Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El cazador - por Isabel Caballero

El chico guarda silencio, no responde al ¡hola chaval!, y sale con su hermana al terreno baldío que hay frente a la casa, sabe que no pueden entrar hasta que avise su madre. Entretiene la espera apuntando, sin disparar, a los lagartos que asoman entre la maleza o de debajo de las piedras.
El abuelo le enseñó a matar con el tirachinas a las culebras, lagartijas y lagartos que diezmaban el escuálido huerto. Como no eran ricos aprovechaban todo: la cámara de una rueda de bicicleta abandona para las bandas de goma, un trozo de caucho de la lengüeta de unas inservibles zapatillas de deporte, lo que se terciara; también le mostró como trenzar el esparto para hacer una soga fina. Ahora que no está el abuelo, ni hay huerto que defender, ya no mata a los bichos, tira a las latas vacías colocadas en fila, con tal puntería, que estas caen como si fueran naipes de una baraja. Los lagartos se han acostumbrado al seco sonido y ya no se esconden. Utiliza un silbido para cada uno de ellos, los de gran tamaño parecen dragones verdes; ora un chiflido largo acompañado de dos cortos; ora uno suave y prolongado, casi siseo.
—Mira, ahí está Simonyi —señala la niña.
—No es Simonyi, es Salmor, y la hembra que está a su lado Galliota, pero no hay que molestarla, te puede morder, está a punto de poner los huevos.
—¿Va a tener hijitos Galliota?
—¿No recuerdas cuando hace poco se le acercó Salmor inflando la garganta?, movía su cabeza de arriba abajo como diciendo que sí muchas veces y después se subió a ella y le mordió el cuello, ¿te acuerdas?
—Sisisisisi —repite la niña dando cabezadas y síes.
—Pues ya sabes lo que pasa siempre después, en un mes más o menos pondrá huevos.
—¿Cuánto tiempo tiene un mes?
—Cuatro semaaanaaas —responde el chico con paciencia alargando las aes de la semana.
—Y la semaaana ciiinco días, ¿a qué sí? ─enseña su pequeña mano de cinco días.
El hombre sale acompañado de la mujer.
—Me llevo a tu hermana, vuelvo en un rato.
El chico no contesta a su madre. El coche en el que se alejan deja tras él una densa polvareda. Los lagartos vuelven a salir de sus escondrijos y rodean al muchacho mientras éste pela una rama seca en forma de horquilla; con la navaja desbroza la corteza y, una vez limpia, recorta con cuidado una ranura en cada extremo superior para ajustar las dos bandas de caucho. Le resulta más fácil pensar cuando mantiene las manos ocupadas.
Cuando por fin regresan madre e hija, la pequeña se sostiene el bajo vientre quejándose de que le duele.
—Te dije que no comieras tantas porquerías, ¿te lo dije o no te lo dije? —grita la madre malhumorada a la vez que guarda en un bote de metal unos cuantos billetes.
—¿Dónde te duele? —le pregunta el hermano.
—Por aquí —señala.

El domingo siguiente confía en llegar a tiempo a la celebración de la misa. Lleva su mejor honda en el bolsillo trasero del pantalón. Camina con pasos firmes. Una fila de lagartos tras el muchacho, una larga sombra verde a sus espaldas.
El sacerdote besa el altar y da la bendición.
In nómine Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Mientras entonan El Gloria los lagartos se sitúan en los pasillos laterales. Los fieles se levantan de sus asientos, hacen la señal de la cruz.
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que domine a los peces, a las aves, y a todo animal terrestre.
Los lagartos avanzan hacia el altar. Un niño le dice a su padre que hay bichos en el suelo, el padre le advierte de que en la casa del Señor hay que guardar silencio. Uno de los lagartos le guiña su tercer ojo al niño, un ojo parietal, y el niño le guiña el suyo de un solo párpado. Un pacto.
El oficiante se lava las manos en un aguamanil de plata mientras entona salmodias.
El muchacho se parapeta detrás de una columna cercana al púlpito. Extiende el brazo izquierdo sujetando la base del tirachinas entre el índice y el pulgar derecho, a la altura de la mejilla. Cierra un ojo, apunta y tira.
Per omnia saecula saeculorum.
La piedra sale disparada hacia el altar y se clava, certera y justa, entre los dos ojos del hombre que cae desplomado, parece un cuervo abatido. El resto del trabajo lo hacen los lagartos.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

38 comentarios

  1. 1. Felipe Sanchez dice:

    En lo personal Isabel no entendí muchas partes de tu relato al primer intento, comprendí un poco más una vez que lo volví a leer, creo que hay que poner más atención a la narrativa y tu redacción. Aquí encontré varios artículos sobre como utilizar las comas, igual y te sirve. Fuera de eso buen relato, interesante y peculiar.

