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What the fuck...? - por Jose Luis
La sombra se cernía silenciosa sobre las húmedas calles y unas pocas farolas mal puestas no lograban disiparla. Acababa de llover una tromba de agua pero los dos ratoncitos seguían sintiéndose incómodos transitando por aquella zona de la ciudad, famosa por su violencia. No les quedó otro remedio que pasar frío y atravesar a pata aquel infame barrio para retornar a su morada, puesto que habían perdido el autobús. Para colmo, hasta sus teléfonos se habían quedado sin batería.
Entonces sucedió lo que siempre sucede cuando se tienen las peores cartas de la baraja en la mano: saliendo por un callejón lateral, una banda de malhechores hizo acto de presencia para amedrentar a los pobres ratones. Las fuerzas no podían estar más desequilibradas, puesto que aquella banda estaba compuesta por grandes lobos de pelaje negro: cinco malcarados en total.
El que parecía más grande y salvaje sacó un enorme cuchillo dentado. Apuntó con él a los ratones, que temblaban de frío, y ahora también por el miedo.
—Supongo que sabéis lo que toca…
En efecto, los ratones ya lo sabían perfectamente (no era su primera vez) y no pusieron pegas. Sacaron el dinero y las cosas de valor y ya iban a entregárselo mansamente al jefe de la banda cuando se escuchó un grito atronador:
—¡Alto ahí!
Los lobos se quedaron de piedra; no sabían muy bien de dónde procedía aquella orden tajante. Entonces, saliendo de entre las sombras, un grupo de cuatro conejos se dejó ver.
—¿Quiénes sois vosotros? ¡Largaos de aquí y meteos en vuestros asuntos, antes de que os hagamos daño! —amenazó el líder de los lobos.
La pinta de los conejos, de color blanco, era para verla. Parecía que hubiesen copiado la idea a ciertos héroes de media concha. Cada uno portaba en la cabeza una bandana de color diferente, y hasta estaban equipados con armas distintivas. Uno llevaba una espada katana, otro giraba con habilidad unos nunchakus, el siguiente se apoyaba en un largo cayado, y el último tenía en cada pata una daga japonesa llamada sai. Se asemejaban a unos justicieros salidos de alguna película de acción de ninjas.
—Lamentaréis haber aparecido por aquí —manifestó quien parecía liderarlos, el espadachín de la bandana azul, mientras agitaba su espada con habilidad.
A estos conejos no les gustaba negociar; eso quedó claro desde el principio: se abalanzaron sin más sobre sus enemigos. Pero lo que les faltaba de diplomacia lo compensaron de sobra con sus conocimientos en las artes guerreras. Los lobos creyeron que tenían cierta ventaja por ser más grandes y fuertes que los conejos, pero enseguida se notó que estaban equivocados y que no eran más que unos pringados. Mucho ladrar, pero poco morder…
Versados en la técnica del dragón, los conejos dieron buena cuenta de la banda de lobos mientras los ratoncitos, admirados, se ufanaban de su buena suerte.
Uno de los lobos trató de pegar un puñetazo al de los nunchakus, pero este se apartó justo a tiempo para que pasara de largo y recibiera una patada en el culo que lo estampó contra una pared. Otro lobo sacó una navaja y se disponía a rajar al del cayado cuando este lo atizó con dicha arma y lo mandó de cabeza a un cubo de basura. Dos hicieron equipo para ir contra el conejo de las dagas, pero este pegó un brinco, hizo un tirabuzón en el aire, y luego pateó al mismo tiempo ambas cabezas de lobo, dejándolos inconscientes. De este modo, al final ambos líderes se quedaron a solas para enfrentarse el uno al otro. Antes de atacar, se estudiaron mutuamente durante todo un tenso minuto. El lobo tenía su largo cuchillo dentado, pero el conejo sostenía una katana… Debió pensar que era demasiada ventaja contra su rival por lo que, sonriendo con menosprecio, el conejo arrojó lejos su espada y retó al lobo a que viniera a por él.
