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Penumbras - por R.E. Cova

Aquel grito había recorrido mi cuerpo por completo en forma de un escalofrío, sentí como subía por mi espina dorsal, erizandome por completo lentamente; una sensación que nunca podré controlar. No era la primera vez que sucedía, pero mantener la compostura a pesar de saber que volverá a ocurrir no me calmaba, ni siquiera un poco. Ciertamente ya estaba perdiendo la esperanza, pero la amaba mucho como para no intentarlo una vez mas, o lo que yo decía falsamente sería una vez mas.

Volví en mi rápidamente y me compuse, estaba consciente de que mas temprano que tarde los gritos se volverían a repetir si no actuaba inmediatamente. Me levanté de la cama casi de un brinco, ya estaba preparado para esta situación. Trate de alisar la camisa de vestir y el pantalón que llevaba puestos desde hacía horas con mis manos para no tener una apariencia tan demacrada y desaliñada, aunque yo sabía que algo como eso era inaudito, mi cara demostraba todo lo contrario, llevaba semanas sin dormir bien, e incluso había días enteros en que no conciliaba sueño, estaba al tanto de que tratar de darle una buena impresión sería casi imposible, pero debía intentarlo.

Tomé el peine que se encontraba sobre la mesa de noche y le di forma a mi cabello hasta que logre darle una buena apariencia, puse la mejor cara que podía y salí de la habitación. A paso veloz caminé hasta las escaleras que daban a la planta baja de la casa, las baje y me dirigí a la cocina en busca de una bandeja metálica llena de comida que había preparado anteriormente. Calenté en el horno microondas tres rebanadas de pizza hawaiana y unos panecillos con mantequilla y ajo, los coloque nuevamente en la bandeja y busque en la nevera una botella con zumo de naranja y una bolsa de chocolates amargos, los cuales coloque de igual forma en la bandeja. Con sumo cuidado la agarré y caminando lentamente, para que no se cayera nada, me dirigí hasta las escaleras que daban al sótano.

Antes de bajar las escaleras, respiré lentamente para relajarme, no quería que la melancolía y la culpa saliesen a flote cuando estuviese allá abajo. Cuando me sentí preparado, comencé a bajarlas, sentía como a cada paso que daba mis sentimientos revoloteaban, se entremezclaban, peleaban entre ellos; tenía una guerra en mi mente, dos partes de mi vivían en una constante lucha, esperando asesinarse para declararse vencedoras y hacer de mi lo que les viniera en gana, pero yo no lo permitía. No había vuelta atrás, ya había hecho todo esto por amor, no podía detenerme a estas alturas, lo único que podía hacer era resignarme, ignorar lo mejor que pudiese mis sentimientos y hacer todo como lo había planeado desde un principio.

Al llegar finalmente al sótano, mi mente se vació por completo, y pude percatarme de aquellos sonidos que había pasado por alto. Como un sollozo, que quizás hace unos minutos pudo haber sido llanto, se entremezclaba con el sonido de la televisión, que a su vez emitía reproducciones de vídeos y fotos con grabaciones de voz. No le presté mucha atención, ya sabía que decían todas y cada una de las grabaciones y los vídeos que allí se reproducían, aunque no pude dejar de sentirme fatal por escuchar su sollozo. Con todo el valor que poseía, di los pasos que faltaban para atravesar el pequeño pasillo que daba a la habitación, y la pude ver, iluminada solo por la luz del televisor que se encontraba frente a ella; sin importar que la hubiese visto hacía pocas horas, ya la añoraba. Su belleza impecable siempre encontraba forma de enamorarme, inclusive en estas situaciones. Entré con una leve sonrisa, tratando de que me viese para no asustarla, cosa que fue imposible, siempre era igual, su llanto comenzaba a entremezclarse con preguntas, suplicas, maldiciones, quejas e improperios.

