
Aquí el aire se respiraba más fresco, pero estaba solo, con una soledad que le desgarraba el alma, las pocas noticias que le llegaban lo llenaban de tristeza.
Un giro del destino lo llevó sin querer, y sin pensarlo, a cambiar de ciudad.
Llevaba casi un año en Madrid, pasando los días más que viviéndolos. Y así fue que cuando le toco atender en una mesa del bar, a un grupo de turistas que hablaban de pasar semana santa en la capital andaluza.
Se entusiasmo con la idea, no lo pensó mucho, siguió el impulso y esa misma noche saco el boleto de bus para el próximo miércoles, quería estar un poco antes del jueves santo y conocer la ciudad.
Nada indicaba que esa decisión cambiaría su vida.
Ni bien llegó, salió a caminar sin rumbo fijo, solo para conocer un poco.
Le llamo la atención un cartel en la puerta de una casa, anunciando un espectáculo flamenco.
Entró para ver que era, nunca había presenciado uno y estando en Sevilla, era casi obligado verlo.
Dentro un salón más bien chico, unas diez hileras de sillas con cuatro de cada lado y un pasillo central.
En el extremo, un pequeño escenario, se sentó en la primera fila, y aguardó.
El espectáculo lo componían: un guitarrista, una cantaora y una bailaora, así se presentaron.
De movida los ojos de ésta última, le quitaron el habla y al ritmo de su taconeo se olvidó de sus angustias, se borró su tristeza, y el mundo se pintó de colores.
Ella, se dio cuenta y no fue indiferente, de hecho, mientras bailaba, más de una vez clavó su mirada en él.
Cuando terminó el show, la esperó a la salida y venciendo su timidez se presentó y la invitó a tomar algo.
Lola, su vida, su amor, su alero, desde entonces hasta ahora y para siempre, fue su luz y su todo, luego vinieron las chicas y las cicatrices que traía fueron desapareciendo, todo parecía perfecto, solo su compañera sabía de las pesadillas que lo despertaban a las tres de la madrugada exactamente recordándole un grito lejano.
Ella fue quien alentó este viaje, durante mucho tiempo él se había negado. Aunque la democracia se había instalado en Argentina, siempre hubo excusas que no lo dejaban volver.
Al principio que las niñas eran chicas, luego la muerte de sus padres hizo que ya no tuviera nadie que lo esperara en su país, otras veces que no era el momento, que la economía estaba mal, y luego cualquier excusa era buena.
Pero las pesadillas seguían y un día, para su cumpleaños al regresar del trabajo las encontró a las tres esperándolo, su mujer y sus hijas tenían de regalo un boleto de avión a Buenos Aires, su querida ciudad.
Y así llegó este momento, esperando para embarcar, con un cierto cosquilleo en el alma, pero queriendo llegar, la angustia de estos años se convirtió en impaciencia, quería llegar a Ezeiza y de ahí ir al obelisco, caminar por la Av. Corrientes y empaparse de todo lo que había dejado al partir.
La voz de una azafata que dice; “pasajeros de Iberia con destino a Buenos Aires”, lo saca de sus pensamientos, respira profundo, se pone de pie y comienza el regreso…
Hola a todos los que se acerquen a leer este relato.
Les cuento , es el prologo del relato que escribi el mes pasado “Volver a Buenos Aires” y se uniran para conformar una historia.
Espero lo disfruten.
Hola Dante Tenet. En el relato anterior, yo gocé tanto tu Buenos Aires, que me hizo recordar a mi propio pueblo.
De verdad que, lo que ahora cuentas, es un prólogo muy de acuerdo a lo escrito en el texto anterior. Esta vez, pintas en letras con claridad los escenarios que te han llenado de conocimiento para poder describir con acierto tus deambulares.
Enhorabuena y felices fiestas este diciembre.
Hola Dante.
Creo que podrías haber profundizado en los sentimientos causados por el desarraigo, los que quedaron y el sentirse solo, la bùsqueda de compañìa, la emociòn al escuchar un bandoneón, una guitarra, añorar un asado, una empanada, el modo de hablar compartiendo el idioma pero sintièndose igual extranjero.
Hoy en dìa es igual de difìcil decidir si quieres irte si tienes los medios o decides quedarte (te dejo el inicio de la Serenata para la tierra de uno, de M. E. Walsh: Porque me duele si me quedo
Pero me muero si me voy,…)
Mis saludos, hasta la próxima propuesta.
Es tan sòlo una sugerencia. Tú decides si lo utilizas en algo o no.
Mis saludos, y hasta la pròxima propuesta.