—¡Maldito conejo, te arrepentirás de haberte quedado desarmado! —gruñó el lobo, con el orgullo herido, al tiempo que arremetía contra el conejo.
Antes de que el lobo pudiera pincharlo, el conejo pateó la garra que sostenía el cuchillo, enviando el arma lejos de su alcance. Acto seguido, el conejo propinó un par de buenos puñetazos al lobo y lo dejó fuera de combate.
—¡Gracias por defendernos de esos facinerosos! —exclamaron los ratones, tan agradecidos.
—Ha sido un placer —dijo el jefe de los conejos—, pero resulta que este es nuestro territorio, de modo que ya estáis apoquinando…
¡Hola, José Luis!
Tenía ganas de volver al taller. Mi compromiso personal es no enrollarme, así que vamos al grano.
Tu historia me ha gustado, tiene acción y giro final, y no es fácil en tan pocas palabras. Quizá el giro me lo estaba viendo venir, no sé muy bien por qué. Quizá es porque ya conozco tu pluma y sé que a la vuelta de cada relato hay una sorpresa… 😉
No me voy a meter con tecnicismos de puntuación porque creo que está muy bien escrito, y más allá de esta palabra (exclamaron los ratones, tan agradecidos | me sobra el tan) no veo mucho más que una lucha particular que tengo yo con los conectores, las acotaciones de tiempo y cortar cualquier palabra que considero que entorpece las escenas de acción de forma innecesaria porque no aportan significado específico y las ralentizan.
Te reescribo el párrafo comparándote frases para que veas de lo que hablo:
Original: Uno de los lobos trató de pegar un puñetazo al de los nunchakus, pero este se apartó justo a tiempo para que pasara de largo y recibiera una patada en el culo que lo estampó contra una pared.
Recortada: Uno de los lobos lanzó un puñetazo al de los nunchakus, pero este se apartó para que pasara de largo y recibiera una patada en el culo que lo estampó contra una pared.
Original: Otro lobo sacó una navaja y se disponía a rajar al del cayado cuando este lo atizó con dicha arma y lo mandó de cabeza a un cubo de basura.
Recortada: Otro sacó una navaja y se disponía a rajar al del cayado cuando este lo atizó y lo mandó de cabeza a un cubo de basura.
Original: Dos hicieron equipo para ir contra el conejo de las dagas, pero este pegó un brinco, hizo un tirabuzón en el aire, y luego pateó al mismo tiempo ambas cabezas de lobo, dejándolos inconscientes.
Recortada: Dos hicieron equipo para ir contra el conejo de las dagas, pero este pegó un brinco, hizo un tirabuzón en el aire, y pateó sus cabezas, dejándolos inconscientes.
Original: De este modo, al final ambos líderes se quedaron a solas para enfrentarse el uno al otro.
Recortada: De este modo, ambos líderes se quedaron a solas para enfrentarse.
Original: Antes de atacar, se estudiaron mutuamente durante todo un tenso minuto.
Recortada: Antes de atacar, se estudiaron durante un tenso minuto.
Original: El lobo tenía su largo cuchillo dentado, pero el conejo sostenía una katana…
Esta es la única en la que no he recortado nada porque creo que cada palabra tiene significado.
Original: Debió pensar que era demasiada ventaja contra su rival por lo que, sonriendo con menosprecio, el conejo arrojó lejos su espada y retó al lobo a que viniera a por él.
Recortada: Debió pensar que era demasiada ventaja contra su rival. Sonriendo con menosprecio, la arrojó lejos y retó al lobo a que viniera a por él.
