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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La ofensa - por Osvaldo M. Vela

Mauro Ontiveros meditaba en una caverna de la selva, sus sienes plateaban sabiduría. La cueva servía como almacén de comestibles sabrosos pero carentes de valor proteínico o energético. En ese momento se preguntaba: “¿cómo fue que vine a terminar en Borneo?”

Él, como estudioso de la ciencia, se sabía calificado para reconquistar a su colega y prometida Ernestina. Llevaba años fraguando ese objetivo. Su presencia en la isla estaba por demás justificada.

Para Mauro, el paso del tiempo no importaba. Tampoco temía al fracaso de su empresa. Su capacidad profesional en la ciencia de la evolución no justificaba el hecho de que un gorila le hubiese asestado una ofensa tan dolorosa a un hombre pensante como él.

Ciertamente ya llevaba mucho tiempo reconociendo la superioridad de dominio de Ugenio en cosas baladíes. Tales como escoger los cocos más jugosos, o las papayas dulces, o los plátanos. Alimentos que su rival en amores degustaba con apetito salvaje; igual que lo hiciera en un principio con Ernestina.

Aquel lugar se abastecía de frutas propias del lugar. Algunas de ellas eran alucinantes. El trastorno que ocasionaban era el secreto de su plan.

Dirigió sus pasos a la boca de la cueva y al asomarse se encontró ante una niebla intensa. El exterior era impenetrable. Solo los ruidos de la naturaleza llegaban claros a sus oídos. El sabía que en ese momento Ugenio paseaba a Ernestina entre los árboles como si ambos fuesen avezados trapecistas. Podía escuchar con claridad las risas que las piruetas de sus vuelos les provocaban. Esta era la diversión que más gozaban.

Atrás quedaban los arrumacos de un principio. El fuego de la pasión se apagó con el tiempo. Nunca hubo descendencia como resultado de sus amoríos, aunque algún literauta, desconocedor de la compatibilidad de los genes, asegurara que a la lejanía se divisaban especímenes con el pelaje más claro y escaso. Mauro era testigo presente de que eso no era verdad.

Su mente, encauzada hacia la ciencia, le permitió evidenciar que la longevidad de un gorila era una tercera parte de la expectativa de vida del hombre. Si el experimento dietético respondía con exactitud a sus cálculos, él todavía podría compartir con Ernestina la edad más bella de una mujer; la madurez. Sus pensamientos en ese momento acariciaban dicha visión con añoranza.

La vida de cualquier simio dependía de la calidad nutricional, eso lo aprendió de las especificaciones en alimentación durante su estadía en el zoológico. Todos los comestibles en aquella guarida isleña eran golosinas de la naturaleza que mermarían la vitalidad del primate en cuestión.

Después de tres años de estudios y de suministrarle una alimentación de envejecimiento, Ugenio perdió su “sex-appeal”. Su físico ya no generaba humores viriles ni respondía a las caricias de Ernestina Colibrí.

Sin un incentivo de entendimiento el sentido común de la bióloga regresó a su normalidad. Las miradas con intención de Mauro, que eran un plagio copiado del acecho visual de un conquistador innato como Ugenio, hicieron poco a poco mella en Ernestina.

El aturdimiento provocado en Ugenio se volvió repetitivo y cada vez más extenso. Se pasaba La mayor parte del tiempo dormido. Las muecas de placer, que aparecían en su rostro al dormir, le murmuraban a Mauro que su adversario ya había encontrado un nuevo amor entre los divagares de su mente.
En cuanto el conquistador se despertaba, Mauro solícito, le llevaba su brebaje rico en sabor pero estimulante de sueño. En la caverna había suficiente inventario y en los alrededores fruta fresca para asegurar la proveeduría de la exquisita pócima. Gracias a sus efectos, los rugidos de Ugenio dejaron de interrumpir las pláticas de los biólogos. Las discusiones acaloradas entre Mauro y Ernestina ya no tuvieron razón de ser.

Un día, aprovechando que el dormitar del gorila estaba en su nivel más profundo de inconsciencia, Mauro consideró llegado el momento. Con lentitud sacó un estuche pequeño de la bolsa del pantalón. Al abrir el arcón miniatura quedó al descubierto un anillo adornado por una joya alucinante. Los destellos de la sortija fascinaron a Ernestina. La emoción de una declaración sin palabras era tan grande que se abrazaron. Atrás quedaba el tiempo perdido por un atractivo sutil, por una virilidad que la trastornó y una fascinación de ensueño. \

La reconquista de la mujer amada precisó de tenacidad. Mauro jamás claudicó ante el proyecto que concluyó en boda.

