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Una monada - por Maurice

Web: http://mauricenipapaian.blogspot.com

Una monada

En un país lejano, hace mucho tiempo, el reino del bosque estaba dominado por el gran Dragón. El resto de los animales, no solo eran vasallos; además le temían por su crueldad. Todos debían servir y rendirle pleitesía a cambio de que no se enfureciera, lanzando llamas por su bocaza y destruyendo todo a su paso.
En las mañanas, Monito caminaba por el bosque, disfrutando del sol y el aire puro. Salía temprano, cuando los pájaros anuncian con sus trinos la llegada del nuevo día. Ajeno a las acechanzas, mostraba su alegría corriendo, subiéndose a los árboles, comiendo de los frutos del lugar, dando alaridos y jugando con los demás animales, para quienes guardaba una profunda simpatía, sin distinción. No tenía enemigos, al menos eso pensaba. Pero se equivocaba. El lugar, más allá de la inocencia natural, tenía sus reglas. La ley imponía la sobrevivencia del más fuerte y Monito era ajeno a esta siniestra realidad.
Esa mañana le extrañó que, de repente, la voz natural de la selva quedara en silencio. Cómo si todos hubiesen callado al unísono por el estupor que causa la llegada de un peligro. Al mono se le pusieron los pelos de punta cuando escuchó a lo lejos, el gruñido inconfundible de Yogui, el oso más feroz, temido por los animales más pequeños por su apetito insaciable. Mirando a su alrededor, visualizó el cocotero que, con su tronco encorvado, se elevaba por sobre los demás árboles. En principio creyó que era su vía de escape. Corrió velozmente ─ayudado por sus largos brazos─ hasta alcanzarlo. Trepó por él, haciendo lo que mejor sabía, hasta llegar a la copa. Allí se quedó a la espera de lo que pudiese ocurrir.
Yogui arribo hasta la sombra de la palmera, y posándose con sus patas delanteras sobre el tronco, se dirigió al simio que estaba en las alturas con una voz impostada para parecer amistoso:
─ ¡Hola Monito! ¿Qué hacés allá arriba? Bajá, para que conversemos como buenos amigos ─discurso que ni él se creía.
─ ¡Nooo! ─dijo Monito, que ahora se aferraba con más fuerza a la palmera─. Ni loco hago eso. Vos me querés comer ─concluyó con vos trémula.
─No seas tonto, macaco. Eso ya pasó. Ahora debemos confraternizar. ¿Acaso no sabías del decreto que el rey Dragón promulgó hace unos días? ─insistió el oso usando la última carta que le quedaba en la baraja.
─ ¿Decreto? ¿Qué es eso?
─Dragón ha dicho que desde ayer está prohibido almorzarse a los animales más pequeños y menos fuertes que el atacante.
Aunque al simio le apreció que la disposición iba en contra de la naturaleza, igual quiso seguirle el hilo del discurso.
─ ¿Y eso, le toca a todos? ─siguió preguntando Monito a modo de prolongar la conversación.
─Por supuesto, amigo.
En ese tiro y afloje estaban, hasta que un nuevo silencio ominoso inundó la jungla, llenándose todo de quietud y falsa paz. La arboleda circundante empezó a zarandearse anunciando la llegada del gigante. Un hálito ígneo acompañado del tenebroso rugido, a la par que la tierra temblaba, indicaba la llegada del tirano. En su presencia, todos huían; todos, menos aquellos paralizados por el miedo. El oso era uno de ellos.
La pesadez de Yogui le hacía difícil la carrera, de manera que lo único factible para él era retroceder a medida que el dragón avanzaba a paso firme, rugiendo y lanzando fuego, amenazante. Desde lo alto de la palmera, Monito miraba la escena a la vez que intentaba camuflarse entre el follaje. No comprendía si lo que ocurría era bueno o malo. Solo entendía que la premura de la situación no permitía que ninguno de los abajo contrincantes, reparara en su presencia. De manera que se sentía un espectador.
Cuando la bestia mitológica parecía tener preparado su almuerzo, y Yogui suplicaba por su vida, el mono desde lo alto, en medio de una inocencia sarcástica, le gritaba:
─ ¡El decreto, recordale el decreto!

Moraleja: Muchas veces las personas, ante ciertas circunstancias, debemos tragarnos nuestras propias palabras.

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6 comentarios

  1. 1. dopidop dice:

    Buenas tardes Maurice,

    No estoy segura de no haberte leído antes, pero creo que nunca te había comentado. Esta vez me toca, pues estoy justo encima de ti, por lo que ¡allá vamos!

    Me ha resultado una lectura muy amena y sencilla, con el narrador y el tiempo verbal bien elegidos, y de una longitud correcta. Me ha encantado cómo la has ambientado como fábula, con una moraleja muy clara y afín al texto. Al final se queda un sabor agridulce entre la inocencia del pobre Monito, y el negro destino en el que se va a ver atrapado. En general veo un muy buen trabajo.

