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ERIM, A LA CAZA DEL DRAGÓN - por Cesar Henen

Erim después de haber derrotado al cíclope en la caverna de las ascuas, partió de nuevo en busca de un cruel dragón, su misión era acabar con el por encargo de Kaem, un señor feudal quien era dueño de unas tierras, en donde parte de ellas, habitaba una manada de unicornios que eran de su propiedad.

Tras un par de días montado en su caballo, nuestro héroe llegó a las dichas tierras, presentándose ante él. Kaem estaba sentado a la mesa de su castillo junto a un pequeño número de vasallos con los cuales jugaba baraja.

—¿Qué te ha demorado tanto, Erim? —preguntó el señor feudal —. Por un momento pensé que rehusarías a ayudarnos.

—Lamento la demora, un cíclope merodeaba en las tierras de mi padre causando daños —contestó Erim—. Luego de vencerlo he venido hasta aquí para ponerme a vuestras órdenes.

—Cómo habrás notado en la misiva que te hice llegar, detallé lo urgente que era que vinieras en nuestro auxilio —dijo Kaem mientras levantaba su copa de vino para luego beber un poco, dejarla sobre la mesa y proseguir—. Sabrás qué aquí no hay muchos hombres dedicados a proteger estas tierras, de enemigos comunes; menos de feroces criaturas.

—Comprendo lo urgente qué es. Pude ver a mi entrada a vuestras tierras que gran parte están quemadas. —expresó Erim.

—Así es, por eso urge que te hagas cargo, sobre todo temo por qué un día ataque a mis unicornios —afirmó Kaem.

—¿Dónde puedo encontrarlo? —preguntó Erim.

—Habita en las faldas de la montaña de las sombras. —pronunció uno de los vasallos presentes.

—Tráeme algo como prueba. —manifestó Kaem.

Tan pronto supo donde podría estar; partió en su búsqueda rumbo a la montaña antes mencionada. Al cabalgar un par de leguas se encontró con un campesino el cual le saludó.

—¡Buenos días, siñor!

—¡Buenos días, buen hombre! ¿Sabrás tú donde hay un pozo de agua cerca para poder beber de él?

—¿Pozo? No mi siñor, alante al norti hay un otso —contestó el campesino mientras apuntaba con su dedo índice—. Si quere yo puedo traerle algo. Nomas eso sí, me da mi propina.

—No gracias, buen hombre. Solo perdería mi tempo.

Erim se puso de nuevo en marcha sin haber bebido agua, el campesino al verlo qué se dirija rumbo a la montaña de las sombras, lo detuvo.

—Espere mi siñor, no vaya pa lla, en esa montaña habita el mounstro.

—A eso mismo quiero ir, para enfrentarme a ese monstruo que dices. Es mi deber acabar con él. —replicó Erim.

—Naide quere ir allí. Si asté lo vence será nuestra salvación.

—¿No quieres acompañarme y ser mi escudero? —inquirió Erim—. Aún debes ser hombre fuerte.

—¡Uy, mi siñor! Este pobre viejo y cansado no da pá más. Asimesmo temo por mi vida.

—Tú no pelearas contra él, tan solo te quedaras a fuera cuidando de mi caballo. Anda sube. —Le dijo mientras le daba la mano para que montara.

—Así, si voy.

Luego de subir al caballo, cabalgaron hasta la cueva que estaba a pie de la montaña; habiendo pasado por terrenos bastante peligrosos. Al llegar descendieron del equino.

—Asté vaya a matarlo, yo aquí le espero. —dijo el campesino.

Con arco y flecha en mano Erim se dispuso a entrar. Desde afuera el campesino solo escuchaba el rugir del dragón, seguido de llamaradas que salían del lugar; varios minutos pasaron en la lucha hasta que por fin lo pudo vencer. La batalla había sido difícil, pero al salir, la sorpresa que se llevó.

—¡Se ha ido con mi caballo! Ni hablar, seguramente le servirá más a él que a mí. —reflexionó.

Sin más, tuvo que regresar caminando hasta llegar de nuevo al castillo de Kaem.

—He aquí lo prometido. —pronunció Erim.

