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La ofensa - por Ocitore

Web: http://plumalanza.blogspot.com

Fue un golpe duro que dejó desnudos a todos los empleados ante su remordimiento. Fue tanta la vergüenza que el aire se llenó de olor a muerte. Fue así como Dorotea enfrentó la más desagradable prueba de toda su vida. Lo paradójico era que ella misma le había puesto a su jefe, en bandeja de plata, las armas para destruirla. La pobre sabía que la guillotina decapitaría todas las cabezas muy pronto. Seguía nadando a contracorriente, se mantenía a flote con todas sus fuerzas, pero se sentía desfallecer. Las olas de intrigas y abusos la habían dejado a la deriva en el ancho mar de la soledad y, ahora, que ya estaba tocando la orilla de la salvación, el silencio le anunciaba un estruendoso castigo mortal. Cuál era la afrenta—se preguntarán todos ustedes—qué cosa tan terrible había dicho o hecho esa pobre mujer para que una avalancha de rocas la sepultara en su empleo. Nada del otro mundo, solo le había dicho al Gorila, el encargado del almacén, que deseaba más trabajo, ni siquiera le pidió un aumento de sueldo solo mas labores para enderezar el curso del negocio que se estaba hundiendo como una enorme barcaza en medio de dos galeotas que se disparan una a otra. La niebla de la ignorancia impedía el buen curso de las ventas y Tea vio sus ilusiones desparramarse por los bordes de la cruda realidad.

«Pero si yo solo quería que me dejaran tranquila—se repetía Dorotea sin saber si era su propia voz o la de la falsa Tea—, no quería que siguieran abusando de mí, ¿qué pasó? Nada, míralos. Ahora sí, esos cabrones se sienten ofendidos porque le he dicho la verdad al inspector, pero qué querían. Que siguiera soportando sus vejaciones. Todo tiene un límite en la vida y el mío lo sobrepasaron hace mucho. Recuerdo la primera vez que se me acercó el animal. Era mi primera semana de trabajo. Estaba en el período de prueba y me faltaban tres meses para firmar el contrato. Me metió la mano bajo la falda, me bajó las pantaletas, abusó de mí lo que quiso y le dijo a sus pinches compañeros: “Mírenla nomás, cómo le gusta que se la chinguen”. Me prometí que me vengaría y el día ha llegado y ¿ahora qué? Nos vamos todos a la chingada”.

Dorotea estaba sola en el escritorio del imbécil Anguiano. Allí había pasado los peores momentos de su existencia. Las torpes y rasposas manos del depravado le seguían recorriendo la cadera y las piernas. Esta vez en silencio porque su imaginación estaba aturdida y sorda. En su cabeza las imágenes eran borrosas como si las viera a través de un plástico semitransparente. Tembló de ira como lo había hecho mil veces. Vio acercarse a los secuaces, les escupió con desprecio y los insultó. Ningún insulto la alivió de todas sus penas y comenzó a derramar sus angustias con lágrimas de salmuera. Sus muslos también se mojaron y se sacudieron temblando. Se tuvo que poner de rodillas para enfrentar el recuerdo. De pronto, se oyó una voz.

—Me imagino que fue muy duro soportar tantos años, ¿no?
—Sí, licenciada, fue un verdadero infierno.
—Bueno, ahora ya podrá descansar de eso. Le proporcionarán asesoría. Tendrá un psicólogo a su disposición para que pueda superarlo pronto.
—No lo dudo, licenciada, pero ¿quién me va a borrar las cicatrices del alma?
—No lo sé, Dorotea, debe tener fe y olvidar. Recuerde el mensaje del Padre Nuestro…
—No sé si tenga la fuerza suficiente. No he actuado por venganza, he perdonado, pero no me siento en paz. Ahora me arde peor. Me imaginaba que descansaría si delataba los abusos, pero lo único que siento es asco de mí misma.
—He visto personas en situaciones peores y lo han superado. Usted es fuerte. Saldrá de esta y se olvidará sin duda. Tenga fe.
—Lo intentaré, pero no le aseguro nada.

