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Martina - por eli

MARTINA
A Martina le gustan los arándanos, no las manzanas ni las naranjas y los sombreros grandes. Vivía aún con sus padres y se planteaba qué hacer con su vida, mientras las otras perritas hacen lo que por genética corresponde. Pasear por la sombra…)
Martina está triste pero no sabe porqué y sus vecinos le dan consejos que a ellos les han servido, sin entender la causa de tremenda tristeza.
— Pero si estas muy sana. Tienes unos dientes fuertes y el pelo brillante. Seguro que te sale una buena casa.

— Tu lo que tienes que hacer es tener cachorros y dejarte de pamplinas, que los perros no tenemos eso que tú dices, alma.
Se acercaba la tradicional comida de navidad. Todo el pueblo se volcaba en adornar el local, elegir el menú…y aunque cada cual creía que su manera de hacer las cosas era la mejor, si no la única, y siempre había riñas y malas caras, no estaba bien visto no ilusionarse con el evento.
— Otro año de aguantar, de que todos se metan en mi vida…
— Estaremos todos juntos.
— Ya ves, haciendo piña para hacerme sentir mal. Si tuviera más valor…
— ¡Qué!
— …no, nada.
Martina deseaba ser invisible en aquellas fechas y achuchar al tiempo para que pasara rápido. Que durante la comida no se hicieran chistes sobre ella y se repartiera el protagonismo entre los que lo quisieran.
— ¿Ponemos el abeto a la entrada?
— Vale —dijo Martina con ganas de irse.
— ¿Y el mantel rojo o el blanco?
— Da igual.
— ¿Cómo que da igual? ¡Implícate un poco!
— Pues el rojo.
— El blanco es más elegante.
— ¡Pues el blanco!
Su madre, como los demás, no la entendía: ¿a qué puede aspirar una aparte de un macho que le haga mamá y un buen amo?
— Un perro no piensa en esas cosas. La felicidad. ¿Qué es eso? ¡Ni que fueras un cachorro!
— Pues yo…
— Si claro, tú eres diferente, todo es poco para ti, princesa.
— No encajo.
— No lo intentas.
— Sé que fuera del pueblo hay algo más
— Lo de fuera es siempre mejor, ¿verdad? ¡Aunque sea un dragón comeperros!

El resto del año, en cuanto oscurecía no había ni un alma por las calles, pero en época navideña, lo privado es público, y las puertas dejan de funcionar.
Una silla vacía en la comida de navidad dice que no todos somos iguales, por mucho que se empeñen. Y que uno no sabe cuánto valor tiene hasta que lo usa. Pero las cartas de una baraja esparcidas sobre la mesa y el suelo dicen que no por ello va a cambiar la mayoría.
En las siguientes navidades se daría el gusto de volver por unos días y comprobaría que la distancia mejora algunos cariños, además de las navidades.

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6 comentarios

  1. 1. Felipe Sanchez dice:

    Buena idea, aunque algo confusa de entender desde mi punto de vista, yo creo que como área de oportunidad serían los diálogos, pues en primera estancia son algo confusos tuve que repasarlos dos veces para entender que personaje decía que cosa. Por lo demás buen trabajo.

    Saludos Eli.

    Escrito el 16 enero 2019 a las 19:03
  2. 2. Lucrecia Gordillo dice:

    ¿Viendo la vida a través de Martina? Creo que en el fondo todos somos un poco como ella. Bonito cuento. Amo a los perros

    Escrito el 17 enero 2019 a las 14:28
  3. 3. Un trago para ver mejor dice:

    Hola eli, me parece un poco forzada la inclusión de las palabras, pero me agrado el texto, y el personaje de martina está muy bien descripto, me la puedo imaginar casi obligada en una cena navideña totalmente fastidiosa jajajaj. Un gusto leerte, salud!

    Escrito el 22 enero 2019 a las 01:15
  4. 4. Kalopsia dice:

    Hola Eli.

    Me gusta la idea de ver la vida a través de los ojos de Martina, pero creo que la narración es confusa, principalmente por los diálogos porque no me queda claro quién habla en qué momento, no sé si es Martina u otro perro.

    Por otro lado creo que falta un poco de descripción para dar contexto y que se logre un mejor entendimiento de la historia y de la forma de ser de Martina, para saber porque se siente incomprendida y que son “esas cosas” en las que piensa y los demás no.

    Saludos y espero leerte pronto.

    Escrito el 22 enero 2019 a las 03:23
  5. 5. Piquillín dice:

    Hola Eli: Coincido plenamente con los comentarios anteriores. En los primer párrafo hay errores en el uso de los tiempos verbales,hay acciones en presente y otras en pasado. Deberían unificarse para que el relato sea más claro. Me gustó la idea del relato en general. Sigue adelante. Nos leemos en la próxima. Estoy en el 73, si quieres pasar por mi relato.

    Escrito el 22 enero 2019 a las 20:48
  6. 6. María Esther dice:

    Hola Eli, leí tu relato, que me parece bien planteado, pues Martina está en todo su derecho a sentirse deprimida , a no agradarle las fiestas navideñas. Lo que veo es que tendrías que profundizar en mostrar las razones por qué sucede eso. ¿Le habrá sucedido algo que no quiere recordar en esa fecha? ¿Será un motivo de índole filosófico? No lo sabemos, entonces el problema se queda se queda sin resolver.
    Saludos.

    Escrito el 29 enero 2019 a las 21:05

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