Como tantas otras veces, puse aquel vídeo que daba luz a todas sus preguntas y aclaraba su memoria. Sus ojos, sin dejar de llorar, perdían todo rastro de miedo, duda o confusión, casi milagroso, aunque odiaría decirlo dadas las circunstancias. Ella volvía a llamarme por mi nombre, y yo en estos momentos siento la absoluta felicidad; volvemos a hablar como antes, le doy su comida favorita, le seco las lagrimas, la acomodo en su cama y vemos una película juntos, como todos los días. Antes de volver al inevitable destino, me suplica: "No te rindas amor".

Le prometí no hacerlo nunca.

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9 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Hola R.E Cova.
    Tienes una hermosa historia de amor, inquietante, profunda.
    En cuanto a lo formal, se te han perdido algunos acentos en la primera parte, y tienes algunas oraciones demasiado largas para mi gusto.
    Esta oraciòn, demasiado larga y algo compleja en cuanto al alisado a mano, te propongo una variante. Por supuesto, tù decides què hacer.”Trate de alisar la camisa de vestir y el pantalón que llevaba puestos desde hacía horas con mis manos para no tener una apariencia tan demacrada y desaliñada, aunque yo sabía que algo como eso era inaudito, mi cara demostraba todo lo contrario, llevaba semanas sin dormir bien, e incluso había días enteros en que no conciliaba sueño, estaba al tanto de que tratar de darle una buena impresión sería casi imposible, pero debía intentarlo.”
    Mi propuesta serìa: “Traté de alisar la camisa de vestir y el pantalón con mis manos, los llevaba puestos desde hacía horas; no quería tener una apariencia tan demacrada y desaliñada. Aunque yo sabía que era inaudito, mi cara demostraba todo lo contrario. Llevaba semanas sin dormir bien, e incluso había días enteros en que no conciliaba sueño. Estaba al tanto de que tratar de darle una buena impresión sería casi imposible, pero debía intentarlo.
    Mis saludos, nos encontramos en la próxima propuesta.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 00:41
  2. 2. R.E. Cova dice:

    Hola Laura.

    Me alegra que te haya gustado mi relato.

    Realmente tienes razón, suelo ser de ese tipo de persona que escribe, lee y envía. Sé que no debería enviar el mismo día que hago el relato, pero lo volví tradición. Me gusta solo revisar un vez el relato y luego enviarlo, porque siento que así, si algo está mal, se que otros compañeros me indicarán en que debo mejorar. En cuanto a la escena del alisado, tenía en mente no agregar ciertas comas para que al leerlo, el lector sintiera que le falta un poco de aire, y sintiera la prisa del protagonista, aunque supongo que no salió como yo esperaba. Trataré de mejorar en el próximo taller para dar a entender mejor este tipo de situaciones. Gracias por tu comentario, siempre es bueno la crítica constructiva. Y sobre todo, gracias por leer mi relato. Nos leemos más adelante.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 06:32
  3. 3. Alohomora dice:

    Hola! Bonito texto. Para mí está bien escrito aunque me pierdo en el sentido de la historia.¿Es un secuestrador? ¿La mujer está enferma? No lo acabo de pillar del todo bien. Volveré a leerlo, que seguro es que no lo he leído con suficiente detenimiento. Odio leer en el móvil. En cualquier caso, enhorabuena. Nos leemos.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 10:36
  4. 4. marazul dice:

    Hola R.E Cova;
    He leído tu relato con auténtico interés, esperando el final. Aparte de varios acentos y comas que faltan lo veo bastante bien escrito.
    Es una historia que desde el principio inquieta al lector. Según iba leyendo pensaba de todo: secuestro, sadico, enfermedad….Eso es lo mejor de tu historia, que mantienes la tensión continuamente. Pero cuando he llegado al final, si te soy sincera, no lo he entendido bien.
    A pesar de ello te felicito. Es un buen relato.
    Saludos

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 12:59
  5. 5. R.E. Cova dice:

    Hola Alojomora, un gusto que te haya gustado la lectura.