He visto otra redundancia por ahí en la que ponía “Uno llevaba una espada katana”… Si te place seguir un consejo más, elige una u otra, las dos juntas no hacen falta 🙂
Y ya está. No te compongo el párrafo de nuevo porque el comentario va a quedar eterno y no quiero que te asustes. Como siempre son puras sugerencias, y, como las lentejas, las que quieras las tomas y las que no las dejas. Está estupendo como está, pero no me he podido contener. Y yo iba a ser breve…
Espero que el análisis te sea útil. Cuando se escribe bien hay que analizar a otros niveles. Son unas simples sugerencias de estilo, nada más. No quiero que pienses que el relato me ha disgustado, al contrario, me ha arrancado una sonrisa.
Me ha encantado el detalle de que los conejos formen parte de la orden del dragón, y cómo has metido las palabras del reto. Estos ratoncitos van a tener que aprender a valerse por sí mismos, porque está claro que nadie los va a defender…
Muchas gracias por pasarte a comentar mi relato con tanta prontitud.
¡Un abrazo, nos leemos!
P. D. A lo mejor me puedes solucionar una duda… ¿Sigue vigente la recomendación de comentar a los tres siguientes? No lo estoy viendo en el resto de compañeros y me extraña.
Hola José Luis!
Estoy en total acuerdo con la devolución que te envió Anael. Más allá de su comentario el relato es entendible pero se me hizo un poquito pesado.
¡Gracias por leerme!
Trataremos de seguir mejorando.
Hola José Luís:
Te comento primero algún detalle tonto que se me cruza en el camino. En esta frase: “Acababa de llover una tromba de agua pero los dos ratoncitos seguían sintiéndose incómodos transitando por aquella zona de la ciudad, famosa por su violencia.” después de agua hay un PERO que no lo veo bien puesto, como que no pega porque es contraposición a algo. No sé si me explico: Acababa de llover pero se sentían incómodos. También en esa frase “llover una tromba de agua” parece una reiteración y se podría sustituir por: Había caído una tromba de agua.
“equipados con armas distintivas” tal vez mejor sería armas distintas.
“se disponía a rajar al del cayado cuando este lo atizó con dicha arma y lo mandó de cabeza…” Cada día tengo menos claro esto del loísmo, pero me sigue sonando raro “lo atizó”. Creo que algún otro mes te lo he comentado y me respondiste lo del localismo.
El lenguaje me ha parecido muy apropiado para la escena. Se hace ameno, de fácil lectura y con buen ritmo. Crea expectativas desde el principio y tiene un final que sorprende y te deja con una sonrisa aunque, al final, los pobrecillos tienen que apoquinar.
Me ha gustado. Me ha recordado la peli de las tortugas ninja pero en conejo.
Saludos.
Hola José Luis.
Gracias por pasarte por mi texto.
Tu historia me ha parecido muy original y entretenida. Has conseguido construir una atmósfera muy adecuada al relato, esa historia nocturna y tan urbana. El final es estupendo.
Los diálogos son ágiles pero la parte del narrador en tercera persona es demasiado explicativa, y las frases tienden a ser muy largas.
Lo que no veo es la fábula y,menos, la moraleja.
Ha sido un placer leerte.
Saludos
Buenas, Jose Luis.
Me ha encantado tu versión de los Conejos Ninja, me ha pareicod muy divertida y fácil de leer.
Aunque una expresión me ha llamado la atención: “Acababa de llover una tromba de agua…”, ¿no sería caer una tromba de agua?
La parte de acción, me ha resultado un poco confusa, y no me la esperaba. Como dices: “Versados en la técnica del dragón, los conejos dieron buena cuenta de la banda de lobos mientras los ratoncitos, admirados, se ufanaban de su buena suerte.”, pensaba que ya habían acabado con ellos.
Me ha gustado el giro final que da la historia. Creo que, de hecho, si no hubiesen hecho me habrían decepcionado.
Buen trabajo. Nos leemos.
Un saludo.
Hola José luis, vaya que la hiciste buena en esta ocacion. Como por arte de magia sacaste un montón de conejos del tintero de las letras.
Al darles vida los dotastes de técnicas de pelea al estilo de los dragones ninja.
