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San Valentín - por M.S.

Amelia no podía dormir. Una sensación desconocida albergaba su cuerpo haciéndole imposible conciliar el sueño. Miró nuevamente el reloj que descansaba en la mesilla. Las tres de la mañana. Giró sobre sí misma cuando un gran estruendo hizo que el silencio reinante en su vivienda desapareciera.
Apenas se inmutó. Sabía perfectamente de donde procedía. Con pesadez se incorporó en la cama y caminó hacia la cocina.
No pudo evitar sonreír tras ver la estampa frente a ella. Hacía exactamente tres días que Gabriel se adueñaba de los fogones a esas horas y por más que ella le reprendiera, el seguía en sus trece. “Mamá, tengo que seguir con mi experimento. Déjame intentarlo una vez más.” Le rogaba cada noche.
—Cariño, ¿otra vez así? —preguntó con ternura apoyándose en el quicio de la puerta.
Intentaba no reírse, pero ver a su hijo de diez años cubierto de harina con cara de frustración le resultaba muy complicado. Todas noches la misma historia.
—Mamá. Esta vez casi lo consigo. Creo que no he usado la cantidad adecuada de levadura para que el bizcocho suba— se lamentó el niño. —Si hubiera calculado mejor podría haberlo terminado.
—No pasa nada mi amor —contestó su madre acariciando su pelo, ahora blanco por la harina.
—¡Sí que pasa!—gritó Gabriel— Sólo quedan tres días para San Valentín y tengo que conseguir la receta perfecta—. Lloriqueó.
Amelia estaba preocupada. Desde que en el colegio hablaron del día de los enamorados, a Gabriel se le metió en la cabeza que era la ocasión idónea para que su amada mamá encontrara el amor. Así que vio la oportunidad de ayudarla. De nada servía que ella le explicara que no necesitaba un hombre para ser feliz, que ella ya tenía el amor verdadero desde que su pequeño nació, pero Gabriel no se conformaba. Estaba obcecado en que su profesor, el señor Juan, era un buen candidato para ella. Por eso decidió elaborar un bizcocho mágico que le entregaría el 14 de febrero para que se enamorara perdidamente de su progenitora.
A Amelia le hacía gracia el tesón de su hijo y le permitía experimentar en la cocina. Así él era feliz. Pero sentía pavor desilusionarlo. ¿Cómo explicarle que el amor no dependía de la magia?
Llegó el ansiado día. Hacía frio pero el sol brillaba en todo su esplendor. “Un digno día de invierno” pensó Amelia mientras acompañaba a Gabriel a la escuela.
—Mamá. En cuanto el señor Juan pruebe el bizcocho se enamorará de ti. Ya lo verás —sentenció el niño.
—Gabriel, hijo. Agradezco mucho tu interés, pero no creo que con el…
—Mamá, en serio. He puesto todo mi empeño en hacerlo. He seguido la receta al pie de la letra y además he incluido esas virutillas de chocolate que tanto te gustan —le explicó— debía llevar algo tuyo y fue lo que se me ocurrió. Ya sé que los zapatos son los accesorios que más te gustan, pero no sabía cómo encajarlos en el postre…— siguió Gabriel ante la atónita mirada de su madre. Este niño cada día era más maduro y su afán de encontrarle novio mayor.
De pronto, Amelia enganchó el tacón en una rejilla quedándose paralizada. Soltó la mano de Gabriel para intentar desencajarse pero no hubo suerte.
—¿La ayudo? —preguntó una voz a su espalda.
—Sí, por favor —rogó ella. Giró la cabeza para tranquilizar a su hijo cuando se percató de la sonrisa que dibujaba su cara. Alzó un poco más la cabeza y se encontró de lleno con los ojos más hermosos que jamás había visto.
—Señor Juan, le presento a mi madre, Amelia.
Gabriel estaba exultante, su ensayo había funcionado sin necesidad de que su profesor probara el bizcocho que tantas horas le llevó elaborar. Confiaba que aquellos dos se enamoraran a primera vista, al fin y al cabo, era San Valentín.
«Lo que un hijo tiene que hacer por amor» se dijo Cupido mientras cargaba una de sus flechas.

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9 comentarios

  1. 1. Moldy Blaston dice:

    Hola M.S. Bravo por tu relato. Me ha gustado muchísimo y ha atrapado mi atención desde el principio hasta el final. Una bonita historia muy bien desencadenada y con un final que lo cierra de una manera fantástica (cosa difícil en este tipo de escritos).
    Te felicito y te animo a que sigas para poder leerte en otras ocasiones.
    Si quieres visitarme soy el #60.
    Un saludo y nos leemos pronto!!!

    Escrito el 17 noviembre 2018 a las 21:25
  2. 2. Nani dice:

    Muy hermoso y tierno tu relato. Ese niño llena de dulzura todo tu relato. Me ha gustado mucho. Felicidades.
    Besicos muchos.

    Escrito el 18 noviembre 2018 a las 10:51
  3. 3. Ofelia Gómez dice:

    Hola M.S.
    Bella historia del amor de un niño por su madre y de sus esfuerzos por verla feliz.
    Lo que no he comprendido es el por qué del estruendo en la cocina mientras el niño trata de crear un pastel milagroso.
    Pero vale leerte.
    Saludos

    Escrito el 19 noviembre 2018 a las 03:11
  4. 4. Amadeo dice:

    M.S.:
    Primero agradecer tus comentarios al mío.
    Hermoso relato, bien presentado al niño. Partes con humor inocente. Final previsible.

    Dices: Amelia no podía dormir… haciéndole imposible conciliar el sueño. Es repetición de concepto.

    Revisa los guiones de diálogo: faltan algunos y otros no están colocados correctamente

    Cordiales saludos
    Amadeo

    Escrito el 20 noviembre 2018 a las 19:21
  5. 5. Laura dice:

    Hola M.S.
    Devuelvo visita, y aprovecho para felicitarte por el relato.
    Mis saludos. Hasta la pròxima propuesta..

    Escrito el 21 noviembre 2018 a las 10:47
  6. 6. Josè maría dice:

    Hola M.S.,bonito relato hay algunas veces eche de menos una coma, pero vamos tampoco es para tanto a mi pasa igual o al contrario.
    Felices fiestas y espero seguir tus relatos en otros retos. Mi relato es el 65 ,es el primero en el taller y de cara al publico.

    Escrito el 25 noviembre 2018 a las 16:33
  7. 7. Josè maría dice:

    antes no salieron las letras que faltan de mi teclado ;le daría flojo
    faltan : que,me .Saludos

    Escrito el 25 noviembre 2018 a las 16:36
  8. 8. Rufino Manzaneque Ramos dice:

    PROYMAN:
    Lo primero darte las gracias por leer mi relato y a continuación de leer el tuyo que me ha gustado mucho, me ha recordado que el amor surge donde menos lo esperas, que es el eje central de la historia pese al tópico, aun siendo ficción, el niño algo imaginaba con el pastel, las puntuaciones gramaticales las dejo de lado, me importa mas lo escrito.
    Espero que nos sigamos leyendo.

    Escrito el 1 diciembre 2018 a las 10:50
  9. 9. Ana Roda dice:

    Hola M. S.
    Me ha gustado mucho la historia y la forma de contarla.
    Las reacciones de la madre están muy bien reflejadas.
    Y la esperanza del final es de agradecer.
    Enhorabuena.
    Nos volvemos a leer en enero.

    Escrito el 3 diciembre 2018 a las 17:32

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