    Saludos.

    Escrito el 16 enero 2019 a las 18:53
  2. Sí, no me vendría mal un repasito al mundo de las comas.
    Muchas gracias Felipe, desde que pueda paso a leerte.

    Escrito el 16 enero 2019 a las 19:41
  3. Hola Isabel, un trabajo de los que merece pena desmenuzar y aprender en un taller como este.
    UNO – Se parte de una anécdota dramática profunda con conflictos que van más allá de los personajes. Y se opta por no caer en la truculencia de los lugares comunes de emociones que por exceso de uso están desvaídas y carentes de consistencia.
    DOS – Se elige un entorno de secarral, inhóspito donde la belleza de los seres más primitivos destaca por sí sola, sin más aditamentos.
    TRES – Y aquí el mérito del descubrimiento de la autora :

    Voz narrativa inidentificable (narrador testigo muy controlado) en tercera persona y en tiempo presente

    .
    RESUMEN: EMDO es un recurso que merece la pena explorar y al que sin duda recurriré en alguna ocasión.
    No obstante, pienso que hay un punto donde tal vez merezca la pena dar un par de vueltas. Rechina cuando se rompe la unidad de tiempo y espacio y se sigue manteniendo el tiempo verbal en presente.
    Ojo, que esa estructura me parece genial. La frase elegida : El domingo confía llegar…a la misa tal vez rompa la trama tan bien tejida en el conjunto. Es un costurón o puntada hecha con apresuramiento. Es preferible EMDO algo del tipo : (Llega a tiempo para la misa… ) (El tiempo pasa rápido y el muchacho llega a tiempo para la misa dominical…)
    En fin, sé que serás indulgente conmigo y entenderás que ni se me ocurre darte lecciones. Eres tú la que las da , ofreciendo generosamente este trabajo para que pueda ser comentado con opiniones tan despreciables como las de cualquiera. Gracias y un abrazo

    Escrito el 17 enero 2019 a las 10:36
  4. 4. paola dice:

    Vaya relato Isabel!

    Se mastica polvo como en las pelis de vaqueros pero el tema de la historia le da mil vueltas a cualquiera de ellas.

    Lo mejor es que no cuentas lo que ocurre, dejas que lo imaginemos, y lo haces tan bien que no hay lugar a ninguna duda.
    Enhorabuena y abrazos

    Escrito el 17 enero 2019 a las 11:15
  5. Luigi Callieri, te agradezco mucho pero mucho tu tiempo (y maestría), para deshuesar, casi descarnar mi aporte.
    Coincido contigo en la frase que me apuntas “el domingo confía en llegar a misa…”, de hecho la he cambiado varias veces a lo largo de la vida del relato, una historia que escribí hace algún tiempo y que “aproveché” para el reto cambiando longitud y algunos términos, pues venía como anillo al dedo los lagartos-dragones. Veré que hago para solucionarla.
    Agradecida también por el equilibrio entre la crítica positiva y halagadora y la crítica constructiva y sostenida por el bien de la narrativa, de eso se trata verdad?, de dar nuestro sincero punto de vista para intentar mejorar.
    Un fuerte abrazo colega.

    Paola, mil gracias compañera. Te cuento al oído… acércate que nadie nos escuche… que los nombres de los lagartos (Simonyi, Galiotta, Salmor…), son los nombres de las especie únicas. endémicas y protegida de los magníficos lagartos gigantes de la isla canaria del Hierro. Me encanta hacer estos guiños en los cuentos de realismo mágico, como creo que es el caso.

    Un abrazo apretado Paola.

    Escrito el 17 enero 2019 a las 16:33
  6. 6. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Isabel Caballero, aquí estoy para disfrutar de tu relato.

    Menudo señor de los lagartos ha florecido en tu malpaís, y casi se puede percibir que atiendan los reptiles a los silbidos como si hubieran nacido en la Gomera. Me ha resultado muy original y creativo tu relato, y sobre todo me ha gustado lo que has dejado en el tintero, creo que realza aún más el cuento.
    Por otro lado me he quedado un poco descolocado al ver entrar al muchacho en la iglesia con la honda en el bolsillo trasero del pantalón y sin embargo luego hacer uso del tirachinas para acertar en la frente del párroco.
    Al final he lamentado no haber leído suficiente realismo mágico, para saber apreciar en su justa medida la belleza de tu relato.