El “erase que existió”, de una fábula romance, llegó a su fin.

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45 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Buenas tardes, caballero.
    Final de la historia de amor, un amor que ha trascendido la edad.
    Aunque…considero que nos deja bastante mal paradas a las mujeres, al menos a una parte donde yo me encuentro: por un lado, la virilidad por encima de otros intereses, y luego, un objeto brillante.
    Realmente, me siento muy mal como mujer.

    Con todo afecto, y sabiendo que lo suyo ha sido una historia para el entretiempo, mis cordiales saludos.

    Escrito el 16 febrero 2019 a las 22:15
  2. 2. Osvaldo Vela dice:

    Hola Laura Gracias por tu comentario.

    En el texto, quise dejar claro que Mauro estaba realmente enamorado de Ernestina y quería pasar con ella la mejor época en la vida de una mujer, la mas interesante: la madurez. Solo que cuando un hombre quiere ganarse de nuevo el amor de una mujer, recurre a inocentadas que se suscitan en una historia de amor.

    La historia fue llevando a mis letras por un derrotero que significaba la única solución para finiquitar una historia absurda desde su nacimiento.

    Yo quise probar mis alcances de escritor adaptándome a un reto que significaba algo nuevo para mi.

    Mas adelante me paso por tu texto.

    Saludos y abrazos.

    Escrito el 16 febrero 2019 a las 23:32
  3. 3. isan dice:

    Hola Osvaldo:
    Cuanto me ha gustado esta continuación. Has expresado con bellas palabras y con un estilo pulcro, elegante e inconfundible, marca Osvaldo, lo qué tuvo que hacer Mauro para reconquistar a su amada. La perseverancia da sus frutos, valga la metáfora, porque es lo que le perdió a Ugenio.
    Estupenda la treta utilizada por Mauro para mermar a su rival.
    Me ha encantado ese guiño hacia un comentario de algún literauta en la escena del mes anterior.
    Los cuentos que empiezan bien, acaban bien. Te felicito.
    Un saludo.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 09:32
  4. 4. isan dice:

    Hola de nuevo.
    Leo el comentario de Laura y salgo al paso con todo respeto a ambos.
    Cierto que las mujeres pueden sentirse mal paradas, pero creo que Osvaldo no quiere denigrar a nadie. Simplemente idea un relato en un tono jocoso donde una mujer se deslumbra por una joya. Algo que estamos cansados de ver en el cine estadounidense. Ni por asomo quiere pintar así a las mujeres. Acabo de leer un relato de otro literauta donde un psicópata se carga a dos mujeres y no por ello voy a pensar que pone a los hombres mal parados. O el mío sin ir más lejos.
    Saludos a ambos.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 18:12
  5. 5. Jose Luis dice:

    Hola
    Me ha cautivado esta segunda parte del anterior relato, más que el primero. Se nota que dominas la pluma mejor, porque las descripciones son mejores y la trama está bien construida, compensada, porque poco a poco, con las palabras justas, nos vas llevando hasta el final, por otra parte, lógico; como si dieras fin tú también a la locura y volvieras al sentido común, al estilo de Ernestina. Quiero decir, Ernestina vuelve a ser quien era, y tú mismo, el escritor, también (figuradamente).
    Un inciso: para narrar una historia, sea la que sea, se usan los métodos que sean necesarios para ultimar dicha historia. No importa lo que piensen después los lectores, lo importante para un escritor es terminar el relato de la mejor manera. Algunas mujeres se pueden ofender por usar un determinado cliché, pero nunca es esa la intención del escritor, creo yo, y es lícito utilizar cualquier cliché.
    Un saludo

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 19:16
  6. 6. marazul dice:

    Hola Osvaldo:
    Me ha encantado volver a saber de Ernestina Colibrí, Mauro y Ugenio. Un acierto que hayas decidido regalarnos una segunda parte. Además encaja muy bien con el tema del mes: la ofensa. Porque ofende que “te levanten” (aquí decimos así) a tu pareja, pero si el rival es un gorila, eso ya es pura humillación je,je…
    Me sigue haciendo mucha gracia este tema, Osvaldo, es una situación cómica con trasfondo que tú escribes con ese estilo tan tuyo.
    Al final vence la inteligencia sobre la virilidad y, como mujer que soy y “madurita contemporánea”… agradezco a Osvaldo que siempre elogie y valore la madurez en todos los aspectos de la vida.
    ¡Bravo Osvaldo! tú si que sabes
    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 19:49
  7. 7. M.L.Plaza dice:

