Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El científico del amor - por Ocitore

Web: http://plumalanza.blogspot.com

¡Otra vez!—gritó dándole un puñetazo a la mesa—. Era la décima ocasión que fallaba. Nadie más podía saberlo, pero el experimento había salido mal. No entendía dónde estaba el error. Se había alineado a los principios de los más grandes teóricos del amor y no comprendía que no se cumpliera su fórmula. Brenda estaba frente a él sonriendo en silencio como los ajedrecistas que han dejado a su contrincante sin opciones y esperan que derribe a su rey. Tenía las mejillas rosadas por el gran esfuerzo, se sobaba las piernas y el vientre de forma mecánica. Johny le arrojó una bata y le ordenó que se vistiera mientras cogía sus apuntes y diagramas para marcar de nuevo los pasos de la prueba. Ella se levantó sin prisa, se vistió, echó la cabeza hacia atrás y se acomodó el pelo, se hizo una coleta y se marchó a la cocina. Johny repasó punto por punto la secuencia del experimento de la indagación del alma y no encontró error alguno.

“El origen del fallo debe estar en un aspecto que me estoy saltando—se dijo a sí mismo revolviéndose el cabello—. Si la pasión y el deseo de reproducción es el sexo, entonces el compromiso, la tolerancia y la comprensión deben ser el amor. Así que, entre menos pasión, menos sexo, y entre menos capacidad de reproducción, menos apego. Por otro lado, entre más intimidad, identificación y compromiso, más amor. Si lo vemos desde el enfoque de Schopenhauer, el sexo es lo importante, si lo vemos desde el Fromm-ismo, lo básico es el compromiso, pero Robert Sternberg lo pone más fácil: Intimidad+ Pasión+ Compromiso= Amor”.

A las tres de la madrugada se escuchó un grito que provenía del sótano de la vivienda. Johny saltó encolerizado. Le apuntó los ojos a Brenda interrogándola, pero ella seguía disfrutando de su triunfo y ni siquiera volteó. Salió y bajó al sótano, se acercó a la puerta metálica que no impedía que se oyeran los gritos. Tocó el timbre como si fuera un telégrafo antiguo. Los alaridos siguieron, llamó con más persistencia, pero nadie le abrió, estuvo diez minutos sin obtener resultado. Desistió de su esfuerzo y regresó.

—¿Qué les pasa a esos de allá abajo, Johny?
—Nada, ya sabes cómo son, lo de siempre…
—Sí, y eso confirma todo lo que te he dicho hoy, o sea que tengo la razón, ¿no?
—Es que no es tan fácil, Brenda, el hombre es una máquina de follar, pero como animal, como persona…
—Ah, ¿sí? Entonces tus fórmulas estúpidas son una mentira.
—¡Cómo te atreves a decir eso!!Te lo he explicado más de una hora y sigues sin comprender!
—Pues, lo pintes como lo pintes, las cosas son muy simples. Las mujeres necesitan seguridad y los hombres deben ofrecérsela, no hay más.
—Estoy de acuerdo, pero debe haber un equilibrio entre los instintos, los sentimientos y la razón, ¿entiendes?
—No, y no tengo ganas de discutirlo. Dejémoslo así y mañana hablamos.

Johny se dio la vuelta y dejó a Brenda sentada en la cocina. Se desnudó y se metió a la cama. Cerró los ojos y trató de dormirse, pero sus ideas no se lo permitieron. Oyó los pasos de sus vecinos de abajo que seguían gozando de su relación íntima. Eran menos ruidosos, pero los pujidos de la vecina y los rechinidos de la cama de metal se le metían a Johny hasta el tuétano.

“¿Cómo es posible que las relaciones humanas sean tan estúpidas?—le preguntó su voz desde el interior—. No lo sé—respondió Johny—. A mí lo que me preocupa es que Brenda no alcance a entender ni siquiera los conceptos de compromiso, tolerancia y consentimiento, este último en el sentido de ceder, ¿sabes? ¿Y si fuera un problema de los algoritmos?—Johny se sorprendió mucho y no pudo contestar”.

Estuvo el resto de la noche, alrededor de dos horas, dando vueltas en la cama sin conciliar el sueño. Se levantó cuando el sol le impidió, inundando la habitación de amarillo, pensar con claridad. Se metió a la ducha, salió y notó que Brenda estaba inmóvil, se acercó a ella. El té estaba frío y había unos bollos arrugados que ella había horneado. Johny se sentó a su lado, miró sus ojos de cristal, el pelo de fibra sintética, el recubrimiento de goma y apretó los dientes.

