Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Opus Magnum - por Noemi

─Esa debilidad tuya por los uniformes te llevará por mal camino ─me advirtió mi padre un día que volvía del la tercer desfile militar convocado por el Emperador esa temporada.
Fue esa advertencia la que provocó que, cuando un joven aristócrata de suaves ojos azules, abundantes recursos económicos y miembro de la Real Academia pidió mi mano, me apuré a aceptarlo. Mi padre quedó encantado.
Al principio mi matrimonio resultó un cuento de hadas. Con un marido cortés, culto y refinado olvidé pronto mis inclinaciones marciales. Estaba tan enamorada que cuando surgió lo de la alquimia apenas si llegué a enterarme. A papá le pareció extraordinario y hasta participó de alguna instrucción hermética.
Por aquello de que la Iglesia Católica no lo aprobaba y que convenía mantener el secreto si lo de la transmutación daba resultado, el laboratorio se instaló en el sótano. En la inmensa mansión familiar apenas si se notaron los efectos de los continuos fallos.
Hasta que sucedió la primera explosión. Durante la fase de nigredo -putrefacción- la casa se llenó de un tufo tan repulsivo que la totalidad del personal de servicio se fugó. No pudimos contratar nuevos sirvientes ni lograr que los antiguos regresaran. El obispo en persona nos ofreció un exorcismo contra el demoníaco (según él) humo pestilente.
En cada fracaso mi marido iba perdiendo miembros: que una oreja, unos cuantos dientes o algún órgano no demasiado importante. Pero su entusiasmo no declinaba. Durante la albedo -purificación- perdió a mi padre (que ya empezaba a revisar sus opiniones antibelisistas). Cuando el ambiente se despejó de la densa atmósfera blanca, condensada como niebla de otoño, papá había desaparecido. No pudimos encontrarlo en ninguna parte. Yo todavía te espero, querido papá.
Al llegar el momento de la citrinitas -fusión solar- instaló un enorme espejo en la azotea con el que estuvo a punto de incendiar la casa. Salvamos algunas habitaciones por milagro.
Hoy toca rubedo -enrojecimiento- la fase final de donde surgirá el oro más puro del universo con el que prometió moldear una corona para mi frente. Espero y tiemblo.
¡Atroz estallido!
─¡Ah…oh…Ay…!
─¡Mi amor…mi amor…ya vengo!
¿Qué es esa gelatinosa magma purpura que lo cubre de pies a cabeza? De ella surgen dos dedos, quizás los únicos que le quedan. Y me alcanzan una rosa, la más roja, prístina y bella que jamás haya visto.
Olvido el pegajoso, maloliente detritus colorado y trato de abrazarlo. Un beso, un beso.
─No, amor mío, no digas esto fue un nuevo fracaso. Ya se que no es oro puro. Pero es la rosa perfecta. No, no hables más de otros pasos ni de más colores…
¡Déjame conservar lo poco de ti que aún me queda!

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. ortzaize dice:

    hola
    que desastre de marido jaja
    bueno ha sido divertido.
    El reto del sotano nos ha hecho pensar en unos relatos la mayoria a pesar de la desgracia del protagonista son divertidos.
    saluditos.

    Escrito el 18 noviembre 2018 a las 22:02
  2. 2. Bea dice:

    Hola Noemi:

    Como dice Ortzaize, divertida la forma que has conseguido darle al reto de este mes. El tema me ha gustado mucho.
    Lo que me ha gustado mucho, especialmente, es la forma tan detallada en la que consigues describir los desastres del pobre hombre,aporta mucha versatilidad al texto y ayuda mucho a imaginarse la situación y los hechos.

    Solo puedo felicitarte por tu trabajo porque no he podido parar de leer de principio a fin.

    Si te apeteciera pasarte, soy tu vecina de abajo.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 00:35
  3. 3. Vespasiano dice:

    Hola Noemí:

    Hola Noemí:

    Muchas gracias por leer mi relato y dejar tu opinión siempre bienvenida.

    Te devuelvo la visita leyendo el tuyo y comentándolo con el máximo respeto.

    Tu historia la he encontrado imaginativa e interesante, en la que has tratado de aclarar la etimología de algunas palabras empleadas en tu relato, (colocándolas entre incisos) no muy usuales y que podrían estar relacionadas con la práctica de la alquimia, cuyo lenguaje específico (si fuera el caso) desconozco y que no están incluidas en el diccionario. Lo digo por las palabras “nigredo”, “citrinitas” y rubedo. Aunque quedaría perfectamente entendible si desde el inicio hubieras escrito: putrefacción, purificación o fusión solar.

    ─Esa debilidad tuya por los uniformes te llevará por mal camino ─me advirtió mi padre un día que volvía del la tercer desfile militar convocado por el Emperador esa temporada.
    En esta frase inicial no deberías haber puesto el guion de diálogo. Al tratarse de un pensamiento de la protagonista debería ir entrecomillado: «Esa debilidad tuya por los uniformes te llevará por mal camino», me advirtió mi padre un día que volvía del la tercer desfile militar convocado por el Emperador esa temporada.
    También se te ha ido la mano al teclear: “…volvía del la tercer desfile militar…”. Cuando debería ser: “…volvía del tercer desfile militar…”. Esta puntualización que te hago, tan pequeña y sin importancia, viene a cuento de resaltar la importancia de revisar el escrito minuciosamente antes de enviarlo.

    El final de la historia, recomendándole al marido que no hiciera más experimentos si quería conservar los dos dedos que le quedaban, me ha parecido genial.

    Espero seguir leyéndonos en futuros retos.

    Aprovecho para desearte una Feliz Navidad.

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 17:25
  4. Hola Noemí, acabo de leer tu relato y, en efecto, hemos tenidos ideas parecidas –es que el tema da para mucho–. Me ha gustado tu ritmo así como la originalidad del planteamiento: la progresiva desintegración del marido.
    Solo una anotación: hacia mitad del relato utilizas la palabra antibelisistas pero lo correcto es antibelicistas.
    Espero volvera leerte pronto
    Un saludo,
    José M.

    Escrito el 22 noviembre 2018 a las 10:58

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.