    Me ha gustado y lo he disfrutado.

    Nos leemos, saludos.

    Escrito el 17 enero 2019 a las 23:54
  7. Hola apuntador no tan mudo.
    Fíjate que creía hasta ahora que era lo mismo una honda y un tirachinas o lanzadera como decimos en esta isla canaria, por curiosidad me acabo de informar bien y resulta que la honda no tiene la empuñadura en forma de “Y”, sino que se toman los extremos de las correas y se le da vuelta por encima de la cabeza. Te lo agradezco un montón Apuntador, apuntes como estos nos enriquece.
    También me alegra que te haya gustado el cuento. Gracias.
    He guardado tu relato de “El sacrificio de Carcassona” , acabo de leerlo por encima, y desde luego, se merece una lectura más pausada. Mañana con más tiempo te diré mis impresiones compañero.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 01:04
  8. Discrepo, y con permiso madientro aunque no soy convidao
    Se llama honda en Argentina, Bolivia, Chile, Guatemala, Perú , Uruguay y Venezuela.
    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Resortera
    En el,siglo XVIII el diccionario describe así al artefacto en cuestión:

    HONDA f. Instrumento que se hace de cáñamo, esparto, lana u otra materia, del largo de vara y media, y en un extremo tiene hecho un anillo de lo mismo para afianzarla en el dedo medio, y en el otro se pone un restaño de seda. En el medio deste instrumento, que es hecho de trenza, hai dos ramales à los lados, de quatro à cinco dedos de largo, que vueltos à unir con la honda, forman una como caxa, en la qual se afianza la piedra, para que pueda dispararse sin caerse. Es arma que usaron antiguamente en la guerra, y fue propia de los Mallorquines, y oy la usan pastores para gobernar el ganado y espantar los lobos: y tambien los muchachos para irse a apedrear. Viene del latino Funda, que vale lo mismo.

    Y en Amazon he visto a la venta este artefacto llamado Honda tirachinas
    https://www.amazon.es/REFURBISHHOUSE-Tirachinas-Manejar-aleacion-poderoso/dp/B07K2RTH7G/ref=sr_1_7?ie=UTF8&qid=1547770085&sr=8-7&keywords=honda+tirachinas
    Ahora bien, la autora y dueña de la obra puede hacer lo que quiera con su obra, faltaría más. Y ahora, me voy. Ha sido un placer

    Escrito el 18 enero 2019 a las 01:25
  9. 9. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isabel Caballero, con un relato que más bien parece docencia de vida, llevas mi lectura a rememorar mis laborares de niño en la hechura de una “hulera”, “resortera” o un arma con alma denigrante, “nigasura” que era usada en los campos de algodón en lugar de látigo para castigar a los esclavos: “nigger shooter”.

    Pero volviendo a tu fábula, para mí es una obra de ensueño. La profundidad, lo que muestras sin tocar, lo que comunicas sin recato pero sin odiós entendidos. Simplemente excelso.

    Te felicito, y que este 2019 siga siendo pródigo e imaginativo.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 09:48
  10. La autora con un cafecito mañanero en la mano, te agradece y contesta Luigi: creo que me voy a decantar por la palabra “estilera” combinada con la más formal de tirachinas, al fin las escenas se desarrollan en la isla del Hierro pertenecientes a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Anoche me estuve informando en una página interesante http://museodeljuego.org y en un interesante artículo que desarrolla su autor: Federico Moliner Sánchez, y en el que entre otros conceptos dice:
    Los tirachinas, son: gomeru, tiragomes, forcau, estiragomes, en Asturias; tirador, en Extremadura; tirabeque, en Navarra; tiradera, lanzadera, en Las Palmas; estiladera, en Tenerife; tiragomas, tiragomak, en País Vasco; tirichi, en Salamanca; fisga, en Portugal; fionda, en Italia; estilingue, atiradeira, en Brasil; flecha, honda, resortera, cauchera, cata, ondia, tirapiedras, en Suramérica; prastie, en Rusia; slingshoots, beanshooter, en Estados Unidos.

    ¡Qué bueno esto, lo que da de sí una palabra y sus diversidades geográficas!

