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Más allá de la ciencia - por Laysha

Mi grito de desesperación debió escucharse a lo largo de toda la calle, aunque la suerte quiso que se encontrasen todos de vacaciones; de no haber sido así, probablemente me habría encontrado a la policía en casa unos minutos después. Un rápido vistazo al reloj me bastó para saber que era tarde. Rondaban las tres de la madrugada y el cansancio comenzaba a hacerse latente.

No pude evitar sonreír cuando, de pronto, la puerta se abrió apresuradamente y Edward apareció en el umbral. Hacía ya varios meses que se había mudado a la habitación de invitados, puesto que pasaba más tiempo en mi casa que en la suya.

Se encontraba allí en la puerta, con una vieja camiseta arrugada y su pelo rubio enmarañado. Su cara reflejaba una expresión extraña, aún parecía adormilado, pero sin embargo pasó en unos segundos de la preocupación al alivio y, finalmente, al más puro enfado. Le sonreí tímidamente, disculpándome por haberle despertado y esperando que, una vez más, su afecto por mí mediara en la reprimenda que estaba segura de que me iba a llevar. Estaba segura de que no me iba a librar de una charla acerca de lo importante que es descansar, comer y esas tonterías.

– Ponte esto-murmuró turbado, ofreciéndome una de las batas que se encontraban a la entrada. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que, debido al bochorno de aquellas noches de verano, había estado trabajando en ropa interior.

Edward y yo habíamos sido compañeros en la facultad, nunca perdimos el contacto. Normalmente la gente que conoces cuando eres joven suele desaparecer de tu vida, pero no fue así. Habría sido imposible. En el momento en que nos conocimos surgió un flechazo; intelectualmente hablando. Comenzamos a ir juntos a todas partes, estudiábamos en la misma biblioteca para los exámenes y encontramos otras aficiones en común, que hicieron que se estrechara nuestro vínculo.

En estos meses que habíamos estado conviviendo juntos, había aprendido a entenderle mejor, conocía sus manías, y hasta la película que repite una y otra vez cuando esta triste. Por cierto, es “Ghost”, pero me mataría si se lo contase a alguien.

Un mero gesto de su cabeza bastó para que comprendiera lo que quería. Subimos las escaleras sin mediar palabra, entramos en la cocina y preparó dos infusiones antes de sentarse a mi lado. Eso era extraño, pues siempre se colocaba al otro lado de la mesa.
– Cuéntame, ¿qué ocurre?-esa fue la primera vez que me fijé en sus ojos, de un azul tan claro que parecían infinitos. Podría perderme en ellos… Este pensamiento hizo que se me acelerase el corazón y caí en la cuenta de que, por extraño que parezca, nunca habíamos estado tan cerca.

– Yo… Uhm… Los resultados no cuadran. Tendremos que volver a rediseñar el experimento, hacer nuevos cálculos-¿temblaba mi voz? Juraría que sí. Estaba siendo tan estúpida, tan poco profesional.
– ¿Estás bien?-preguntó, apartándome unos de los rizos de la cara. Para variar, mi pelo se había descontrolado y se negaba a mantenerse en la trenza que cuidadosamente me había hecho esa mañana- Pareces exaltada.

No sé muy bien lo que ocurrió después. No suelo ser así, yo pienso las cosas antes de hacerlas, varias veces, pero algo aquella noche me impulsó a hacer una locura.

Me aproximé a Edward con la respiración entrecortada. Una fuerza extraña me inclinaba a acercarme a él, quería sentirle junto a mí, descubrir a qué sabían sus labios. Quería acariciar esa mejilla con barba de algunos días. Me fascinaba. Me parecía irresistible.

Debíamos encontrarnos a apenas unos centímetros, cuando él levantó la mirada y me observó directamente. Nuestros ojos se encontraron y descubrí en él el mismo deseo que sentía yo.

Sentí su mano subiendo por mi espalda hasta alcanzar el cuello, y cómo ejercía una mínima presión para acercarme más a él. El momento en que nuestros labios se rozaron fue un punto de no retorno. No éramos capaces de parar, queríamos más. Esa noche dejó de importar todo y nos dimos cuenta de que necesitábamos aquello igual que necesitamos oxígeno para respirar; nos daba la vida.

– Adela, ¿y el experimento?-preguntó, en un momento en que nos separamos para respirar. Y yo, sin creer que aquellas palabras salieran de mi boca, respondí:
– El experimento puede esperar.

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7 comentarios

  1. 1. A.R.Payán dice:

    Hola Laysha.
    Relato entrenenido y de rápida lectura.
    Para mi gusto creo que en un texto tan corto no deberías usar tanto los adverbios terminados en mente.
    Tambien creo que deberías mejorar los diálogos, he visto que faltan algunas comillas cuando habla la protagonista expresando su senriniento o estados. Alguna coma fuera de lugar que corta la descripción de voz. Y algunas descripciones que deben de ir fuera del diálogo.
    Usas en varias ocasiones “de que”, ese de que lo puedes omitir sin alterar el sentido de la frase y queda mas binito el texto, (opinión personal)
    Llevaba un tiempo sin asomarme por aquí, espero que te sirva mi comentario.

    Escrito el 18 noviembre 2018 a las 15:26
  2. 2. Servando dice:

    Muy bueno. Una historia que atrapa al lector.

    Creo que está mal ese: PERO SIN EMBARGO.

    Y trata de no repetir los adverbios terminados en MENTE.

    échale un ojo a los diálogos. Falta separar de la raya algunas palabras.

    Muy bien.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 23:14
  3. 3. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Laysha. Bonito relato, me gustó y lo leí con atención, Las posibles deficiencias, ya te las han reflejado los anteriores compañeros.
    Nos leemos. Saludos

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 09:56
  4. 4. Ofelia Gómez dice:

    Hola Laysha
    Me gustó leer tu relato. Es una buena historia, bien escrita.
    Ya te han marcado algunos detalles. No olvides los guiones largos.
    Tu texto es bueno y vale la pena que lo corrijas.
    Nos seguiremos leyendo.
    Un saludo

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 20:29
  5. 5. Vespasiano dice:

    Hola Laysha:
    Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

    El tuyo me ha parecido bien escrito y transmitiendo una escena de atracción física de una pareja de amigos que extrañamente no habían tenido ningún roce a pesar del tiempo que se conocían y de las oportunidades que seguro se le habrían presentado en la convivencia que últimamente mantenían, al margen de estudios y experimentos científicos. Inusual me ha parecido también que la chica no se hubiera fijado hasta ese momento en los ojos del chico.
    Pero pensándolo bien, los científicos suelen ser bastante distraído.

    Bromas al margen, tu relato me ha parecido ingenioso, entretenido y me ha gustado.

    Espero seguir leyéndonos en futuros retos.

    Te deseo una Feliz Navidad.

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 21:59
  6. 6. Josè maría dice:

    Hola Laysha, nada que añadir a los comentarios de los compañeros ,quizás que no me gusta,que empieces el reto ,así ,es extraño que una mujer tanto tiempo al lado de un hombre; no se fije en su físico .
    Felices fiestas y espero leerte mas

    Escrito el 27 noviembre 2018 a las 22:14
  7. 7. Laura dice:

    Hola Laysha.
    Tu relato me ha gustado, está bien escrito. Me gustò el detalle de la bata, totalmente inesperado.
    No encuentro detalles de importancia que señalar que debas mejorar que no se hayan señalado.
    Mis saludos.
    Que tengas un buen año nuevo.

    Escrito el 29 noviembre 2018 a las 10:59

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