“Creo que la próxima vez probaré con una mujer de verdad—dijo decepcionado de su compañera—, ha llegado la hora”.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

11 comentarios

  1. 1. Fortunata dice:

    Hola,

    Soy la vecina del penúltimo lugar.

    El relato es muy denso e interesante, está bien escrito pero no alcancé a comprenderlo bien pero al mismo tiempo me gustó mucho. Ese estudioso del amor utiliza a una robot para sus experimentos y los vecinos de abajo son ruidosos en sus relaciones íntimas…
    ¿Podemos entender que la robot tiene sentimientos y que el protagonista no supo verlo pese a todas sus investigaciones y por eso ella “muere”?

    Saludos!!

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 14:13
  2. 2. Ocitore dice:

    Hola, Fortunata, veo que lo has interpretado bastante bien, en efecto es un loco que está tratando de experimentar sus teorías con una robot, los vecinos son unos adictos al sexo y el personaje no los soporta, pero ellos pasan de él. Después, sus resultados no son lo que él espera y decide dejar de perder el tiempo y buscar una mujer de verdad para demostrar sus teorías. Gracias por tu visita. Un abrazo muy fuerte.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 18:19
  3. 3. JUANA MEDINA dice:

    Ocitore, podríamos decir que en realidad el experimento salió bien, pues mirado desde otro ángulo, el loco aprendió que debe relacionarse con una mujer de verdad y a querer sin tanta teoría.
    Me gusta que el personaje evolucione.
    Un abrazo, Felices Fiestas, buen 2019,

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 17:45
  4. 4. Ocitore dice:

    Hola, Juana, tienes mucha razón. La experimentación es imposible para las cosas relacionadas con los sentimientos, por eso se pueden crear algoritmos y prever la conducta de un robot, pero saber con exactitud cómo se producen las sensaciones como el odio o el amor es imposible. Un abrazo y mucha suerte.

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 19:55
  5. 5. Osvaldo Vela dice:

    Hola Ocitore.

    Al empezar la lectura me anonadé con tantos conceptos desde el enfoque de Schopenhauer, desde el Fromm-ismo, y de Robert Sternberg. Me dispuse luego a seguir tu tren de pensamiento por los laberintos del amor con fines reproductivos. los cuales manejabas con cierto ocultismo programado.

    Me recreaba con la posible formula que darías a conocer. En lugar de eso, terminé con una sonrisa, por no decir carcajada, en los labios. Mira que el experimento no lo hacías con una mujer de verdad.

    Te felicito.

    Deseo que pases una muy feliz Navidad, en compañía de todos los tuyos.

    Primero Dios, te leo en Enero.

    Escrito el 23 noviembre 2018 a las 15:19
  6. 6. Ocitore dice:

    Osvaldo, que alegria que se haya despertado el buen humor en tu interior. Esa era la intención lo demàs es para adornar un poco la triste historia. Un fuerte abrazo y mi sentido aprecio.

    Escrito el 23 noviembre 2018 a las 16:10
  7. 7. MOT dice:

    Hola Ocitore.
    Original historia que me ha gustado bastante, sobre todo el gran final sorpresa, de esos que me encantan…
    Buen trabajo…ENHORABUENA.

    Escrito el 27 noviembre 2018 a las 10:57
  8. 8. Ocitore dice:

    Me da mucho gusto, MOT, espero mentenerme en forma para no decepcionarte. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 27 noviembre 2018 a las 17:02
  9. 9. jose maria dice:

    hola Mot me gusta tu relato, el final es bastante realista ,un robot por muy avanzado que este no puede sentir .el experimento si es lograr que sientan o gocen igual que los humanos; esta fallido ,pero si quiere sentir una mujer gozar ,tendrá que probar con una mujer de carne y hueso .Felices fiestas nos leemos en Enero. Mi relato es el 65 por si quieres ver el primero que escribo de cara al publico

    Escrito el 3 diciembre 2018 a las 22:43
  10. 10. jose maria dice:

    perdón, me equivoque al saludarte estaba leyendo, el comentario de Mot y se me quedo ese nombre en el tarro jajaja un placer leerte Ocitore

    Escrito el 3 diciembre 2018 a las 22:48
  11. 11. Ocitore dice:

    Gracias, Chema, no pasa nada. A mí también me pasa, pero a veces le dejo comentarios a Joyce, Saramago o Dostyevski,jajaja. Un abrazo muy fuerte. Hasta pronto.

    Escrito el 4 diciembre 2018 a las 06:38

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.