    Gracias por tu comentario, si tienes dudas, revisa el comentario que dejaré abajo para aclarar la duda de marazul. Saludos.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 22:46
  6. 6. R.E. Cova dice:

    Hola Marazul, gracias por pasarte por mi relato.

    Si, realmente quería que el lector sintiera que el protagonista es todas esas cosas, y quería dar la menor clase de información para que el propio lector juntase las piezas.

    Sin lugar a duda, el protagonista de este relato, no es un secuestrador. Ni un sádico. Nuestro protagonista es lo que podríamos llamar una persona que no puede dejar de amar. Y ha realizado, durante un par de meses, un experimento. Su amada, en cambio, si es una persona que sufre de una extraña enfermedad. El protaonista, mediante un experimento que se le ha ocurrido, ha encontrado una manera de ir recuperando a su amada, pero a un costo, su propia salud.

    Espero con esto poder aclarar algunas dudas, sé que falta información, pero no deseo revelar muchos detalles, para dejarlo como un puzzle que se debe resolver.

    Gracias por sus comentarios, trataré de mejorar para el próximo taller, saludos.

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 22:59
  7. 7. Medi Ávila dice:

    Hola R.E. Cova.
    Me a pasado un poco también como los compañeros que te comentaron. Se me hacen algo largas algunas frases y eso lleva a que te pierdas un poco. Aunque se mantiene muy bien la intriga en todo momento, el final no me queda del todo claro de que se trata. Ya e leído tu comentario a Marazul. Me parece bien, aunque me deja mal sabor de boca al final no saber bien de que se trataba.

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 02:02
  8. 8. Josè maría dice:

    Hola R.C.Cova. el experimento que son ¿las cintas de vídeo?; por lo de mas, lo que te señalan los compañeros en cuanto ortografía no puedo opinar mucho en eso .Felices fiestas y espero leerte en enero mi relato es el 65 .Mi primer relato para el publico y en el taller

    Escrito el 28 noviembre 2018 a las 19:43
  9. 9. R.E. Cova dice:

    Hola Medi Ávila, saludos.

    Gracias por pasarte por mi relato, tendré en cuenta el tema de las frases largas, para en el futuro no tener esos problemas.

    Hola José María, un gusto leerte, me pasaré por tu realto en unos minutos.

    Entendiendo que quizá dejé el relato con un final muy abierto, porque no me gusta subestimar al lector, pero supongo que me excedí un poco.

    El relato es acerca de como nuestro protagonista trata de recobrar la memoria de su amada, mediante una terapia algo inusual, la cual consiste en colocar vídeos, fotos y grabaciones en todo momento para tratar de inducirle un repentino mejoramiento en su memoria. Su amada tiene una enfermedad bastante extraña, que se alojó en su cerebro y fue invadiendolo de tal forma que terminó moviendo sus recuerdos a corto plazo a su subconsciente, haciendo que para ella sea muy difícil recordar dichos momentos, pero no eliminandolos por completo. De la misma manera, la enfermedad no solo invadió esa parte de su cerebro, sino también su capacidad motora, gracias a esto, fue perdiendo poco a poco la habilidad de caminar o moverse libremente (por eso no sale corriendo de su habitación al despertar). Pero, nuestro protagonista encontró una forma de que pudiese, al menos, evitar que se siga propagando la enfermedad; un vídeo que contiene algo que pudo activar sus recuerdos, y la mantiene, por unas pocas horas, en un estado de lucidez en donde se puede acordar de todo lo que ha hecho, inclusive lo que hace nuestro protagonista por ella, pero luego de ese periodo de tiempo, ella pierde la consciencia y vuelve a tener el mismo problema. Por eso ella le dice a nuestro protagonista que no se rinda, justo antes de desfallecer.

    Espero haber podido aclarar las dudas, no quería realmente revelar la historia, porque quería dejar un poco de suspense para la recopilación de textos del 2018, pero, ¿ya que?. Saludos a todos y gracias por leer mi realto.

    Escrito el 29 noviembre 2018 a las 02:06

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