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LOS CÁNIDOS - por Pánfilo Gil

– Mujer, se aproxima la hora de la llegada de los animales, hay que prepararles la comida- dijo el hombre con las manos dentro de los bolsillos y mirando hacia la puerta.
– Claro, estoy en ello, jamás olvido mi tarea- respondió la mujer desde mientras montaba una olla en la estufa.- Esos bichos cada día comen más, o se le aumenta la ración o no se les alimenta-remató la mujer saliendo de la cocina.
– Está bien- dijo el hombre y siguió – Le aumentaremos la ración, porque ellos son nuestros protectores de los ataques indiscriminados del hampa despiadada.- Debemos cuidarlos con mucho esmero- finalizó el hombre sentado en un sofá.
La mujer asintió saliendo al Jardín a regar sus plantas, una de sus pasiones, la otra los animales tenía aves, gatos y perros.
La tarde declinaba, una fría brisa la hacía muy agradable. Las luces encendidas de la calle anunciaban la llegada de la noche.
En el fondo de la calle aparecieron los tres, caminaban lentamente uno al lado del otro seguidos por tres largas sombras, husmeando, tanteando el territorio. El color del pelaje los diferenciaba, la robustez los asemejaba. Su presencia producía rechazo y temor en los residentes de la calle; debido a su presunta ferocidad. Nadie osaba molestarlos
El blanco destacaba ante el negro y el marrón. La caminata terminó frente a una casa blanca – todas las casas de la cuadra eran blancas- se echaron mirando hacia la puerta como esperando que se abriera.
La mujer de nuevo en la cocina, miró a través de la ventana las fieras echadas frente a su casa, quería terminar pronto con la comida para irse a jugar barajas con sus amigas.
– Juan la comida está lista, por favor, aliméntalos dijo la mujer al marido, sosteniendo entre sus manos una palangana humeante con un delicioso contenido.
– Muy bien María, ya voy- dijo el hombre que se levantó del sofá para tomar la palangana que la mujer le ofrecía.
Aquí les traigo una apetitosa cena preparada especialmente para ustedes por mi esposa- les habló el hombre a los animales. Los tres salieron al encuentro del hombre moviendo la cola. Con voracidad consumieron el contenido de la palangana. Después se echaron nuevamente pero con una actitud más distendida.
Han pasado tres años desde que los tres aparecieron por primera en la cuadra. Su procedencia era todo un misterio.Lo único que se sabía era que llegaban en la noche quien sabe de donde, se marchaban en la mañana hacia rumbo desconocido.
Los moradores se dedicaron a buscarles alguna debilidad para someterlos, luego de muchas pruebas concluyeron que, no le temían a nada. Acaso ¿eran inmortales, extraterrestres o una mezcolanza extraña de cánidos?. Algunos creían que eran unos híbridos demoníacos. Su comportamiento arisco los hacía intratables. Juan era el único ser humano de la cuadra que socializaba con ellos; tal vea porque los alimentaba o era amante de los animales.
Con cierta desconfianza fueron aceptados poco a poco, que eran considerados unos moradores más. El misterio de su procedencia se incorporó como un elemento folclórico en la historia de la comunidad.
Llegó la navidad, esa época del año en que las personas se muestran más solidarias, más generosas dejan de ser perdonavidas y parecen clementes. Las preocupaciones se arrinconan y el disfrute es la esencia del momento. Por las tardes la calle se llena de música, personas algarabías y de luces de diferentes colores, donde el rojo es el que se sobresale.
Los tres cánidos no han aparecido desde unos cuantos días, acontecimiento que alarmó a los moradores. Así como aparecieron desaparecieron. Su ausencia produjo las más diversas conjeturas; una de ellas que le temían al color rojo de las luces.
La tristeza y la preocupación anclaron en la casa blanca de Juan y María, porque tal vez nunca mas volverían a ver a sus extraños comensales, que parecían perros, pero no ladraban.
En la iluminada y bulliciosa calle, un faquir despedía fuego por la boca cual dragón.

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5 comentarios

  1. Hola Pánfilo

    He leído tu relato y paso a comentarlo por ser tu vecina de arriba.

    La verdad es que echo en falta algo de acción. Esos tres personajes que aparecen y desaparecen misteriosamente tendrían que hacer algo especial antes de desaparecer, algo que diera de qué hablar a todo el pueblo. Si no, el relato queda demasiado plano.

    De todas formas, esto no es más que una opinión…

    Saludos

    Escrito el 17 enero 2019 a las 18:09
  2. 2. M.L.Plaza dice:

    Hola Pánfilo.
    Interesante relación entre humanos y cánidos.
    Me ha llamado la atención que dices que los humanos los alimentan porque los perros los protegen del hampa, pero luego describes un pueblo muy tranquilo que solo parece despertar con las luces de Navidad. Tal vez tendrías que mostrar más la violencia en el pueblo, o que es un temor sin fundamento.
    Me ha gustado leer un relato tan original.
    Saludos

    Escrito el 20 enero 2019 a las 23:19
  3. 3. Cide Hamete dice:

    Buenas tardes
    He leído su cuento con atención y lo primero que le diría es algo que todos solemos dejar de lado: cuando termine de escribir un cuento mándelo a la nevera, déjelo reposar un par de días y vuelva a leerlo con tranquilidad. He hallado varias faltas de concordancia y repeticiones que podrían haberse evitado con una lectura reposada.
    Por ejemplo: En la segunda frase aparece “la mujer” dos veces cuando vemos que es ella la que está hablando en contestación a su hombre. Y creo que sobra la coma detrás de “más” ya que esa “o” sirve de unión de las dos frases relacionadas.
    En la tercera frase se repite “el hombre” al igual que en la frase anterior.
    Un poco más abajo se dice que se pararon ante “una casa blanca” y que todas eran blancas, no aporta ninguna información sobre la casa ante la que se pararon. Y no sabemos si es la casa de nuestros protagonistas, hasta que la mujer lo dice. Y más adelante la historia nos comunica que sólo el marido se relaciona mínimamente con ellos. Y al final vuelve a repetirse lo de “la casa blanca”, me parece una redundancia evitable.

    Espero que mis comentarios no le molesten, sólo intento que todos aprendamos algo y, por supuesto, todos cometemos errores

    Cide Hamete Benengueli

    Escrito el 24 enero 2019 a las 13:13
  4. 4. María Esther dice:

    Hola Pánfilo, he leído tu relato, sin dificultad, vas narrando y describiendo los hechos,pero como dice Paola falta acción.
    Tiene suceder algo que lleve a la acción para que la situación cambie.
    También falta información, porque el faquir queda como colgado. Creo que la intención tuya fue hacer un relato algo misterioso, pero le faltó tiempo quizás.
    Sigue trabajando, no desistas.
    Saludos

    Escrito el 25 enero 2019 a las 14:43
  5. 5. MOT dice:

    Hola Pánfilo.
    Más o menos estoy de acuerdo con lo que ya te han comentado los compañeros. Personalmente creo que los párrafos están demasiado cargados, son muy densos, pero es que a mí me gustan más livianos y que no hagan la lectura tan pastosa, por decirlo de alguna manera.
    Respecto a los diálogos, creo que podrías echar un vistazo al tema que, aquí en LITERAUTAS, está muy bien explicado.
    Saludos

    Escrito el 25 enero 2019 a las 19:47

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