Se vieron rodeadas por el silencio y no les quedó ningún deseo de continuar la conversación. La licenciada cogió a Dorotea de las manos y mirándola fijamente a los ojos sonrío con resignación. Se desprendieron y Dorotea se quedó mirando los zapatos de tacón que se alejaban produciendo sonidos sordos. No pensó nada, se quedó inmóvil esperando que pasara el tiempo y su cuerpo recobrara fuerzas para levantarse y caminar. Contuvo la respiración y cerró los ojos. “Es hora de comenzar de nuevo, Dorotea—le dijo una voz familiar—. Sé valiente.

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22 comentarios

  1. 1. kirjanik Maya dice:

    Hola, Ocitore.

    Me agrada tu relato, bien logrado, refleja una realidad que ojalá fuera menos frecuente de lo que es, pero me quedó una duda, alguien muere en el relato?

    Saludos y gracias por tu opinión en mi relato.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 01:16
  2. 2. Ocitore dice:

    Hola, Kirjanik, por fortuna no hay muertos en esta historia, pero el asunto es delicado porque es sobre el abuso por parte del jefe del almacén y sus compañeros. Gracias por leerme. Mucha suerte.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 06:48
  3. 3. M.L.Plaza dice:

    Hola Ocitore.
    Gracias por comentar mi texto. Has sido muy rápido.
    Has escrito sobre un tema muy duro y, sobre todo, que no parece que el futuro de Dorotea vaya a ser mucho mejor.
    El relato es muy interesante, aunque en algún momento me ha parecido confuso. Primero das a entender que los compañeros la odian porque pide más trabajo y después hablas del acoso sexual. Entiendo que ella los denuncia y la dirección decide echarlos a todos. Vamos, saltar de la sartén para caer al fuego.
    Hay una contradicción entre el final del segundo párrafo en el que dice que se va a vengar y cuando habla con la licenciada y le dice que no lo ha hecho por venganza.
    Es un buen relato sobre un tema muy vigente. Me ha gustado leerlo.
    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 08:23
  4. 4. Ocitore dice:

    Gracias, M Plaza, las ideas contradictorias en el texto podrian ser las cosas que la pobre Dorotea tuvo que callar o sufrir, son una invitación al lector para que ofrezca sus ideas y las pruebe como causa del conflicto. Te agradezco mucho tu visita. Un abrazo.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 10:50
  5. 5. Galia dice:

    Hola Ocitore: describes con mucha crudeza una situación de abuso laboral que se repite en todas latitudes y si bien no hay muertos, como tú dices, pienso que el alma de Dorotea está ya muerta y no hay terapia que pueda resucitarla.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos
    Galia

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 14:38
  6. 6. Ocitore dice:

    En efecto, estimada Galia, es horrible que el machismo afecte de tal forma la psique e integridad femenina. Ojalá y cambiara nuestra sociedad y la mujer tuviera más derechos. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 15:41
  7. 7. Ulises dice:

    Hola Ocitore,

    Una dura historia que has sabido encausar muy bien. Tristemente este tipo de casos se repite (como dice Galia) en todas las latitudes y, en mi opinión, has sabido describir muy bien la situación y el rencor y sufrimiento de Dorotea. Ojalá no se sigan produciendo estos abusos.

    Mi relato es el 118, por si te apetece pasarte.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 16:42
  8. 8. Ocitore dice:

    Gracias, estimado Ulises, creo que el tema lo requería, por eso me decidí a narrar la injusticia contra la mujer. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 21:24
  9. 9. Beba dice:

    Hola, Ocitore: Muchas gracias por tu visita y amable comentario.
    Tu relato pone en evidencia una situación dolorosa. Lo haslogrado con buen redacción y nivel de vocabulario.
    Solamente me desorientas en el primer párrafo cuando dices “Nada del otro mundo, solo le había dicho al Gorila, el encargado del almacén, que deseaba más trabajo.”Porque el quid del conflicto es un asunto de acoso.Puede que ella arme este circo para animarse a denunciar el verdadero problema.

    Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 00:05
  10. 10. Ocitore dice:

    Hola, Beba, gracias por venir, es un gran placer tenerte como crítica. Te comento que lo que quería decir con esa frase es que la heroína, al pedir más trabajo, consiguió enemistarse con sus compañeros y el jefe del almacén. Es lo que pasa cuando tienes muchas ganas de hacer las cosas y tus colegas están en la inercia, sin motivación, y en cuanto pides que las cosas sean más productivas te ven como el enemigo número uno y te empiezan a destruir. Un fuerte abrazo.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 05:51
  11. 11. Leosinprisa dice:

    Hola Ocitore, es el segundo texto que leo sobre abusos en el trabajo, seguramente que la palabra “gorila”, en su término despectivo, nos lleva a buscar historias así. Lo he leído con sumo interés, es de lectura ágil y entretenida, lo cual se agradece para tratar un tema espinoso y muy de actualidad, aunque haya existido desde siempre es una mala conducta que debe ser desarraigada de nuestras vidas.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 09:03
  12. 12. Ocitore dice:

    Gracias, Leosinprisa, me da gusto recibirte de visita en este espacio. Un abrazo muy fuerte y lo mejor del mundo en el trabajo literario.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 18:57
  13. 13. Amadeo dice:

    Ocitore:
    Muy bueno y actual el relato. Se siente el dolor y vergüenza del personaje. No tengo mucho para aportar, solo que cuando apareció por primera vez Tea, pensé que sería otro personaje. No, es un diminutivo de Dorotea.
    Felicitaciones.

    Estoy en el 88 por si quieres leerlo y comentar
    Cordiales salaudos
    Amadeo

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 14:27
  14. 14. Ocitore dice:

    Gracias, Amadeo, creo que si hay un diminutivo así. Tea de Dorotea, lo puse por esa costumbre que tengo de leer a los rusos donde un personaje puede ser: Iván, Vanya, Vanyuchka,Iván Petrovich, etc. Gracia spor tu comentario y visita. Un abrazo y me paso por el tuyo. Suerte.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 15:23
  15. 15. Netogonzo dice:

    Que tal Ocitore,

    Tocas un tema duro, y lo haces con gran maestría. Me has transmitido perfectamente las sensaciones de la protagonista, así que resulta fácil empatizar con ella. Solo me queda la duda de quien es Tea, en el segundo párrafo me da la impresión de que Dorotea y ella son la misma persona, como si tuviera doble personalidad, pero no estoy seguro. De cualquier forma me ha gustado bastante tu texto.

    Nos leemos,

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 01:37
  16. Hola Ocitore.

    Con el tema de los abusos me ocurre algo, que si están mal contados, con los clichés manidos, me dejan completamente fría, (no hablo de la vida real, por supuesto), y en este tuyo, ocurre lo contrario, Dorotea lo vive como un drama, puesto que es un drama.

    La parte en que le meten mano bajo la falda es visual y dan ganas de partirle el careto al mano larga (por empatía con la chica) y me pareció muy bueno el diálogo de “le dijo a sus pinches compañeros: “Mírenla nomás, cómo le gusta que se la chinguen”. Me prometí que me vengaría y el día ha llegado y ¿ahora qué? Nos vamos todos a la chingada”.

    Hay algo que me llama la atención,,, la licenciada que le ofrece ayuda psicológica ¿quién es? , ¿qué tiene que ver el tema de la fe con ella? Lo del padre nuestro y no se entiende, o no entiendo esta parte. No hay ningún antecedente en el relato que nos hable de que la abusada esté recibiendo ayuda religiosa por parte de alguien.