    Hola Osvaldo.
    Encantada de volver a Borneo. Fíjate que yo no daba ni un centavo por Mauro y aquí lo tenemos, en todo su esplendor de gran maquinador. Poble Ugenio: solo, impotente y dopado. El impacto con la civilización puede ser devastador.
    Me lo he pasado estupendamente leyendo el relato. Pero, ya me conoces, y te comento lo que he visto. El párrafo que empieza:”Atras quedaba…” me parece que interrumpe el relato. En el párrafo anterior Mauro ve a los trapecistas y en el siguiente empieza a maquinar. Por eso el sudodicho lo quitaría o lo pondría despúes de “…caricias de Ernestina Colibrí”, para describir los efectos del dopaje.
    No sé si me explicado bien. Ya sabes que puedes pasar olímpicamente de mi comentario.
    Me ha encantado leer tu relato tropical.
    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 20:01
  8. 8. Laura dice:

    Para Isan:
    por supuesto que sé que Osvaldo es un caballero. Me he quedado prendado de sus historias anteriores y tal vez me cuesta encontrarlo en esta nueva senda, pero tiene todo el derecho a elegirlo.
    Su estilo es fiel a si mismo, pulcro y detallado.

    No fue mi intenciòn atacarlo, nada màs lejos de mì.
    Mis respetuosos saludos a ambos.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 21:26
  9. 9. Laura dice:

    Osvaldo
    Ofrezco mis màs sinceras disculpas.
    No pude dejar plasmado lo de lo interesante del uso de drogas para anular a Ugenio.
    Nuevamente, mis disculpas.
    Cada uno es libre de escribir, puede o no gustar a otro el desarrollo que se hace de la historia, me lo tomè como algo personal, cuando no es así el autor, sino los personajes.
    Mis màs sinceras disculpas, señor Osvaldo Vela.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 21:33
  10. Hola Osvaldo,

    Un placer leerte de nuevo. Mi irregularidad hace que pase por aquí una vez al año.

    Aunque la trama parece absurda por el romance entre la mujer y el gorila, en realidad veo un reflejo de tantas y tantas series en las que el malo se lleva a la chica, cegada por su bravura, para que el bueno luche a contracorriente para recuperar su amor.

    Me hubiera gustado que te recrearas más en los detalles, pero en 750 palabras, o recortas detalles o no te queda espacio para el argumento.

    A mí partucularmente me suenan extrañas algunas expresiones que deben ser propias de tu país. Eso no quiere decir que tu escribas mal. Lo que pasa es que obviamente yo tengo que leer a más autores de fuera del mío.

    Por hacer algún aporte en la forma:
    《 Su capacidad profesional en la ciencia de la evolución no justificaba el hecho de que un gorila le hubiese asestado una ofensa tan dolorosa a un hombre pensante como él.》

    Prueba a tirarle dos o tres comas y a ver donde caen. Nunca se sabe.

    Felicidades por tu originalidad.

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 08:23
  11. 11. JUANA MEDINA dice:

    Osvaldo, amigo:
    Siempre es un placer leerte, y esta segunda parte de tu leyenda romance ente el Ugenio, Ernestina y Mauro me ha encantado y me ha hecho sonreír muchas veces.
    Me guata que Mauro no ceda a la tentación de la violencia o el veneno, y que use su saber para adormilar a Ugenio. Me gusta su paciencia para reconquistar a Ernestina. Todo un hombre, tu muchacho. Seguramente por eso, Ernestina no pensó en si el anillo podía desmerecerla.
    Entre paréntesis, muy entre paréntesis, creo que la palabra correcta no es proteínico sino proteico.
    Un abrazo grande

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 21:39
  12. 12. Víctor Alverdi dice:

    Un saludo Osvaldo. Por lo que entiendo esta es una continuación. Por desgracia no he tenido el placer de leerla primera parte pero lo que he leído de ésta me ha gistado bastante, tienes un estilo de escritura muy puntual. Procuraré leer la primera parte y te cuento.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 03:48
  13. 13. Osvaldo Vela dice:

    Para Laura e Isan:

    La vida de comerciante detrás de un mostrador de despacho me volvió fiel al negocio familiar. La enseñanza principal de ese desarrollo era la más sencilla del mundo: el cliente siempre tiene la razón. Aprendí a nunca sentir agravio por las reclamaciones de quienes visitaban mi área de trabajo.