    Hasta pronto.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 09:57
  11. He querido decir “estiladera” que estilera es una piedra con la que se filtra, estila y depura el agua por estos lares.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 09:58
  12. Te saludo Osvaldo, justo estaba contestando al colega Luigi Calieri cuando entró tu comentario. Muchas gracias compañero.
    Así que hulera y resortera por esos tus lares.
    Teno guardado desde ayer tu cuento”Un gorila conquistador” (me gustó mucho, ya te diré Osvaldo), junto con el aporte del compañero apuntador, para esta tarde, con tiempo y calma, comentar ambos.
    Un cordial saludo.
    Que este 2019 nos aporte creatividad y buena letra.
    Hasta pronto compañero.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 10:04
  13. 13. El Apuntador Mudo dice:

    Hola de nuevo Isabel. Te presento mis más sinceras disculpas, me acabas de descubrir que en Argentina y Uruguay hacen uso de la palabra honda para referirse al tirachinas, tirichi o gomeru. Atrapado estaba por la imagen icónica de los honderos baleares, mercenarios sin parangón en la época antigua.

    Gracias por este nuevo uso de la palabra que me has descubierto.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 12:48
  14. 14. Luigi Callieri dice:

    Si el vocablo localista y MUY localizado está en boca de un personaje, puede ayudar a la caracterización del mismo. (Ej: —Mañana llevaré mi estiladera a misa, en el bolsillo trasero del pantalón —murmura el muchacho).
    Si el vocablo localista lo utiliza la voz narrativa puede desviar el ritmo y la intensidad. Tal es el caso, con una estructura muy característica y compleja de silencios y sobreentendidos. El lector no suele perdonar veleidades de autor/a que no se resisten sin entrar a enmendar al narrador.
    En este relato, aún sin “conocimiento consciente” de la autora, el narrador ha recurrido a utilizar dos sinónimos para suavizar la proximidad del vocablo, y ha usado Dos sinónimos lo suficientemente generales para que puedan ser comprendidos por la mayor parte de la comunidad hispanoparlante, dado el grado de utilización a uno u otro lado del Atlántico.
    Lo cual no quita que en Asturias se siga con el “gomeru” o en la Gomera tengan su “estiladera”.
    En lo personal, mientras esa parte del texto corresponda a la voz narrativa de un narrador no identificado, narrador testigo en tercera persona y en tiempo presente, pienso que es una buena elección que enriquece y perfecciona la trama. Es un placer, el intercambio de argumentos con colegas tan dispuesto.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 15:22
  15. 15. Labajos. dice:

    Hola Isabel:

    En primer lugar agradecerte tu visita a mi rincón donde te invito a leer mi respuesta. En segundo lugar FELICITARTE por tu imaginativo relato, donde, para mi, lo importante es, como ya alguien ha dicho, lo que la imaginación del lector debe aportar. Me encantan esos relatos que no te lo dan todo masticado: Expones la cuestión, induces a una reflexión y el lector interpreta las claves.

    Por otra parte, el debate sobre las hondas y los tirachinas me ha parecido enriquecedor. Se trata de instrumentos ancestrales, con historia y que a los más mayores nos traen entrañables recuerdos de nuestra infancia y entonces interviene lógicamente lo “local”: en mi pueblo se llamaba así, o de aquella manera…si estuviésemos hablando de un AK47 no habría debate. Es impresionante como funcionan estos resortes lingüísticos cuanto más entrañable y familiar es objeto más acepciones y sinónimos tiene la palabra que lo define y más localismos se pueden apreciar. ¡Me encanta! Es como viajar leyendo.

    Mucha suerte este 2019.

    Jorge G. Labajos.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 16:17
  16. 16. JUANA MEDINA dice:

    Hola Isabel,
    Más allá de las Hondas o Tirachinas o como se llamen, que siempre es bueno aprender algo nuevo, tu relato es estupendo.
    coincido con los que señalan tu discreto insinuar dejando que el lector diga,y al mismo tiempo esas imágenes de lagartos, lagartijas y otros andando por los pasillos de la iglesia. Fantástico en el mejor sentido del término.
    Este mes he leído relatos excelentes, uno es este.
    No sé qué más decir.
    Un abrazo

    Escrito el 18 enero 2019 a las 19:05
  17. Es verdad Luigi lo que dices del vocablo localista, lo tendré en cuenta.

    Apuntador, no tiene importancia, gracias a tu acotación hemos emprendido esta cruzada de los tirachinas u hondas 😉

    Mil gracias por tu comentario Labajos, mejor Jorge, como el dragón. Suerte para ti también compañero.

