Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Territorio Prohibido - por Carlos Alma

¡Que susto! De repente me encuentro sentado en la cama, tieso como un muñeco y sin saber donde estoy. Poco a poco comienzo a respirar normal otra vez, me doy cuenta de que estoy en mi habitación, sentado en mi cama y que todavía es de noche. Me despertó un grito…creo. Pero ahora, un poco más tranquilo, pienso que quizás lo haya soñado. La luz de la luna entra por la ventana así que puedo ver a mi hermano mayor durmiendo como un tronco en la cama de al lado, todo destapado y con los auriculares puestos. ¡Que suerte tienen los hermanos mayores! Una vez yo también intenté dormir con la música puesta pero mamá me dijo que no era bueno para mis oídos porque todavía estaban muy tiernos. Quizás podría intentarlo otra vez ahora que está de viaje… Aunque creo que debería hacerle caso que para eso mi mamá es profesora y es muy lista. Papá es muy listo también porque es científico y a veces hace cosas explotar en el sótano. Lo sé porque lo he oído pero nunca he visto nada porque el sótano es “territorio prohibido”. Para mi hermano mayor también está prohibido así que supongo que todavía no es mayor-mayor del todo, aunque conmigo se lo haga.

Cojo mi linterna que siempre guardo en la mesita de noche, muy útil para hacer campamento debajo de las sábanas, y salgo de la cama para ir a buscar agua. Mamá siempre me da agua después de haber tenido una pesadilla y si no se me pasa me deja dormir en su cama, entre ella y papá. Yo sé que las pesadillas no son reales pero hago un poco de cuento porque dormir con ellos es divertido. Su habitación está en el piso de arriba pero al otro lado, así que recorro el pasillo de puntillas y cuando alcanzó la puerta la abro un poquito con cuidado: la cama está vacía.

«Abajo hay la luz. Seguro que papá se ha quedado hasta tarde viendo la tele o mirando el ordenador en calzoncillos como hace siempre que mamá no está». Se ve bien para bajar las escaleras pero voy con la linterna encendida porque me siento más explorador. La televisión del salón está encendida y en la pantalla una mujer en blanco y negro fuma un cigarro con cara triste. Mi mamá también fuma y a mí eso me pone triste.

“Papá, papá” digo bajito acercándome por detrás. “¡Papá!”, repito un poco más alto sacudiendo el respaldo del sillón, “creo que he tenido una pesadilla”. No responde. Papá no está y de repente me siento solo. La mujer en blanco y negro sigue llorando y no me gusta, apago la tele pero todavía la escucho llorar… No, no es la mujer la que llora, es el llanto de mi papá y viene del sótano.

Solo había visto llorar a mi papá una vez, creo que por culpa de una carta. Debía ser una carta muy triste porque mi mamá le abrazaba y le daba besos. Después de eso mi papá se pasaba días enteros en el sótano y mamá comenzó a viajar más. «Creo que debo de hacer lo mismo para que deje de llorar, abrazarle y darle besos. Pero me tiene prohibido bajar al sótano… no quiero enfadarlo» pienso con la oreja pegada a la puerta del sótano. «No me castigará porque le daré unos abrazos tan fuertes que le pondrán contento». Así que tiro de la manilla y bajo las escaleras con decisión.

Al llegar al último escalón me siento tieso otra vez y no puedo moverme. Hay humo y huele raro, todo el cuarto está lleno de maquinas y ordenadores. En el medio de la habitación veo a papá. Tiene la cabeza apoyada sobre el pecho de una mujer. Una mujer que está acostada sobre una mesa de metal. Del cuerpo de la mujer salen cables y de su nariz y su boca salen tubos. Tiene la cabeza de lado y los ojos abiertos. Yo cierro rápidamente los míos pero no puedo dejar de ver su cara; esa cara que siempre me sonreía ahora me da mucho miedo. Me esfuerzo todo lo que puedo por despertarme de nuevo en mi cama, junto a mi hermano mayor. «Quizás quiera hacer un campamento debajo de las sábanas conmigo» pienso. Poco a poco abro los ojos de nuevo esperando haber despertado: sigo viendo su cara, papá todavía llora, mamá no esta de viaje y yo no debía haber bajado.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

8 comentarios

  1. 1. Linzano dice:

    Hola Carlos!
    La historia te atrapa y el final es original…me ha gustado.
    El orden sintáctico de esta oración me ha llamado la atención…” a veces hace cosas explotar en el sótano”.Creo que el verbo debería anteponerse al complemento.
    Sigue así,escribes con fundamento.

    Escrito el 18 noviembre 2018 a las 13:24
  2. 2. Dwarlyn dice:

    Buen cuento, el final es muy bueno y uno se queda todo el tiempo pendiente de saber qué hay en el sótano.

    Aunque en el principio me confundí un poco con la edad del protagonista, en principio Lo imaginé como pre-adolescente de 10-13 años. Pero luego le rebajé la edad a 6-7 años.

    En general me gustó la forma en como narras con pensamientos vagos que caracterizan a los niños, y la reacción que tuvo al ver la escena tuvo que ver con el comienzo, bien hecho. 😉

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 02:47
  3. 3. Conrad Crad dice:

    Hola Carlos,

    Buen relato. Me ha gustado mucho la forma en que los pensamientos del niño nos deslizan por la historia y también la manera de introducir la enfermedad sin llegar a mencionarla. Tus relatos tienen potencial.

    Nos seguimos.

    Saludos

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 16:29
  4. 4. Toñi Avila (Vibe) dice:

    Hola Carlos:

    Con una sola lectura me atrapó la historia. De fácil y ágil lectura,lees sin darte cuenta. El vocabulario perfecto ara un crió, muy sencillo. Muy bien narrados los pensamientos tan inocentes que tememos a esa edad.

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 21:54
  5. 5. Carlos Alma dice:

    Gracias a todos por tomaros el tiempo de leer y comentar mi texto. !Y si encima lo disfrutasteis mejor todavía! Como siempre muy útil para seguir mejorando. Un saludo a todos y hasta el próximo taller en 2019.

    Escrito el 22 noviembre 2018 a las 16:09
  6. 6. Josè maría dice:

    Hola Carlos ,buen relato un saludo y nos leemos ,mi relato es el 65 soy nuevo en el taller .Felices fiestas

    Escrito el 22 noviembre 2018 a las 16:29
  7. 7. Diego Alba dice:

    Hola Carlos:
    Muy buen relato, una historia tetríca contada en la voz de un niño. Un final digno de una pesadilla. Creíble.
    En cuanto a la forma de escribir, se me hace un poco escasa de puntuación. Algunas comas y puntos harían la lectura más amena. Así parece que el niño, al estar nervioso, suelta todas las frases de un tirón. Si esa era la intención, vale.
    A pesar de lo que te sugiero, no deja de ser un gran relato con todos los condimentos en el lugar preciso.
    Felicitaciones y felices fiestas.

    Escrito el 23 noviembre 2018 a las 05:58
  8. 8. Laura dice:

    Hola Carlos.
    Tu relato es muy bello, narrado por un niño.
    Me ha gustado.
    No tengo nada que señalar, ya se ha hecho por quienes me preceden.
    Mis saludos.
    Que tengas un buen año.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 23 noviembre 2018 a las 10:55

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.