    Las letras llegaron a mi vida a los sesenta y tres años cuando el almacén familiar cerró sus puertas a falta de su fundador, mi padre. En un taller de escritura llamado “cien años de soledad” presenté mi primer trabajo. El compañero más avanzado del grupo y escritor en un periódico local, le tocó criticar mi texto. Su comentario me dejó sin defensa: “No creí que el trabajo mereciera ser leído porque, en el título, la palabra ‘mama’ estaba sin acentuar”. ¡Vaya un despertar! a mi nuevo oficio.
    Cuando al siguiente taller me tocó ser el crítico de su trabajo me explayé. Todo mundo esperaba que mis palabras cobraran la ofensa. Todo lo que escucharon los compañeros fueron voces de reconocimiento por su estilo y su forma de escribir, admire de él, su vocabulario y su destreza. Y le di las gracias por lo aprendido de su escrito. La respuesta, de los compañeros a mi comentario, fue un aplauso tan sonoro que llenó mi alma de escritor principiante. Desde entonces mis aportaciones a los textos del taller han seguido el mismo derrotero.

    Aquí y ahora, me toca a mí aplaudir y fuerte. Correspondo, con palmas de gratitud tanto a Laura como a Isan, el externar con vehemencia y claridad de intención la esencia de este taller. La docencia de las letras que tan acertadamente he recibido mes tras mes, han sido gloriosas para mí. La buena crianza los identifica. Gracias a ambos por sus aportaciones.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 04:25
  14. 14. Osvaldo Vela dice:

    Hola Jose Luis, agradezco tu visita y tu aportación a mi trabajo. Pero mas me satisface el hecho que hayas visto no solo el salvamento de Ernestina sino el regreso a mis cabales como escritor.

    mas adelante paso por tu texto.

    Tu visita siempre me es grata.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 21:10
  15. 15. Osvaldo Vela dice:

    Hola Marazul. Tu visita, que llenas de buenas vibras es un paliativo que me sabe a miel.

    Debo decirte que como escritor recibí el reto preciso para reivindicar mi trayectoria de seriedad en mis escritos, aunque me place mas, el saber que mis lectores sonríen ante las peripecias de Ernestina, Ugenio y Mauro.

    Saludos y despuecito paso por tu texto.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 21:20
  16. 16. Beatriz Emilia dice:

    ¡Hola Osvaldo!

    Te confieso que leí tu relato con mucha atención y asombro, por un momento llegué a dudar de que Ernestina fuese humana, pero al instante me aclaré. Al parecer me perdí de leer la primera parte de este relato, pero pronto resarciré esta curiosidad de saber cómo inició la historia de amor entre Ugenio y Ernestina.

    Fue un gusto leerte, y sé por mi propia experiencia, que a veces los relatos cobran su propia vida, y se van escribiendo casi impelidos por algún título o por las palabras de los retos.

    Que siga la creación literaria, que sigan estos experimentos en los que aprendemos de nosotros y de la experiencia de los demás.

    NOTA: me encantó lo que nos cuentas sobre tu primera experiencia en un taller literario, a seguir escribiendo y participando con esa actitud. Gracias de nuevo!!

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 23:43
  17. 17. Osvaldo Vela dice:

    Hola M.L.Plaza.

    Tu cuestionar de Mauro el mes pasado me dio la pauta para buscar y encontrar la forma de reivindicar ante tus ojos a mauros a Mauro.

    Lleve a mis lectores a un paseo por Borneo, incluyéndote a ti. tus recomendaciones del final dieron como resultado este desenlace.

    Con lentitud sacó un estuche pequeño de la bolsa del pantalón. Al abrir el diminuto arcón, un anillo adornado por una joya prometedora quedó al descubierto. Los destellos de la sortija fascinaron a Ernestina.

    La emoción de una declaración sin palabras que decía “hasta que la muerte nos separe” completó el convencimiento. Se abrazaron con fuerza. Sin nada que los pudiera detener abandonaron la cueva.
    La reconquista de la mujer amada precisó de tenacidad. Mauro jamás claudicó ante el proyecto que concluyó en boda.

    El “erase que existió” de una fábula romance, como respuesta a un atractivo sutil y una fascinación de ensueño, llegó a su fin.

    Gracias.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 01:46
  18. 18. Osvaldo Vela dice:

    Hola Álex Cea.

    Agradezco la visita a mi escrito. La historia original es parte del taller 57, texto #84. Y espero que cuándo llegue a ti, logre la misma positividad de aportación que ahora recibo.

    Después me doy la vuelta por tu texto.

    Gracias de antemano.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 16:22
  19. 19. Osvaldo Vela dice:

    Hola Juana Medina.

    Gracias por pasarte por mi escrito del mes. Que sorpresa tan grande nos ha dado Mauro. Él, quién parecía derrotado se iergue con paciencia y osadía para rescatar a Ernestina.