    Juana, me alegra que te haya gustado el cuento de los lagartos. Muchas gracias. Nos leemos pronto.

    Encantada de compartir por este lugar. Un fuerte abrazo mancomunado.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 22:05
  18. 18. El Apuntador Mudo dice:

    Lamento la tardanza para sumar mi granito de arena a tan entretenido debate sobre estos arroja proyectiles artesanales, coincido con Labajos y Juana Medina al respecto, creo que es muy enriquecedor y valoro muy positivamente que surjan con tanta espontaneidad. Y por otro lado aprecio encarecidamente la aportación de Luigi del uso de los “localismos” en la narrativa, lo comparto en su totalidad, y es de agradecer que comparta con todos nosotros su conocimiento sobre el tema.

    ¿Cruzadas?…ay…¡vade retro! 😉

    Es un placer poder participar en este hilo con todos ustedes

    Escrito el 18 enero 2019 a las 23:34
  19. 19. Conrad Crad dice:

    Hola, Isabel
    ¿Qué te digo yo, a estas alturas?
    La primera vez que leí tu relato me quedé solo con lo visual. ¡Qué potente es ese huerto baldío, casi jurásico y esos lagartos desfilando por el pasillo central de la iglesia¡¿Y la historia? Volví a leerlo y me encuentro con un calidoscopio de ideas, de apuntes que te lleva a imaginar mil historias, mil caminos por los que transitar: El niño que no responde al ¡Hola, chaval¡, la prohibición de entrar en casa. El dolor de barriga de la hermana. Los billetes en el frasco de cristal…Hay algo muy potente en este relato, Isabel y tu has puesto los ingredientes para que cada uno nos lo cocinemos a nuestro gusto.
    Magnifico, Isabel. Me quito el sombrero.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 enero 2019 a las 17:13
  20. 20. Eric Milne dice:

    Hola Isabel.
    Me gustó sobre todo la última frase. Contrasta con la aparente inocencia con la que inicia el relato.
    Me pareció interesante la forma de inferir la situación, cómo está claro todo lo que sucede a pesar de que el enfoque esté en unos lagartos. Y cómo estos, que al principio parecen un elemento distractor, luego se vuelven la base de la historia.

    Saludos!

    Escrito el 19 enero 2019 a las 17:43
  21. Para Conrad…si es que la mejor manera de contar es la de sin contar contando ;)… y no te quites el sombrero que hace mucho fresquete. No, en serio, mil gracias Conrad, me gusta lo que me dices de la potencia, es un ingrediente interesante para trabajar con él. Un abrazo de los fuertes Conrad.

    Gracias Eric Milne, acabo de leer tu precioso cuento de los pájaros de colores. Tienes razón, los lagartos en mi cuento no están puestos ahí por casualidad, gracias por saber verlo compañero.

    Escrito el 20 enero 2019 a las 14:38
  22. 22. Patricia Redondo dice:

    Mis sinceras felicitaciones Isabel por este relato en que si contar haces saber, como saben hacer lo que saben escribir de verdad. Es el segundo que te leo (creo que el anterior era en un sótano con muertos de la inquisición) y si me dieran a elegir no sabría con cual quedarme porque los dos muestran una gran maestría. Se te da bien esto,sin duda alguna. Envidia de la sana es lo que siento.

    Nos leemos , aunque no este mes , que no participé

    Escrito el 20 enero 2019 a las 18:08
  23. Que generosa eres Patricia, al comentar sin participar, me alegra un montón de que te gusten mis cuentos, espero volver a leerte pronto compañera.
    Gracias Patricia. Muchas gracias.

    Escrito el 21 enero 2019 a las 14:36
  24. 24. Anael dice:

    ¡Hola, Isabel!

    Muchas gracias por comentar mi texto. Cada día intento enrollarme menos, así que voy a ir directa al grano. A continuación te señalo los detalles que me han gustado del tuyo y te hago algunas sugerencias, que son como las lentejas, si las quieres las tomas y si no las dejas 😉 :

    1. «hay frente a la casa, sabe que no pueden entrar»
    «Utiliza un silbido para cada uno de ellos, los de gran tamaño parecen dragones verdes»
    Pondría punto o coma y nexo en lugar de coma simple por cambio de enunciado que se da en estas dos frases.
    He observado que escribes con muchas comas y frases largas que en ocasiones entorpecen el ritmo de lectura. Como no me quiero extender sobre el tema, te dejo este enlace por si quieres profundizar un poco en el tema: https://simplyanael.wordpress.com/2018/12/18/recetas-mortales-puntos-o-comas/

    2. «de una rueda de bicicleta abandona para»
    Errata: abandonada

    3. «también le mostró como trenzar»
    cómo

    4. La RAE recomienda no acentuar los pronombres demostrativos ni el solo adverbial.

    Potente relato. He de confesar que he tenido que releer porque la primera lectura no le he aprovechado como debiera. Me llama la atención la independencia de nuestro protagonista y cómo utiliza las enseñanzas del abuelo en una dirección completamente distinta a la pretendida.

