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La voz del dragón - por Montse

La voz del dragón.

Sombras gigantes, barajas de cartas, miradas furtivas, miedos escondidos . Todo eso en el ambiente del local a aquellas altas horas de la madrugada. El juego sin tregua, las apuestas cada vez mas altas y el joven inexperto no sabía cómo escabullirse del lugar.

Había participado en aquella partida ilegal por la necesidad de unos miles de euros para poder cubrir los gastos del piso en el que vivía desde hacía un par de años. El casero había subido el alquiler de una forma desorbitada y temía que en breve los desahuciaran. Su madre, una mujer de de unos ochenta años se hallaba impedida y necesitaba ayuda para todas las actividades de la vida diaria. No podía pagar a ninguna persona que la ayudara y la buena mujer permanecía sola demasiadas horas. Se veía en un callejón sin salida. No podía dejar su trabajo, a pesar de que con lo que ganaba era imposible mantener su casa. ¿Cuándo empezó aquello? No lo recordaba bien, o sí.

Su vida antes del fallecimiento de su padre había sido una vida sin lujos pero cómoda, sin necesidad de contar el dinero para llegar a fin de mes. Pero al morir su padre las cosas habían cambiado. Su madre no cobraba nada —las horas y horas de fregar en casas ajenas durante la mayor parte de su vida no se contemplaban en ninguna parte— y la pensión de viudedad era muy escasa para cubrir los mínimos.

Se vio obligado a dejar sus estudios y buscar un empleo, y sí, lo encontró, pero no alcanzaba para las necesidades más básicas. Si comían no pagaban. Y escoger entre estas dos opciones , comer o pagar, no era escoger, era pura supervivencia. Había que comer.

Volvió a la partida deseando que acabara para salir de aquel tugurio.

El minúsculo espacio se alumbraba con velas para pasar más desapercibidos a cualquier autoridad que pasara por la calle. Las sombras de los allí presentes se manifestaban en las paredes de una forma dantesca. Eran seres extraños. ¿O era la hora y el lugar lo que los hacía aparecer como seres insólitos, misteriosos, sorprendentes? ¿O quizás era él mismo, que no se reconocía a sí mismo en un entorno fraudulento, como aquél? Se sentía tan desasosegado y estuvo todo el tiempo tan ensimismado que no supo cómo acabó todo aquello: De pronto se había oído una voz potente, vigorosa, sobrehumana. Una voz que hizo temblar a todos los allí presentes; aquella voz se alzó por encima del murmullo sobresaltado que se produjo en el habitáculo como si hubiera hecho su aparición un enorme dragón dispuesto a engullir a todos los allí presentes.

Pensó en su madre, si es que en esos momentos alguien podía pensar.

Montse G.

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6 comentarios

  1. 1. Bea dice:

    Hola Montse:

    Tu relato me ha gustado mucho. Desgraciadamente la que describes es una situación tan sumamente familiar de ver en estos tiempos que corren…
    Me gusta mucho la forma en la que nos haces a los lectores, partidarios de tanto el pasado como el presente del hijo y su madre, mediante esas descripciones tan logradas.
    En cuanto al final, me ha gustado pero me ha faltado más impacto o sorpresa. Me hubiera gustado más que pasara algo con ese dragon que nos describes al final.

    Por lo demás, como ya te digo, el relato me ha gustado mucho.
    Si te apeteciera pasarte por el mío, estoy en el 110.

    ¡Felicidades,nos leemos!

    Escrito el 18 enero 2019 a las 20:25
  2. 2. marazul dice:

    Hola Montse:
    Tu relato tiene dos partes bien diferenciadas. La primera es una presentación, una explicación del porqué el chico se encuentra en aquel lugar -una realidad triste. La segunda, completamente diferente, ambientada en el tugurio. Trasmites muy bien la
    incomodidad del chico en ese
    ambiente que no es el suyo. El final es un poco rápido pero realista. El lector imagina que la policia es “ la voz del dragón “ Muy mala suerte tiene tu protagonista que la desesperación lleva a empeorar las cosas.
    Encantada de leerte Montse
    Saludos

    Escrito el 19 enero 2019 a las 11:59
  3. 3. Montse dice:

    Gracias Bea y marazul por vuestros comentarios. Las dos habéis dado en el clavo.
    Bea quizás ese final es algo precipitado y sin más aclaraciones, pero la verdad es que al llegar ahí, pensé que el relato estaba acabado, alargarlo a mi modo de ver lo hubiera desfigurado. Por otro lado es lo que salió y es hasta donde llegó.

    Marazul, lo mismo. Y…vaya, sí, claro que la voz del dragón es la policía. Nada original por cierto pero te digo igual, no quiero forzar los escritos pero lo tengo que intentar si quiero algo más de profundidad.

    Gracias!;-)

    Escrito el 20 enero 2019 a las 10:30
  4. 4. Menta dice:

    Buenas noches Montse: Me ha gustado tu escrito por tu manera clara y precisa de narrar.

    Solo decirte una cosa. En este tipo de escritos hay que seguir el esquema clásico de: presentación, nudo y desenlace. La parte de la presentación está muy bien y también la del desenlace. Pero te ha fallado la parte del nudo. Deberías inventarte para esta parte un conflicto potente que se resuelva en el desenlace. Este daría fuerza al escrito.

    Espero haberte ayudado. Un saludo, Menta

    Escrito el 24 enero 2019 a las 23:16
  5. 5. Montse dice:

    Gracias, Menta por tu comentario tan acertado. Estoy de acuerdo.

    Saludos 😉

    Escrito el 24 enero 2019 a las 23:58
  6. 6. dopidop dice:

    Hola Montse,

    He pasado por aquí a devolverte la visita, y me he encontrado con un relato que me ha llamado mucho la atención.

    Me gusta mucho como nos metes en la piel del pobre protagonista, que está en una situación tan real en estos tiempos que corren, que es muy fácil de entender y de empatizar con él.

    Es genial la forma en la que describes como se siente, y como piensa, pero tengo un problemilla con el final, ya que viene demasiado de sopetón, como bien dice Menta, a mi parecer falta un poco de “chicha”, contarnos que va ganando, que tiene miedo de que le timen, que le ha cogido un poco de “tirria” al señor que no hace mas que chasquear la lengua…

    De todos modos es agradable de leer y la verdad que se nota el trabajo que lleva. Gracias por compartirlo.

    Nos seguimos leyendo por aquí.

    Un saludo.

    Escrito el 25 enero 2019 a las 12:25

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