Ya me imaginaba a los ratoncitos celebrando el salvarse de los lobos, pero vaya giro que le diste al desenlace. Los pobres ratones sucumbieron ninjamente.
Te felicito y deseo que este 2019 continúe con la misma imaginación con la que lo empiezas.
Nos leemos en febrero.
Hola Jose Luis
Buen mensaje para aquellos que en su benevolencia no tienen en cuenta que no todos son como ellos.
Cuando alguien hace algo por ti, mira con recelo y sentido común, aunque a los ratoncitos no les dieran tiempo para apretar a correr
Creo que sonaría mejor eliminar la palabra llover, por caer una tromba de agua.
Cartas de la baraja en la mano. ,Mejor punto y mayúscula.
Creo de todas formas que el compañero Anael, nos da una buen lección pata tener en cuenta.
Saludos y hasta febrero
Saludos, José Luis
Muchas gracias por leer a voluntad mi relato. Estoy devolviendo las visitas.
Ya te lo hna dicho todo, así que casi no tengo nada mucho que adicionar. La semejanza con unas tortugas me fue muy obvio; pero ¿quién no llega a pensar que un conejo también es un ser inocente?
Tengo una duda sobre “por primera vez”, ya que tengo entendido que no se acepta, cuando se ha escrito una oración utilizando el sustantivo “vez”, omitiendo el artículo. Esto es incorrecto, ya que la única excepción en la que se prescinde del artículo es cuando la expresión de orden va precedida de la preposición “por” (‘por primera vez’ y no ‘por la primera vez’). Debes escribir para esta situación en particular: “No era la primera ni la segunda vez que les ocurría.”. Si nos quedamos más fieles al texto, debería ser: En efecto, los ratones ya lo sabían perfectamente, siendo que esto no les pasaba por primera vez, no pusieron pegas.
Adicional, que el uso de paréntesis no son muy usados en literatura. Cuando se hace una oración aclaratoria, puede ir perfectamente entre comas.
> el conejo sostenía una katana… Debió pensar que era demasiada ventaja … >> katana… debió pensar… * El uso de puntos suspensivos no son punto seguido, debido a que la oración está relacionada, y es una continuidad, debería de escribirse en minúscula. Solo cuando se cierra el enunciado, después de puntos suspensivos, se puede hacer uso de mayúscula.
Por lo demás, las sugerencias que te han brindado me parecen correctas. Debo decir que considero que el texto está muy bien desarrollado, tenías una clara visión de los acontecimientos. Aunque no veo la fábula implícita en la misma, debes recordar que las fábulas su moraleja se transmite a través de las virtudes y defectos de los personajes, reafirmando al final lo que ya se había escrito. Aquí la vuelta de tuerca fue sorpresa.
Lo disfrute mucho. Me alegra ver conejos en muchos textos, ya he leído sobre algunos cuantos, el mío incluso tiene uno.
Gracias por la sonrisa. ¡Nos leemos!
Hola Jose Luis
Tienes razón. En cuentos infantiles no hay por qué aburrirles o desilusionarles, aunque en esta fábula se trata de castigar a quien no tiene conciencia con los animales.En caso de que puedan leerlo si me gustaría saber su opinión.
Te cuento que el asno tiene que morir.
En un amo tan déspota, que tiene que esperar el pobre, si sobrevive.
Nos leemos en febrero
Hola José Luis,
Primero, gracias por molestarte en leer y comentar mi relato, estoy intentando devolver las visitas, ya que casi siempre me quedo sin tiempo.
A mi me ha resultado ameno de leer y muy divertido. Muy visual.
En cuanto leí lo de los cuatro conejos, me vino automáticamente a la cabeza las cuatro tortugas y ver que hacías la comparación me sacó una sonrisa que me ha acompañado todo el relato.
Yo si veo la fábula y la moraleja, y me encanta ese giro final…
y ¡maldita sea! ahora solo pienso en adorables conejos ninja…
Seguiré leyéndote por estos lares.
¡Un saludo!