    Te noto muy controlada como autora, has sabido hacer de cámara de TV y retratar la escena de un modo objetivo y alejado de interpretaciones para darle libertad interpretativa al lector. Un recurso muy interesante y utilizado con mano experta. Eso unido al uso de la elipsis en situaciones comprensibles sin palabras que solo alargarían la historia no hace sino potenciar el contenido.

    Espero que las sugerencias te sean útiles 😉 Sobre otros temas ya te han comentado con más sabiduría y acierto otros compañeros (¡lo que he aprendido leyendo los comentarios!). Muy bien escrito y trabajado, enhorabuena. He disfrutado especialmente de la relectura, donde ya me había hecho con la voz narrativa y he podido disfrutar de la forma en la que has escrito la historia.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 22 enero 2019 a las 15:40
  25. Las tomo las tomo…, las lentejas digo 😉
    Gracias por tu ayuda, Anael, tomo nota de tus sugerencias y te las agradezco. No acentuaré el “como” recomendado por la RAE, y corregiré la errata del despistada.
    Sobre “Hay frente a la casa, sabe que no pueden entrar”, pues el que lo sabe el el muchacho, la hermana es muy pequeña para saberlo, por eso no pluralizo el “sabe” aunque sean dos los que no puedan entrar.
    Un fuerte abrazo, acabo de leer tus relatos, “Más allá del cristal” me gustó mucho, ya te diré Anael.
    Hasta muy pronto.

    Escrito el 22 enero 2019 a las 17:09
  26. 26. Anael dice:

    ¡Hola, Isabel!

    Me alegro que te las tomes. Leyendo tu comentario creo que no me he explicado muy bien con mis letejillas, jejeje

    1. «hay frente a la casa, sabe que no pueden entrar»
    Recomendación: poner punto o coma y nexo después de casa. Así:
    hay frente a la casa. Sabe que no pueden entrar

    «Utiliza un silbido para cada uno de ellos, los de gran tamaño parecen dragones verdes»
    Recomendación: poner punto o coma y nexo después de ellos. Así:
    Utiliza un silbido para cada uno de ellos. Los de gran tamaño parecen dragones verdes

    Pondría punto o coma y nexo en lugar de coma simple por cambio de enunciado que se da en estas dos frases. No quería decir nada del plural ni de que los verbos estuvieran mal coordinados 😉 La explicación de por qué recomiendo poner esos puntos la puedes encontrar en este artículo, por no extenderme aquí 😉 : https://simplyanael.wordpress.com/2018/12/18/recetas-mortales-puntos-o-comas/

    3. «también le mostró como trenzar»
    Errata: cómo (es un adverbio de modo y se distingue del como comparativo porque lleva tilde, así que en este caso no acentuar sería incorrecto).

    4. La RAE recomienda no acentuar los pronombres demostrativos ni el solo adverbial (con esta me refiero a los pronombre ésa, ésta, etc.que me he encontrado en el texto, pero esto sí que depende más de tu estilo y cómo quieras escribir, no sería incorrecta ni acentuada ni sin acentura 😉 ).

    Me alegro mucho de que te hayan gustado los relatos. Más allá del Cristal es uno de los más diferentes que tengo, se desvía un poco de mi estilo, pero me gusta como me quedó 🙂

    Un abrazo y gracias por comentar las sugerencias.

    ¡Hasta pronto!

    Escrito el 22 enero 2019 a las 17:25
  27. ayayay quise decir acentuaré el cómo.
    Gracias de nuevo por tu ayuda Anael. Las lentejas son uno de mis platos favoritos 😉

    Escrito el 22 enero 2019 a las 21:09
  28. 28. Pato Menudencio dice:

    Hola, pasé por tu relato y me ha gustado la idea.
    Creo que el tratamiento de la gramática se podría mejorar (para ser justos, mi relato adolece de aquello. Nota mental: nunca más escribo el mismo día de la entrega).

