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UN PUEBLO DORMITORIO - por Baltasar Martín Iglesias

UN PUEBLO DORMITORIO

Lamento, lamento de veras la mala sombra del tipo ese al que llaman Magno (nombre que cuando lo oí me pareció no poco pretencioso) y que por desgracia me ha tocado de vecino. El caso es que, cuando ocupé la casa que había comprado un par de meses antes, vino a saludarme y ponerse a mi disposición. Sin embargo, días después echaba sobre mi jardín los restos de la poda de los rosales trepadores que tenía el suyo.

En seguida me di cuenta de que su visita, más que un pacto de buena vecindad, presentaba visos de romper la baraja, sin que siquiera hubiera por mi parte comenzado el juego. No sé, no sé qué pudo ver en mí o qué es lo que pude decir. Creo que ninguna otra cosa que no fueran las normales de un primer saludo entre vecinos: pura cortesía.

Pero yo he venido aquí, lejos de para enredarme en trifulcas vecinales, en busca de la paz que perdí en la ciudad con la muerte de Ana; en busca de aires nuevos, lejos de aquellos muros cargados de recuerdos, para recordarla, sí, pero lejos de aquellas paredes que encierran demasiadas cosas, demasiada felicidad…Para tratar de ir pegando todos esos añicos que hoy componen mi vida. O no, yo qué sé y qué más me da si la compongo o no…

El pueblo es un pueblo grande. De esos que llaman «dormitorio», crecidos hasta la exageración alrededor de la gran ciudad, ignoro si con orden o no; ni me importa. Hubiera preferido que fuera más pequeño, de esos que van hundiéndose poco a poco, como los de mi Vieja Castilla, porque sus antiguos dueños han preferido la ciudad. «Aquí no hay vida. ¡Y nuestros hijos…!», dicen.

Pero en este estoy más cerca de un trabajo que ya no quiero hacer, pero que no me queda más remedio que seguir controlando, aunque para mí haya perdido todo el interés… ¡Y pensar con qué ilusión lo emprendí! Me gustaba. Y por ella, porque no le faltara de nada. Ahora todo me da igual. Por subsistir, pues noto que cada vez son menos las necesidades que tengo, pero he de continuar, sí, qué remedio. Por subsistir.

Hace calor. Los gorriones reposan en la alambrada con el pico abierto, ahuecando las alas. Con un vuelo perezoso han huido cuando he abierto la verja para ir a la piscina. Ni iba a bañarme ni tengo intención de hacerlo pese al bochorno, pero no había vuelto por allí desde que me la enseñaron cuando compré la casa, y sentí curiosidad. No hubiera ido de haber sabido que había una señora bañándose, pero la piscina está medio escondida en un ángulo de la tercera y última parcela.

Me disculpé. Me dijo que no tenía por qué y me preguntó si era el nuevo vecino. Nos presentamos. «Soy la mujer de Magno», dijo. Julio, contesté estrechándole la mano. Es una bonita mujer. Me pareció mucho más joven que él y que no la merecía, pero quise desechar inmediatamente el fugaz pensamiento, mientras observaba con curiosidad, por la perfección, el tatuaje de un dragón en su brazo derecho. Pensé luego que, por el contrario, Ana y ella se hubieran hecho amigas, a pesar de la diferencia de edad; incluso de Magno. Me despedí.

El recuerdo de Ana en la piscina, relacionándolo con todo aquello,me produjo una inquietud que me tuvo postrado buena parte de la tarde, dándole vueltas a cómo aquel maldito cáncer me llevó en solo unos pocos meses a aquella gran mujer. Suele decirse que «al lado de un gran hombre hay una gran mujer». La frase no me vale ni aun dándole la vuelta, porque yo no fui grande, y lo poco que hice fue por ella. Con este pensamiento he salido de casa porque me diera el aire; a patear un poco este pueblo grandote en el que vivo y en el que he visto por primera vez esa Plaza Mayor, con su sabor a origen, esa Gran Avenida con su olor a nuevo, a ensanche, a «dormitorio»…

Creo que a Ana le hubiera gustado vivir aquí. Descansaría ahora en ese cementerio, al que me he asomado, y yo podría visitarla cada tarde.

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8 comentarios

  1. 1. guiomar de zahara dice:

    Hola Baltasar, ante todo felicidad, paz y salud para todos los próximos años.
    De tu relato, te diré – y no quisiera ofenderte – que en mi opinión te ha faltado una última revisión EN VOZ ALTA.
    Hay algunas imperfecciones en el lenguaje, repeticiones de palabras, que se pueden sustituir por sinónimos, pequeñas cosas para hacer más fluida la lectura.
    Tu relato cuenta una triste historia y se entiende bien.
    ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 17 enero 2019 a las 16:28
  2. 2. María Jesús dice:

    Hola Baltasar: Tu relato me ha gustado mucho. Representas una escena nostálgica, la perdida de un gran amor que siempre evoca mucha tristeza. Veo que has introducido de primeras al vecino Magno y parecía que iban a ir por ahí los tiros, pero le has dejado de lado para recrear la pena del protagonista. La irrupción de la esposa de Magno queda un poco en el aire, pero por lo demás el texto está muy bien escrito.
    Un saludo desde el 107.