    El título más que justificado.

    Interesante trabajo Ocitore, Un saludo cordial y hasta pronto compañero.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 19:58
  17. 17. Ocitore dice:

    Hola, Netogonzo, gracias por tu valioso comentario. Un abrazo y mucha suerte.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 22:00
  18. 18. Ocitore dice:

    Hola, Isabel, te comento que por la historia se deduce que hubo una denuncia por abuso sexual, la licenciada anima a Dorotea diciéndole que tendrá asesoría psicológica y la pobre Dorotea le dice que está bien, pero que duda que la asesoría le borre el trauma, la licenciada le recuerda lo del Padre Nuestro…Señor, perdona a los que no ofenden así como nosotros perdonamos…
    A eso me refería en la historia. Bueno, muchas gracias por la observación, debí ser un poco más claro. Nos leemos. Suerte

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 22:04
  19. 19. Amadeo dice:

    Ocitore:
    Gracias por la información que me pasaste. Busqué “Las doce sillas” y el resultado fue negativo: Te comento que tengo escrito una serie “Si un…. hablaría…” de cuentos en que personifiqué cosas: Si un auto hablaría…, Si un par de zapatillas hablaría…, Si una silla hablaría…, y otros más.
    Es divertido hacer hablar/pensar a lo material
    Cordiales saludos
    Amadeo

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 12:05
  20. 20. Ocitore dice:

    Amadeo, me he pasado por tu propuesta y te he dejado los enlaces de la película y la referencia de wikipedia sobre la obra. Un saludo. También te comento que en las clases de español usamos ese recurso para contar historias. Había una vez un móvil que…, etc.Todo fue por un vídeo de un lápiz que cuenta su historia como si fuera una persona. Se llama Uno y está en youtube, por si quieres verlo.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 06:43
  21. 21. isan dice:

    Hola Ocitore:
    Había leído tu relato hace días, pero por una cosa o por otra, me he demorado demasiado en comentar.
    Un relato de denuncia, el acoso en el trabajo, más habitual de lo que parece. Lo has presentado con un estilo que elegante pero con toda la crudeza del sufrimiento de Dorotea. El abundante empleo de metáforas me ha gustado y no me han parecido que cargaran el relato. Un oxímoron o dos que has metido también enriquecen el relato.
    La licenciada. Tal vez sea un localismo para referirse a una figura concreta. Teniendo en cuenta que licenciado/a es todo aquel que termina una carrera cualquiera que esta sea, supongo que se refiere a una Inspectora de Trabajo o a una Juez o a quien pueda sancionar estos ilícitos.
    El relato deja un pozo de tristeza, de que, tal vez, no mereció la pena la denuncia, aunque la voz familiar del final crea un punto de esperanza.
    En el plano formal, un par de tonterías. En esta frase: “Lo paradójico era que ella misma le había puesto a su jefe, en bandeja de plata, las armas para destruirla.”, yo quitaría las dos comas. Cuestión de gustos nada más.
    El segundo párrafo Empieza con comillas latinas, contiene unas comillas inglesas que se abren y se cierran, pero el final del párrafo se debería cerrar con comillas latinas. Una minucia.
    Me ha gustado el lenguaje, la atmósfera, las metáforas y el fondo de denuncia.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 20:52
  22. 22. Ocitore dice:

    Muchas gracias por las observaciones, estimado Isan, la verdad el título me inspiró desde el principio. Tengo la impresión de que nuestra época es de grandes cambios. En mi país, se ha hecho del poder un hombre justo y transparente que no tiene miedo de denunciar la corrupción. Nos muestra los trapos sucios de los gobernantes anteriores y está haciendo una limpieza completa en el país. Dorotea sería más o menos un héroe así, pero en pequeñito, lo malo es que la pobre no tiene nada más que su deseo de justicia. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 21:18

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