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Inmersión - por Alétheia

Frío fue la primera señal que recibí al salir. Sabía que existía porque muchos se quejan de él pero a mí me pareció trascendental, pues rara vez algo agita a un doble enlace. El contraste me hizo temblar tanto que me di cuenta de que aunque sea apolar tengo extremidades. Supongo que eso es lo que tiene habitar un cuerpo que no baja de los 36ºC mientras se adora la entropía.

El ciclo de Krebs fue la bendición que me liberó de las cadenas para salir de la caverna, y encima me regaló un ATP. ¡Qué majo! ¡Y menuda suerte la mía! Ya tenía hasta moneda de cambio para costearme el viaje al exterior. Aunque, ¿qué sabré yo qué es dentro y qué es fuera? Llámese como quiera.

Flotaba en un fluido mucho menos denso tras ser expulsado a toda velocidad cuando me colé bajo el abultado chaquetón de un señor que acababa de suspirar. Así pasé tan rápido bajo su nariz que recuerdo aquellos dos grandes y peludos orificios nasales mejor que su cara. Pero vi su expresión de tristeza caminando por la calle Francisco Tomás y Valiente entre la espesura de los caminantes hidalgos.
Los árboles sedientos generaban corrientes fervientes que arrastraban al aire conmigo. Háblese de la importancia de las raíces subterráneas sin ignorar que el flujo se manifestaba como montones de garras ciegamente retorcidas que se prolongan desde el ápice de cada una de las hojas en busca de garantía de existencia.
¡No!, yo no estaba dispuesto a volver a las entrañas de un ser vivo porque eso significaría metabolizarme en otra molécula. Morir.
Por suerte conseguí sortearme bajo las alimañas de una conspiración imaginada.
La vida es resistente, y el movimiento se opone al frío y a la muerte. Mientras que nada se opone al tiempo. Parece que es otra de esas cosas que están siempre en boca de todos pero bajo el control de nadie.

Avancé un poco más y de repente giré innumerables veces hasta impactar contra algo sumamente rígido.
Ahí va, ¿qué era lo que tenía delante? No podía creer que fuera a tener el privilegio de atravesar la famosa doble rendija, o más bien cuádruple. El carbono excitado estaba asomado a un abismo profundamente oscuro y astronómico, la resonancia creaba un esférico ambiente acogedor, una ráfaga me erizó los electrones y mis oxígenos me tensaban a modo tirachinas. Pero… no apuntaba muy alto.
Es inaceptable que pudiera percibir el brillo de una estrella a millones de kilómetros de distancia pero no me percatase de que estaba a punto de ser tragado por una alcantarilla.

Cuando me dí cuenta, el aleteo de un gorrión que se había parado a beber agua ya había desviado mi trayectoria. A decir verdad, aunque aquello no era lo que en un principio imaginaba, me quedé con todas las ganas de caerme por esa alcantarilla. El pájaro decidió por mí, y en su lugar fui directo hacia una barrera invisible. Qué fuerzas tan misteriosas tienen por aquí. Fue fácil escurrirse por el lateral de la ventana, que desembocaba al sótano de algún edificio.

Si las personas se desplazan más en la calle que en una habitación, el aire hace igual.
Por una vez pude parar el ritmo cotidiano y visualizar la zona. Entonces vi un reloj que parecía un parque de atracciones colgante en la pared.
De alguna forma sentí que la voluntad del hombre que me soltó era que entrara en ese reloj, y así lo hice. Cerca del péndulo encontré dos ranuras que me recordaron a sus fosas nasales, células descamadas, una tráquea metálica y chirriante, pulmones astillados y sangre oxidada. El esperpento de los relojes biológicos había sido inventado para ser descubierto.

A las tres de la madrugada se escuchó un grito que provenía del sótano de la vivienda. Nadie más podía saberlo, pero el experimento había salido mal. Otra vez.
Si Gilbert Newton Lewis hubiese decidido que mi estructura fuera angular, igual habría tenido más posibilidades de atascar los engranajes y que el experimento funcionase, sin embargo el objetivo no era que saliera bien.
Lo que verdaderamente importó fue que un suspiro había sido capaz de hacer gritar al tiempo.

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5 comentarios

  1. Hola Alétheia
    Es una experiencia interesante la que propones. La estructura narrativa con un narrador/personaje en primera persona siguiendo el modelo de la “Odisea” en ese viaje a Ítaca de una partícula errante puede ser entretenida si se logra que el lector participe de esos grandes peligros a través del misterio de la doble rendija o del CRY1 mutante. Si eso no se consigue a tiempo, pienso que puedes perder la oportunidad de provocar el verdadero conflicto dramático que queda para última hora y es cargar el muerto , nunca mejor dicho, al pobre Gilbert N. Lewis que fue quien llevó su dosis de cianuro.
    En resumen, un trabajo original en busca de un lector agradecido.
    Gracias por el aporte

    Escrito el 18 noviembre 2018 a las 20:10
  2. 2. Noemi dice:

    Hola Alétheia, como vecina me toca saludarte.Tu cuento me resultó muy agradable aunque el contenido me es completamente ajeno,de verdad lo lamento. Pero puedo hablarte de la estructura que me me pareció bien balanceada, la voz narrativa coherente, el ritmo ágil y la partícula protagonista un personaje simpático con el que es posible identificarse a pesar de que sea difícil hacerse una imagen de ella.Felicitaciones.

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 02:10
  3. Muy original convertir en un cuento de aventuras las peripecias de una molécula de CO2, tienes mucha imaginación. Mantienes la expectativa hasta el final y logras que el personaje Se identifique y caiga bien a pesar de ser una molécula. El relato sin duda es bueno, aunque un poco complicado si no estás familiarizado con temas de química, podrías hacerlo màs universal y tendràs grandes resultados.
    Felicidades y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 22 noviembre 2018 a las 18:21
  4. 4. jose maria dice:

    Hola Alètheia,tu relato se lee bien ,pero te seré sincero mi conocimientos académicos son muy escasos ,solo tengo graduado escolar ,en clases nocturnas para mayores y no habría ;de que va la historia, si no leo, los comentarios de los compañeros perdóname por ser tan torpe .

    Felices fiestas mi relato es el 65 es mi primero ,para el publico.

    Escrito el 24 noviembre 2018 a las 18:13
  5. 5. jose maria dice:

    quise decir sabría en habría

    Escrito el 24 noviembre 2018 a las 18:14

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