    Escrito el 20 enero 2019 a las 13:51
  3. 3. isan dice:

    Hola Baltasar:
    Estás entre los tres siguientes a mi relato, por lo que me toca comentarte, cosa que hago con gusto. Te comento primero alguna cosilla de forma que para mi gusto cambiaría. Luego tú decides.
    “…ninguna otra cosa que no fueran las normales…” Creo que mejor “que no fuera lo normal” en singular ya que “cosa” así está.
    En el tercer párrafo pones punto y coma después de Ana, luego cambias a coma después de la palabra nuevos. Le iría bien otro punto y coma. Incluso después de los puntos suspensivos que están pegados a la siguiente palabra.
    “El pueblo es un pueblo grande. Dos pueblos en una descripción. Yo miraría otra acepción (población, municipio, lugar, etc.). En el siguiente párrafo se repite dos veces “por subsistir”. Puede ser que lo hayas hecho con intención de recalcar el motivo, pero me ha chocado.
    “. Es una bonita mujer.” El presente del verbo choca con el pasado de los demás de la narración (me dijo, contesté, me pareció…)
    “…Pensé luego que, por el contrario, Ana…” No entiendo la intención de poner “por el contrario”.
    “…relacionándolo con todo aquello,me produjo…” Poner espacio después de la coma.
    “…he salido de casa porque me diera el aire…” Ese “porque debe ir separado. Mejor que mi explicación, te mondo el enlace a la RAE: http://www.rae.es/consultas/porque-porque-por-que-por-que. Ante la duda, se puede sustituir por “para que”.
    El comienzo del relato pintaba muy distinto a como después se ha desarrollado. Parecía que los restos de poda traerían más juego.
    La estructura del relato está muy lograda. Un lenguaje cuidado Es muy emotivo y describes perfectamente la apatía del protagonista. Has sabido trasmitir cómo siente la pérdida de su pareja. El narrador en primera persona es la figura que encaja mejor en esta historia.
    Un relato que me ha gustado mucho, por lo que te felicito.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 21 enero 2019 a las 18:46
  4. 4. Baltasar dice:

    Hola a guiomar, a María Jesús y a Isán: Gracias por vuestra lectura y comentarios, correctísimos y que os agradezco, a los que no he podido contestar antes por causas ajenas a mi voluntad.

    Mi más cordial saludo.

    Escrito el 28 enero 2019 a las 19:28
  5. 5. Susana dice:

    Hay gran tristeza y la desolación de un ser tan querido, en el recuerdo más íntimo, tal es esa sensación que me la has transmitido, Baltasar. La piscina no puede ser más fría, no inspira a Julio a bañarse ni al menos a refrescarse pues no quiere hacer a un lado el dolor. Quiere vivirlo intensamente. Me ha gustado mucho tu relato, aunque me ha puesto triste.

    Escrito el 31 enero 2019 a las 00:07
  6. Baltasar:
    Concuerdo plenamente con las observaciones positivas que te hacen otros, como que representas una escena nostálgica, la perdida de un gran amor… Que el relato es muy emotivo y describes perfectamente la apatía del protagonista, que has sabido trasmitir cómo siente la pérdida de la pareja. 

    No estoy de acuerdo con las críticas que te hacen por unas repeticiones que a mí no me parecen incorrectas ni feas. A saber:
    1. En busca de…. en busca de …
    Vale repetir, con el sentido de hacer énfasis; muestra que es una búsqueda desesperada.
    2. El pueblo es un pueblo grande.
    Es lícito repetir así, para ponerle énfasis al objeto que se describe: el perro era un perro furioso – su tristeza era una tristeza profunda
    3. Por subsistir, …. Por subsistir.
    Aquí, es bonito empezar y rematar el párrafo con la misma frase. La última enfatiza la primera.
    4. en el que vivo y en el que he visto
    Quizás aquí pueda evitarse la repetición; decir, por ejemplo “en el que vivo y donde he visto”.

    Saludos.

    Escrito el 31 enero 2019 a las 00:51
  7. 7. Baltasar dice:

    Gracias, Susana. No sabes cómo agradezco tus palabras. Ni lo había visto. Después de estas semanas sin hacer nada, tenía tanto por hacer…Y tengo.

    Escrito el 31 enero 2019 a las 20:35
  8. 8. Baltasar dice:

    Hola, Carlos Jaime:
    Muchas gracias. En efecto, es énfasis lo que buscaba. Me lo pedía el tema, el personaje y me gusta que lo hayas sabido ver. Te lo agradezco.
    Un cordial saludo.

    Escrito el 31 enero 2019 a las 21:54

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