    Que cosa tan grande es este taller, cuándo el reto le da vida propia e independencia a tu personaje. Él, se adueña de la pluma y te dice “Así soy yo”. Fantástico.

    Después paso por tu texto.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 16:49
  20. 20. Osvaldo Vela dice:

    Víctor Alberdi.

    Gracias por darte un paseo por mis letras. Efectivamente este texto es la continuación del trabajo del mes pasado con el número # 84. Si tienes oportunidad de visitarlo te darás cuenta del nacimiento de un conquistador.

    De antemano agradezco tu visita y espero sea de tu agrado.

    Después me doy una vuelta por el tuyo.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 19:03
  21. 21. Menta dice:

    Buenos días Osvaldo Vela: (Ahora hay otro Osvaldo en el Blog).

    Me ha gustado mucho tu relato, sobre todo porque me resulta muy cómico y divertido todo lo que les ocurre a tus tres personajes.

    ¿Habrá una tercera parte? Después de la ofensa viene la venganza…

    Enhorabuena. Un saludo, Menta

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 10:42
  22. 22. El chaval dice:

    Hola Osvaldo.M.Vela
    Se entiende perfectamente la historia, pero difiero en cuanto que sea ofensa, aunque cada uno puede sentirse como quiera. Mas bien veo enormes celos que llevan a Mauro,todo un -científico- a urdir una venganza contra un animal indefenso que le lleva incluso a trtar de liquidar la virilidad de un animal.
    Cada uno de nosotros puede escribir puede escribir como sepa; esto no quiere decir que se pierda el respeto al comentar los aspectos que al lector le choquen.
    Hay algunos puntos que veo de diferente manera: Cuando sale de la cueva hay una espesa niebla, pero Mauro oye que Ugenio y Ernestina vuelan entre los árboles (es posible ?)
    Aquel “lugar” se “abastecía” de frutos propios del “lugar”.
    Repeticiones y además el lugar no se abastece;ya le es propio.
    Compatibilidad de los genes; no será incompatibilidad
    La calidad de vida de un simio depende de la calidad nutricionál; podemos decir igual para todo ser viviente.
    La mujer no queda bien parada. La arrogancia de MAURO al tratarla de falta de sentido común; de que queda lela cuando la mira igual que hacía Ugenio y por último la bomba de la sortija.
    Repito: el escritor puede escribir lo que le plazca, eso no quiere decir que el lector no pueda dar su opinión y además en nuestro caso como compañeros es para ir aprendiendo .
    Nos saludamos en el próximo (40)

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 13:15
  23. 23. Osvaldo Vela dice:

    Hola Chaval.

    Agradezco tu visita a mi texto. Debo de empezar con decir que la historia empieza desde la escena del mes anterior: “El gorila Conquistador” (57) texto (84). La historia, por tratarse de un animal, se tornó en fábula. Para mí, el escribir ambas, fue como estar observando un video animado pero de los antiguos sin guerras ni confrontaciones. De esos que nos ha vendido Hollywood y Disney desde la niñez. Caricaturas que le dan vida y resaltan las cualidades del personaje en la fábula.

    En la escena (57), leí varios comentarios que hacías a otros compañeros: me gustó como dabas tus recomendaciones. Decidí buscar tu relato y dejar un comentario con la esperanza de ver la opinión que te merecía el mío. Mi espera no rindió frutos. Creo que si hubieras comentado mi primer relato, el de este mes hubiese sido muy diferente.

    Yo desde mis adentros aceptaba que el tema de ambos textos era absurdo desde su nacimiento. Así lo hice saber en mi comentario-respuesta (3) de este mes. Lo que hoy comentas es lo que yo esperaba de ti. Trataría, de hoy en adelante, de mantenerme alejado de temas insensatos, ilógicos e inadmisibles, solo que perdería la esencia de escritor. Agradezco tu contribución, pues esto que comentas ha sido un campanillazo, directo a mi sentido común, que tendré en cuenta.

    Saludos, después paso una visita por tu texto

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 15:24
  24. 24. Osvaldo Vela dice:

    Disculpas.

    Lo de absurdo del tema no está plasmado en el comentario # 3 sino en el 2.

    Gracias.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 13:22
  25. 25. Osvaldo Vela dice:

    Hola Beatriz Emilia.

    Agradezco tu aportación a mi texto. Tus vibraciones tan positivas me dan impulso para seguir. Gracias.

    Ya dejé mi comentario en tu texto. Ti nombre me recuerda a una tía escritora. Beatriz Eugenia de la Garza.
    Uno de sus libros “Pilares de oro y plata” me encantó.