    Hay un par de cosas que me han llamado la atención:

    ¿Por qué has llamado al oso Yogui?, le quita todo lo de aterrador o salvaje que pueda tener… yo elegiría un nombre mas descriptivo, no sé, como “Gruñón”, “Comilón”, “Tripero”. O incluso “Osote” (ya que el protagonista se llama “Monito”).

    Por otro lado, creo la palabra baraja entra muy forzada. Dices que va a usar la última carta de la baraja, pero realmente solo le ha dicho que baje del árbol, no ha intentado mucho mas. Quizás es por que sé que debía salir esa palabra, pero esa frase me ha sacado del cuento.

    Gracias por compartirlo y espero seguir leyéndote por estos lares.

    Un saludo

    Escrito el 17 enero 2019 a las 16:14
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, Maurice.

    Una fábula muy sencilla y fácil de leer. Me ha resultado enternecedor la inocencia del Monito.

    Entiendo lo que quieres decir con la moraleja, pues creo que el mensaje queda claro en el relato, pero la forma en la que escribes me despistó. El oso engaña al mono con un decreto inexistente, y su mentira se descubre casi al momento, por lo que para mí, la moraleja sería que a los mentirosos se les atrapa muy pronto. Pero entiendo que también se pueda entender como tú lo escribes.

    Como mejora, al principio, entre la raya de diálogo y el parlamento del personaje nunca va un espacio.

    Esta frase me sacó de pronto de la historia: “La ley imponía la sobrevivencia del más fuerte y Monito era ajeno a esta siniestra realidad.”. Sobrevivencia me suena muy mal. No sé si en tu país se usa, pero yo pondría supervivencia.

    “En ese tiro y afloje estaban…”. Conozco la expresión “tira y afloja”, lo que has escrito no sé si será regional.

    En general, me ha parecido un buen relato, bien llevado y estructurado.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 11:57
  3. 3. Menta dice:

    Buenas tardes Maurice: Tu relato en forma de fábula me ha gustado, has cumplido con todos los requisitos y retos que se nos pedían este mes.

    Me ha gustado la frase: “la voz natural de la selva quedara en silencio”

    Hay algunas cosas que puedes mejorar:

    La siguiente frase está incompleta: “El resto de los animales, no solo eran vasallos; además le temían por su crueldad.”. Si pones: “no solo eran vasallos -tienes que explicar después- si no que además …”

    Al principio del relato empleas muchos gerundios:
    “destruyendo, disfrutando, comiendo, jugando”

    Hay dos erratas, una de ellas un acento: “arribó” . La otra, yo diría: “recuérdale” y no recordale.

    Enhorabuena por tu relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 20 enero 2019 a las 20:14
  4. 4. Montse dice:

    Hola, Maurice,

    Como los demás que te han comentado yo también me he quedado prendada del cuento, con una buena moraleja final, para redondear el relato. Me ha parecido un buen escrito, se lee con suma facilidad y en voz alta tiene ritmo y concordancia. A mi me ha encantado.
    Ya veo que te hacen algunos comentarios sobre palabras o frases que no se utilizan en castellano o bien no son correctas. Yo te apunto sobre el verbo de esta frase: Bajá, para que conversemos. Bajá no es correcto, diríamos, “baja” para que conversemos. Bueno, vaya parrafada, lo hago con la mejor intención, sé que no es fácil de corregir pues es tu modo habitual de hablar.

    Ánimo y adelante pues el relato está muy bien escrito 😉

    Escrito el 22 enero 2019 a las 22:25
  5. 5. arioMaurice dice:

    Montse, gracias por hacerme la aclaración sobre palabras que no se pronuncian así en español. Pero me das la oportunidad de explicar -y a todos los que me hicieron la misma crítica- que este vocabulario -como vos dices- se usa corrientemente en Argentina y me pareció que usarlo en el cuento es una forma de darle naturalidad a nuestra expresión coloquial. Además, este relato lo adapte de un cuento cómico argentino, de manera que transformarlo al lenguaje formal lo haría un poco “cursi” restándole un poco de gracia. Nuevamente muchas gracias.

    Escrito el 24 enero 2019 a las 03:35
  6. 6. Montse dice:

    Maurice, siendo como dices, me parece de lo más natural y perfecto para el cuento. Quizás es que al leer tu cuento no he notado esta referencia que tú me comentas. Y ya te digo, siendo así, es perfecto. Es cierto lo que dices: cambiarlo hubiera estado fuera de lugar y cursi, como dices.

    Ánimo y adelante. No decaigas por más que digamos los que leemos. Tampoco somos unos expertos, al menos, yo no. 😉

    Escrito el 24 enero 2019 a las 16:11

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