Hola
Tengo sentimientos encontrados hacia tu relato. Creo que hay una historia de amor hacia la ciudad de origen del personaje, antes que nada.
Las descripciones son correctas, y la estructura está bien montada, pero creo que el ritmo es un poco lento. En acciones, sucede poca cosa, y parecen estiradas como un chicle. El conflicto central lo noto un poco diluido, tal vez desaprovechado.
He leído por ahí que se trata de una especie de prólogo de otro relato, luego tal vez ahí pueda estar el problema. Si es un prólogo, no hay conflicto, y no hay mucha historia. Me parece más un resumen de las vivencias de un personaje. Aunque por supuesto que tiene su interés, como todos los cuentos que se escriben. Todo lo dicho es solo mi opinión personal, recuerda. Puedo estar equivocado.
Un saludo
Hola Dante Tenet:
Gracias por leer y comentar.
He leído tu relato anterior para comprender mejor la historia. Me han gustado los dos. Buen trabajo.
Reflejas muy bien la nostalgia de un exiliado.
Felicidades. Saludos.
Buenas tardes Dante: recuerdo tu relato y me parece excelente este como prólogo de lo que tímidamente va asomando como una novela autobiográfica. Un simple detalle: te has comido el acento en dos infinitivos: tocó,entusiasmó, pero es eso, un detalle.
El puntapié inicial ya lo has dado, ahora a trabajar con ahínco, quizás en el punto final del relato puedas enterrar esa nostalgia que te tiene anclado con un pie en Argentina todavía.
Saludos.
Galia
Hola Dante, me gustó mucho la descripción de la ciudad que hiciste en el anterior escrito y por ello he disfrutado este como una continuación de cuanto narraste. Aunque debo describirte la extraña sensación que en algunas partes del mismo me trasmite, es como si tuviera partes de telegrama, como si algunos extractos se revelaran de golpe, como de improviso, no formando parte de algo más fluido. Es una sensación personal, a pesar de la corrección del escrito y su impecable puesta en escena.
Pero eso no desmerece tu esfuerzo y ya te he dicho, es una apreciación personal. Puede que a otra persona no le de esa sensación, pues se puede disfrutar de igual manera.
Agradecer el comentario a mi texto, ha sido un placer leerte. Un saludo.
Hola Dante. Gracias, lo primero , por pasarte por mi relato y comentar.
El tuyo me parece una sobria descripción del exilio. Es cierto que le puede faltar desgarro (en algo que es tan sumamente desgarrador), resultar demasiado aséptico, pero si es el prólogo de una historia más completa entonces no le pongo peros. Nos coloca en el punto de salida.
Espero leer el resto.
Nos leemos!
Saludos!
Hola Dante,
Estoy en falta, no he leído el anterior. Ya lo buscaré.
Como prólogo es bueno y vale. Nuestra historia tiene tantos casos de exilio, lamentablemente.
Quizá Laura esté en lo justo.
Un abrazo y Felices Fiestas
Hola Dante, no he leído tu relato anterior y, por tanto se me escapa el sentido pleno del mismo. Pero me ha gustado cómo trasmites la sensación de desarraigo y soledad que suelen ser propias de quienes emigran. Muy bien logrado.
Por comentarte algo me paraece que abusas de los puntos y aparte. Creo que podrías unir más secuencias porque están enlazadas por la acción. Pero reconozco que eso es un gusto personal.
Hasta la procxima lectura
José M.
Estimado Dante Tenet:
Muchas gracias por pasarte por mi relato y por tu comentario tan amable.
Si en tu relato anterior, te decía que leía el mismo para mi mujer y mi suegra con un nudo en la garganta, en este no puedo menos que aplaudirte. Yo sí sé lo que es vivir lejos de la tierra que añoras, de los amigos, de la familia.
Para mí queda suficientemente explicado y sentido, por la restricción de 750 palabras, todo lo que has querido y no has podido contar.
Espero seguir leyéndote y te deseo que en tu amada Buenos Aires o aquí en España seas feliz al lado de tu familia.
Un abrazo fraternal.
Hola Dante. Buen relato para ser un prologo ,intentare leer el anterior .Felices fiestas y espero leerte en enero
hola Dante, me gustó tu relato porque plantea el sufrimiento de las personas que tienen que marcharse de su país, aunque no lo deseen. Todos tenemos familiares, amigos que estuvieron en esa dolorosa situación.Ese pasado reciente nos ha unido más a uruguayos y argentinos.
Me encanta Buenos Aires, voy a leer tu relato anterior.Saludos hasta pronto.