    Saludos y te felicito.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 16:43
  26. 26. Sophie dice:

    Hola, Osvaldo.
    Acabo de leer tu relato y algunos comentarios, así que poco más te puedo decir.
    Dices que tu texto fue absurdo desde el principio y yo, desde mi humilde opinión, te diré que le leído muchos que me parecen muchos más absurdos que el tuyo (no me refiero a Literautas, sino en general). Como mujer no me he sentido ofendida ¡faltaría más! No es un secreto que muchas féminas se dejan deslumbrar por el “brillo”.
    Encuentro que es un relato muy curioso, sorprendente y con final feliz,como me gustan.
    Cómo se lo tomará el gorila, si en algún momento comprende el engaño…Jeje
    Te seguiré leyendo
    Un abrazo

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 19:25
  27. 27. Pilar dice:

    Hola, Osvaldo!
    No quería perderme la segunda parte de tu trío amoroso y me ha gustado el experimento… debería ser de reto obligado para todos en algún mes!
    Aquí, vence la inteligencia sobre la fuerza, y tengo sentimientos encontrados: por un lado, me da pena el primate y la sensación perdida de libertad de Ernestina, que parecía disfrutar de los paseos entre los árboles sin echar de menos el sexo. Y por otro lado, me conmueve el final que le has dado, salvando así Mauro la ofensa sufrida.
    Y sobre todo, me quedo reflexionando sobre las distintas y válidas formas de ser feliz, respetando a los demás.
    Prefiero no entrar en el debate de dejar o no mal paradas a las mujeres (creo que en el mío, dejo así a los hombres) y quedarme con tu calidad literaria y el respeto con el que siempre escribes y comentas y, ante todo, lo maravilloso que es leer cada mes tus retos.
    Saludos muy cordiales!

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 09:57
  28. 28. Osvaldo Vela dice:

    Sophie, gracias por tu visita y más por las palabras que me dedicas.

    Con ellas permites a mí alma regresar a mi cuerpo, y como escritor a mi cuerpo volver a tomar posesión de mi alma y mis letras.

    Gracias.

    Después paso por tus dominios para dejar la aportación que me salga de esa pareja que forman el alma y el cuerpo

    Saludos.

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 17:59
  29. Hola Osvaldo, por fin vine a leerte, llego tarde, ya no hay mucho más que decir.

    Te ha venido de lujo las palabras obligadas para esta segunda parte del trío amoroso de Ernestina, Mauro y Ugenio.

    El amor propio de Mauro devaluado (un hombre pensante frente a un gorila), ahí es donde más le duele.

    Una venganza a fuego lento que dio resultado, así que termina el cuento con todo un clásico: se casaron, fueron felices… y no sé si comieron perdices 😉

    Un cordial saludo compañero.

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 19:19
  30. 30. Osvaldo Vela dice:

    Hola Pilar. Agradezco tu visita. El comentario que dejaste en el reto de este mes me llevo de la mano. El objetivo era reivindicar a Mauro sin tener que quitarle la vida a ningún personaje.

    Hasta a Ugenio procuré dejarlo con una sonrisa en su rostro mientras divagaba entre sueños otorgados por el conocimiento de la ciencia que Mauro poseía.

    A Ernestina le devolví el sentido común, cualidad que a veces nos abandona ante el embrujo de un atractivo subyugante.

    Cuando me refiero a un tema absurdo, no dejé claro que me refería a la opinión que podía despertar en algunos lectores. Lo que si es que un escritor se debe a su historia y que los personajes son los que mandan sobre él.

    Gracias de nuevo.

    Saludos y enhorabuena.

    Paso después.

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 19:52
  31. 31. Osvaldo Vela dice:

    Gracias Isabel, agradezco tus palabras a mi texto.

    Este taller en especial ha sido un despertar a un nuevo reto: reivindicar a un personaje ante los ojos de los lectores procurando evitar el tener que desaparecer a ninguno de ellos.

    Procuré hasta el dejar una sonrisa en el rostro del mas dañado por este rescate en la isla de Borneo.

    la misión me fue llevando por situaciones ajenas a mi control. Los personajes fueron tomando el volante que guiaba mis letras. Por ser algo nuevo se siente bonito que un escrito termine en un desenlace sin guerras ni enfrentamientos.

    Ya veremos si dejando descansar el tema por algún tiempo, para permitir que sus letras adquieran nueva sapiencia y así, después regresar con miras a continuarlo.

    Ya lo veremos. Gracias.