    Saludos, nos leemos

    Escrito el 22 enero 2019 a las 21:17
  29. 29. El chaval dice:

    Hola Isabel Caballero
    Ya que casi todos comentamos si es honda o tirachinas,el muchacho utiliza tirachinas, o en Castilla se llama tirador.
    La honda es la de David Y Goliat, que por cierto está muy bien explicado la forma de fabricarla o hacerla.
    El cazador, de matar lagartos se convierte en suministrador de carne humana para alimentarlos.
    Un saludo (106)

    Escrito el 23 enero 2019 a las 11:10
  30. 30. María Jesús dice:

    Hola Isabel: Un relato estupendo de abuso infantil y venganza fraternal, no me lo esperaba, creía que la historia iba a ir por otros derroteros. Pero me ha sorprendido como has desarrollado la historia. Lo que no entiendo es como esa madre podía estar en la inopía.
    Saludos desde el 107.

    Escrito el 23 enero 2019 a las 18:57
  31. Hola Pato Menudencio, gracias por tu lectura y comentario… sobre la gramática, estoy en ello 😉

    ¡Hola Chaval!… mira, te llamas casi como empieza mi cuento 🙂
    No había pensado sobre lo de susministrar carne humana a los lagartos.
    Un cordial saludo compañero.

    Hola María Jesús, muchas gracias por tu tiempo. Bueno, la madre no estaba tan en la inopia, era parta activa del suceso, recuerda la frase de cuando a la vuelta del paseo con el cura y la niña metió unos billetes en un frasco… creí que di un par de claves para que se comprendiera sin ser demasiado explícita.
    Saludos y voy a por el 107 desde que pueda María Jesús.

    Escrito el 23 enero 2019 a las 21:04
  32. 32. Josè maría dice:

    Hola Isabel Caballero,no comento nada de ortografia y gramatica por que no creo que sea el más indicado ,pero aquí en Andalucía los tirachinas se llaman así un saludo mi relato es el 85 por si quieres pasarte ,nos leemos .

    Escrito el 25 enero 2019 a las 17:15
  33. Muchas gracias José María… voy a por tu 85

    Escrito el 26 enero 2019 a las 12:42
  34. 34. isan dice:

    Hola Isabel:
    Me ha sorprendido las formas de denominar a ese arma letal que tantas satisfacciones nos ha dado y algún disgusto, porque también de eso ha habido. También me ha sorprendido el debate en torno a él, así que añado una opinión sobre la forma de sujetarlo. Según la literalidad del texto: “Extiende el brazo izquierdo sujetando la base del tirachinas entre el índice y el pulgar derecho, a la altura de la mejilla.”, me parece imposible ya que si extiende la mano izquierda, la base del tirachinas (y toda la horquilla) se sujeta con la mano izquierda. Con los dedos índice y pulgar derechos se sujetaría la badana o cuero.
    Y todo esto ha venido a que el relato me ha dejado mal cuerpo y quería darme un respiro para comentarlo.
    Las dos primeras líneas ya nos han desvelado el fondo. Durísimo, pero has sabido dejarlo a la imaginación del lector. Lo que tantas veces recalcan los manuales: mostrar sin contar. Esto muestra el altísimo nivel se du autora.
    Por poner alguna pega, aparte de las comas y demás lentejas que con acierto te ha señalado Anael, quizás se podría quitar la forma de construir un tirachinas y algo lo que dice el cura.
    Bueno, te felicito porque es un trabajo magnífico.
    Un saludo.

    Escrito el 26 enero 2019 a las 20:49
  35. jajajaj es verdad, es imposible sujetarlo así. A despistada no hay quien me gane. Lo arreglo desde que pueda.
    Gracias Isan, por tu estupenda ayuda compañero.

    Escrito el 26 enero 2019 a las 21:31
  36. Ya he tomado nota de las observaciones que me habéis hecho, la mayoría con criterio.
    En unos días publicaré de nuevo el relato corregido.
    Gracias, compañeros, por toda vuestra ayuda.
    Un abrazo mancomunado.

