Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El Dragón de Indonesia - por ramiro orjuela

El autor/a de este texto es menor de edad

EL DRAGÓN DE INDONESIA
Cuenta la leyenda que a mediados de octubre del año 1.920 en una de las 17.508 Islas de Indonesia, dos niños, Guntur y Kuwat de 10 y 5 años, jugaban a orilla de la playa cuando se vieron cubiertos por una sombra gigantesca, como cuando va a caer un torrencial aguacero. Los niños al ver que un día tan soleado se convirtió en una noche oscura, corrieron apresurados a su casa para sentir la protección de sus padres. Al verlos entrar tan afanados, como si hubieran visto un demonio, les preguntaron:
“¿qué sucede?” a lo que Guntur respondió “afuera está muy oscuro y sentimos mucho miedo”.
La familia Darmawan, una de las 6 familias que habitaban la isla hasta este momento provenían de Vietnam, bueno…únicamente los padres, pues los dos niños nacieron en la Isla de Komodo, Indonesia.
El padre de nombre Wahyu, salió de su refugio, en ese entonces los habitantes de la isla vivían en cuevas profundas y oscuras, por lo cual el padre sale a verificar por qué estaban sus hijos tan alarmados. Cuando salió vio el cielo con un sol tan radiante que no le quedó más remedio que volver a interrogarlos con más detalle.
Guntur y Kuwat salieron acompañados de su padre, como todo estaba normal, no le dieron mucha importancia al asunto y corrieron a seguir jugando, solo le contaron, que en el momento que la sombra los cubrió oyeron unos ruidos muy extraños, “como cuando el león grita”, dijeron en sus palabras.
Wahyu al oír esto, entra al refugio y le dice a su esposa: “Cahaya me temo que el dragón ha vuelto”, Ella con cara de burla le contesta: “Son habladurías de los ancianos, además el dragón desapareció hace 50 años y no se ha vuelto a saber de él nunca más”, a lo que él contestó: “El relato de los niños es muy diciente, pues el cielo se tiñó de negro en un día soleado, recuerda que el dragón a que se refieren tiene más de 40 metros de envergadura y el ruido que ellos describen es como el rugido de un dragón”.
Estaban en este dialogo, cuando entra el niño mayor llorando, en medio de sollozos y les dice: “El cielo se colocó otra vez oscuro y mi hermanito desapareció, vi algo muy grande y cuando el sol volvió Kuwat ya no estaba en la playa”.
El padre salió rápidamente y después de media hora de infructuosa búsqueda confirmó que su hijo había desaparecido.
Padre, madre e hijo se abrazaron y lloraron desconsolados, sabiendo que era imposible rescatar a Kuwat, si continuaban con su búsqueda cabía la posibilidad que otro miembro de la familia pudiera desaparecer.
Transcurrieron ocho meses después del incidente y la paz nunca volvió al hogar de los Darmawan, después de sortear una baraja de posibilidades, decidieron no abandonar a su hijo y escalar la Montaña de Jaya, la más alta de indonesia a 4.884 msnm, los pocos lugareños contaban que allí vivía el dragón que aparecía cada 50 años para llenar de terror la isla.
Los tres partieron a escalar la montaña en pleno invierno y sin más equipo que sus escasas pertenencias personales, algunos lazos y una carpa para pasar la noche.
Solo un monje vivía en la Montaña Jaya a unos 3.000 msnm sobre una pequeña planicie, en una cueva. Dice el monje que de lejos los vio pasar para nunca más volverlos a ver.
Cuenta la leyenda que el dragón jamás volvió a salir a atemorizar a los pobladores, sino que todo lo contrario, se ha convertido en una especie de protector, algo así como un Dios, ya que hoy en día casi 100 años después, es costumbre que turistas y lugareños suban hasta la planicie a 3.000 metros donde vivió el monje y desde ahí le realizan al dragón cualquier tipo de oración para su protección durante el tiempo de estadía en la isla.
Los primeros pobladores aseguran haber visto al dragón cabalgado por una figura humana que relacionan con el niño desaparecido en aquella playa.
Durante los siglos se han identificado solo dos tipos de dragones, los buenos y los malvados, este dragón de la leyenda fue único, pasó de ser malvado a ser bueno. Todos tenemos un dragón interno, que no es otra cosa que nuestros propios miedos. De nosotros depende que este dragón nos siga asustando o que por el contrario nos enfrentemos nosotros mismos a él para domarlo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. Lucy J.S dice:

    Ramiro orjuela, buenísimo relato. Tiene una gran descripción y una historia conmovedora, para cerrarla con una poderosa reflexión sobre las bestias que viven en nuestro interior. Sigue así, saludos!!

    Escrito el 18 enero 2019 a las 16:03
  2. 2. eris dice:

    Hola. Muchas gracias por tu comentario. Me ha parecido un relato bastante bueno, con descripciones que no te dejan con ninguna duda. Solo una observación, no si al escribirlo o se te pasaría al repasarlo, diálogo lleva tilde y lo pones sin ella.
    Sigue así, saludos

    Escrito el 18 enero 2019 a las 16:12
  3. 3. Jose Maria Moreno Pelayo dice:

    Buen relato sigue así practicando .un saludo

    Escrito el 20 enero 2019 a las 12:43
  4. 4. Toñi Avila (vibe) dice:

    Hola ramiro orjuela:

    Bonita enseñanza la que transmites a través de tu relato. Ágil, sencillo, fácil de leer y seguir.
    Escribes con una claridad estupenda, describes muy sutil la historia.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 23 enero 2019 a las 21:48
  5. 5. Hilda G.M. dice:

    Hola, Ramiro. Con un poco de retraso vengo a hacerte el comentario de tu relato, uno de los que me han tocado. Estoy de acuerdo con quienes te dicen que se lee fácil y que la moraleja es una gran enseñanza. El único problema que veo es que no has cuidado mucho la puntuación, tal vez por falta de tiempo para revisar el texto antes de enviarlo. Por ejemplo esto: «…vuelto”, Ella con cara de burla le contesta», donde vemos una coma que debería ser punto. De la tilde en la palabra diálogo ya te han comentado. En general, me ha gustado tu fábula, gracias por compartirla. Saludos

    Escrito el 31 enero 2019 a las 11:23

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.