    Un abrazo.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 11:45
  32. Te respondo por aquí Osvaldo, no sea que no leas la respuesta.
    Me alegra de que hayas divertido Osvaldo el cuento de la cucaracha 🙂

    Sobre la expresión “fueron felices y comieron felices”, creí que era de conocimiento general. Puesto que empezaste, creo recordar, la primera entrega con el “Érase que se era…” y lo terminas con “Érase que exitió”, me recordó a los cuentos clásicos de príncipes y princesas, donde en una boda real el plato obligado era de caza, perdices lo más usual. Un plato típico de las clases altas, los pobres no se lo podían permitir, y cualquier cuento clásico que se precie terminaba en boda y comiendo perdices.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 19:22
  33. 33. Don Kendall dice:

    Hola Osvaldo,
    E una buena propuesta la que presentas al taller, dejando aparte la anécdota escogida. El TEMA ofrecido , la confrontación de machos por la hembra y su resolución está claro, el ARGUMENTO como cronología de los hechos también, pero tal vez en el planteamiento de la TRAMA , como tejido y organización de lo anterior, merezca la pena darle un par de vueltas. Tal parece que queda poco consistente en relación con los otras dos patas del relato. El recurso al tópico y al brilli-brillipara para que el “macho con más corteza cerebral” gane el litigio quizá desilusione a más de un lector.
    De cualquier forma es una opinión, que como sabes es tan despreciable como la de cualquiera y la puedes dejar de lado, ya que lo único que interesa es tu trabajo y tu propuesta. Muy meritoria y válida por cierto para este taller.
    Un abrazo

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 18:00
  34. 34. María Jesús dice:

    Hola Osvaldo: Divertídisima esta nueva entrega del relato, me gusta mucho tu forma de escribir, con ese toquecillo jocoso muy particular tuyo. Un placer leerte, como siempre.
    Saludos.

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 20:18
  35. 35. Osvaldo Vela dice:

    Hola Don. Gracias por tu visita.
    Dices, con razón estudiada que, el hecho de enfrentar a dos machos uno con corteza cerebral y otro exento de ella: quizá desilusione.

    Tienes razón: solo que cuando lo escribí estaba pensando cuidadosamente en ese adagio regional que lleva a las mujeres a tomar decisiones de índole emocional. “Cuando la mula terca dice yo paso y la mujer joven dice me caso, la mula no pasa y la mujer se casa”.

    Gracias de nuevo.

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 20:28
  36. 36. Don Kendall dice:

    Hola Osvaldo,
    Está claro que me expliqué mal. El sujeto de la oración es el “recurso al tópico y al brilli-brilli “. Es ese sujeto el que quizá desilusione al lector y no “el hecho de enfrentar …”.
    En cuanto el adagio como todos los adagios de ese cariz me parece una mierda solo utilizable para caracterizar a personajes y situaciones concretas, con lo cual ya pasan de adagio a “jerga”.
    Un abrazo

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 21:54
  37. 37. Osvaldo Vela dice:

    Don Kendall, El adagio en cuestión nace del miedo de algunos padres, cuando la hija los sorprende con la noticia de que se quiere casar. Pues por historia regional, cuando de casarse se trata para conocer las mieles del matrimonio, las hijas no dan marcha atrás.

    El uso del adagio en el caso de la bióloga, Ernestina Colibrí no es un recurso. Este, mas bien se debe a que en el texto del mes de enero, ella siguiendo mas su reacción emocional a un atractivo fuera de todo entendimiento, decidió escaparse a Borneo con el gorila, Ugenio. Con esa acción cumplió el adagio tan temido por muchos padres en nuestra región.

    Espero que mi explicación te de una respuesta logica.

    Saludas y un abrazo.

    Escrito el 27 febrero 2019 a las 07:10
  38. 38. Don Kendall dice:

    Hola Osvaldo. Mi objetivo o diana en el comentario, es identificar el sujeto gramatical para el verbo desilusionar.

    A desilusiona a B

    A= recurso al tópico y el brilli-brilli
    B= el lector
    Tus respuestas siguen el camino de proponer un argumento o explicación que no se sigue del argumento inicial.
    Es un buen momento para decidir no seguir por ese camino.
    Salud

    Escrito el 27 febrero 2019 a las 09:35
  39. 39. Vespasiano dice:

    Hola Osvaldo:

    Gracias por pasarte por mi relato y dejar tu amable comentario.

    Como el mes pasado no participé en el taller he tenido que leer tu historia, desde el comienzo, para entenderla plenamente. Y te puedo asegurar que no me arrepiento de haberlo hecho. ¡Qué historia más imaginativa y que descripción más elegante de un gorila seductor!