    Escrito el 27 enero 2019 a las 00:22
  37. Relato corregido

    EL CAZADOR

    El chico guarda silencio, no responde al ¡hola chaval!, y sale con su hermana al terreno baldío que hay frente a la casa; sabe que no pueden entrar hasta que avise su madre. Entretiene la espera apuntando, sin disparar, a los lagartos que asoman entre la maleza o de debajo de las piedras.
    El abuelo le enseñó a matar con el tirachinas a las culebras, lagartijas y lagartos que diezmaban el escuálido huerto. Como no eran ricos aprovechaban todo: la cámara de una rueda de bicicleta abandonada para las bandas de goma, un trozo de caucho de la lengüeta de unas inservibles zapatillas de deporte, lo que se terciara; también le mostró cómo trenzar el esparto para hacer una soga fina. Ahora que no está el abuelo, ni hay huerto que defender, ya no mata a los bichos. Tira a las latas vacías colocadas en fila, con tal puntería, que estas caen como si fueran naipes de una baraja. Los lagartos se han acostumbrado al seco sonido y ya no se esconden. Utiliza un silbido para cada uno de ellos, los de gran tamaño parecen dragones verdes; ora un chiflido largo acompañado de dos cortos; ora uno suave y prolongado, casi siseo.
    —Mira, ahí está Simonyi —señala la niña.
    —No es Simonyi, es Salmor, y la hembra que está a su lado Galliota, pero no hay que molestarla, te puede morder, está a punto de poner los huevos.
    —¿Va a tener hijitos Galliota?
    —¿No recuerdas cuando hace poco se le acercó Salmor inflando la garganta?, movía su cabeza de arriba abajo como diciendo que sí muchas veces y después se subió a ella y le mordió el cuello, ¿te acuerdas?
    —Sisisisisi —repite la niña dando cabezadas y síes.
    —Pues ya sabes lo que pasa siempre después, en un mes más o menos pondrá huevos.
    —¿Cuánto tiempo tiene un mes?
    —Cuatro semaaanaaas —responde el chico con paciencia alargando las aes de la semana.
    —Y la semaaana ciiinco días, ¿a qué sí? ─enseña su pequeña mano de cinco días.
    El hombre sale acompañado de la mujer.
    —Me llevo a tu hermana, vuelvo en un rato.
    El chico no contesta a su madre. El coche en el que se alejan deja tras él una densa polvareda. Los lagartos vuelven a salir de sus escondrijos y rodean al muchacho mientras pela una rama seca en forma de horquilla; con la navaja desbroza la corteza y, una vez limpia, recorta con cuidado una ranura en cada extremo superior para ajustar las dos bandas de caucho. Le resulta más fácil pensar cuando mantiene las manos ocupadas.
    Cuando por fin regresan madre e hija, la pequeña se sostiene el bajo vientre quejándose de que le duele.
    —Te dije que no comieras tantas porquerías, ¿te lo dije o no te lo dije? —grita la madre malhumorada a la vez que guarda en un bote de metal unos cuantos billetes.
    —¿Dónde te duele? —le pregunta el hermano.
    —Por aquí —señala.
    El chico confía en llegar a tiempo a la celebración de la misa del domingo. Lleva su mejor honda en el bolsillo trasero del pantalón. Camina con pasos firmes. Una fila de lagartos tras él, una larga sombra verde a sus espaldas.
    El sacerdote besa el altar y da la bendición.
    In nómine Patris et Filii et Spiritus Sancti.
    Los lagartos se sitúan en los pasillos laterales. Los fieles se levantan de sus asientos, hacen la señal de la cruz.
    Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que domine a los peces, a las aves, y a todo animal terrestre.
    Los lagartos avanzan hacia el altar. Un niño le dice a su padre que hay bichos en el suelo, el padre le advierte de que en la casa del Señor hay que guardar silencio. Uno de los lagartos le guiña su tercer ojo al niño, un ojo parietal, y el niño le guiña el suyo de un solo párpado. Un pacto.
    El oficiante se lava las manos en un aguamanil de plata mientras entona salmodias.
    El muchacho se parapeta detrás de una columna cercana al púlpito. Extiende el brazo izquierdo sujetando con firmeza la base del tirachinas; el derecho a la altura de la mejilla. Codo, antebrazo y horquilla en línea recta con el objetivo. Cierra un ojo, apunta y tira.
    Per omnia saecula saeculorum.
    La piedra sale disparada hacia el altar y se clava, certera y justa, entre los dos ojos del hombre que cae desplomado, parece un cuervo abatido. El resto del trabajo lo hacen los lagartos.

    Escrito el 30 enero 2019 a las 20:02
  38. Mil gracias compañeros y hasta el próximo reto.

    Escrito el 30 enero 2019 a las 20:03

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.