—Veo que lo has conseguido, creíamos que no lo lograrías —aseguró Kaem—. ¿Qué le ha pasado a tu caballo?

—El dragón ha sido fácil. De mi caballo, ha sido un regalo para un pobre campesino.

—Que buen gesto de tu parte —mencionó—. A cambio de haber derrotado al dragón, te regalare uno de mis unicornios, los cuales son más rápidos y fuertes que cualquier cuaco que conozcas.

Ante su presencia trajeron un hermoso ejemplar blanco con su cuerno bellamente adornado con piedras preciosas al igual que su montura.

»Que esto sirva de alianza entre el reino de tu padre y el mío. —añadió Kaem.

Y así nuestro héroe termino recibiendo una nueva montura como recompensa y quizás algo más.

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3 comentarios

  1. 1. Leosinprisa dice:

    Hola Cesar, una historia con dragones, unicornios y campesinos pillos, un ingrediente perfecto para un rato de lectura. El problema es que el texto es un tanto plano y carece de sorpresas (ya revelas que existen unicornios al principio de tu texto) y creo que siendo de 750 palabras podrías haber sacado mejor rendimiento de esta escritura.

    El punto fuerte (la lucha contra el dragón) no existe, salvo una breve descripción y creo pierdes mucho texto en cosas que podrían entenderse sin necesidad que las escribieras. Esa es la sensación que me trasmite, como una oportunidad perdida para resaltar tu historia, que tiene una buena base con tu héroe dispuesto a luchar por el rey del lugar y el campesino de escudero, pero le falta esa tensión, un problema, un mayor escollo que ponga en apuros al protagonista. Demasiado fácil para Erim, significa demasiado plano para el lector, sin tensión, sin expectativas de que el escrito termine en un suspiro para quien lo lee.

    Todo esto está dicho desde un punto de vista personal y no tiene mayor trascendencia, el lograr ese punto de emoción se logra escribiendo y leyendo en abundancia, todos hemos sufrido errores y aciertos, es cuestión de seguir perseverando, pues cada persona es un mundo y cada lector tiene sus exigencias. Es imposible contentar a todos y siempre existirá la crítica que te permitirá seguir progresando.

    Aún así, valoro lo que vale tu esfuerzo por crear esa historia y te agradezco la oportunidad de haberla leído, te animo igualmente a seguir escribiendo. Un saludo.

    Escrito el 17 enero 2019 a las 08:55
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, Cesar Henen.

    Coincido en el comentario de Leosinprisa. La idea es buena, pero creo que no está del todo bien desarrollada. Te detienes mucho en escenas que no son muy relevantes, y la parte de tensión, que es la lucha contra el dragón, se soluciona en un par de frases. ¿Tan fuerte es Kaem que lucha con dragón y acabe con él en unos minutos? Imagino que estas montañas estarán un poco lejos de las tierras del señor, entonces, sino tiene caballo, habrá tenido que ir andando, ¿no tiene heridas de la batalla?

    La incorporación del campesino me gustó, aunque su entrada me pareció un tanto forzada, y su salida mucho más. Me ha parecido un poco una excusa que ha buscado el autor para que el señor de las tierras le de alguna recompensa.

    Sobre las palabras que debían aparecer, sombra y dragón me parece que están bien metidas, pero baraja, a mi parecer, está bastante forzada: “Kaem estaba sentado a la mesa de su castillo junto a un pequeño número de vasallos con los cuales jugaba baraja.” ¿Qué es jugar baraja?

    Espero que no te tomes a mal mis comentarios. Esto es solo mi opinión, e igual otra persona piensa completamente diferente a mí.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 22:14
  3. 3. kirjanik Maya dice:

    Hola, Caesar.

    Coincido con los comentarios anteriores, es una buena historia, solo te faltó un poco de drama, ponérsela un poco difícil a nuestro héroe Erim, como en la vida real, no todo lo obtenemos fácil, hay que sudarla un poco, te animo si el próximo reto del taller 58 lo permite, sigas con las aventuras de Erim, en el espacio, el Inframundo, en un relato medieval o donde tu creatividad e imaginación te lo permitan, saludos y hasta el próximo taller.

    Escrito el 23 enero 2019 a las 04:32

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