    En la segunda parte de este creativo cuento, veo muy bien reflejada la tenacidad de Mauro no cejando en el empeño de volver a tener a su amada entre sus brazos, antes de que el gorila la aplastara en uno de esos arrebatos de pasión.

    También concluyo que en tu relato se cumple aquella frase: “El amor es ciego”; porque tiene migas enamorarse de un gorila.

    Pero bromas aparte creo que has tenido una idea original y la has conducido divinamente introduciéndole pinceladas de humor cavernícola.

    Seguiremos leyéndonos en futuros retos. Felicidades.

    Escrito el 27 febrero 2019 a las 16:14
  40. 40. K. Marce dice:

    Saludos, Osvaldo

    Caramba, si hay comentarios por este relato. Pero es que tenías a los Literautas en el limbo con lo que continuaría tu historia arrastrada del reto anterior.

    Como te dije antes, supiste contar una historia sin alterar a los timoratos como yo. Desde aquella primera entrega, bastante surrealista, pero que resultara como una tragicomedia, como lo es que una científica pierda su cordura y arrastre con ella a su novio humano. Ahora, por alguna extraña razón, lo he leído con las imágenes de un Comic en mi cabeza, con esos cuadritos y margenes irregulares, a todo color y con esas expresiones tan típicas en ellos. Me he reído mucho “visualizando” a ese pobre gorila dopado.

    Pero lo encantador es que la historia parece redargüirse de la anterior, es una divertida forma de darte un guiño a tu historia donde parecía haber rumores que descalificas en pleno en este. No pude sino pensar en que siempre caes parado. No me atrevo a decir nada, más que el humor, un poco de sarcasmo y el “final feliz” nos ha dejado una sonrisa en los labios.

    Como he mencionado en otros relatos, aprecio mucho la libertad del escritor, podemos corregir gramática, ortografía, pero el contenido y el estilo son dos cosas que no me atrevo a clasificar, son la esencia del autor, le pertenecen y solo debemos estar felices de ver esas evoluciones. Empleaste un trabajo previo (tu fabula) que la trajiste a un relato fantástico e inverosímil para retornarlo con un guiño de humor, donde rompiste tus propios rumores y el “cuento” del texto anterior. No tengo más que decirte que admiro lo que has hecho.

    En lo formal, una L intercalada, un / desprendido y un mar de palabras que me han hecho solo disfrutar sin ver o analizar más, demasiado visual para mí como para detenerme a leer una coma…

    Gracias también por escribirme en mi relato y tus palabras las aprecio profundamente. Espero nos reencontremos en marzo… ya casi.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 06:15
  41. 41. Osvaldo Vela dice:

    Gracias Vespaciano.

    Yo al igual que tu gozo del taller y me siento extraño cuando no participo. Espero que sigamos leyéndonos.

    Tus comentarios traen consigo algo mágico que me obliga a esforzarme mes a mes.

    Saludos y un abrazo.

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 15:32
  42. 42. Osvaldo Vela dice:

    Hola María Jesús. Agradezco de corazón tu visita y un comentario que lleva impreso lo que buscamos quienes participamos en el taller.

    Saludos y un abrazo. Gracias.

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 15:36
  43. 43. Osvaldo Vela dice:

    Hola KMarce.

    Me estoy acostumbrando a tu cierre de oro que haces a mi texto mes tan mes.

    Me gustaría tener la misma dedicación y prestancia para planear t u aportación a cada uno de nosotros. Siempre corrigiendo, siempre sugiriendo mejoras.

    Solo que en esta ocacion lo que plasmaste en tu comentario me ha enamorado profundamente del taller que nos sirve de escaparate, de las letras , y de la capacidad para crear sentimientos positivos que tu posees.

    Muchas gracias: un saludo y un fuerte abrazo de mi parte.

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 15:45
  44. 44. Don Kendall dice:

    Hola Osvaldo,
    He solicitado a Iría, administradora de esta web, la eliminación del comentario nº 36, en el que escribí, de forma inapropiada , algo que queda mucho mejor dicho en el comentario nº 37.
    Siento haber introducido cierta disonancia en el tono general.
    Un abrazo

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 15:52
  45. 45. Beba dice:

    Hola, Osvaldo. A veces la necesidad tiene cara de hereje. El tal Mauro no le alcanzó a Ernestina, para lo que le hiciera falta, y se prendó de Ugenio. ¡Hay para todo! Muy gracioso y desopilante, aunque un poco desprolijo desde lo literario. Gracias por tu visita y amable comentario.

    Escrito el 1 marzo 2019 a las 00:22

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