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La partida de caza. - por V. Arenas

Le gustaba imaginar la vida como un juego de cartas. Tiburón era un depredador. Gozaba contemplando la derrota en los ojos de quienes tenía en frente. El olor de la presa, el sabor de su sangre, la sensación de la carne de otro ser entre sus dientes. Cada cacería era como hacer una apuesta, una apuesta en la que solo perdían los demás.
Pero ahora no le bastaba con ganar. Quería riesgo, buscaba riesgo. Necesitaba sentir la proximidad de la derrota. Cada vez ansiaba más, más, ¡más! Su mundo se había quedado pequeño, y decidió salir a explorar.
La sensación de jugar con una baraja en blanco, sin saber lo que le iba a tocar, sin saber ni siquiera cómo se jugaba a este juego.
Nuevos olores, nuevos sonidos, nuevos sabores, nuevas presas.
Pero… todo seguía siendo igual. Conocía la expresión del rostro de sus cacerías. Podía cambiar el color de los ojos de sus víctimas, la manera en que la vida se marchaba de sus cuerpos, más o menos rápido. Pero en realidad, todo era igual.
Y de este modo, buscando encontrar algo más, fue como llegó a ese lugar. Nada a su alrededor parecía diferente. La misma luz, las mismas formas bajo el agua. Y aún así, Tiburón lo sabía. Sentía que había llegado al verdadero reto que tanto tiempo llevaba necesitando. El instinto, en el que tanto confiaba, se lo decía.
Su poderoso olfato captó un nuevo aroma. No era capaz de reconocerlo, no le recordaba a nada que hubiera percibido antes. Y lo siguió, siguió ese rastro poseído por el deseo de dar con el origen. Nunca había sentido tal impulso.
Un borrosa figura empezó a distinguirse frente a él. Al principio, creyó ver el caparazón de una tortuga. Pero no podía ser solo eso. De allí procedía ese olor embriagador. ¿Qué era aquello? Cuanto más se acercaba, más imposible le parecía. Y entonces, por primera vez en su existencia, cayó sobre Tiburón la pesada sombra de la duda y, por un instante, no supo qué hacer. Pero antes de poder pensar, ya era tarde: de esa coraza, que de lejos parecía pequeña, no emergió la cabeza de una tortuga, como las que tantas veces había devorado. Unos ojos brillantes y unas feroces fauces le sonrieron. También Dragón llevaba mucho tiempo esperándole. Y Tiburón sí que supo entonces lo que debía hacer. Por fin había encontrado lo que buscaba, por fin podría saber lo que era el miedo. Y perdió, como nunca antes lo había hecho.
Porque a veces, solo cuando se pierde, se gana.

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8 comentarios

  1. 1. Selene dice:

    ¡Hola!
    Acabo de leer tu fabula, y la verdad es que en general me ha gustado. Transmites muy bien el mensaje, y el mensaje es sencillo, pero una buena lección, a mi parecer el punto más importante de una fábula. El pobre Tiburón habrá aprendido bien lo que es el miedo. Es fácil imaginarse al Dragón sonriendo con malicia, engañando al Tiburón.
    Como parte mala, lo único es la transición entre la explicación del aburrimiento del Tiburón a su enfrentamiento con el Dragón, la parte de : “Y de este modo, buscando encontrar algo más, fue como llegó a ese lugar.” Se pierde algo de detalle, y rompe con el ritmo. Yo quizá hubiera dicho algo similar a : “Y nadando entre su aburrimiento, fue a buscar la nueva experiencia” .
    Por la parte de ortografía yo no he encontrado nada. En resumen, una buena fábula.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 12:15
  2. 2. Víctor Alverdi dice:

    Me gustó como describes la frustración de tiburón al no tener retos y querer buscar nuevos y me imagino cómo fue la batalla final con el dragón. Buen relato, saludos.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 16:44
  3. 3. IreneR dice:

    Buenas, V. Arenas.

    Me ha gustado mucho tu relato. Creo que has sabido llevarlo muy bien, y el aburrimiento y frustración del tiburón quedan muy bien descritos.
    Estoy de acuerdo con la apreciación de Selene en la transición del relato, y he visto un pequeño fallo: “Un borrosa figura empezó a distinguirse frente a él.” Una borrosa figura.

    Un buen trabajo, te felicito.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 18 enero 2019 a las 18:25
  4. 4. Cristian Ovalle dice:

    Hola V. Arenas,

    Muy buena fábula. El mensaje es interesante y la construcción de texto es fluida y fácil de comprender, por lo cual yo quitaría la moraleja del final pues se intuye que es lo que deseas transmitir.

    Repites sensación en el primer y tercer párrafo, y en un relato corto no es muy saludable repetir la misma palabra tan pronto, máxime cuando es una palabra clave en la construcción del personaje.

    Me gustó leerte.

    Cristian del 25.

    Escrito el 21 enero 2019 a las 00:50
  5. 5. ortzaize dice:

    huf relato interesante,
    la borrosa figura, es lo que habremos visto casi todos ya que es claro, a mi personalmente me ha gustado.

    Escrito el 21 enero 2019 a las 10:50
  6. 6. M.L.Plaza dice:

    Hola V. Arenas.
    Gracias por leer mi texto y por tu comentario.
    Me ha parecido muy interesante tu relato sobre el tiburón suicida.
    Yo no estoy tan segura de que en un enfrentamiento el dragón sea el vencedor; el tiburón es más ágil y taimado. En el agua el fuego, el gran arma del dragón, no sirve.
    Solo he visto, hacia el final, un problema con el uso del tiempo. Primero dices: “Pero antes de poder pensar, ya era tarde” y a continuación:” Y Tiburón sí que supo entonces lo que debía hacer”. Las frases me parecen contradictorias. Y lo de dejarse matar por deber me parece raro en Tiburón.
    Ha sido un placer leerte.
    Saludos

    Escrito el 22 enero 2019 a las 16:28
  7. 7. Pilar dice:

    Hola V. Arenas

    Muchísimas gracias por tu comentario en mi texto, un poquito más arriba. Incluiré tus sugerencias para llegar a la versión última y mejorada.
    Y ahora, a por el tuyo:

    1. El título. ¡Lo siento! pero “Partida de caza” me suena raro; ya sé que no son sinónimos, pero me resulta reduntante. Simplemente, “La caza”.

    2.”Necesitaba sentir la proximidad de la derrota”: Posibilidad de la derrota.

    3. Creo que imprimes muy bien la desmotivación de Tiburón con esos ecos en las frases a lo largo de todo el relato. Por ejemplo: “Cada cacería era como hacer una apuesta, una apuesta en la que solo perdían los demás.” Por eso, a mí no me sorprende que se haya dejado ganar tan fácilmente: necesitaba sentir en su propio cuerpo lo otros sentían entre sus dientes, aunque eso significase su muerte. ¡Qué retorcido y morboso, este Tiburón!
    4. Me ha gustado también porque es muy gráfico, apenas contiene “paja” y vas directo al grano, describiendo sensaciones e intenciones, especialmente al principio.

    ¡Enhorabuena y hasta pronto!

    Escrito el 23 enero 2019 a las 12:24
  8. 8. Josè maría dice:

    Hola V.Arenas me ha gustado tu relato,solo veo un pequeño fallo, que de seguro habrá sido una jugada del teclado, un borrosa figura,una borrosa figura .
    Un saludo y espero el siguiente ,mi relato es el 85

    Escrito el 25 enero 2019 a las 16:46

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